Cómo cambiar tu vida con el poder de las palabras con Luis Castellanos

©Carlos Ruiz B.k.

Episodio 311

¿Es posible que las palabras que usamos cada día puedan transformar nuestras vidas y las de las personas que nos rodean? Ese es el tema principal del programa de esta semana, donde aprenderás cómo cultivar la Inteligencia Bondadosa realizando pequeños cambios en tu lenguaje diario con Luis Castellanos.

Luis es Doctor en filosofía pura e investigador. Apasionado de las palabras y cómo funcionan en el cerebro. Pionero a nivel mundial en la investigación del lenguaje positivo como herramienta innovadora para el progreso de la humanidad. Y escritor de libros como «La ciencia del lenguaje positivo», «Educar en lenguaje positivo», «El lenguaje de la felicidad» y su última obra «Inteligencia bondadosa: cómo educar a tus hijos para que sean personas buenas y felices».

 

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Índice del programa

  • (02:07) La importancia de las palabras en la vida

  • (06:44) El origen del lenguaje

  • (10:39) Cómo las palabras influyen en las emociones y pensamientos

  • (14:42) El lenguaje positivo

  • (19:31) ¿Qué es la inteligencia bondadosa?

  • (25:20) Las palabras habitadas

  • (31:21) Las palabras guía

  • (40:36) Las palabras centinela

  • (44:25) Cómo fomentar la inteligencia bondadosa

  • (50:23) El lenguaje de la felicidad

  • (56:23) El mejor hábito efectivo

  • (57:50) El secreto más grande

  • (59:17) Cuestionario KENSO

  • (1:02:02) Resumen y despedidas

 

©Carlos Ruiz B.k.

 
 
  • Aviso: el transcriptor a veces no nos entiende, pero vosotros seguro que sí.
    Disculpa, si lees algún error en la transcripción.

    Quique: ¿Es posible que las palabras que usamos cada día puedan transformar nuestras vidas y las de las personas que nos rodean? Ese es el tema principal del programa de esta semana, donde vas a aprender cómo cultivar la inteligencia bondadosa realizando pequeños cambios en tu lenguaje diario con Luis Castellanos.

    Jeroen: Luis es Doctor en filosofía pura e investigador. Apasionado de las palabras y cómo funcionan en el cerebro. Pionero a nivel mundial en la investigación del lenguaje positivo como herramienta innovadora para el progreso de la humanidad. Y escritor de libros como «La ciencia del lenguaje positivo», «Educar en lenguaje positivo», «El lenguaje de la felicidad» y su última obra «Inteligencia bondadosa: cómo educar a tus hijos para que sean personas buenas y felices». Bienvenidos a un nuevo episodio de KENSO, el podcast donde descubrirás cómo vivir la efectividad para ser más feliz. Soy Jeroen Sangers, aprendiz en aprender nuevas palabras.

    Quique: Y yo soy Quique Gonzalo, aprendiz en buscar la palabra precisa. ¡Bienvenido, Luis!

    Luis: Muchas gracias, de verdad. Estoy encantado de estar con vosotros y compartir este tiempo. Ya sabéis que cuando compartimos tiempo lo que estamos compartiendo es vida. Siempre es compartir vida.

    Quique: ¡Qué maravilloso! Pues vamos a compartir vida y nos gusta comenzar haciendo una pregunta y es si vuelves a la ventana de tu infancia y la abres, ¿qué es lo que veías?

    Luis: Estaría muy bien, pero nunca me acuerdo de mi infancia. Muy pocos recuerdos tengo. Hacia atrás, mi mujer me dice, qué suerte tienes. Se me olvida casi todo. Es algo, me dicen, que tendría que preguntarle a mi familia a ver qué tal, cosas, sé que era travieso, que me echaron de un colegio, de dos, mejor dicho, eso es lo que me acuerdo, de una universidad, porque eso es más reciente, pero no tengo recuerdos de la infancia, ni negativos ni positivos. Supongo que estaría bien, porque me encuentro bien.

    La importancia de las palabras en la vida

    Quique: Esto es un viaje a través de las palabras y me gustaría conocer, en tu caso, Luis, en qué momento o qué experiencia personal fue aquella que fue crucial para que te dieras cuenta de la importancia de las palabras en la vida.

    Luis: Quizá, quizá, muchas veces lo he intentado recordar y suelo hablar de un profesor, yo estudié la carrera de filosofía pura en la Universidad de Navarra, en la privada porque no existía la pública en aquel entonces, y tuve un profesor, un alemán, Wolfgang Strobl, que, según me dijeron, había pertenecido a las SS alemanas, él había salido de Alemania, se había convertido o se hizo miembro de la Opus Dei. Hablaban 9 idiomas y yo tuve la suerte de que nos empezamos a encontrar en el terreno del conocimiento y en el terreno de la filosofía, y nos quedábamos leyendo libros. él traducía a veces del ruso, a veces del griego, a veces del francés, y empezó a meter el primero en el mundo de la ciencia, pero también muy cercano al mundo del lenguaje. Y yo creo que fue esa persona en aquel entonces, porque yo intento ver otros referentes que pueda tener, pero el primer referente quizá fue el que me introdujo y el que me hizo después también entrar en la filosofía de la ciencia, que en el fondo es parte ya de toda mi carrera filosófica, pero también de mi carrera de investigador, claro. Pero yo creo que fue él. Me dice mucha gente, pero un alemán de las S he convertido. Cada uno se encuentra con personas y esas personas te abren mundos. A mí me abrió mundos.

    Quique: Una persona que te abre mundos, ¿es una persona que tiene la capacidad de transformar a través de la palabra?

    Luis: Yo considero la palabra, que es la palabra escrita, la oral y la gestual. Creo que sí. En mi caso, porque el que te abren mundos, en la experiencia que yo tengo hablando de World One, para mí fue acogedor. O sea, era una persona que acogía, no ponía en duda tu conocimiento, aunque él supiera mucho más, no ponía en duda que yo era un chaval adolescente, universitario casi, que estaba ahí y que tenía curiosidad. Y me abrió el mundo a la curiosidad, pero me acogía a la vez. Decía, me abría las puertas a todo el conocimiento sin poner en duda que yo podría acceder también, igual que él accedió, supongo, en años a ese conocimiento. Eso me gustó mucho porque Eso quitó de mi mente las limitaciones, los problemas que puedes tener en la universidad cuando a veces no llegas o parece que no. Al revés, a raíz de estar con él, todo cambió. Eso sí que lo puedo decir, con certeza, además.

    Quique: Y desde entonces, yo entiendo que las palabras han jugado un papel fundamental. ¿Qué recuerdas que haya sido esa palabra que si tú a día de hoy echaras la vista atrás en todo tu viaje vital, Si tuvieras que utilizar una sola palabra, ¿cuál sería esa palabra para ti a día de hoy, Luis? Curiosidad.

    Luis: Así de sencillo. Se dice mucho, pero es verdad que lo más importante que me ocurrió en aquel entonces, cuando te abren una ventana, es que ya empiezas a mirar un horizonte, y ese horizonte, de repente, te abre otro horizonte, y ese otro horizonte, otro horizonte. Cuando hice mi tesis doctoral, partía de esa idea y dije mis límites son mis posibilidades. Siempre. Mis límites son mis posibilidades. Tanto en estatura, si mido 1,68, que es lo que mido, pues ahí son mis posibilidades. No puedo ser pivo de la NBA. Claro, hay gente que dice, ah, lo puedo conseguir todo. Yo digo, pues no. Chico, ponte en la realidad porque Un pibo de la NBA puede medir 2,20. Bueno, Tabárez, que yo he estado mucho con el Madrid y con Pablo Lasso, mide 2,21. Pues imagínate tú. Yo no. Imposible. Si pone tapón en saltillos de dos metros, a mí no me pondría tapón. Me dejaría un taponcet y me dejaría de medio metro. Claro, y yo creo que muchas veces cuando se habla de… Podemos todo o no. Ni intelectualmente ni de cualquier manera. Nuestros límites son nuestras posibilidades. Si tú conoces tu límite, ese borde, ese horizonte, después abres otra vez el horizonte y otra vez el horizonte, que también tiene que ver mucho con la ciencia. Creo que esa es la clave. Mis límites son mis posibilidades.

    El origen del lenguaje

    Jeroen: Me ha interesado tu respuesta porque has contestado que la palabra que te ha marcado, presumiblemente, tu carrera es la curiosidad, ¿no? Yo pienso, mi pregunta para ti, intento aquí entrar un poco en el mundo filosófico que yo no domino para nada, es pensar, ¿qué es la clave? ¿Es la palabra en sí o el acto de ser curioso? ¿Se puede separar estos dos conceptos o la palabra siempre va con la actividad?

    Luis: En un principio estaban separados, y vamos a hablar del origen del lenguaje. El lenguaje es fantástico, es fabuloso, es increíble. Porque yo antes… Habéis visto ahí a mi mujer un segundo cuando entraba y cuando va a alguna conferencia conmigo, suele decir, ¿cómo empezó el lenguaje? Y yo digo, bueno, no lo sé cómo empezó, pero yo me imagino que voy a hacer y veía unos cuantos miles de años hacia atrás y veía que estábamos ahí alrededor del fuego, ya hemos quedado en el fuego un poquito, estábamos ahí, ella de repente tiene un niño, una niña, pero no sabemos si es niño ni es niña, porque todavía no habíamos puesto los nombres. Era un ser, pero tampoco sabíamos que era un ser, porque todavía el lenguaje no había nacido. Lo que sí había eran ciertos sentimientos. Cuando veía acariciar, sabía que producía algo en mí. Cuando igual veía que Olga estaba besándome, que tampoco se llama Olga, lógicamente, a Nicole, pues veía que ese beso me producía a mí un sentimiento y que cuando yo lo cogía, hacía lo mismo. A mí me encantaría, si tuviese una única posibilidad de viajar un día al pasado, ver cuándo nació una palabra. Porque al final, cuando nace una palabra, cuando tú pones nombre a algo, es porque todos esos sentimientos, de repente, los queríamos expresar. Forzaron nuestra inteligencia, nuestro conocimiento, todo, hasta que en un momento dado, de repente, pudimos expresar. Eso es lo que pasa con la curiosidad. Éramos curiosos, por naturaleza, pudimos expresar y cuando dijimos, ¿qué es eso que está ocurriendo en mi mujer con mi hijo que es la curiosidad pero que es un beso? Vamos a llamarle también curiosidad. Por eso es tan importante nombrar las cosas y por eso hemos aprendido a nombrarlas y crear los nombres con contenidos y con la etimología. Creo que eso es la clave por ahora para entendernos a nosotros mismos y entender a los demás. Sin lenguaje sería muy complejo poder entendernos. Podríamos comunicarnos, pero no entendernos de alguna manera. Por eso los animales tienen lenguaje para comunicarse. a entenderse también con su propio lenguaje, han creado el suyo. Eso es importante. Las plantas tienen un lenguaje maravilloso.

    Cómo las palabras influyen en las emociones y pensamientos

    Jeroen: Yo creo que todos entendemos la importancia de las palabras para comunicarse con los demás, pero yo creo que también pueden ser muy importantes para comunicarse contigo mismo. En tu caso, ¿qué papel han jugado las palabras en tu propio desarrollo personal y profesional?

    Luis: Pues creo que lo más importante, la otra palabra es curiosidad, es conciencia, dos, tres. Tomar conciencia de que aquello que yo estoy haciendo… Es decir, yo solamente podía comprender la manera en que vivo a través de las palabras. Si yo digo una palabra, te quiero, pero está vacía, me comprende a mí mismo que en ese momento estoy siendo o hipócrita o mentiroso conmigo mismo y con la otra persona. Y eso lo sé en mi interior. Por eso el acto más importante también del ser humano es librarse de ese… iba a decir, de ese camino en que no eres dueño de ti mismo porque el lenguaje que estás utilizando siempre está falsando, está mintiendo o te está engañando. El camino del lenguaje es el camino a la libertad. Creo yo. Cuando el lenguaje es, como ya se verá en el libro o lo que hemos hablado, cuando el lenguaje tiene un proceso diferente al que nosotros entendemos ahora como lenguaje.

    Jeroen: Muy interesante. Y para llevarlo un poco más allá, has explicado cómo primero había los sentimientos, las emociones, y después hemos puesto etiqueta a estos sentimientos y emociones y así ha nacido el lenguaje. Pero creo que también hay una retroalimentación. ¿Podrías explicar cómo las palabras que utilizamos pueden influir en nuestras emociones y pensamientos?

    Luis: Sí, hay un libro que yo lo tengo aquí a mano, que os lo recomendaría a todos los oyentes y a todas las personas. A mí me lo recomendó mi amigo Manuel Martín Loeches, que es catedrático en la Universidad Complutense, que es con el que yo he hecho algunas de las investigaciones. Y claro, al final tú lo has dicho muy bien, ¿no? Las emociones y el lenguaje son vasos comunicantes. Al principio, esos sentimientos y el alma de los sentimientos fue lo que quisimos capturar con el lenguaje, el alma de los sentimientos. La esencia pura de ese sentimiento es lo que queríamos capturar. De ahí, cuando crecemos con el lenguaje, el lenguaje empieza a tener sus propias historias. Y a veces ya con el lenguaje provocamos sentimientos. Cuando decimos a alguien, te sientes ansioso, ya le hemos determinado que igual se tiene que sentir ansioso. Igual no se siente ansioso, pero igual lo hemos dicho. Entonces a veces provocamos las emociones. El libro se titula La vida secreta del cerebro, de Lisa Feldman, también edición Paídos, donde publico yo. Es un libro, es un investigador que ha hecho miles de investigaciones, interesantísimo. Yo creo que nos ayuda a entender también cómo el cerebro, al final, después de encontrar el alma de los sentimientos, ponerle nombre, con el nombre también genera almas de sentimientos.

    Quique: De hecho, a Manuel Martín Loeches, lo entrevistamos en el podcast de KENSO, en el episodio, si no recuerdo mal, 295 y fue también un viaje maravilloso en este caso, Luis, o sea que me encanta que estéis conectados en ello. Antes hablabas de tres tipos de palabra, la escrita, la oral, la gestual. ¿Cuánto importa al final lo que decimos? ¿Cuánto importa cómo lo decimos, Luis?

    Luis: Fíjate tú si importa tanto. Porque a mano derecha, ¿lo que decimos y cómo lo decimos? ¿Y cómo nos lo decimos? A mí me gusta mucho, cuando hablamos de la palabra oral, escrita y gestual, leer los gestos, porque me está diciendo cómo se está hablando. En el fondo hay formas de andar, de mirar, de apretar la mano, de estar, de abrazar, de besar, que te están diciendo cómo es el estado de tu corazón. Corazón es una metáfora, pero es muy real. Voy a partir que todo lo que el cerebro ha imaginado como lenguaje es real. Aunque tú te imagines algo que no existe en el mundo, sabes que es una imaginación y la realidad de esa imaginación, aunque no exista en el mundo. Tiene una realidad que muchas veces no somos conscientes de esa realidad. Por lo tanto, sí que al final el lenguaje nos habita y hace que nuestro cuerpo sea parte de todo el lenguaje que nos habita. todo el cuerpo. Nuestra mente, nuestro cerebro, nuestros ojos, nuestra boca, nuestros oídos, todos los sentidos. Luego pasamos, si quieres, al pecho, lo que sentimos, el estómago, cuando nos pasa algo y nos duele, las piernas cuando temblamos. Es impresionante el poder de la palabra en nuestro cuerpo y es impresionante cómo podemos sanarnos también a través de la palabra. Hay palabras que sanan y hay que buscar esas palabras y hay que encontrarlas. Yo creo que ese es el camino del ser humano. porque nadie quiere estar enfermo. Digo yo, se me ocurre pensarlo. Igual algunos y yo quiero estar enfermo. Bueno, vamos, pues me pongo, siempre digo, la curva de Gauss. Vamos a coger la media del mundo, a los extremos, porque si no, bueno, hay nadie que quiere estar enfermo. Como nadie quiere ser mala persona, de eso ya hablaremos.

    El lenguaje positivo

    Quique: Qué interesante al final encontrar muchas veces palabras precisas, porque las palabras pueden determinar mucho esas emociones que nosotros terminamos sintiendo. Antes hacías referencia al libro. En tu caso, ¿cuál ha sido ese contexto, ese estudio científico, esa evidencia que os haya ayudado a respaldar todo este mensaje tan importante acerca del impacto de las palabras en las emociones, en la vida general de las personas?

    Luis: El cuarto libro, que es Inteligencia bondadosa, es la culminación de una tetralogía. El primero, la ciencia del lenguaje positivo. El segundo, la ciencia del lenguaje positivo. El tercer, la ciencia de la felicidad. Y el cuarto, Inteligencia bondadosa, que es el culmen. Y eso es muy importante, porque ya hablaremos más adelante. El primero es donde realmente las investigaciones que dirigió Manuel Martín Loechez, que publicamos en Plus One, veamos que el impacto del lenguaje positivo, de las palabras positivas, negativas y neutras en el cerebro. Resumiendo, dicho por un periodista y cuando ya vio las investigaciones que se publicaron a nivel mundial, el lenguaje positivo te regala vida, el lenguaje negativo te quita vida. ¿Por qué? Porque el tiempo de reacción con un electroencefalograma que nosotros mediamos es más rápido, te hace estar más concentrado en el lenguaje positivo. El lenguaje negativo te hace rumiar, llegas más tarde. Son tiempos no conscientes. Y en tiempos no conscientes es lo que nosotros vivimos la mayor parte de nuestra vida. No pensamos que seamos conscientes de todo, porque no podríamos. Entonces, claro, lo que descubres es que el lenguaje positivo te regala vida. Ya con eso tenemos un buen camino. Vamos a empezar. De ahí ya veremos si haremos otras preguntas. Y esas otras preguntas son las que igual nos van a hacer avanzar por un sendero o por otro. Yo me hice la pregunta de la educación como me hice otras preguntas, porque todo el mundo hablaba de que la educación era la clave. Y yo ponía en duda. Porque yo decía, bueno, al final nos replicamos a nosotros mismos. El contexto de la educación tiene un lenguaje y la sociedad te está diciendo que tienes que ir hacia ese lenguaje. Entonces, al final, el éxito, el logro, el dinero, todas esas cosas que están apareciendo, al final terminas esclarizando y no te has librado de ti mismo, no te has librado del lenguaje. Por lo tanto, la aspiración más alta también humana, que es la libertad, aunque sea un concepto, no la tienes.

    Jeroen: Has hablado de dos conceptos. Hemos pasado de hablar de las palabras y ahora ya has dividido en lenguaje positivo y lenguaje negativo. Primero, aunque yo me pueda imaginar qué significa, me gustaría conocer tu definición de estos conceptos. Y después, la diferencia entre el lenguaje positivo y el Mr. Wonderful, que dice, vale, todo está fantástico, todo está bien, aunque estás en miseria. Porque yo creo que por aquí no va el poder del lenguaje positivo.

    Luis: Esto es lo que como decía antes, mis límites son mis posibilidades. Si hablamos de lenguaje pues digo como el Wunderful o el buenismo, no, no tiene sentido, el lenguaje pues digo es ciencia. Lo que te está diciendo es cómo estás reaccionando tú ante un estímulo positivo o negativo en tu vida. En este caso hemos elegido palabras porque determinan y conceptualizan la vida. Así de sencillo. Entonces, de repente, te das cuenta que el tiempo de reacción es la clave, porque nosotros somos tiempo. Nacemos, crecemos y morimos. Entonces, la calidad de nuestra vida va a depender también del tiempo que tengamos para vivirla mejor. Pues el lenguaje positivo lo que te está dando es la capacidad de ver tiempo en tu vida. Ver tiempo en tu vida. para hacer con ese tiempo cosas que ahí está, que vas a definir después qué cosas quieres hacer. Por tanto, es un principio científico, no es un principio de buenismo, es un principio de acción de las palabras en tu cerebro y cómo reaccionas tú. Y pasa lo mismo con el lenguaje negativo, es decir, están en el mismo bloque, o sea, aquí no hay separación. Entonces, claro, al final, el lenguaje negativo lo que te hace es rumiar, mirar lo que me pasa, mirar cómo me duele, mirar qué me fastidia, y de las vueltas y de las vueltas, entonces, no te has liberado. Queremos ser libres y lo único que estamos haciendo es rumiar. Claro, ¿a dónde vas si estás rumiando? Pues estás ya maltratándote y tienes mal camino por la vida. Los budistas dicen buen camino por la vida o mal camino por la vida. El lenguaje positivo es buen camino por la vida, el lenguaje negativo es mal camino por la vida. Vamos a ver ahora cómo clarificamos eso. Avanzo una cosa interesante. El mundo ahora la gente lo quiere dividir entre emociones positivas y negativas. Lenguaje positivo y lenguaje negativo. Nosotros no lo dividíamos. Simplemente queríamos ver que están todos mezclados y qué sucede en el cerebro. Si está mezclada una emoción positiva y una negativa. Y qué es lo que sucede en el cerebro. Y cómo yo tomo decisiones con respecto a lo que sucede. Eso es la libertad, tomar decisiones. Lo que pasa es que cuando uno puede más que otro, a veces no puedes tomar decisiones. Si el lenguaje negativo puede más, estás tanto tiempo rumiando que no puedes tomar decisiones. Estás enfrascado en la queja, en la culpa, en la crítica, en el juicio, en muchísimas cosas.

    ¿Qué es la inteligencia bondadosa?

    Jeroen: Para aclarar el último concepto, la inteligencia bondadosa, que es el concepto que tratas en tu último libro. ¿Qué es exactamente y cómo llegaste a este concepto?

    Luis: Esto tiene una pequeña historia. Yo cuando empecé a escribir este libro fue hace ya tres o cuatro años. Había escrito el lenguaje de la felicidad. Enseguida empezó la pandemia y rápidamente entramos en la guerra de Rusia contra Ucrania. Mi mujer y mi familia es de Bielorrusia. Por lo tanto, nosotros vivimos muy de cerca todos los acontecimientos. Y a mí… Esto hay que contarlo. A mí me llamó mucho la atención. Estaba leyendo a Svetlana Aleksiévich. que ya apareció en el tercer libro, que es una escritora bielorrusa que fue premio Nobel de Literatura en el 2005, con cinco libros que tiene publicados. Estoy pensando que salga el sexto porque a mí me cambió la vida esa mujer. Me cambió la vida. Me di cuenta que, ante todo lo que estaba ocurriendo, la pandemia… A mí me hicieron muchas entrevistas, me dieron un premio porque hice casi 300 o 400 webinars, entrevistas por Zoom en ese año. Me preguntaba si íbamos a salir mejores. Le dije que no. Yo siempre he dicho no vamos a salir mejores. Porque no pensamos sobre ello. Simplemente es una emoción. Vamos a ser auténticos. Eso no va de ningún lugar. Hay que pararse, hay que pensar, hay que tomar decisiones, y eso no es fácil de hacer. Y con la guerra me pasó lo mismo. Me encontré que, ante todo eso, yo no quería encontrarme en una situación en la cual me estoy encontrando, que es que no puedo ir a mi país, bueno, al país de mi familia, porque ya no hay aviones, te bloquean, siempre pagan los mismos, o vas y tardas muchísimo, no ves a la familia, no estás… Han muerto 400.000 personas. Más o menos en la guerra lo que dicen. Eso significa que 400.000 hijos de alguien han muerto. Y la inteligencia bondadosa empezó a nacer de ahí. Es decir, mucha gente, a lo largo de la historia de la humanidad, dice que la más alta expresión de la inteligencia es la bondad. Y la respuesta es que andamos muy escasos de inteligencia. Tenemos gente talentosa, gente lista, gente que el mal es el que se atreve a hacer cosas que el otro no se atreve a hacer, pero el bien también. Y entonces yo uní dos conceptos para crear uno nuevo. Porque me daba cuenta que está muy bien trabajar la inteligencia emocional, pero ¿qué es lo más excelso, la cúspide, el culmen de la inteligencia, la bondad? Porque nadie, y eso aparece en el libro, nadie quiere que sus hijos sean malas personas. Te voy a educar para que mates cuando seas mayor. Pero además que lo hagas bien, ¿eh? O sea, matar, matar. Te voy a educar para que seas tan mala persona que trates muy mal a tus compañeros, a tu mujer o a los hijos que vayas a tener. Te voy a educar para que al final estafes, engañes, mientas. Te voy a educar para… Yo creo que nadie quiere eso. Lo que pasa es que luego nosotros, en la vida, como no tenemos pistas y no sabemos a qué agarrarnos, a veces terminamos matando, yendo a guerras, violando, haciendo cosas que no quisiéramos haber hecho, pero que de repente parece que nos podemos atrever a hacerlo y terminamos haciéndolo. ahí hay algo que no está bien, que puede suceder en el cerebro, y yo siempre me pregunto del punto de… para que realmente uno haga un clic, que suele durar dos minutos, de matar a no matar, que suele esperar en el 6, lo dice en la guerra y en todos los momentos, para que pueda llegar ahí. Y dijimos, bueno, ahí está, es decir, no nos hemos dado cuenta que en nuestros sistemas educativos la bondad, la amabilidad, no está incluida. en ningún sistema. Se pueden decir, hoy vamos a trabajar la inteligencia emocional. Bueno, vamos a ver qué emoción es la que sientes. Bueno, vale, pero eso no es. Es decir, ese es un primer paso. Vamos a aceptarlo. Pero ahora hay que ir a donde es lo más excelso del ser humano. La bondad, el amor. Y ahora vamos a intentar ver cómo podemos trabajar desde lo que también tenemos como lo más prodigioso, que es el lenguaje. Porque es como nos hablamos a nosotros mismos, Y en un momento dado digo, pues, ¿puedo matar? ¿O no voy a hacerlo? ¿Y cómo permitimos que alguien se hable y puede decir, no te quiero permitir que me veas así, y también me atraveses porque soy libre? Y dije, voy a elegir el lenguaje como una herramienta para trabajar la inteligencia, que es la mayor expresión de la libertad, por supuesto, y la bondad, que es, digamos, la más alta expresión de la propia inteligencia. Entonces, claro, yo creo que a mí… Ese fue el inicio, ¿no? Fue hace unos cuantos años, pero se inició también con parte de la maldad del ser humano que tiene, que ahora sí hay en otras guerras, en otras hambrunas y en otros lugares. Y yo creo que hay que ser un filósofo de la bondad. Creo que tenemos que empezar a luchar y decir, pero si es lo que quieres, ¿por qué no te atreves a decirlo? ¿Por qué no le damos eco? Yo muchas veces digo, al final, está muy bien que se publiquen cientos de libros, y yo he publicado… No, no, al final lo que tenemos que educar en algo que sea muy concreto. Es decir, ¿por qué no somos bondadosos? ¿Por qué no nos educan? ¿Por qué no nos enseñan qué significa ser bondadoso? Entonces yo creo que hay que enseñarlo. Luego el cerebro hará sus historias. Cuidado que aquí nadie dice que te van a educar y tú de repente vas a salir. No, porque la inteligencia son decisiones concretas que las tienes que mantener en el tiempo. Necesita una disciplina y necesita mucho coraje. Disciplina y determinación y coraje. Es que luego esto va avanzando porque esto parece un happy flower. No hay nada de happy flower en esto.

    Las palabras habitadas

    Jeroen: Muy interesante todo esto. Quiero destacar una palabra. Después ya volvemos a la inteligencia bondadosa. Pero has hablado de que lo que realmente queremos ser es la pata amor. Y esto me hace pensar en una lista de palabras que tú mencionas en la primera parte del libro. 21 palabras para lograr que nuestra lengua tenga energía y alegría. Y aquí mencionas palabras como amor, paz, alegría. Y me gustaría saber cómo el uso de estas palabras puede transformar nuestra forma de enfrentar situaciones estresantes.

    Luis: Bien, en el fondo es… Mira, lo has dicho bien, porque la vida, al final, nos estresa tanto por la velocidad que vamos, que no tenemos ni tiempo para pensar ni para saber si una palabra… Y el contenido de esa palabra es, la verdad, dentro de nosotros mismos. El libro es verdad que son 63 enseñanzas para que los padres y las madres sean buenos guías en la educación de sus hijos, para que sean buenas personas y sean felices. Contiene 63 enseñanzas, 63 palabras. Tú puedes abrir el libro en cualquier página y te vas a encontrar una palabra. Déjate guiar por esa. Entonces, las palabras, como tú has dicho, es simplemente… Yo he hecho una redefinición, que es a la que yo he llegado. pero sé que llegaré a la más alta redefinición. Hay una… ¿Cómo se dice? Hay que llegar a la expresión más poderosa que dicta una palabra. Eso me parece. Llegar a la expresión más poderosa que dicta una palabra, la misma palabra. Y yo he intentado llegar a esa expresión más poderosa en mí. Otro puede elegir otras palabras, que significa que las estoy evitando, y que vivo esa palabra y soy el alma del sentimiento de esa palabra, yo. Y cuando hablo, el sentimiento y el alma de esa palabra habitan en su energía. Y eso durará toda la vida. Hasta el último segundo de vida, todo es vida. No significa que el primer día ya vas a amar, vas a ser bondadoso, esto va a durar toda la vida. Que nadie se engañe, yo no quiero llevar a nadie a engaños. Cuando dicen, no, te transformaremos en cinco días, pues lo siento mucho, no lo creo. y se lo digo a la gente y digo, no… Se prometen muchas cosas, no. Esto es hasta el último día de vida. Entonces, la palabra amor, que es la primera que aparece, pues para mí tiene un sentido… ¿Tenéis el libro a mano por ahí para poder definir la palabra amor? Sí, sí, lo tengo yo aquí.

    Quique: Lo tengo yo aquí ahora mismo y voy en un momento a por esa palabra que está en el 41 aquí. Y cuando hablas de amor, Estás hablando de la verdad abriéndose paso en el orden de tu corazón. El silencio y la quietud son los grandes maestros de la vida.

    Luis: Meditar en los ojos es donde se asienta el alma de la palabra amor. Y eso ya después hablaremos. Pues es, como dices tú, la verdad abriéndose paso en el orden. Y yo siempre digo a la gente, preguntar en el orden de vuestro corazón, que es una metáfora, pero es la realidad. como el alma de los sentimientos en nuestro corazón. A ver, ¿quién está ahí primero? ¿Yo? ¿Mi pareja? ¿Mi familia? ¿Mis hijos? ¿Mis amigos? ¿El dinero? ¿Las vacaciones? ¿Qué está? ¿Y cómo está ordenado eso? Porque según cómo esté ordenado, nuestra vida se acelerará de una manera o de otra. Y digo acelerar. Si quiero conseguir dinero, estaré acelerando para ver cómo consigo dinero. Se quiso ser famoso acelerando para ser famoso. Las redes. De repente ya te pierdes. Entonces entras en un mundo de aceleración en el cual, y ya si vamos a la ciencia del lenguaje positivo, al libro, lo que te está haciendo en esa aceleración es que no eres consciente, entran muchas palabras negativas que te hacen rumiar. o rumiar o estar atadas a ellas, como puede ser el éxito, el click, el vamos a ver cuánta gente me ha visto, el no sé qué. Entonces la palabra amor es yo busco un orden dentro de mi corazón y que sea un orden de la verdad. Es decir, yo sé que a mí mismo no me puedo engañar. Solamente el malvado se engaña a sí mismo en el sentido de que nunca querrá escuchar otra verdad que no sea la suya. Es decir, que la gente no tiene por qué morir porque tú lo decidas. Así de sencillo. No me voy a complicar más la vida.

    Jeroen: O sea… Oye, Lluís, ¿podrías darnos algunos ejemplos prácticos de cómo incorporar estas palabras de la primera parte del libro en la crianza diaria de nuestros hijos?

    Luis: Fíjate, yo el libro lo pensé exactamente como lo decía. Hay 63 palabras. La 64 es cuando nace mi hija, ya sabéis, es importante. Pero bueno, son 63 palabras. Yo digo a muchos padres y madres, abrir una palabra del libro, cualquier página del libro, al azar si queréis, y bailar, que acabo de abrir yo ahora. Cuando el alma de la alegría me sale por los pies. Y de repente digo, a ver, me está siendo por los pies la alegría, bailo con mi hija, con mi hijo, Me puse a bailar soul con mi hija para dormir. El otro día con música clásica. El otro día con música de Rosalía. El otro día con música… Yo no voy a negar la realidad. No puedes negar lo que existe. Tienes que trabajar con lo que existe y transformarlo en bodaz, que es diferente. Entonces yo digo, bueno, el alma de alegría, baila con tu hija. Baila con tu compañero o compañera. Baila con tu pareja. Baila con quien quieras, pero baila. No pasa nada, baila. Y ya verás tú cómo cuando bailas, ese abrazo que sientes, sientes el latido de la otra persona, sientes su respiración. Si tus brazos se abarcan bailando a la otra persona, verás lo que significa abrazar, que también aparece en el libro, porque ten en cuenta que son 63 palabras, que todas son vasos comunicantes. Tú coges una y te puede llevar hasta 62. con su orden y con todo. Entonces, eso también. Entonces, ya verás tú cómo… Y eso es la inteligencia, que al final tu inteligencia hará que se comuniquen todas las palabras para crear una forma de estar en el mundo.

    Las palabras guía

    Quique: Es interesante todo lo que comentas, porque al final nos estás abriendo, como tú muy bien explicabas antes, la capacidad de empezar a educarnos, incluso nosotros mismos, antes de compartir y de enseñar. Durante la segunda parte de tu libro hay una parte palabras guía para inspirar a ese buen camino del que nos hacías referencia. ¿Y cómo pueden, al final, las palabras influir en ese desarrollo moral y emocional de un niño? Es decir, efectivamente, no hemos recibido esa educación bondadosa, porque cada uno probablemente entienda por bondad, a lo mejor, determinados factores distintos. Pero ¿cómo podemos empezar a transmitir a esos niños ese desarrollo que les va a influir en su día a día?

    Luis: Fíjate, está muy bien porque es verdad que la clave es que en el libro está dividido en tres partes, son las palabras agitadas, que son las palabras guía, y las palabras centinela, o las palabras guardianas. Con las palabras guía hice ya una investigación y pregunté a mucha gente, artistas, cocineros, gente famosa, qué palabra les había guiado en su vida. Era una estrella polar, una palabra más genética para que no se perdieran. En el fondo, el libro está escrito para que nosotros, que seamos padres o madres, y estemos con nuestros hijos, tengamos palabras guías que no nos hagan perder nuestra bondad. Porque cuando nace nuestro hijo, somos bondadosos. Lo primero que queremos es abrazarle, quererle. Por lo tanto, tenemos que tener una serie de palabras que sean como cordón umbilical también, que nos una a nuestro hijo. Y antes de nacer. Esto empieza antes. Porque, claro, si al final lo dejamos como si fuera un proceso natural, Nos olvidamos que no, que la inteligencia no es un proceso natural. La inteligencia lo que nos ayuda es a elegir y a encontrar las mejores soluciones a los problemas cotidianos que tenemos en la vida. Tenemos que encontrar soluciones. Eso es la inteligencia. No es a ver si tengo un cociente intelectual, conocimiento que la gente dice. No, no. La inteligencia es que tengo que encontrar las mejores soluciones y ponerlas en práctica con mis decisiones. Ahora tengo que ayudar a la inteligencia a que vaya a su grado más alto y excelso, que es la bondad. Y entonces regreso hacia atrás y me encuentro a la madre y al padre. Yo abogo mucho por la paternidad, por los padres, porque he visto muchos padres maravillosos en esos 70 y tantos días que he estado en el hospital, que es muy importante. abogo porque desde el primer momento ellos se conviertan en esas palabras que quieren ser. El libro lo que quiere es que sea una guía, cómpralo, ténlo, míralo, elige cualquier palabra. Y en la tripita, díselo. Y cuando sale, también. Porque tú eres el ejemplo. Pero tienes que ser un ejemplo para guiar de haberlas habitado antes. Por eso pongo siempre la primera palabra, la palabra habitada. Habita esas palabras para que tú, al final, seas ejemplo. Porque la gente me dice… Tenemos que ser ejemplos, claro, pero ¿cómo vas a ser ejemplo? Si al final llegas a casa igual cansado, agotado o agotada, de tanto trabajo, de estrés, no tienes ni un minuto… Yo, que estuve el 2 de abril, estuve un año entero en un colegio. Y me decía una madre, ¿tiempo yo? Llego a casa, tengo cuatro hijos. El primero es ya adolescente, ya con sus historias, pero el pequeño se agarra a mi pierna y se va arrastrando todo el rato. Y digo, ¿cómo voy a llegar yo a hablar, a tener un segundo? Dime, por favor, me decía. Y te aseguro que fue ese libro y esa experiencia de hablar con padres, con padres, con profesores, con alumnos, fue increíble. Porque vamos a ver cómo podemos encontrar un poquito de tiempo. Y un poquito de tiempo es, así de sencillo, una palabra. Una palabra es muy poco tiempo, es segundo. Y a veces, con que te levantes un minuto antes, dirás, ¿cuál va a ser la intención de mi día con una sola palabra? Quiero ser esa palabra, la habito, y quiero ser ejemplo para mi hijo con esa palabra. Si bailo, es porque quiero que baile, que sienta la alegría, que sale por sus pies. Y en ese casito, en mi caso, cuando yo bailo, por el pecho de mi hija.

    Quique: Me parece una maravilla y ante la cual Tengo que decir, Luis, que creo que no hay un paso más fácil, más sencillo y más asequible que pensar que tenemos siquiera cinco segundos para pensar en una palabra y cómo vamos a ser ejemplos. Creo que no hay excusa y es el momento de empezar a llevarlo a cabo. Hay un concepto que a mí me llama mucho la atención con todo lo que tiene que ver con las palabras, y es que Al otro lado de las palabras hay algo que se llama silencio, que se llama quietud. ¿Qué impacto tiene en nuestra vida y cómo podemos también fomentar y aprender de ese hábito del silencio, de la quietud, para saber escuchar?

    Luis: Para mí… Todo el libro está basado en experiencias mías. y de la gente, porque al principio aparece una entrada que habla de gente famosa, que desean para sus hijos, a ver, pues que sea buena persona, por eso dije, todo el mundo que desea. Ahora, ¿cuál es el camino para encontrarnos…? Yo a veces me veo en la trampa de… ¿Cómo se llama? Si Ken Robinson, ¿os acordáis? Que murió hace ya un año o dos años. En una de las anécdotas que cuenta en una charla TED dice que, bueno, que había un profesor que dijo, bueno, A ver, dibujar algo. Y entonces le pregunto a la niña, ¿qué estás dibujando? ¿A Dios? Bueno, pues si a Dios nadie lo ha visto, bueno, pues ahora lo vais a ver. Pues parece que yo soy ese, ahora vais a ver qué es la bondad. No, porque yo todavía no soy bondadoso y moriré sin ser todo lo bondadoso que quiero ser, pero hay un camino, un buen camino por la vida budista. Y ese buen camino por la vida requiere situd, que es la contracción de silencio y quietud. Los dos van juntos. Hay muchos métodos para conseguir sitúd, que es decir, en fiquitud. Hay gente, la respiración consciente… Yo utilizo métodos más sencillos, porque a veces la respiración consciente a mucha gente no le va. A mí me gusta mucho el budismo, y sobre todo el budismo de la alegría, que es una de las cosas que me llaman más la atención. Y yo uno mucho sitúd a pasear. Si buscáis la palabra pasear, que no sé dónde está, en qué página del libro,

    Quique: Creo que estaba, si no recuerdo mal, en la parte 27, en el 137, en la segunda parte.

    Luis: Eso es. Sí, ¿puedes decirme un poquito qué significa ir por el aire? Sí, sí, por supuesto. Es que yo a veces no me acuerdo, literalmente, pero ya vivo el pasear.

    Quique: Es que a veces… Dejarse inspirar por el aire, comprometer nuestro corazón con el momento presente.

    Luis: Eso es. Pues eso es sitú. Comprometer el corazón con el presente. Y por eso estoy en silencio y en quietud. Te escucho. Y además hay una palabra que me parece que en pasear aparece debajo, que es aware, que es la palabra japonesa que dice… Dilo tú ahí perfectamente.

    Quique: Agüero es una palabra japonesa muy sensible que significa sentimiento profundo provocado por la belleza efímera de la naturaleza. Eso es.

    Luis: Eso es silencio y quietud y la belleza efímera de la naturaleza. Pasear te hace apreciar la belleza efímera de la naturaleza. Vas paseando en otoño y ves caer una hoja. En Japón dirían, yo oigo el latido de esa hoja cuando está cayendo. Y si guardo silencio y quietud, oigo crecer las piedras. Y si guardo silencio y quietud, puedo oír el latido de mi hija. Si guardo silencio y quietud, puedo oír como tus ojos me miran. Es decir, el silencio y la quietud forma parte esencial del ser humano. Es lo más difícil que tenemos hoy en día. Porque sí la sociedad, los poderes diversos, se ocupan de que nuestra mente esté ocupada constantemente. hay mucho ruido que nos llega al interior. Por lo tanto, no voy a apreciar probablemente el paseo en silencio y quietud, o no voy a apreciar el silencio y quietud para pasear, o para estar con mi hija, o para bailar. Claro, sitúz para mí es el arte de construcción del ser humano, por excelencia. Me encantaría que nos encontrásemos significa que tú haces el camino de la compasión. Si lo ponemos en lo que yo sentía, porque yo ahora no me acuerdo la definición de las palabras, intento vivir las palabras. O sea, te inspiran y luego vives la palabra. Ya paseas y no estás pensando en lo que es pasear. Simplemente miras el sonido del aire y muchas veces cuando voy a Bielorrusia y voy al pueblo naroch, de repente allí hay mucho ahí, hay pequeños huracanes y oyes el viento y soplar y después cuando cae la nieve y parece que todo tiene un ruido y todo va creciendo. Ya lo vives. Creo que el ser humano ha perdido por las prisas y por el ruido el vivir la esencia de los propios ruidos, o sea, de una hoja caer. O sea, ya su cabeza no se permite, no ve la belleza, y entonces todo le parece… cosas así como… son para personas… ¿Pero qué es la vida? La vida es eso. Silencio y quietud es la esencia para mí.

    Las palabras centinela

    Jeroen: Oye Luis, estamos paseando por tu libro. Hemos visto la primera parte del libro con las palabras habitadas, la segunda parte ya con las palabras guía, y nos queda la tercera parte de tu libro con las palabras centinela, para impulsar la valentía para vivir. Entonces, aquí también me gustaría entrar un poco en algunas de esas palabras. Me gustaría saber cómo ponen palabras como esperanza o presencia a ayudar a nuestros hijos a superar sus miedos.

    Luis: A ver, también aparece la palabra miedo y también la palabra enfado. Las palabras centinelas, yo elegía algunas, como hemos vivido emociones positivas y negativas, no, se dan todas. Ahora se puede demorar. No, pero es que también tienes que sentir los negativos, pero es que siempre lo vas a sentir. tienes que darle paso, es que vaso va a tener, somos humanos, si te pinchan te duele y si te pinchan la cabeza y te pinchan tu corazón también te duele, por lo tanto a mí me gusta, por ejemplo no sé si tenéis la palabra enfado ahí y podéis ver la definición, yo porque las cosas las pongo así como pues al final son pistas para darme cuenta que una palabra centinela es la que me alerta de que igual me puedo despistar de la vida. Que me puedo despistar de mi corazón y me puedo despistar de mi mente. Y me puedo despistar de mi habla. Entonces, la palabra guía tiene esa esencia. Decir, bueno, estoy aquí para… La palabra centinela. Es como si me alertara, cuidado, que te estás perdiendo. Imaginaos, ¿por qué se pegan en el parlamento y dicen que quieren hacer una sociedad del bienestar? ¿Pero si el bienestar del lenguaje es lo primero? Se me estás agrediendo. ¿Cómo agredimos principalmente? Primero por palabras y luego ya nos enfrentamos, o a tortazos o con armas. ¿Qué ejemplo quieren dar? ¿Se están engañando a sí mismos y quieren engañar a una sociedad? Claro, eso no es. Entonces, le faltan esas palabras sentidas para decir, oye, ¿pero qué estoy haciendo aquí? Y claro, le falta la humildad. Y nadie se quiere ver como mala persona, por lo tanto, aunque estén haciendo mal, nadie se quiere ver como mala persona. Es un principio de psicología básico. Buscamos siempre, además Martin Luches en su último libro lo decía, al final siempre queremos quedar bien con nosotros mismos. Queremos salvar nuestra imagen y nuestra autoestima. Claro, y al final lo van a justificar todos. No, no cabe justificación. Entonces, yo creo que las palabras centinelas están para eso, para que me dé cuenta que igual no escucho, o para que me dé cuenta que igual me enfado, pero no pasa nada. Pero me tengo que dar cuenta, tengo que tomar conciencia para cambiar, que lo decía antes, para poder cambiar. No significa que no me vaya a enfadar nunca eso, pues el Dalai Lama, como decía, y Desmond Tutu en el Libro de la Alegría, hicieron una conversación entre ellos de cuando se enfadaban. Mucho. Y se enfadaban muchísimo. Claro, pero pasan con los años y a la edad de mamá parece que tiene 86 años y desde un punto murió hace dos años. Te das cuenta de repente que esto es un proceso largo, con tranquilidad, pero tienes que tener voluntad, determinación, disciplina del lenguaje, para poder decir, oye, no me voy a dejar atrapar por mi propio lenguaje, por mi propia excusa, y voy a dañar a los demás, y primero me daño a mí mismo, porque lo primero que tengo que dañar es a mí mismo, para ya no tener solución. Si ya me he matado, seguiré. Y ya no tengo solución, me encuentro a muchos. La reconciliación con un corazón dañado, autodañado, es muy difícil. Por eso las palabras, a ver qué palabras están habitándote a ti ahora para sanar tu corazón autodañado. Porque es el que más duele, te daña a otro, pero que si tú te dañas a ti mismo… Es que esas voces están internas, te acompañan 24 horas. El otro igual te se marcha, pero cuando tú te sigues, sigues tú solo, con tu lenguaje.

    Cómo fomentar la inteligencia bondadosa

    Jeroen: Me gustaría llevarlo un poco a la práctica ahora. Ya hemos visto las tres secciones y para todos los padres que están escuchándonos, ¿podrías compartir algún ejercicio práctico que los padres pueden hacer con sus hijos para fomentar esta inteligencia bondadosa en un mundo que a veces puede ser hostil o indiferente?

    Luis: Sí, además que no podemos salvar a nuestros hijos, como pone al principio del libro, de cuando abran su corazón a personas extrañas o la abran al mundo y que le puedan dañar. Por tanto, los niños van a tener que aprender y tienen que tener herramientas. Eso me parece perfecto. en la página y eso 196 y esto así que además lo iba a decir si me preguntaba si o no diría esto lo voy a decir porque me parece lo que dice aquí esta persona que se llama Zainab Salbi es maravilloso Zainab Salbi, cuando era muy joven, la casaron, su marido la violó y montó una ONG Woman for Woman, que es la ONG más grande de mujeres del mundo. Leer su historia a Zainab Salbi es increíble. Para mí es una maestra, yo tengo muchas maestras. Es verdad, de Sieris, por los libros que ha escrito. Visada a Zimbroska por la poesía que aparece al final. Y Zainab Salbi, por ejemplo, que la nombro mucho, aparte de La Lama, de Motutu, etcétera. Zainab Salbi porque es una mujer que ha hecho lo que os comentaba antes, ha sido muy práctica y muy concreta en su vida. tenía que salvar familias enteras en Afganistán y consiguió 17 millones de dólares o 15 millones en dos semanas y salvó 1.500 familias en el último, cuando salió de Estados Unidos. Tiene experiencias, yo he visto, he leído, la he escuchado un montón de veces, una mujer sencilla, en el sentido de aquí estoy yo, y me llamó la atención una declaración que aparece aquí, que yo os la voy a leer porque Ella vivía el tiempo de su vida. Todo el mundo tenía mucho miedo de estar con ella, porque pasa eso en política, pero pasa mucho en las personas que están luchando por causas buenas, que se creen que tienen todo el derecho. Siempre dicen que están haciendo el mal, que no están dispados, y lo decimos como agresivamente. Yo tengo derecho porque estoy salvando a las mujeres del mundo. Tú no. He ido a todas las zonas del mundo en guerra y he visto cómo han violado, mutilado y que han hecho con las mujeres del mundo. Tú no. Y entonces ella cayó enferma, porque a veces las enfermedades son más del alma, porque no me doy cuenta que esa exigencia no es la adecuada para construir el mundo que yo quiero construir. Y para llegar a esa bondad de estar con el otro, que no piensa como tú, que no cree como tú, sin agredirle, fíjate en política, qué bonito sería eso, pues pasó todo esto. Y ella cuenta una de sus historias de cómo aliviar el tiempo de su vida, porque su vida, sí, muy bonito todo lo que hacía, viajando por todo el mundo, o sea, su boca ha estado por todo el mundo, hablando de mujeres y familias. Dice que, bueno, yo tengo que aliviar mi tiempo, dice, te liberas de la hostilidad hacia el mundo y del mundo hacia ti. Hay una hermosa persona en tu interior. Zainab Salbi lo describió de una manera muy gráfica en una entrevista que le hizo Oprah Winfrey. Siempre pensé que no era una mujer guapa. Me miraba en el espejo y no importaba que mi anterior marido y todo el mundo me dijera, eres preciosa. No hay nada que hacer. Yo me miraba en el espejo y me decía, no soy una mujer guapa. Pero en una ocasión, una mujer tibetana me dijo, y esta es la clave, yo este es el consejo que doy a todos los padres y madres del mundo y a todas las personas, porque esto va dirigido al mundo, por supuesto educativo, pero al mundo político, al mundo empresarial, es decir, va dirigido al mundo cultural, es decir, al mundo deportivo. No podemos ser como somos muchas en los lugares en los que estamos. Pero en una ocasión, esta mujer tibetana me dijo, necesitas empezar a meditar en tus ojos. ¿Qué es lo que ves? ¿Ves un enemigo? ¿Ves una persona fea? Entonces, de modo que cogí el espejo, por cierto, el mismo en el que siempre me miraba, y comencé a meditar mirándome las pupilas. Seguí practicando esta meditación y vi mi alma. Y me dije, wow, hay una bella persona en mi interior. Y poco a poco empecé a ver mi propia belleza y a dejar de juzgarme. Claro, yo voy muchas veces a los padres y digo, es que queréis cosas muy prácticas. Tres palabras, no existen tres palabras. Entonces, no. No confundáis. El mundo ya os ha confundido y llegáis ya confundidos. Queréis cosas que sean así. Hasta el último segundo de vida todo es vida. Yo he visto en el hospital, cuando estaba con mi hija, decirle a los padres que su hijo se va a morir en dos días porque tiene una enfermedad congénita. Recién nacido. La vida es un suspiro. ¿Qué hago yo con esos dos días? Se decía el padre. Le voy a dar la mejor historia de mi vida. ella medita en los ojos. Yo cuando me levanto a veces me acerco a mi hija, me acerco a mi hija, miro sus pupilas, sus ojos y me veo reflejado a mí, quiero ver mi alma como se va a reflejar en su corazón. Esto no es teoría, es mucho más práctico que lo demás, porque es que al final te dicen, pon en práctica una palabra, bueno, voy a poner alegría, voy a estar alegre, pero el día que te dan un sopapo por otro lado interior ya dejas de estar alegre. No. Hay que construir más profundamente. Hay que dejarse de… A ver, que necesitamos… Ya sabéis, la gente ya lee enunciados. No lee ni dos ni tres líneas. Claro, así no se va a poder cambiar. Entonces, cuando te ponen al mundo va mejor. Pues difícil. Por este camino difícil. El optimismo va porque uno igual medita en sus ojos y a ver qué veo en mis ojos. ¿Veo a un enemigo? ¿O veo… aunque no vea a un enemigo, pero tengo que hacer que es mi enemigo para que yo gane unas elecciones, por ejemplo? o para que pueda subir y escalar en mi empresa.

    El lenguaje de la felicidad

    Quique: Luis, me gustaría hacerte una pregunta con mucha curiosidad después de leer el libro porque yo creo que es probable que si hiciéramos una apuesta y dijéramos que hay 63 palabras en las que has trabajado y yo os dijera, venga, decidme una que creéis que sí que está seguro, muchas personas hablarían o dirían la felicidad y la felicidad no se encuentra entre esas 63 palabras. Aunque estoy convencido de que hay un sentido profundo detrás. No sé si podrías compartirlo con nosotros, Luis.

    Luis: Sí, a ver… Era una tetralogía, cuatro libros. El tercero era El lenguaje de la felicidad. Que, por cierto, yo creo que es un gran libro. Le pilló la pandemia y, bueno, ahí andamos con el tema. A mí me cambió la vida, os dije, leer a Svetlana Aleksiévich, que es una compatriota bielorrusa, Premio Nobel de Literatura, La guerra no tiene rostro de mujer. Es el primer libro que leí, luego reí los otros cuatro. Me cambió todo. Todo para comprender qué es la felicidad. Hay historias increíbles que nadie pensaría. La felicidad tiene que ver con saber pedir ayuda. Y con dar esa ayuda. Hay una historia muy bonita que no aparece, por eso aparecen otras palabras, porque ya lo he escrito en otro sitio, y la felicidad, el culmen de la felicidad, saber si una persona es feliz, es la alegría, que sí aparece. Y aparecen ocho palabras, que son palabras que recojo de Dalai Lama y de Desmond Tutu, que es el compendio de lo que significa ser una persona alegre. Porque no es lo que nosotros entendemos, como tampoco confundir la alegría con la diversión. Pero si volvemos a la felicidad, que para mí es un acto increíble. En tiempos de guerra, en la Segunda Guerra Mundial, cuando existían los guetos, os cuento una anécdota pequeñita. Había una madre y una hija, el padre ya había muerto, judíos y estaban metidas en el gueto, que no era como a veces las películas te muestran, bueno, y pasaba una mujer, decía la madre, la hija, hermosa y bella, delante, y dijo, qué pena. Y entonces la madre de la niña, que es la niña la que cuenta todo, la madre le dice, si te doy pena, ayúdame, pedir ayuda. La otra se acercó y hablaron un ratito en la bahía. Al día siguiente apareció la mujer, la alemana, por fuera, y empezó a hablar con la madre. y le ofrecía una ayuda. Te ofrecía una ayuda. Era que se podía llevar a la niña. Al día siguiente, la niña la vistieron muy guapa, muy bonita, y la sacaron por la puerta, porque se puede sacar una alemana sacada a la niña, la metieron en un carromato, la taparon y se la llevaron. Esa mujer, la alemana, hizo lo que estaba en su mano. ¿Y esto qué tiene que ver con la felicidad? Bueno, ¿a dónde la llevan a la niña? La niña la llevan ellos dicen un caserío, bueno, una casa donde vivía una mujer que tenía cuatro hijos. Tres o cuatro hijos, ahora no me acuerdo. Y acogía a esa niña. Y la niña recuerda y dice, si ella nos peinaba, nos peinaba a todos por igual. Si nos abrazaba, nos abrazaba a todos por igual. Era una mujer alemana. Si nos besaba, nos besaba a todos por igual. Sabiendo que yo, la niña decía, era la muerte para ellos. que si venían los alemanes, primero me matarían a mí, luego a sus cuatro hijos, y luego a ella. Y sin embargo vivía con alegría y con felicidad todos los días, porque daba, daba todo lo que tenía. Y cuando venían los alemanes, decía, corre, corre, vete al bosque, escóndete. Y se salvó. Y luego cuando terminó la guerra, venían los soldados, los rusos y tal, y la querían adoptar. Y decían, yo espero a mi mamá, hasta que su mamá apareció. Porque preguntó y fue. Y entonces dio las gracias, como había tratado la hija a la alemana. Y bueno, realmente es… ¿Qué es la felicidad? El camino de la vida y un buen camino por la vida que yo puedo construir porque sé pedir ayuda. Porque hay que pedir ayuda. Aquí en España no vamos a pedir ayuda. Yo lo puedo todo. Y sobre todo, dar ayuda. Y de repente tu corazón… Y ahí entra la bondad. Y por eso, de repente, trasladé la bondad a esos elementos y dejé, pues ya que en el libro había aparecido ese testimonio, lo dejé ahí aparte. Pero me parece… Hay actos de bondad maravillosos en cualquier situación, en cualquier lugar. Lo que pasa es que la bondad tiene que ser más atrevida. Es un poquito… la parte que necesitamos. Nos falta inteligencia bondosa, nos falta inteligencia para que la bondad sea atrevida.

    Jeroen: Poco a poco vamos terminando esta entrevista. Quiero un par de cosas. Primero, una última pregunta sobre el tema del libro. ¿Con qué palabra te gustaría definir esta entrevista?

    Luis: Esperanza. Me gusta porque yo creo que ojalá seamos capaces de hacerlos partícipes a nosotros mismos, a nuestro corazón, ni a nuestra mente, ni a nuestra habla, en la bondad, para que todo lo que gritamos y decimos, que damos paz en el mundo, primero construyamos nuestra paz interior, seamos valientes para llevar bondad a los demás. Que no quede en un grito aleatorio o en una noticia que dura un minuto, o dos, o días, que seamos capaces, y ahí empieza la educación. no se puede cambiar de la noche a la mañana. Y me preguntan mucho, pero tú ahora, ¿qué le dirías a Putin o a Zelensky? Porque los dos tienen mucho que ver en todo. Todos estamos en guerra y todos hacemos la guerra. ¿Qué les dirías? Bueno, hacemos escuelas bondadosas después, por lo menos.

    El mejor hábito efectivo

    Jeroen: Esperanza. Muy bien. Hemos hablado mucho de palabras, de tu campo. Me gustaría llevar la entrevista un poco a nuestro campo. Bueno, nosotros, como sabes, nos dedicamos a ayudar a personas y empresas a vivir la efectividad para ser más feliz. Y me gustaría saber cuál es tu mejor hábito efectivo.

    Luis: El que nunca me he dado por vencido. Nunca. en todo lo que me ha pasado. A mí me han pasado muchas cosas, teniendo en cuenta que yo tengo cuatro hijos. La hija mía que tiene ahora tiene cuatro meses, que cumplió el día 29. Mis otras hijas, que son gemelas, tienen 44 años. Estén ahí ahora, van a cumplir en octubre. Y mi hijo tiene 42 años, Francisco. Y mi nieto, Rodrigo, tiene 22 años. No darme por vencido es tener a Nicole Bollet, Una persona que me hizo una entrevista me dijo, y lo repito muchas veces porque se lo agradezco, aunque parecía que es muy dura la entrevista, me dijo, pero tú a tu edad, si te vas a morir pronto, tienes una hija de cuatro meses, y es donde aparece la palabra número 64 en el libro, y es donde aparece el instante. La esperanza es porque si aprendemos a vivir distantes de forma diferente, quizá cambiemos nosotros y cambiemos el entorno del mundo que nos rodea. Y si pensamos en lo grande, igual nuestro ejemplo llega a otro y hay una cadena. No se sabe. Pero esto es inteligencia puesta en marcha. Hay que movilizar la inteligencia humana.

    El secreto más grande

    Jeroen: Y para dar otro salto más al tema, hay una pregunta que te dejó nuestro último invitado. Y no sé si te gustaría contestarlo o no. Es ¿cuál es el secreto más grande en el libro de tus secretos personales que crees que no puedes contar al público porque te avergüenza, hay culpa, sentirías que los demás tienen información contra ti si lo cuentas?

    Luis: Pues ninguno. Yo, por lo general, cuento casi todo. Mi vida, la conoce todo el mundo, he ido cambiando. Yo, por supuesto, si alguien me dice, has sido buena persona, digo que no. ¿Has educado bien a tus hijos? Digo, no. Es decir, me falta mucho por aprender. Mis hijas me dicen ahora, pues ya podría haber salido esto antes de educarnos a nosotras. No toda mi vida ahora está equilibrada ni en armonía. Por eso mi esperanza, que eso lo he dicho antes de la palabra, es porque espero que, como sé que hasta el último segundo de vida todo es vida, pues mi esperanza me haga cambiar a mí mismo, que cada día camine un poquito mejor por la vida siendo bondadoso, y desde luego esa es mi gran esperanza.

    Jeroen: ¿Y qué le pregunto a ella? ¿Es el próximo invitado o próxima invitada a este podcast?

    Luis: Pues cuando se delante por la mañana, ¿qué paz puede aportar? ¿Qué paz puedo aportar yo hoy cuando me levante? Que lo piense y que diga qué paz. No hace falta que lo diga, pero qué paz pueda aportar allí donde vaya caminando y con quien se encuentre.

    Cuestionario KENSO

    Jeroen: Vale, nos quedan diez preguntas rápidas, que son las mismas preguntas para todos los invitados. Tipo test, tipo test. Sí, efectivamente.

    Luis: Ya sabes que yo hablo, soy filósofo. Amo la sabiduría. La sabiduría es inteligencia y hay que movilizar la inteligencia para ser corto y preciso.

    Jeroen: A ver cómo lo llevas. Si tuvieras que compartir un solo aprendizaje de todo lo que has vivido hasta ahora, ¿cuál sería?

    Luis: El instante. El instante. Ese es el instante. El instante me ha hecho… Y esto lo cuento porque es importante. Mi hija Nicole Bollet, aunque no sea la gran respuesta, me ha hecho apreciar los instantes. Ahora mis instantes se duplican. Nunca en mi vida soñaría que iba a vivir tanto como estoy viviendo ahora porque veo los instantes. Los instantes se hacen eternos. Es muy importante.

    Jeroen: ¿Cómo se titularía tu biografía? Caos. Caos.

    Luis: Sí.

    Jeroen: Caos curioso. Caos curioso, vale. Queremos con esto. ¿Cuál es el libro que más has regalado sin contarte con tus propios libros?

    Luis: Creo que El desvío de Aleksiévich. La mujer no tiene… La guerra no tiene rostro de mujer.

    Jeroen: ¿A quién te gustaría o te hubiera gustado conocer?

    Luis: a la primera persona que pronunció una palabra y sobre todo si dijo la primera palabra amor.

    Jeroen: ¿Qué canción pones a todo volumen para subir el ánimo?

    Luis: Me suelo poner canciones de Rosalía en tiempos. Así he escrito mis libros con muchas canciones de Rosalía.

    Jeroen: ¿Alguna canción en particular?

    Luis: El mal querer.

    Jeroen: ¿Cuál ha sido la pregunta más interesante que te han hecho? ¿La pregunta más interesante?

    Luis: Pues quizá, lo que os decía antes, eres demasiado mayor para tener esta hija, te vas a morir pronto. Me ha hecho reflexionar mucho.

    Jeroen: ¿Qué se te viene a la cabeza cuando piensas en la felicidad?

    Luis: Ojalá yo supiera pedir ayuda.

    Jeroen: ¿Qué película volverías a ver cada año?

    Luis: La Llegada. ¡Divinez! Es que es preciosa, habla de lenguaje.

    Jeroen: Y la última pregunta que tenemos para ti. Si tuvieras que dejar un mensaje en una cápsula para tu yo del futuro, ¿qué te dirías?

    Luis: Nada. Nada. Me tengo que inventar.

    Resumen y despedidas

    Jeroen: Tenemos un último regalo para ti y para todos los oyentes, que es, mientras tú has estado hablando de estos conceptos tan interesantes de tus libros, nosotros hemos estado tomando notas y, como costumbre, siempre al final de la entrevista compartimos estas notas con el mundo. Muy bien.

    Quique: Aunque Luis tiene la suerte de que se le olvide casi todo, recuerda a ese profesor alemán donde se encontró con él en el terreno del conocimiento y la filosofía. Ese profesor que le metió en el mundo de la filosofía de la ciencia y en el del lenguaje. Una persona que abrió mundos. Mundos a la palabra escrita, a la palabra oral, a la palabra gestual. Y lo abría con las puertas de la curiosidad y el momento del acogimiento. Porque desde ahí es desde donde empiezas a abrir nuevos horizontes, quitando limitaciones. Y como nos ha expresado Luis, mis límites son mis posibilidades. Con Luis hemos viajado al pasado para descubrir el origen del lenguaje con la primera palabra. Y aunque no sabemos cómo comenzó, sí sabemos que había sentimientos y que queríamos expresarlos. Queríamos capturar ese alma y ese lenguaje comenzó a crear las primeras palabras, las primeras palabras a su vez, las primeras historias. Y desde ahí, las propias historias ahora ya crean emociones. Tomar conciencia es el acto más importante del ser humano para liberarse de ese camino donde el lenguaje lo falseamos hacia nosotros mismos. Porque el camino del lenguaje es el camino de la libertad. De ahí la importancia de qué decimos, cómo lo decimos y cómo nos lo decimos. Así que recuerda encontrar las palabras propias. Luis nos ha hablado del lenguaje positivo, el que nos regala vida, y del negativo, ese que te la quita, en ambos casos, en nuestros tiempos no conscientes. Un lenguaje positivo y negativo que nos dice cómo reaccionamos en tiempo y manera ante un estímulo. Y esa libertad de la que hablábamos es la posibilidad de tomar decisiones. Decisiones que nos llevan a desarrollar la inteligencia bondadosa. Ese concepto donde hay una historia detrás. Donde la más alta expresión de la inteligencia es la bondad. Así que llega el momento de preguntarte cuál es el orden en el corazón de tus palabras. Porque la respuesta te llevará a lo que estás acelerando. Y cuidado, si entran palabras negativas que te atan y te llevan a rumiar. Y al otro lado de las palabras se encuentra el silencio y la quietud, ese arte de construcción del ser humano por excelencia, porque son el camino de la compasión. Aunque la mente se encuentre ocupada constantemente y rodeada de ruido por el interés de los poderes, ha llegado ese momento en el que incluso el propio ruido nos impide vivir la esencia de los propios ruidos. Luis, gracias por compartir tu tiempo con nosotros porque hemos compartido vida. Gracias por mantener la disciplina, la decisión, el coraje y la esperanza para ser un filósofo de la bondad, por educar y enseñarnos a convertirnos en la palabra que queremos ser. Porque si cuidas de tus palabras, ellas cuidarán de ti, tanto como Nicole de Luis. Muchísimas gracias.

    Luis: Qué bonito, gracias. Qué bien, oye, me gusta. Me habéis captado la esencia. De hecho, casi lo voy a coger cuando me diga, te vas a presentar, hoy os envío un audio, esta presentación está muy bien, no hace falta que os escriba una biografía para una ocasión, para lo que me dicen, aquí tenéis los datos más esenciales. Sí, sí, está muy bien, lo agradezco.

    Outro: Muchas gracias por escuchar el podcast de KENSO. Si te ha gustado, te agradeceríamos que te suscribas al podcast, lo compartas en tus redes sociales o dejes tu reseña de 5 estrellas para ayudarnos a llegar a más oyentes. Y si quieres conocer más sobre KENSO y cómo podemos acompañarte a ti, tu equipo o tu organización en el camino hacia la efectividad personal, puedes visitar nuestra web, KENSO.es. Te esperamos la semana que viene en el próximo episodio del Podcast de KENSO, donde Quique y Jeroen buscarán más pistas sobre cómo vivir la efectividad para ser más feliz. Y hasta entonces, ahora es un buen momento para poner en práctica un nuevo hábito KENSO:

    Quique: ¿Qué palabra vas a ser hoy?

 

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Otras entrevistas en el podcast:

Jeroen Sangers

Anfitrión del Canasto. Mentor artesano especializado en la Efectividad 2.0 para personas y equipos de trabajo.

https://jeroensangers.com
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