El arte de transformar un legado con innovación y liderazgo con Nino Redruello
Episodio 361
¿Alguna vez te has preguntado cómo transformar la tradición en liderazgo?
Ese es el tema principal del programa de esta semana, donde aprenderás cómo el legado familiar puede convertirse en plataforma para la innovación con Nino Redruello.
Nino representa la cuarta generación de la emblemática saga hostelera madrileña La Ancha. Forjado en las cocinas del Bulli y Arzak, revolucionó el panorama gastronómico con conceptos como las tortillas de Gabino Fisher o el Club Financiero Genova.
Su evolución es fascinante, del joven que asumió el peso familiar al visionario que ha transformado tradición en vanguardia sin perder esencia. Dirigiendo más de 300 empleados en 13 restaurantes, Nino ha descubierto que el verdadero éxito reside en inspirar a otros y conectar con tus valores.
¿Te animas a descubrir cómo la excelencia y autenticidad pueden transformar no solo un negocio, sino también tu vida?
Suscríbete al podcast:
Índice de la entrevista
08:58 Legado familiar y superación personal
12:29 Pasión y perseverancia: legado familiar
21:05 Superando miedos en la vida
27:52 Aprender a valorar las personas
30:36 Crecer en equipo y liderazgo
38:23 Ritual del anochecer en restaurante
43:22 Filosofía de libertad y duda
51:21 Confianza y desapego en la vida
53:55 El valor del esfuerzo constante
57:11 Cuestionario KENSO
1:00:24 Resumen y despedidas
Recursos mencionados
Las recetas de La Ancha: Un viaje por los fogones de cuatro generacionesde Nino Redruello | Amazon
Deja de ser tú: la mente crea la realidad de Joe Dispenza | Amazon
Tú no lo vez de Ultraligera | Song.link
Follow the sun de Xavier Rudd | Song.link
Siete novias para siete hermanos de Stanley Donen
Formación para empresas | KENSO
Cursos online | KENSO
Coaching personal | KENSO
Y la música de KENSO gratis para Podcasts y YouTube | Uppbeat
-
Aviso: el transcriptor a veces no nos entiende, pero vosotros seguro que sí. Disculpa, si lees algún error en la transcripción.
Quique Gonzalo:
¿Alguna vez te has preguntado cómo transformar la tradición en liderazgo? Ese es el tema principal del programa de esta semana, donde aprenderás cómo el legado familiar puede convertirse en plataforma para la innovación con Nino Redruello. Nino representa la cuarta generación de la emblemática saga hostelera madrileña La Ancha. Forjado en las cocinas del Bulli y Arzak, revolucionó el panorama gastronómico con conceptos como las tortillas de Gabino Fisher o el Club Financiero Genova. Su evolución es fascinante, del joven que asumió el peso familiar al visionario que ha transformado tradición en vanguardia sin perder esencia. Dirigiendo más de 300 empleados en 13 restaurantes, Nino ha descubierto que el verdadero éxito reside en inspirar a otros y conectar con tus valores. ¿Te animas a descubrir cómo la excelencia y autenticidad pueden transformar no solo un negocio, sino también tu vida? Bienvenidos a un nuevo episodio de KENSO, el podcast donde descubrirás cómo vivir la efectividad para ser más feliz. Soy Quique Gonzalo, aprendiz en nutrirme de nuestras tradiciones, Y, por cierto, si quieres participar en el sorteo de 2 libros de Nino, te esperamos en KENSO punto es barra círculo. Y ahora disfruta de la entrevista.
Nino Redruello:
Bienvenido, amigo. Muchas gracias, Quique.
Quique Gonzalo:
Es un placer tener a Nino Retruello con con nosotros. Y sobre todo me gustaría porque hemos compartido muchos campos de fútbol, a alguna que otra comida en en diferentes de tus restaurantes, y me gustaría preguntarte por algo que creo que tiene para ti un valor muy especial y es, ¿qué significa para ti la palabra familia, Nino?
Nino Redruello:
Bueno, para mí, bueno, lo primero, gracias Quique por traerme aquí, que siempre te veía en los podcast y tal y digo, a ver cuándo me invitara este hombre, no, feliz feliz de estar aquí y poder, bueno, contarte un poco nuestra historia. Para mi familia es, bueno, yo me he criado muy cerca a una familia muy cerrada, muy familiar profesional, porque toda la familia nos dedicamos a la hostelería, a la cocina y contaban todas las historietas. Entonces, mi familia siempre ha estado muy ligada a la empresa. No había esto de quedar la familia y hablar de, se hablaba de hostelería y se hablaba de cocina y se hablaba de atender y se hablaba de trabajar y de valores, siempre ligado esos valores a al, bueno, a la a la profesión, a lo que nos dedicamos, ¿no? Pero familia para mí ha estado impregnado a fuego desde pequeñito, y creo que es parte muy importante, ahora me doy cuenta, por ejemplo, yo vuelvo del Bulli de trabajar creatividad pura, 6 meses, hago un voy al Campeonato de España, cocina creativa, voy a la final, ese lado creativo que a todos nos engancha, y cuando vuelvo a la ancha, mi tío el primer día, 23 años ya, para comer me pone una tortilla con cayos, y para él, para mi tía y para mí, hago yo así, digo, usted está cerca, y me re enamoro de mi familia, y construyo mi viaje y mi vida cerca a mi familia, ¿no? Entonces, yo entendí que es que tengo algo alucinante que nadie tiene, con unos valores, con una gastronomía y con cosas muy bonitas, y no he querido probablemente buscar nada de más ego o más pretensión probablemente, por lo consciente que soy de mi familia, ¿no? Y de lo bonito que tengo en casa.
Quique Gonzalo:
Me parece increíble porque con eso ya nos estás dando mucha de esta actitud que yo creo que determina la diferencia que has marcado. ¿Cuál es el primer recuerdo memorable que tengas en tu cabeza de ver fogones?
Nino Redruello:
Pues mira, yo con 15 años, de aquellas historietas que se contaban los domingos entre mis padres y mis tíos, y nosotros 3 los niños, callados, como estaba siempre antes, callado, y se y entonces era como el chirimí, como el calabobos, que tú ibas creciendo y se van contando historietas que te iban calando de valores, ¿no? Sin y es un regalo porque no necesitamos tampoco vivirlo y nos empapamos de esos valores, ¿no? Y de alguna forma sentí tanto peso de todo el trabajo desde desde mi bisabuelo, historietas de mi abuelo, mi bisabuelo durmiendo en un taburete 20 y pico años para despachar 4 pajaranes por la noche. Todo aquello cuando yo me crió pensando en quiero ser cocinero como mi tío, yo asumo de los 3 hermanos que somos como la responsabilidad familiar. De una forma un poco enfermiza, pero yo la asumo y con 15 años salgo del cole y en vez de mis 3 meses estar de piscina, playita y tal, me tiro los 3 meses en la cocina. Y lo primero que hago toda esa mañana, según entré a la cocina con mi tío en la cocina de lancha, es hacer pan rallado, estuve como 3 horas haciendo pan rallado, y croquetas, bolear croquetas. Y mi percepción de aquellos primeros días es que era muy duro, y que la gente no tenía vida casi en aquella época, porque no podían los fines de semana, la cantidad de horas, y entonces yo decía, yo no quiero esto para mí, este video, esto no tiene vida la gente. Salía por la tarde, llegaba a casa y ya volvía otra vez, y digo, si estoy todo el día aquí. Pero, de alguna forma, entonces yo, cuando acabó aquellos 3 meses, vuelvo al colegio y digo, no, yo no vuelvo a esto, esto, esto, chaval, yo no quiero esto. Volví con 16 años por lo que sea, volví con 17 y cuando ya luego tengo enganche un poco en la escuela de Irizar, voy a Quelarre Estrellas Michelin y me encuentro con un tipo de magia que puedes generar en los clientes, que alguien cuando te visita a un restaurante, puedes crear un momento mágico único en la vida y que sea de algo mágico súper mágico por emocionarles, por sorprenderles, por hacerles sentir que son especiales, por amarles, me enganché, me enganché.
Nino Redruello:
Entonces, bueno, empecé muy pronto, pero eso también me hizo estar muy fuerte para mi momento, ¿no? ¿No? Pero cogí las riendas de la cocina antes de que me gustara, antes de antes de decir yo, me apasiona la cocina, no, no, yo quería por el peso familiar, y luego más tarde es cuando me enganché.
Quique Gonzalo:
Claro, porque vienes de un peso centenario sobre tus espaldas, que como bien decías, que hay lluvia fina, sobre todo de los aprendizajes, esas charlas, esos momentos de sobremesa, y hablabas de la magia. Para llegar a esa magia que tú has conseguido, donde hay platos icónicos, desde tu tarta de queso copiada aquí y allí, desde tu escalope, desde esa merluza de lancha, ¿el primer paso hacia la magia es
Nino Redruello:
la humildad? Pues está muy bien tirado, Quique, está muy bien tirado. Es verdad que para crear magia creo que creo que te tienes que asombrar en la vida. Y el asombro sin humildad, si te crees que lo sabes todo, no te asombres. Y para crecer, para aprender, tienes que vivir como ese crío que está todos los días diciendo guau. Y para eso a mí el Bulli me hizo mucho, Con 23 años estaba trabajando en el mejor restante del mundo, que aquel año se cocinó toda la historia del Bulli, entonces todos los días eran platos nuevos. Entonces yo todos los días vivía en un asombro como en un parque de atracciones de un crio de 8 años, ¿no? Y me acostumbré a fliparme, a vivir en el flipado, en guau guau, entonces cuando Ian luego no lo tenía, lo buscaba, y era proactivo a flipar en la vida, y es una de las cosas que he intentado al retroalimentarme a mí diariamente. Entonces, yo ahora vivo todos los días cuando mato los cordones es un momento súper importante para mí, miro para arriba las casas de esta zona que son preciosas, ahora veo las casas, antes no miraba las nubes, un anochecer, ¿no? Entonces, creo que esa humildad es importante para para poder crecer en la vida, Y y es una cosa que es muy importante para cocinar o para lo que quieras, ¿no? Para todo lo que quieras hacer. Pero se trata en mi profesión que todo está cambiando tan rápidamente, que tienes que estar al día, que tienes estar mejorando, que vienen restantes nuevos, que todo el rato el tipo de hostelería cambia porque la sociedad cambia, entonces es un reto apasionante, o lo vives desde una humildad que decir, oye, me ha ido bien, he tenido éxitos, fracasos también, o estás enganchado a esa excitación de decir, no sé cómo me va a ir, tengo que estar atento todo el rato, o estás, o no es fácil.
Quique Gonzalo:
Cuéntame, porque hay un momento que considero vital y conociéndote es un aprendizaje brutal para todas las personas que estamos escuchando, ¿qué es lo que te hace, en lugar de tomar el camino fácil de continuo con esta herencia que funciona de la ancha de estos restaurantes? A decir, no, Antes de, de verdad, poner sobre mis hombros el peso de la ancha, decido forjarme en otros lugares, siendo 1 más.
Nino Redruello:
Pues yo no quería. Con 17 años, 18, no me acuerdo ya si 17, 18 por ahí, cuando acabó COU Selectividad o esto, mi tío Santi en la Tabernita de la Ancha detrás del tenemos ahora 2 restaurantes, calle Zorrilla y Príncipe Garay, y en la tabernita de al lado de la calle Los Madrazos, que es donde nacieron mis padres, en esa casa donde se forjó muchos años de la historia tabernera de la familia, mi tío Santi la cerraba. Era el soltero de los 3, se jubiló, y yo decía yo me la quiero quedar, que no se pierda, que no se pierda, yo la trabajo, y quería volcarme ya en la familia y y mantener ese legado, y mi padre y mis tíos me dijeron viaja, fórmate, aprende y ya tendrás tiempo de volver a que yo no lo entendía, y menos mal, menos mal, porque te forma como persona el viajar es algo increíble, y trabajé y trabajé más duro porque más duro de lo que probablemente mi padre y mi madre lloraban, yo le llamaba desde Londres en un restaurante estrella Michelin a mi madre, porque fíjate, estaba compitiendo con un puesto, con un con un francés, y estaba picando el puerro y tal, y estaba salteando algo en la sartén, y cuando me doy la vuelta para seguir picando el puerro, el francés me pone el mango típico de las películas, ¿no? Me pone el mango en el fuego de al lado, le da el fuego, y cuando ve que estoy acabando el puerro, lo vuelve a colocar y cogí la mano, me quemé la mano entera al hospital, y de alguna forma yo le llamaba a mi madre orgullosa de estoy en Londres, me he quemado la mano, curraba 18 horas, estrella Michelin, como diciendo me estoy haciendo me estoy ganándome esa pequeña oportunidad para mantener el legado dignamente de de mi familia, y mi madre lloraba al otro lado y y yo lo que le decía a mi padre este está chalado perdido, ¿no? Pero pero curré mucho más probablemente de lo que ahora con el tiempo digo qué necesidad tenía, Pero eso me hizo estar muy en forma, o sea, yo me he sentido una persona con una capacidad, he entrenado mi capacidad de esfuerzo durante muchos años, muy pronto, y cuando me ha llegado mi momento, estaba con 27 años cuando montamos las tortillas de Gabino, estaba súper en forma, con una capacidad de determinación, de esfuerzo, de las primeras críticas malas, seguir, no hundirte, ¿no? El liderar un equipo con el ejemplo, hay que estar muy en forma para para estar bien en la vida, poder liderar y mantenerse, no es fácil. Yo solo te vale cocinar rico y cocinar bien, hay que estar bien como persona. Y es una cosa que con el tiempo entiendes, que primero tienes que ser persona, y luego ser trabajador y luego hacer lo que quieras en la vida. Pero a veces, yo creo que nuestra edad, en nuestra cultura hace años, la persona la olvidábamos y todo era el trabajo en sí que eras capaz de hacer, pero primero tienes que estar tú bien.
Quique Gonzalo:
Yo que comparto campo de fútbol contigo, me gustaría siempre tener a gente como tú con ese compromiso y con esa fuerza, porque creo que no es una actitud que tengas puntual o que te llegue de manera genética, sino que la veo en tu familia. Tus tu padre, tu tío siguen montando bici y tienen 80 años, seguís yendo juntos a disfrutar momentos de escalada con 80 años. Entonces, creo que ahí hay un aprendizaje muy bueno que es estar fuertes. Estar fuertes para resistir esa quemadura, sobreponerse y tomarla como orgullo, y del Bullie sacar el sentido del humor de Ferran. Sí, bueno, ahora que
Nino Redruello:
decías lo de mi padre, mi padre, la gente que ha trabajado con mi padre o con mi tío, son los las personas más, o sea, en la empresa, los equipos más consolidados, que no les importa correr, bajar las escaleras, subir las escaleras. Esa sensación, lo que ha generado a mi padre y mi tío, nosotros no hemos sido capaces de de transmitirlo con esa fuerza. Mi padre tiene una frase, mi padre es muy bueno, y siempre decía, cuando nos ve dispersos nos dice una frase suya, pero que es que él siempre ha trabajado así y él nos dice, cada día, cada día es la inauguración, cada día te juegas el todo, cada cliente lo es todo. Y yo le he visto a mi padre trabajar 40 años, siempre cada segundo lo daba todo, pasando mi giga hasta el, o sea, y ahora que tiene 80 años, cuando viene a Madrid, se pone baja la ancha y se pone a hacer de runner que tienes que bajar unas escaleras, coge bandejas y el otro día con 80 años se cayó por las escaleras, se vio sangrando en el brazo, pero mantuvo la bandeja y no se le cayeron los platos y estaba ahí tirado el hombre, o sea, es alucinante. Entonces, es verdad que a nosotros esas eso es es es increíble cómo se nos pega a peor, porque todo va a peor, pero es verdad que eso se nos ha pegado, ¿no? Y el otro día yo le decía a mi sobrino que juega Giuseppe, que juega en el equipo, me decía él, íbamos luego en el coche y me decía, es que yo creo que en todos los partidos que te he visto jugar es el que más corre de de, y le dije yo, Giuseppe, es que no, o sea, si hoy corro el máximo, y esto es lo mismo para la vida, mañana soy mejor, entonces, ¿qué motivo hay para no darlo todo? No hay ningún motivo. Le dije, ¿qué motivo hay para hoy no correr el máximo de mi capacidad que me va a hacer mañana mejor? Por que por estar Hay que darlo todo siempre, ¿no? Cada servicio que das en la cocina, mira, nosotros en la vida puedes ir al barro y bajar, abrir las neveras, sacar el pescado, oler, irte a la otra partida, dudar, estar todo el rato o creer que está todo bien, ¿sabes? Y creer que está todo bien es, se vive mejor que saber que esté todo bien. Yo he creado en mi empresa la ley del sé, y es que vivimos en una cultura del creo, pienso que, supongo que, pero saber que las personas que dependen de ti en tu responsabilidad hacen las cosas como como se deberían de hacer, se vive peor sabiendo, porque tienes que obligarte a bajar al barro y saber. Y esa cultura es una cultura de empresa en el que necesitamos saber que se estén haciendo las cosas bien, porque mi profesión en la hostelería es una pena.
Nino Redruello:
Por eso cuando la magia ocurre es súper magia, porque tú entras en un restaurante, que te atiendan bien, que esté todo bien limpio, que te den de comer bien, el punto de sal, que cuando pierdas la cuenta te la traigan y que salga todo bien, es es un milagro, es un milagro que la persona que te atiende ese día esté con el ánimo, posibilidad para hacerte sentir de una forma maravillosa, es increíble. Por eso estoy yo tan enganchado, porque es un reto diario, y tener que engranar todo eso de una forma correcta para que la magia surja, hay que estar muy fuerte porque hay que bajar al barro todo el rato. Entonces, en esa lucha todos los días, Y no no es una lucha que digas, joder, es que estoy, en mi profesión mucha gente, te los cojones y es que no sé cuánto, y es que la gente, y ahora la gente no trabaja, es lo que hay, y hay que sacar lo mejor de todo el mundo. Y es el reto que nos toca vivir, ¿sabes? Y de aquí a unos años, pues ya veremos el siguiente reto, pero el de hoy hay que lucharlo, pues como cada partido, darlo todo y punto, ¿no?
Quique Gonzalo:
Ahí yo sé que hay una persona a a la que tú adoras y echas tremendamente menos, que es tu madre. De tu padre te llevas esa primera vez, siempre de tu madre, ¿qué hay en Nino?
Nino Redruello:
La generosidad, yo creo, o las ganas de generosidad. Mi madre siempre me decía que yo soy la, yo soy el que más me parecía a ella. Igual se lo decía a los 3, pero a mí se me decía tú eres el que más se parece a mí y tal, eres el más generoso. Y y ahora estamos creando una fundación, la Fundación Inma, como se llamaba mi madre, con un proyecto, el primer proyecto se va a llamar cocina para restaurar, para restaurar a personas que levantan la mano en la vida por problemas de lo que sea que nos puede pasar a nosotros cualquier día, y necesitan que les ayuden a comer en el día a día, y van a esos comedores sociales? ¿La pobreza tiene un punto de una simbología que te hace sentir, desgraciadamente, que pierden la dignidad y que no se sienten dignos de estar en la sociedad porque han necesitado un momento de ayuda. ¿Cómo ocurre todo en esa en esos comederos sociales que he ido yo he ido a dar de comer? Y luego volví a Fish Muller o a mis casas y veía la magia de cómo hace crecer a las personas esos momentos, que decía, pero si los que lo necesitan son los otros, y les estamos destruyendo en un comedor social. Entonces, todos los domingos vamos a empezar, ya estamos terminando de constituir los papeles, todos los domingos que hemos hecho ya varias veces, vamos a dar de comer de una forma como en un restaurante, en la ancha, a personas sin hogar, o no sin hogar todos, pero personas en necesidad, de una forma haciéndoles con esa esa forma de contar la hostelería que, sin tener que decirlo, dice mucho, decirles que son maravillosos, que no pasa por nada por tener un tiempo en el que necesites ayuda y que se les quiere y que pueden. Y es un proyecto muy bonito que es mi proyecto de vida y que surge por mi madre, porque mi madre siempre decía, siempre, mamá, ¿cómo estás? Mi mi madre sufrió los últimos 15 años de vida muchos dolores y demás, y siempre me decía, bien, hijo, bien, si tú estás bien, yo estoy bien. Y es esa forma de decir, ¿no? De si tú estás bien, yo estoy bien.
Nino Redruello:
Y es el proyecto más más más bonito que quiero hacer en la vida.
Quique Gonzalo:
Hemos visto ya 2 ingredientes fundamentales para esa receta de la vida. Hemos visto el ser siempre, atender a los demás como si fuera la primera vez. Hemos visto también la capacidad de generosidad. Dentro de ese tercer ingrediente, que es el legado que a mí no le gustaría dejar, ¿cuál es el tercer ingrediente que sumas tú de manera genuina a esta receta?
Nino Redruello:
Pues yo te hablaría de los miedos, fíjate. Yo te hablaría de los miedos, porque, por ejemplo, mi abuelo, que vino con 10 años de Asturias a trabajar en la taberna y que trabajaba 16 horas o 18.10 años, Cuando creció vinieron sus hermanos y primos de Asturias ya mayores y empezaron a montar más tabernas la estrecha, que se llamaba la primera la estrecha. 1 de ellos registró el nombre de la estrecha y fue donde mi abuelo y le dijo Santiago, esto es tienes que cambiar el nombre y tal. Imagínate en esos momentos muy complicados, en la época de la post guerra y tal, en las que coño pues tener una familia y varios locales que se llamaban igual te daría una cierta tranquilidad en los que el nombre mi abuelo fue el primer chaval que vino de la familia, porque empezó su su tío, pero bueno, el hombre vino con 10 años y ya con 40 y pico que te digan que tienes que cambiar el nombre, pues de alguna forma fue determinante y dijo, pues si no puede ser la estrecha, la ancha, y se separó de la familia y fuimos creciendo con la ancha, ¿no? Pero de alguna forma los miedos, que yo he cerrado restaurantes, yo he yo he dado ceros, que eso es importante en la vida. Yo he abierto un, cuando era crío en la ancha por la noche y a echar subir el cierre y a ver, 0 noches de 2 o 4 o 6, y alguna noche de 0. Y lo tengo impregnado a piel de que cada cliente es tan bueno esto, cada cliente porque al final vas metiendo ahora en la empresa que ya es más grande, vas metiendo gente nueva y no te da tiempo a impregnarles de lo que has vivido, y te das cuenta de que no todo el mundo entiende, porque ahora es un momento en el que hay la hostelería, todo el mundo quiere ir a comer, todo el mundo quiere ir a cenar, a tomar, y cuando entra gente nueva parece como que, no, estamos llenos y parece que les hacemos un favor a cada cliente porque les damos mesa, no no no te confundas. Es que que de los 9000 restaurantes que alguien elija tu casa es un es algo tan increíble. Entonces yo he dado ceros, pero es que aparte de dar ceros, a mí me han echado de un hotel hace un año, cerrado mi propio restaurante de la cabina, y no he vuelto a abrir.
Nino Redruello:
O sea, si ya de por sí un hostelero vive en los miedos, hemos pasado que es el del 2008 que fue muy dura, muchos años, y un un miedo que este encoge el el estómago y que te arruga y que te cambia el el modus de la vida todo el rato durante 20 y pico años, de y si me va al cocinero, y si no trae hoy nadie por la puerta, y si me dé la licencia, y si todo son miedos y miedos y miedos, ¿no? Y cómo llevar la vida con esos miedos cuando de repente se agigantan porque cierras tu restaurante, y dices, pues ya no soy tan buen cocinero, igual no soy tan, y todo se te hace Pues los miedos funcionan y y los trabajas, y yo los he entendido con los años, los hay muchos cuentos orientales que te hablan de formas muy bonitas sobre los miedos, de que te puedes o colapsar y parar, o sales corriendo para atrás, o vas hacia ellos, ¿no? Y la naturaleza de todos los miedos es que siempre que vas a por ellos, siempre que estás en movimiento, en dirección hacia los miedos, siempre se apartan. Por muy grandes y muy malvados que les veas y que dices no soy capaz y no soy capaz, siempre se quitan a un lado y pasas, ¿no? Entonces entender eso, entender que en la vida no existe ningún miedo suficientemente fuerte, ni grande, ni malo, que como para que no vivas la vida que quieres vivir, no no hay ninguno, no no existe, no no puede ser que el miedo te condicione la vida. Los miedos tienen que estar y existen antropológicamente para que no te caigas por un precipicio o no metas la mano, cosas que tienen que estar pero no te pueden condicionar la vida. Y y es un trabajo interno muy fuerte que que hay que trabajar en la vida, y sabes que van a estar ahí siempre, pero tú tienes que seguir en en la vibración de del tipo de vida que tienes que hacer y tu camino, y lucharlo siempre, y no parar de moverte, y no parar de andar y seguir y seguir y seguir, y fluir como el agua, ¿no? Que intentas, te para aquí el agua, pero siempre encuentra algún resquicio para que el agua fluya y sigues buscando tu propio camino, ¿no? Hay que estar, hay que honrar la vida y hay que y hay que dar tu máximo potencial en todos tus aspectos, pero pero no nunca quedarte en, pues estoy colapsado, ¿no? Y y los miedos es una de las cosas que es una pena que la vida, la gente con ese y sí, y sí me pasa esto, y sí estoy peor, y no dan los pasos que querrían dar en su vida por él. ¿Y qué dirá la gente? ¿Hoy si esto otro? ¿Y si estoy después de dar este salto en la vida peor de lo que estaba antes? Tú te vibra y quieres, si tienes un deseo en la vida, hay que ir a por él.
Quique Gonzalo:
¿Cuál es ese deseo que ahora mismo vibra más fuerte dentro de ti? Yo
Nino Redruello:
creo que el de devolver, el de devolver. Yo creo que hay una edad en la que cuando ya ves que no te vas a morir de hambre, ¿no? Gracias a dios y que ves que tienes una edad, que tengo 4 niños preciosos y una familia genial, me apetece mucho devolver a la sociedad, a la hostelería, a mi profesión, a la gente joven, me apetece mucho aportar y devolver y ayudar y acompañar. Ahora sí tengo la suerte de que me han elegido como para dar seguimiento a una a la Federación de Todos los Cocineros de España, y estoy muy ilusionado por todo lo que podemos aportar a todos los chavales, cocineros que salen de escuela, cocineros que están
Quique Gonzalo:
o cocineros
Nino Redruello:
empresarios de hostelería, que es un momento de mucho cambio, de mucha mucho movimiento hostelero, también de mucha incertidumbre y y poder acompañarles, porque yo he aprendido mucho en mi propia empresa de gente con un talento increíble que hemos ido incorporando estos años, que me han enseñado, bueno, el apostar por talento, apostar por personalidad, tener datos, gestionar bien como empresa la hostelería, que antiguamente, pues el dinero se nos iba entre los dedos y no sabíamos ni qué herramientas usar para gestionar bien. Ahora es un momento en el que hay que gestionar como un cirujano, y entonces quiero aportar y quiero devolver, ¿no? Y también a nivel personal, bueno, pues he vivido cositas por el camino que quiero contarlas y quiero a nivel también espiritual, cuando fallece mi madre, yo abro una puerta sobre, pues entiendo que mamá, ¿dónde estás? ¿A dónde te has ido? ¿Y estás bien? Y empieza a leer muchos libros de espiritualidad, aparece por ahí la física cuántica y muchas cosas apasionantes y fascinantes, que es mi mundo ahora mismo, ¿no? Y que estoy dando pasos en ese sentido que creo que es bonito también compartir.
Quique Gonzalo:
El otro día vi un vídeo de profesor maravilloso en Estados Unidos que hablaba por primera vez a sus alumnos de física cuántica y decía, ¿ustedes tienen la suerte de algo que es maravilloso? ¿Y es que piensan que saben de física cuántica? Mi objetivo es que cuando terminen el ciclo conmigo sepan que no tenemos ni idea de la física cuántica. ¿De qué sigues pensando que no tienes ni idea, Nino?
Nino Redruello:
Bueno, de la física cuántica, por supuesto. De la ostrería tampoco. O sea, me siento todavía como un aprendiz absoluto y esa excitación de y si hacemos algo no sabes si va a funcionar o no porque no lo sabes y te acojonas, y creo que ese acojón, esa ese enganche a la vida es una suerte tenerla, y yo la tengo, y vivo enganchado a la vida todo el rato, y creo que ese no tener ni idea de decir, pues la fórmula que hace 10, 15 años me funcionaba en a lo que me dedico, ahora ya no me funciona y me tengo que reinventar. Ese reinventar es una putada, pero es alucinante, porque te hace sentir que que tienes que estar aprendiendo todo el rato. Entonces, yo me siento así, o sea, y vivo enganchado a decir, este, hace una esta salsa, coño, yo he hecho, y y no me siento en en absoluto alguien a quien enseñar demasiado, sino contarles la cantidad de años que yo llevo reflexionando sobre este mundo tan bonito, que es el sector servicio, que es servir a los demás. Y eso es lo que lo que hago, pero pero cada día aprendes cosas nuevas y cada día son retos nuevos y cada día la hostelería, la sociedad, la gente, todo cambia tanto que yo estoy enganchado eso al cambio.
Quique Gonzalo:
Me encanta cómo hablas del servir a los demás, porque hay veces que lo tenemos como una palabra con un término quizá un poco peyorativo, y tú le das esa fuerza. Me encanta cómo hablas de los miedos de enfrentarte a ellos. Me encanta de buscar la magia porque se nota que en todos esos aspectos vas con alguien siempre, vas con un equipo, vas con una familia a cualquiera de los niveles. Cuando te rodeas de personas, ¿qué buscas en ellos, Nino?
Nino Redruello:
Bueno, yo he ido teniendo personas a mi lado que luego han ido saliendo, que esto es una lectura también muy bonita, personas que me han aportado increíble y que luego en momentos puntuales nuestros caminos se han separado. Y también hay que entender que se tienen que separar, y con el tiempo tienes que entender que no te tienes que aferrar a que y es que yo yo me porque era prácticamente familia, y y yo lo tomaba casi emocionalmente como un fracaso, aunque yo lo contara luego como que no, emocionalmente, y es verdad que yo, si mirara para atrás, gestionaría los egos de los demás de una forma más inteligente y más y más generosa, y no pensando tanto en las discusiones pequeñitas, sino al significado de esas discusiones, ¿qué más da quien tiene razón o no? ¿Cómo le estoy haciendo sentir al otro? Y en ese en ese supervivencia del sector de piensas que lo más importante es la decisión sobre, y muchas de ellas son intrascendentes y no importan, pero estás haciendo sentir a otro de menos, ¿no? Y yo estaba bastante cegado pensando en mi verdad, mi verdad, mi verdad, ¿no? Pero pero es verdad que yo he buscado siempre personas, personas, ¿no? Por encima del talento y por encima de todo lo demás, yo he puesto jefes de cocina de de personas que habían entrado de fregaplatos, cuando mis tíos se jubilan en la ancha a Carmen que estaba fregando, llevaba 18 años fregando los platos, la hago directora, la hago responsable del restaurante de un día para otro, ese tipo de cosas, sí, al final yo creo que es muy importante pensar que tú estás al lado de alguien, y ese alguien que está al lado tuyo va a dar el 100 por 100, y va a dar todo lo que tiene, todo su empeño, porque porque te quiere, porque lo quiere, y porque y porque confía y cree en lo que está haciendo. Esos compañeros, aunque nos cueste más, aunque no estén tan formados, a mí es lo que más me llena. Y luego es verdad que he aprendido en mi empresa estos últimos años de que tienes que rodearte de ese tipo de personas, pero de gente mejor que tú. O sea, yo ahora tengo un chef ejecutivo, Manu Villalba, que está debajo mío, que coordina a todos los jefes de cocina, a todos los ejecutivos y tal, que yo le digo, Manu, hazte un plato, vamos a hacer un plato de pichón con oxalis, frambuesas, no sé qué y tal. Y eso sí tal, y me saca probar y yo, usted, qué cabrón, qué cabrón, qué bueno es, claro, cocinan mucho mejor que yo. Y y yo le digo, ya, échale un poquito de pimienta entonces, a los puntitos. Pero, o sea, al final yo me he reconvertido en mi propia empresa teniendo gente mejor que yo, he tenido que mejorar tanto.
Nino Redruello:
O sea, cuando tú tienes talento y abordas en tu equipo a gente supertalentosa, te obligas a a crecer 000 quedas, tú tienes que, yo tengo que tengo que ser una persona que mole, que quieran correr a mi lado, que digan yo quiero estar con este tío. Mira, hay una anécdota que yo entendí de qué va esto del liderazgo cuando yo en la pandemia Sí. Cuando arrancamos los escalopes empanados, yo freía, pues, que son 300, 400 escalopes al día. Llegaba a mi casa con los con las manos llenas de quemaduras, grasa, y yo le decía a mi mujer las primeras semanas digo, pero es que me flipa Freddy Scalopes, y yo decía a mi mujer, yo me tiraría toda mi vida haciendo lo que estoy haciendo ahora mismo, que es Freddy Scalopes, pero yo decía, hostia, no entiendo por qué me gusta tanto, o sea, ¿qué hay ahí detrás? Como para que me genere tanta felicidad cuando es que Félix Scalopes mola, pero tampoco tanto, pero mi felicidad era como plena, era demasiado plena para entender la con respecto a lo que mola realmente él hace los Scalopes, y lo dejé ahí porque no lo entendía, y le estuve dando ronroneando tiempo, y lo dejé fluir, y al poco, a las semanas, me vino la idea y lo entendí. Cuando ese escalope que yo hacía y mandaba a las casas, y además en ese momento un poco de momento emocional complicado y, pero yo me levantaba a las 7 de la mañana, le golpeábamos todos esos golpes con el espalmador de kilo 690 golpes, los empanábamos y cuando los metía en una caja y estaban preciosos, finos, sin ninguna burbuja, un color maravilloso. Cada 1 de ellos, en el fondo, a mí me estaba estaba consiguiendo, de alguna forma, estar a la altura del del de mi familia, porque ese es el plato más importante de mi familia, el plato que desde pequeño yo entendido que más había que cuidar, que hacer, el esfuerzo que hay detrás de cada escalope, y como yo lo estaba consiguiendo, yo estaba siendo siendo estando de alguna forma a la altura de 2 personas, como mi padre y mi tío, que yo admiraba e idolatraba. Entonces, entendí que cuando tienes personas que bajo tu responsabilidad, si tú eres como son como son ellos, ¿no? Desde el ejemplo, desde la generosidad, desde la exigencia, que es muy importante también la exigencia, cuando los de abajo hacen cosas que están a la altura de esas personas cuando les ideolatras, te genera una felicidad. Es como yo con un día que estuve con Ferrán, que me llamó para hacer un plato de erizos y me fui y de repente, usted, hice un plato con él y no sé qué.
Nino Redruello:
Eso es increíble. Entonces, de alguna forma, cuando tú tienes personas que tú eres capaz de ser líder desde una generosidad, desde un ejemplo de esfuerzo, de talento también, y de humanidad, puedes generar una felicidad y una plenitud en los demás, que es también mágico. Entonces eso me enganchó de alguna forma. Entonces, cuando he incorporado talento en mi empresa, yo he dicho, yo tengo que molar mucho, ¿sabes? Tengo que demorar mucho a nivel persona y a nivel conocimiento y talento. Entonces, ahora soy un poco abuelo historietas, un poco me he de tal, les cuento cositas y tal, pero me he tenido que reinventar mucho en la empresa y y he crecido muchísimo desde que he incorporado talento.
Quique Gonzalo:
Y has hecho un paso, una transición del cocinero al gestor. ¿Cómo lo llevas?
Nino Redruello:
Pues lo llevo bien porque me meto en cocina y y necesito en sangre meterme y dar servicios y estar por allí y pensar en platos y reunirme y y desarrollar y estar con mi equipo desarrollando platos. Eso es mi mi gasolina. O sea, yo cuando hacemos un plato, pues ahora tenemos en el club financiero un volobán de espárragos blancos, que le dije, mano, oye, ¿cómo le hacemos? Bueno, es que me me apasiona, me da la gasolina, Yo eso es lo, no, tampoco puedes desprenderte de todo lo que te da la gasolina, pero sí que de alguna forma he entendido, pues, por ejemplo, cuando estás tan en el barrio y en la operativa no puedes entender, oye, yo he hecho cosas ejercidos bonitos en mi empresa como decir, ¿cómo es mi empresa? ¿Qué? ¿Cómo puedo definir hacia dónde quiero llevarla? ¿Cómo es mi empresa ahora y a dónde la quiero llevar? ¿Y cómo puedo contárselo a la gente de mi empresa? Y y eso lo haces cuando puedes separarte un poco. Y a mí me aparecen 2 anécdotas de mi padre que él ha seguido contando. Entonces, eso te pasa cuando le dedicas tiempo a mirar tu empresa. Hay una Alex Payete siempre me dice un amigo mío de picnic que a veces estamos tan cerca del árbol que no puedes ver el bosque, ¿no? Y te tienes que separar un poco para entender qué funciona hace tu árbol dentro del bosque, y ese tipo de cosas son prácticamente vitales. Y bueno, aprendiendo, porque hasta en la nuevo tipo de empresa tan organizativa y corporativa como, yo he tenido que aprender, pues cómo baja la información, cómo sube. Yo la liaba y bajaba el de abajo y le contaba cosas y he he tenido que aprender cómo se lleva el tipo de empresa en el que estoy en mi propia empresa.
Nino Redruello:
¿Sabes? Y es superbonito.
Quique Gonzalo:
Hay 2 momentos mágicos de los que nos hablabas antes, sino que yo he vivido en tus restaurantes, y creo que 1 es del comienzo que nos estabas hablando ahora, el propio origen del escalut parmando, porque creo que detrás de esa receta hay mucho de lo que vosotros transmitís en cocina, y al más reciente quizá también es el minuto que se hace en el club financiero. Cuéntanos esas 2 transiciones tan bellas, tan mágicas, que al final terminan en cocina, pero empiezan pensando casi más en las personas que van a disfrutar de ese momento.
Nino Redruello:
Sí, o sea, qué bien que lo veas así desde fuera como algo bonito. Mi padre siempre dice que hay que estar con los ojos abiertos y hay que estar, hay que estar y tal, ¿no? Y cuando Armando, que era un cliente de mi familia, él era el doctor Caparrós y vino con Armando un día, un amigo suyo, y le dijo, como buen, un psicoanalista hace 55, 60 años, le digo, como buen psicoanalista y tal, pues, y le y como buen argentino, le encantan las milanesas, vamos a ver si somos capaces. Entonces, le pidió una milanesa, pero grande y enorme y tal. Y mi padre con Pepe en aquel momento, con Gabino, con Gabino, en la cocina le hizo un escalope gigantesco, entonces aquel Armando señor se fue feliz. Mi padre ve aquel escalope que salía del plato gigantesco, pues a los 3 días ya lo tenía en carta porque estaba estaba en el mundo, estaba al quite, ¿no? Estaba a verlas venir. Y y entonces, bueno, al final es, a lo mejor si hubiera Armando hubiese ido a otro restante, pues no lo tendríamos, pero vino a mi casa y mi padre estaba ahí, estaba preparado para para para ver el Siempre yo de las cosas que más me he impregnado de es entender que en la vida tienes que estar con los ojos abiertos y el culo un poco apretado, ¿sabes? Porque, pues lo que decías antes de la humildad, ¿no? Si te lo crees todo y no aprietas un poco el culo, pues al final te, ¿no? Y y luego al final es creer más en en Nosotros nunca hemos tenido una estrategia de crecimiento ni de nada. Lo único que nosotros hemos hecho es intentar que cada cliente que entra por la puerta se vaya muy feliz, muy feliz, y que te mira la cara cuando se va y que te dé las gracias y que veas wow, cada cliente, Y creo que esa ese cada cliente del día a día ha hecho el que, bueno, que hayamos crecido de una forma orgánica. Y eso, igual que eso, no hemos pensado nunca en hacer nada, sino en vivir la vida de una forma bonita, muy cercana a enamorar, ¿no? Todos los días.
Nino Redruello:
Y lo del, y entonces ese escalope, pues, fue desarrollándose de una forma bonita, sin más creyendo en la magia que tiene ese escalope, porque es un plato muy emocional, muy de crío, el tamaño y lo que te te te lleva a tu niñez a esas emociones muy puras, y de ahí a lo que cuentas del club financiero tiene un poco sentido en el que nada más arrancar el club financiero a los segundo y tercer día en la cocina, se ve todo el ventanal de la sierra y se ve el anochecer, ¿no? Y entonces no me acuerdo que estaba viendo aquel anochecer y digo, es que vivimos sin ver las cosas ni valorar lo que tenemos. Entonces yo les dije a los todos los chavales venid aquí quietos y tal, y vamos a ver el anochecer que fijaros qué anoche más increíble tenemos delante, vamos a estar un minuto en silencio observando y dando las gracias de alguna forma, ¿no? Dedicándoles un un nuestro tiempo. Salían comandas allí y yo quietos, quietos y tal. Bueno, al segundo día lo volvimos a hacer y yo dije, esto hay que hacerlo todos los días, y al cuarto o quinto día salimos fuera de la terraza, y a la siguiente semana empiezan a venir los metres, porque les mola la Y de repente hicimos un ritual de que todos los días paramos el servicio, les decimos a los clientes, a la vez a las 9 y 10 de la noche ahora mismo, les decimos a los clientes, a todos los del restante durante 7 minutos, no va a haber servicio. Pídanlo ya, tal, porque no va a haber ni comida ni bebida durante 7 minutos, mes, porque es nuestro del equipo, nuestro minuto, nuestro tiempo de del día, en el que salimos fuera 50, 60 personas del equipo a ver el anochecer con una canción de una historia Elena que se llama Xavier Ruth, con la misma canción siempre, y en silencio, de alguna forma, en vez de estar pensando todo el día, soltamos esa estrés, esos pensamientos, y solamente observas. Y de alguna forma le estamos dedicando nuestra atención, nuestro tiempo a dar las gracias al día, que hemos tenido un día, que ha estado el sol, que estamos ahí, que respiramos, que vivimos, que que sentimos, YAYY de repente, y te cambia el cuerpo, y el equipo flipa, y la el cliente, el que quiere, nos acompaña a nuestro momento, a nuestro minuto de paz, ¿no? Y entonces es una cosa un poco mágica, porque es impensable que pares un restaurante para eso, y surge no como algo marketing, no surge de una forma natural, y creo que a veces poner a las personas y a los equipos, porque en la hostelería antigua solo se veía al cliente. Yo me he criado en una hostelería en la que solo se veía al cliente porque había que sobrevivir, es entendible, pero ahora te das cuenta de que la hostelería es ese servir a los demás, tú no estás en una casa en la que yo sirvo todos los platos. Entonces, o la persona que lo sirve, lo sirve con el corazón en armonía, con una vida lo más plena y tranquila y bonita para poder servir de una forma amorosa a los demás, o no hay esa magia.
Nino Redruello:
Y entonces, creo que 1 de los grandes cambios de las teorías es que estamos reenfocándonos en las personas de los equipos para que luego, inevitablemente, si te sirven y te cocinan con amor y con conciencia de esa magia, la
Quique Gonzalo:
recibes. Esto cala, esa lluvia fina de la que decías, quien te está escuchando ahora, esto cala profundo. Nino, 2 preguntas relacionadas. Si tú pudieras servir un plato a alguien que está o que no está, ¿qué le servirías? ¿A quién sería y de qué hablaríais? ¿De qué conversaríais?
Nino Redruello:
Al que yo quiera de A quien tú quieras,
Quique Gonzalo:
de alguien que esté o que no esté.
Nino Redruello:
Pues mira, igual es un poco frivolidad, pero a mí Fernando, siempre he querido cocinarle a Fernando Alonso, porque es asturiano también, asturiano como como nosotros, y siempre he visto con unos valores y siempre he pensado, este y yo vamos a ser muy buenos amigos. O sea, yo si, yo y Fernando Alonso, de Cañas y tal, seguro que nos haríamos muy amigos.
Quique Gonzalo:
Y competiríais, con eso sí. Cogeríais la bici, iríais yo creo que más lejos de los picos duro, para desdovio a los picos complicados.
Nino Redruello:
Lo pasaríamos y lo pasaríamos de puta madre. Pero entonces yo le cocinaría YYY pelotearía con él sobre la constancia, el esfuerzo, anécdotas, y me gustaría Y le haría unas lentejas. G lentejas con codillo con chorizo y morcilla asturianas ahumadas, y le encantarían y nos tomaríamos un platito de lentejas los 2 charlando con una copita de vino, súper a gusto. Siempre he querido charlar un rato con él. Me parece un tipo que que, o sea, muy de ejemplo, porque la constancia que ha tenido este tío, la fuerza, cómo ha evolucionado como persona también, como y su imagen, Creo que es un tío que va va de verdad por la vida, me gusta, me gusta mucho.
Quique Gonzalo:
Y era la inversa, si pudieras elegir a alguien que cocinara y te sirviera para ti, ¿quién sería, que te cocinaría, que le pedirías y de qué te gustaría conversar?
Nino Redruello:
Hombre, me gustaría, imagínate, lo más imposible de lo imposible es que me cocinara Ferrandería, que sabes que no cocina ya para nadie, y él dice, yo no cocino y tal. Sí, y charlar con él de muchas cosas que él me ha enseñado. Él me ha enseñado el año que estuve allí y por todo lo que él ha hecho, no no no me ha enseñado a cocinar, me ha enseñado a una filosofía muy bonita sobre la libertad, sobre la mirada crítica a la vida, sobre no dar por hecho el sistema de creencias ni en la cocina, oye, yo me yo he crecido en el que te contaban, esto sí se tapa ocurre este, y tú lo vas a probar, y nunca lo ponías en duda, y jamás nadie probaba nada de lo que ponían en los libros franceses ni en ni en escofiere ni en ningún lado, ¿no? Y él nos enseñó a poner en duda todo desde el respeto, pero con una mirada crítica decir esto, pues voy a ver si esto que me han dicho es verdad o no, y entonces él, según lo que iba viendo, creaba su propio estilo y su propia vida y su propio camino. Ese paquete de entender que tú tienes que no dar por no ser ni incluso, mira, si hubiésemos nacido hace hace 600 años y una mujer coge unas plantas, intenta curar con una infusión, la la la queman en la hoguera. Si hubiésemos nacido en Etiopía o en no sé qué país de tal, de de, pues comeríamos serpientes, yo que sé. Nos creemos que somos libres para crear, para hacer nuestro camino, para ser lo que somos, ni nos gusta lo que hemos elegido, nos gusta porque nos la sociedad nos lo ha impuesto los el colegio, nuestros padres, el sistema social, la religión, y de alguna forma Ferrán, en un en un entrelíneas, si lees por ahí, él lo que te enseña en la vida es que para un poco, reflexiona, pone en duda, investiga, trabaja y construye tu vida, la que tú quieras elegir desde una libertad, porque has puesto en en duda lo que te han dicho. Porque el sistema de creencias, tanto laboral como personal, es en el de ahora y en el de aquí, pero ¿por qué tiene que ser así? Dentro de 100 años o dentro de 500 o 1000, mirarán para ti y dirán, en el 2000 fíjate vivían y se creían que, ¿sabes? Pues ¿por qué tienes que darlo por válido ahora? Piénsalo y construye desde la libertad. Entonces hablaría con él de esto, hablaría con él de esto y decir, le diría gracias, le veo, le veo mucho en congresos y tal, y se lo he dicho, pero profundizaría en por qué él tuvo ese momento en el que empezó a dudar de todo, ¿no?
Quique Gonzalo:
Hay para mí algo que es muy importante, y es que tú trabajas la magia. Si pudieras dejar magia en la sociedad o en las personas que te están escuchando ahora misma, ahora mismo en este podcast, ¿qué te gustaría dejarles como pozo?
Nino Redruello:
Pues mira, me gustaría decirles que es que si si abrimos esta puerta
Quique Gonzalo:
La hemos abierto ya.
Nino Redruello:
Es que si abrimos la puerta de de que, bueno, de la de la física cuántica, la espiritualidad, yo les diría que confíen en la vida. Sabes que confíen en la vida, en que está todo bien, que, pues, ya yo he tenido experiencias espirituales en el que sé que hay vida después de la vida, en el que sé que está todo bien, y en el que hay que dar tu mejor versión día a día, en el que hay que ser lo más generoso, hay que amar y hay que agradecer, amar y agradecer, y confiar en la vida. Y desde esa tranquilidad todo fluye, porque estos miedos que hablábamos antes, los miedos, los miedos, los miedos, cuando tú crees que está todo bien y que la vida no acaba aquí, sino que todo lo que construyes y haces tiene sentido, y que y que cada acto de generosidad que tú haces tiene sentido y vale para más, y que de eso se trata, de no enjuiciar, sino de amar y de agradecer la vida, y que hoy estamos tú y yo aquí haciendo este podcast, que es alucinante, la la vida luego te lleva por caminos bonitos y te junta con gente bonita, y te lleva a situaciones bonitas, Entonces, yo le diría que que se quiten de los prejuicios y de los juicios.
Quique Gonzalo:
Potente reflexión que nos dejas aquí, Nino. Hablabas de amar y crecer. Yo desde Van Balinas he conocido tu historia de amor, que esa la podemos dejar hacia otro lugar con una persona maravillosa como es Paloma. Amar, crecer y agradecer a Paloma, lo que tú quieras, un mensaje para ella.
Nino Redruello:
Bueno, yo le diría a Paloma, bueno, es que que no se lo cree mucho tal, pero no no, yo le diría a Paloma que gracias porque me ha mejorado mucho en la vida, me ha enseñado muchísimo, y no se lo digo ahí, es una pena, pero me ha cambiado muchísimo. Yo venía con muchas cosas de mi familia, con verdades absolutas, que creían que eran verdades absolutas, y al encontrarme con una persona muy diferente a mí, ella me ha enseñado de que cada 1 tiene su vida, no hay verdades absolutas, y se puede ser de otra forma desde ella es mucho más cachonda, mucho más divertida, mucho más fresca, mucho más Me ha mejorado en todos sus aspectos los suyos, y además me ha enseñado que que hay que ser auténtico y que hay que apostar por Mira, ella me obliga todos los todas las semanas a tener un rato, que lo llamamos el date with my love. Si fuese por mí, yo ya nos habíamos separado porque soy un the how en la pareja, y ella es la que me obliga a mí todas las semanas a tener nuestro rato, a contarnos cosas, a dejar el móvil, a hablarnos, a contarnos, a estar todo el rato teniendo foco en engancharnos como pareja. O sea, es la persona más brutal con la que yo me podía ver, es perfecta para mí. Perfecta porque me ha enseñado una vida mucho más divertida, pasional y de crecimiento de lo que jamás podía haberme imaginado.
Quique Gonzalo:
Y ahora con 4 hijos maravillosos, cuando algún día les les pregunten por por su padre, cuando ya tengan 30, 40, 50 años, a lo mejor tú ya no estés aquí, solo que con tu genética y según vas probablemente estés, ¿cuál es el esa frase que te gustaría que ellos llevaran dentro de su padre?
Nino Redruello:
No lo sé, si te digo la verdad pienso muy poco en el legado. Era algo que antes de crío me importaba mucho ¿no? El ego, ese eso que tenemos ahí dentro inevitable y que muchas veces nos condiciona la vida y la nos nos tiene mucho peso, siempre pensaba y yo, ¿y cuándo me muera? ¿Y qué dejaré? ¿Y qué habré conseguido? Y con los años soy capaz de entender que es que no tengo que dejar ningún legado, ¿sabes? No tengo que dejar ningún legado a nadie. Y creo que, mira, creo que el mejor legado que les puedo dejar a mis hijos es que sean suficientemente libres para tener su propia vida. O sea, ¿me entiendes? El que mi legado sea el que no se sientan condicionados por mí, ¿Sabes? Sí.
Quique Gonzalo:
Hablábamos antes de comenzar la entrevista de cómo han cambiado los sistemas educativos, y es verdad que hay algo que nos estamos encontrando ahora, y es no hacer que ellos sean lo que nosotros esperamos de ellos que sean. Y eso me gustaría unirlo con un concepto del que hablabas tú antes, que es la libertad. ¿Cómo consigues transmitir la libertad en general hacia tus hijos, hacia las personas con la que trabajas, porque si estamos con gente que es mejor que nosotros como tú bien decías, ¿cómo conseguimos fomentar ese concepto de libertad?
Nino Redruello:
Volvemos un poco a lo de antes, a la confianza, a confiar, a confiar que está todo bien, y que si no te va bien algo, pues estará bien también, ¿sabes? Y si das un paso y luego acabas, si yo mañana tengo que cerrar los restantes y acabo siendo jefe de partida en una cocina y tal, pues estará bien, y te aseguro que seré feliz, y no me estaré diciendo, he tenido que cerrar, o o por lo menos lucharé, o estoy intentando mentalizarme en que si pasa eso en el desapego, el desapego en general a las cosas materiales, a las cosas, a la vida, porque crees que está todo bien. Entonces, yo confío en mis equipos YYY tengo que enseñarles la cultura de que oye, confío, pero estoy, confío, pero estoy. Y creo que esa eso es una gran libertad. O sea, creo que el el decirles, oye, yo estoy por si pasa algo y con mis hijos igual, ¿no? Pero mira, hay hay a veces madres del cole o familias del colegio que nos han llegado a hacer un comentario a mi mujer de, es que me encanta que mis hijos vayan con los tuyos porque como están tan salvajados, así se, se desinhiben, o sea, se se van un poco al extremo. Mis hijos, bueno, pues les Igual es un fallo, No, yo creo que yo ahora que soy padre, me doy cuenta de lo difícil. Yo, nosotros hemos contratado a una psicóloga que viene a casa para ayudarnos a darnos herramientas, una profesional, sobre cómo educar en mi casa. Una de las cosas que yo estoy en la vida enganchada es a pedir ayuda, a pedir ayuda. He pedido ayuda en en la empresa para el proyecto personas, alguien especialista en cómo hacer sentir familia a 400 y pico personas, porque claramente yo no sé, yo no sé hacerlo.
Nino Redruello:
Igual que eso en mi propia casa. Y el otro día vino la psicóloga a casa y ya ha venido varias veces y nos da herramientas para, y le contamos cosas, y en la última me dijo que yo tenía que ir al psicólogo, y le dije, pues oye, si esta ayuda y tal, pues voy al psicólogo feliz y a ver si me puede mejorar cosas que yo entiendo que muchas veces veo todavía a mi padre, a mi abuelo en el día a día, en mí mismo, momentos que saco de mala hostia o de tal, que creo que se pueden trabajar, está claro, y y que alguien profesional me puede ayudar y me puede mejorar.
Quique Gonzalo:
Vamos llegando al al final Lino, y pensando sobre esta respuesta que acabas de dar, me gustaría preguntarte, a qué cosas has renunciado en tu vida en general y qué cosa sí que te llevaría siempre contigo y piensas que va a estar o te gustaría que estuviera hasta el final.
Nino Redruello:
Pues mira, yo creo que yo he apostado por el esfuerzo en la vida, ¿vale? Ahora me doy cuenta, me doy cuenta ahora con los años de cómo empecé de crío, todo el tiempo que he estado, que no le daba importancia, ni ni le daba importancia ni decía ay, cuánto estoy trabajando, no, era, oye, pues lo normal, ¿no? Pero ahora me doy cuenta con el tiempo de que el esfuerzo funciona, pues como hablábamos en el fútbol, que cada día que tú haces esfuerzo, al día siguiente estás más preparado. Y creo que si en la vida, si apuestas por el esfuerzo, el esfuerzo te lo recompensa, y eso creo que es una ley bonita que está ahí, y creo que ahora mismo, en la sociedad en la que estamos, de la calidad de vida, del no esfuerzo, del de que no hace falta esforzarte por las cosas, por conseguir, por tus sueños, por tal, creo que es un mensaje que tenemos que volver a levantar. Sabes que eso no quita, no sé, no tener tiempo para ti, para tu familia, para tus amigos, creo que hay un equilibrio, pero el tiempo que estés tiene que ser pleno, tiene que ser absoluto y tiene que ser de esfuerzo máximo. Y no hablamos eso de de volver a las 56 horas semanales ni a 60 ni cosas, estábamos hablando de las 40. En mi empresa estamos luchando muchísimo y todo el mundo prácticamente, bueno, los jefazos no sé qué, andan en las 40, 40 y pocas horas, ¿no? Y estamos trabajando además en ello y creemos que es que tiene que ser una Pero las horas que estás tienen que ser de absoluto, de de de darlo todo por por mejorar, por ser, y poner Yo voy por la escogida y le digo, ¿por qué el tupper está a la izquierda si tú estás cogiendo por la derecha y estás cruzando la mano? O sea, se puede mejorar en el día a día y en tu esfuerzo en todo con ese punto de de de actitud por mejorar. Lo que estés haciendo lo puedes fregar el suelo mal o increíblemente bien, ¿no? Entonces, creo que todo lo que apuestes por un esfuerzo inteligente y un esfuerzo de de corazón, la vida te lo devuelve siempre.
Quique Gonzalo:
Qué maravilla, Nino. Tenemos una pregunta para ti que nos dejó nuestra última invitada Nina en el capítulo 359. Wow. ¿Cuál es aquella pasión que sabes que tienes y que no le dedicas las horas que te gustaría?
Nino Redruello:
La pasión. Bueno, tengo muchas cosas que me encantaría hacer y que no le dedico tiempo al día, desgraciadamente, pero es verdad que le dedicaría más tiempo a la familia, ¿sabes? O sea, me gustaría estar más implicado en mi familia que lo que que es verdad que yo le diga a mi mujer siempre, Tal vez, pues, le digo que yo no me voy de cervecitas, que es que salgo y me voy para casa, pero aún y todo me falta Tengo ese chip en la cabeza de que se me hacen los críos muy mayores y que quiero absorberles y agarrarles y estrujarles y dedicarles más tiempo, ¿no? Esa es probablemente la mi pasión, que me falta tiempo en el día.
Quique Gonzalo:
Qué maravilla. ¿Qué te gustaría preguntar a nuestro próximo invitado?
Nino Redruello:
¿Cuál ha sido su mayor aprendizaje de de de la vida, ¿no? ¿Qué es lo que más ha aprendido de la vida?
Quique Gonzalo:
Muy interesante, porque creo que va a ir completamente ligado con la persona que va a venir. Últimas 10 preguntas de nuestro cuestionario KENSO, Nino, vamos a por ellas. ¿Cuál es la regla de Nino para vivir mejor?
Nino Redruello:
La regla de Nino, trabajar tus miedos, y lo que hablábamos antes, yo creo que generosidad y y gratitud.
Quique Gonzalo:
Si tuvieras que compartir un solo aprendizaje de todo lo que has aprendido hasta ahora de tu vida, ¿cuál sería?
Nino Redruello:
Yo diría algo así como liderar conscientemente tu vida. ¿Cómo se titularía tu biografía? ¿Cómo se titularía mi vida? ¿Tu biografía? Mi biografía.
Quique Gonzalo:
Si la tuviéramos ahí en el libro, ¿cómo la titularías? La receta de Nino. ¿Cuál es el libro que más has regalado?
Nino Redruello:
Las recetas de La Ancha, el libro que tenemos de la familia de La Ancha.
Quique Gonzalo:
Que sortearemos ejemplares del mismo.
Nino Redruello:
¿Y y el qué tiene de que ver con esto? Y también he regalado el de Joe Dispenza, Deja de ser tú. Es un libro que recomiendo brutal.
Quique Gonzalo:
¿A quién te gustaría o te hubiera gustado conocer?
Nino Redruello:
Me hubiera gustado conocer a Gandhi.
Quique Gonzalo:
¿Qué canción pones a todo volumen para subir el ánimo?
Nino Redruello:
Pues mira, ahora estoy viendo mucho a Gisme y a Coque de Ultraligera, que son mis chavales que les amo con locura, de Ultraligera, que es un grupad que la están petando y son la leche.
Quique Gonzalo:
¿Cuál ha sido la pregunta más interesante que te
Nino Redruello:
han hecho? Pues algunas de las tuyas han estado bien tiradas hoy, De los podcast, me ha encantado cómo lo has tirado hacia la vida y no sé, no no no tengo ninguna Así todo lo que tiene que ver con la vida, con la emoción, con profundizar. No me gusta mucho cuando son todo muy, lo que decíamos antes, profesional y todo tan de lo que has conseguido, sino qué reflexiones tienes. Creo que tu enfoque del podcast ha sido brutal.
Quique Gonzalo:
¿Qué se termina a la cabeza cuando piensas en la felicidad?
Nino Redruello:
Plenitud. Mira, creo que la felicidad no es un fin, es una consecuencia de hacer las cosas bien.
Quique Gonzalo:
¿Qué película volverías a ver
Nino Redruello:
cada año? Pues sabes cuál verías 7 Novias Para 7 Hermanos, porque son de esas cosas que las veía con mis hermanos y mis padres, y son de esas que cuando ahora se la he puesto a mis hijos, que les aburre, porque a todos les aburre, buah, me me emociono cuando cae la avalancha y tal, las y rap tan, bueno, la la vería todos los años.
Quique Gonzalo:
Si pudieras dejar un mensaje para tu yo del futuro, ¿qué te dirías?
Nino Redruello:
Para mi yo del futuro, pues yo le diría, le preguntaría, ¿no? Le preguntaría qué tal ha ido, si lo que yo creo ahora que tiene sentido en la plenitud de la vida, voy por el buen camino.
Quique Gonzalo:
¿Cómo te gustaría terminar esta entrevista?
Nino Redruello:
Con un gracias. Con un gracias por traerme, gracias por darme posibilidad de contar, de explicar, de aportar, si es que hemos aportado algo y de y de aprendizaje, porque todas estas conversaciones, el que estés molestándote en este podcast para compartir conocimiento, creo que es algo fundamental a día de hoy.
Quique Gonzalo:
Gracias a ti, Nino, porque creo que de aquí vamos a salir con un alimento para el alma y para la vida muy potente. Ha sido un placer.
Nino Redruello:
Gracias, Quique. A ti.
Quique Gonzalo:
En una taberna centenaria de Madrid, el pequeño Nino pasaba sus domingos escuchando en silencio las historietas familiares que, como lluvia final, fueron calando en su alma los valores de esfuerzo y constancia. Cada día es la inauguración, cada día te juegas el todo, cada cliente lo es todo. Nos lo cuenta evocando aquellas palabras de su padre y de una filosofía que ha impregnado cada rincón de su vida. Miel no nos ha enseñado una verdad tan sencilla como revolucionaria, y es que la humildad es la puerta hacia la magia, y para crear magia tienes que asombrarte en la vida, y el asombro sin humildad no existe. Si te crees que lo sabes todo, no te asombras. Nos revela cómo su paso por el Bullie le enseñó a vivir flipado, a mantener viva esa capacidad de maravillarse cada día con las nubes, un anochecer con las fachadas de Madrid. De esta manera se retroalimenta de manera constante de ese asombro que nutre su creatividad. Nino nos enseña a mirar los miedos y mirarlos a los ojos, porque cuando nos habla de cómo ha cerrado restaurantes, nos muestra que en la vida no existe ningún miedo tan fuerte, ni grande, ni malo, como para que no vivas la vida que quieres vivir.
Quique Gonzalo:
Su sabiduría nos recuerda que la naturaleza de todos los miedos es que siempre que vas a por ellos, siempre que estás en movimiento, en dirección a enfrentarte a ellos, siempre se apartan. Su viaje espiritual, intensificado tras el fallecimiento de su madre, le ha llevado a un lugar de profunda sabiduría donde nos comparte que hay que amar y agradecer y confiar en la vida, y desde esa tranquilidad todo fluye. Cuando profundiza en su filosofía empresarial nos revela la ley del ser, y la contrapone a la cultura del creo, del pienso, del supongo. Para Nino, saber que las cosas se están haciendo bien implica bajar al barro, y esta atención meticulosa explica por qué considera que en la hostelería es un milagro que te des la paz. Su visión revolucionaria del liderazgo cristalizó durante la pandemia cuando se encontró friendo 100 de escalopes cada día y siendo feliz, tan feliz que era demasiado para entenderlo, hasta que comprendió que lo sentía porque estaba a la altura de las personas que admiraba. Este descubrimiento transformó su manera de liderar, porque cuando tienes personas bajo tu responsabilidad y eres líder desde la generosidad, desde el ejemplo, puedes generar una felicidad y una plenitud en los demás que es también mágica. Gracias, Nino, por enseñarnos que la hostelería es el arte sagrado de servir a los demás sin perder nuestra propia esencia, Por mostrarnos que cada día merece la intensidad de una inauguración, por regalarnos que la mejor forma de liderar es rodeándonos de gente mejor que 1 mismo, por compartir que los miedos se disipan cuando caminamos, manera decidida hacia ellos, y por inspirarnos a encontrar momentos de silencio y contemplación, incluso en medio del caos. ¿Y tú? ¿Estás dispuesto hoy a preguntarte si las limitaciones que percibes son reales o son solo miedos esperando a que camines hacia ellos? Terminamos con un nuevo hábito KENSO, avanzo hacia tus miedos y como el agua, siempre encontrarás camino para fluir.
Quique Gonzalo:
Nos vemos pronto.
Únete a KENSO Círculo
El club para personas centradas en mejorar su efectividad y vivir más felices.
Un club a tu alcance porque a partir de 1,5€ al mes tendrás acceso prioritario a los episodios del podcast sin publicidad, podrás descargar el superguión para cada episodio, recibirás cada mes un episodio especial donde haremos una reseña sobre un libro de efectividad, puedes participar en KENSO Lab para juntos crear hábitos efectivos, recibirás el newsletter semanal, podrás participar en el grupo de WhatsApp, disfrutarás de descuentos en los servicios de KENSO y de nuestra eterna gratitud por ayudarnos a mejorar.