Cuida a tu mente y cuerpo con Nina

Entrevista: Nina

Episodio 359

¿Alguna vez has sentido que tu cuerpo te habla, pero has olvidado cómo escucharlo entre el ruido de la vida cotidiana?

Ese es el tema principal del programa de esta semana, donde aprenderás cómo transformar la relación con tu propio cuerpo a través del autocuidado consciente y recobrar esa sabiduría interior que todos poseemos de la mano de Nina.

Nina es una de las más reconocidas actrices y cantantes de nuestro país, con una impresionante carrera de más de 4 décadas sobre los escenarios. Éxitos como Mamma Mia! y la dirección de la academia de Operación Triunfo, esa trayectoria artística que la ha complementado con su formación académica en logopedia, y fundadora de Nina Academia.

A través de su nuevo libro «Menopausia», Nina va más allá de un tema específico para revelarnos una filosofía. No necesitamos soluciones complejas, sino aprender a detenernos y escuchar lo que es complejas, sino aprender a detenernos y escuchar lo que nuestro cuerpo lleva en tiempo intentando decirnos.

¿Te animas a descubrir en la próxima hora cómo ese diálogo interior puede transformar de verdad tu vitalidad y plenitud?

 

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Índice de la entrevista

  • (08:29) Pasión por aprender y enseñar

  • (10:28) Reflexiones sobre carrera y envejecimiento

  • (19:53) Reto lírico en Gran Vía

  • (22:14) Autoconfianza y riesgo constante

  • (31:23) Superación tras intervenciones quirúrgicas

  • (38:00) Impacto y reflejo personal

  • (44:03) Investigación masculina y menopausia

  • (46:40) Metamorfosis corporal y crisis interna

  • (51:40) Pérdida de voz en docentes

  • (55:41) Cuestionario KENSO

  • (59:49) Resumen y despedidas

 
Lánzate al vacío. Tu cuerpo ya sabe cómo volar.
 

Recursos mencionados

 
  • Aviso: el transcriptor a veces no nos entiende, pero vosotros seguro que sí.
    Disculpa, si lees algún error en la transcripción.

    Quique Gonzalo:

    ¿Alguna vez has sentido que tu cuerpo te habla, pero has olvidado cómo escucharlo entre el ruido de la vida cotidiana? Ese es el tema principal del programa de esta semana, donde aprenderás cómo transformar la relación con tu propio cuerpo a través del autocuidado consciente y recobrar esa sabiduría interior que todos poseemos de la mano de Nina. Nina es una de las más reconocidas actrices y cantantes de nuestro país, con una impresionante carrera de más de 4 décadas sobre los escenarios. Éxitos como Mamma Mia! y la dirección de la academia de Operación Triunfo, esa trayectoria artística que la ha complementado con su formación académica en logopedia, y fundadora de Nina Academia. A través de su nuevo libro Menopausia, Nina va más allá de un tema específico para revelarnos una filosofía. No necesitamos soluciones complejas, sino aprender a detenernos y escuchar lo que es complejas, sino aprender a detenernos y escuchar lo que nuestro cuerpo lleva en tiempo intentando decirnos. ¿Te animas a descubrir en la próxima hora cómo ese diálogo interior puede transformar de verdad tu vitalidad y plenitud? Bienvenidos a un nuevo episodio de KENSO, el podcast donde descubrirás cómo vivir la efectividad para ser más feliz. Soy Quique Gonzalo, aprendiz en el arte de convertir el cuidado personal en la inversión más valiosa para mi salud y felicidad. Bienvenida, Nina, al podcast de KENSO.

    Nina:

    Gracias, muchas gracias.

    Quique Gonzalo:

    Un placer tenerte y hablar sobre este libro maravilloso acerca de la menopausia, y sobre todo me ha encantado el subtítulo, hablaremos luego de ello, los mejores años de tu vida. Y ojo, que también yo creo que muy enfocado

    Nina:

    para hombres este tema, ¿verdad? Bueno, ese libro que cualquier hombre debería leer.

    Quique Gonzalo:

    Por eso, aquí tienes a 1 que ya lo ha leído, así que vamos a

    Nina:

    a Ni que sea para poder, y saber, acompañar a su pareja, ¿no?

    Quique Gonzalo:

    Me gusta, me gusta mucho esa palabra de acompañar, porque algo que yo he visto a lo largo de toda tu carrera en este libro también es la importancia del cuidado. ¿Qué significa para ti la palabra cuidado?

    Nina:

    Bueno, cuidado es es conciencia y lo y lo es todo en esta vida, es que habitamos un cuerpo y y tenemos que sentirnos cómodos en él, es como nuestro cuerpo es nuestra casa, ¿no? Entonces, de la misma forma que no que no quieres tener, ni quieres ver, ni quieres sentir tu casa desordenada y hecha un trapo, pues, igualmente deberíamos sentir eso con nuestro cuerpo, ¿no? Cosa que tengo que decir que no hacemos o no observo en la sociedad actual que hagamos muy habitualmente, ¿no? Estamos muy desconectados del cuerpo, ¿no? Y el cuidado para mí es fundamental.

    Quique Gonzalo:

    Sí. ¿Y por qué consideras que en esta sociedad actual hay esa desconexión tan fuerte acerca de el cuidado de nuestro cuerpo?

    Nina:

    Bueno, hay muchas variables, Hay muchas variables, y esto daría para para bastantes podcast, Pero, sí, yo creo que el el el el consumo en el que estamos metidos, en parte, nos lleva a poner el foco en en muchas cosas, en muchos elementos, YYYY no ponerlo en nosotros mismos, ¿no? Y es curioso, porque tenemos de todo y, sin embargo, no prestamos atención a lo principal que es nuestro cuerpo, ¿no? Y buscamos soluciones para el cuidado, por ejemplo, buscamos soluciones fuera de nuestro cuerpo, soluciones externas, y no nos damos cuenta que el cuerpo es, primero, es perfecto, y y esa perfección le lleva a poder darnos las soluciones ante ante muchas de las patologías o disfunciones que que sufrimos, ¿no? Y buscamos los remedios fuera de nosotros, ¿no? Y sin embargo, el principal remedio, empezando por el sistema inmunológico, ¿no? Tomate algo, ¿qué te tomas? Te cuento una anécdota rápida, yo no soy de tomar cosas. Y en la gira de mamá mía aún tenemos el chat, y el chat lo lo identificamos como, ¿alguien en el hotel tiene? No. Claro, porque alguien en el hotel tiene un ibuprofeno, alguien paracetamol, alguien era así, no es, gente muy joven. Entonces, un buen día me dijeron, pero tú, ¿a ti no te duele nunca nada? Sí. ¿Y qué haces? ¿Qué te tomas? ¿Nada? Pues, entonces, ¿qué haces? Digo, pues esperar a que se me pase, Bueno. Y bueno, yo soy de esa generación que no no soy mucho del pastilleo, no, no. Confío en el cuerpo y espero a que a que responda.

    Quique Gonzalo:

    Creo que respecto a lo que hablabas de la ayuda externa, que muchas veces buscamos que venga desde fuera en fórmula mágica, hay una razón que sí que me parece poderosa de la ayuda externa y es de otros. ¿Quién ha cuidado de Nina también a lo largo de su vida? ¿Quién ha sido esas personajes, esos personas que han estado a tu lado y te han cuidado también? Porque esa parte externa yo creo que sí que es poderosa, ¿verdad?

    Nina:

    Sí, claro. Sí, sí, y cuidado, y que hay mucha gente que te inspira y quiero, creo que la admiración e inspiración es algo que necesitamos y que nos cuida. Necesitamos inspirarnos en personas de nuestro alrededor, conocidas o no conocidas, amigos o no amigos, da igual, pero necesitamos esa inspiración y y necesitamos sentir admiración por los demás, porque eso nos alimenta. A mí me ha cuidado, bueno, mi madre y mi padre, por supuesto, mis abuelos son mis mis grandes cuidadores. Y y luego he tenido compañeros de oficio que me han cuidado y que me cuidan mucho. Yo creo que en el teatro se crea una piña, una familia, un vínculo tan bestia, tan potente. Yo no lo he vivido en ningún otro medio, ni en televisión, ni en cine, ni en la música. Lo el vínculo que se crea en teatro es único, y nos cuidamos mucho, porque en el escenario dependemos los unos de los otros, y para que brille yo, lo que debo hacer es hacer que brille mi compañero.

    Nina:

    Entonces, creo que, sí, los más grandes cuidadores que he tenido han sido mis propios compañeros en teatro.

    Quique Gonzalo:

    Sí. ¿Y cómo se trabaja esa generosidad dentro de el teatro, de hacer mejor a los demás, para al final recibir algo que puede ser que seas mejor, que ellos también te hagan mejor a ti? ¿Eso cómo se puede trabajar en un en una vida normal?

    Nina:

    Bueno, eso eso es algo que tengo que decir, no todos los actores tienen. También te encuentras por el camino actores que solo piensan en en ellos y en brillar ellos, y y es una lástima, porque el teatro es generosidad. Tú no haces sola una función, lo haces con todo un elenco. Yo he tenido la suerte de estar delante, de ser la protagonista de muchos musicales, pero tengo una grandísima conciencia de que la persona que hace el el papel más pequeño es igual de importante que yo, ¿no? Entonces, no sé, si no entiendes eso en teatro, estás perdido un poco, estás perdido. Y en la vida, pues, es que no estamos solos, ¿no? Creo que es que es fundamental tener esa conciencia de de colectividad, de individualidad y de hacer cosas desde esa individualidad, pero también de colectividad, ¿no? Y cada vez nos estamos volviendo la sociedad más individualizada. Eso es así. Yo miro para mí, que lo mío esté bien y los demás da igual.

    Quique Gonzalo:

    40 años de carrera, Nina, desde aquellos momentos, Xavier Cugat, el 1, 2, 3, pasando por Mamá mía, Operación Triunfo, los Puentes de Madison, tu academia, para aquellas personas que piensan que mantenerse ahí es sencillo, 4 décadas, ¿qué es lo que hace que Nina se haya podido mantener? ¿Cuál es el valor fundamental que permite estar 4 décadas dando lo mejor de tu cuerpo, de tu voz, de tu actuación, de tu forma de ser?

    Nina:

    Bueno, no no creo que lo sepa, pero lo lo que sí sé o lo que sí te puedo decir es que siempre me me ha movido la curiosidad y el aprendizaje, ¿no? Entonces, seguramente me han salido otras oportunidades en la vida que me hubieran dado más continuidad en los medios, en televisión, pero no me han interesado y entonces he sido coherente y congruente, ¿no? Con lo que me pedía, no sé, me pedía mi mi cuerpo, ¿no? Yo es que si no aprendo, me aburro, ¿sabes? O sea, y no soporto aburrirme, no soporto perder el tiempo, no soporto esperar, no soporto Necesito sentirme útil y y para sentirme útil yo y poder ofrecer algo a los demás, en primer lugar, tengo que aprender yo, tengo que procesar, tengo que experimentar y luego poder poner esas herramientas al servicio de los demás, ¿no? Entonces, siempre siempre he procurado hacer los proyectos que yo sabía que que me iban a aportar mucho, de los cuales iba a aprender, ¿no? Y eso no quiere decir que no me haya equivocado a en algunas elecciones, Seguramente sí, a lo mejor he dicho que no a cosas que que hubieran sido proyectos muy muy interesantes, no lo sé. Pero no no sé, no no sé muy bien qué es lo que hace que después de tantas décadas siga ahí, porque te juro que cuando abren la puerta niños de 12 años, 14 años, y y abren la puerta de mi academia y me dicen es que quiero aprender contigo, yo les digo, pero si no me conoces, ¿no? Bueno, es que mis padres me han hablado y mis abuelos y y he visto vídeos y y eso es, no sé, es maravilloso, ¿no? Yo lo vivo como como un tesoro. Es muy bonito, es muy bonito después de tantos años seguir estando en el imaginario de de las personas, ¿no? Eso es es un privilegio.

    Quique Gonzalo:

    Desde luego.

    Nina:

    Claro.

    Quique Gonzalo:

    Y siendo curioso, ¿qué estás aprendiendo ahora?

    Nina:

    ¿Qué estoy aprendiendo ahora? Mira, voy a hacer un curso de dibujo técnico anatómico. Eso es lo que voy a hacer, porque tengo en mente otro libro y quiero ocuparme yo del de los dibujos de de ese libro, ¿no? Entonces, estoy con eso y y estoy, bueno, acabo de de rodar una una serie muy muy potente en la que también he aprendido mucho y que no me esperaba para nada que me llegase este este proyecto en mi vida, ¿no? En estos momentos. Sí, creo que la las mujeres el otro día escuchaba a Maribel Verdu decir, cada año que pasa pienso que es lo último que voy a hacer, ¿no? Que no me van a llamar más, ¿no? Y no sé porque las mujeres tenemos esta, yo creo que nos la, en parte nos lo imponemos nosotros, ¿no? Ese sentimiento, esa sensación de que cuanto más cuantos más años hacemos, más pronto vamos a a salir del circuito, ¿no? Menos nos van a llamar, menos van a pensar en en nosotras, ¿no? Yo no tengo esa sensación, no la he tenido nunca, tampoco he basado en mi carrera en el físico, siempre la he basado en la voz, y me siguen llamando por la voz, ¿no? Por por papeles en los que, pues, se debe cantar o se debe cubrir cierta partitura, ¿no? Una partitura determinada. No tengo esa sensación, pero sí que es cierto que igual somos nosotras las que deberíamos dejar de decirlo, ¿no? Al final decía Maribel Verdu, y es es mentira porque cada año me llaman para un nuevo papel, ¿no? Y siempre tengo nuevos retos, ¿no? Creo que es algo que que es como algo que llevamos en la mochila nosotras y que debemos como deshacernos de de de eso, ¿no? Porque las mujeres no valemos solo por nuestro físico y, por lo tanto, cuando envejecemos ya no valemos nada, ¿no? Las mujeres valemos, pues, como todas las personas, por el conocimiento acumulado, por la sabiduría, por la trayectoria. Yo no volvería atrás ni ni para dios, vamos, yo no volvería atrás para nada del mundo. Mis últimos 20 años para mí son de los mejores, cuando decidí estudiar decidí hacerle acceso a la universidad, estudié logopedia, luego hice un máster en investigación clínica, Yo no los cambio por nada del mundo, y eso es un un tesoro y un patrimonio que yo tengo y que pongo al servicio ahora de los demás, junto con mi experiencia, que yo lo vivo de verdad, un tesoro.

    Quique Gonzalo:

    Es que es una actitud poderosísima lo que acabas de decir. Es la esperanza de mirar al futuro con la sensación de que todavía quedan cosas maravillosas, incluso mejores, que llegaras. Eso me encantaba, porque tú te formas en logopedia, en los 40 te formas, como decías, en la parte clínica, en la parte de pilates, en la parte de yoga, ahora nos estabas hablando de dibujo técnico. ¿Está lo mejor de Nina también por llegar? ¿Esa es la actitud que mantienes en tu día a día?

    Nina:

    Hombre, yo siento que hay una parte muy buena que está por llegar en mí, que es una parte de querer hacer lo que me da la gana. Que no, que lo he hecho hasta ahora, pero lo he hecho profesionalmente y ahora lo quiero hacer personalmente. Quiero dedicarme más tiempo, he trabajado mucho, he cogido muchos aviones, a mí no me gusta viajar, detesto viajar Y he viajado

    Quique Gonzalo:

    mucho. No sabes cuánto te comprendo y cuando lo dices, la gente te mira mal.

    Nina:

    Pero antes no se podía decir.

    Quique Gonzalo:

    Ya, ya.

    Nina:

    Antes la gente estabas en una cena, ay, este año voy a viajar y me voy a ir a Tailandia, o no sé, oye

    Quique Gonzalo:

    cara de limpiar mi casa. No. Los míos.

    Nina:

    Yo estoy feliz en mi casa, en mi pueblo, vivo en un pueblo, con mi bici. Llevo 22 años haciendo fotos al al mismo mar y al mismo paisaje, pues que me da igual, cada día es distinto. Para mí es el espectáculo mayor que existe, ¿no? No necesito viajar, no me gusta viajar, me cansa viajar. Lo que me cansa es el viaje, por supuesto, si me pudiera teletransportar a Japón, me encantaría visitar a Japón, pero como no puedo, y los viajes me me cansan mucho, me quitan de mi rutina, de mi ejercicio, de mi comida, y lo paso mal. Entonces, tengo planes para el futuro y y que me me ilusionan mucho, y que no pasan necesariamente por estar en un escenario. Y luego tengo planes como eso, ay, voy a hacer un curso de dibujo técnico, porque de pequeña se me daba muy bien, el de yo soy un desastre dibujando, yo no te dibujo ni ni ni un jarrón ni un ni una casa, soy fatal. Pero el dibujo técnico, sin embargo, se me daba muy bien, y tengo dibujos de cuando era chiquitina espectaculares. Entonces, como quiero dibujar elementos de anatómicos, voy a ver si soy capaz de hacerlo y, bueno, eso es un reto, ¿no? Súper chulo.

    Nina:

    Y, al final, cuando estudias, cuando te formas, cuando adquieres conocimiento, es cuando realmente puedes ser útil a la sociedad y a la comunidad a la que con la que convives y a la que perteneces.

    Quique Gonzalo:

    Sí, aportando desde los diferentes aspectos que tú has hecho en tu vida como con este libro, porque una de las cosas que me ha llamado mucho la atención del libro es, y lo acabas de mencionar, la importancia que tú le das a las rutinas, a tener una serie de de rutinas, porque la gente normalmente establece como rutina como algo aburrido. ¿Qué te aporta a ti una rutina en tu día a día, Nina?

    Nina:

    Rutina y orden. Yo no puedo vivir sin orden, no puedo. Entro, ahí sí que entro en conflicto.

    Quique Gonzalo:

    Por eso se te va bien el dibujo técnico, porque es Sí,

    Nina:

    sí, sí, sí. Cuando ves esos dibujos, entiendes muchas cosas de de la persona, ¿no? Yo necesito el orden, no podría vivir sin orden y no podría vivir sin rutinas, ¿no? Yo me levanto, me tomo mi mi mi limón con agua, o sea, casi siempre hago lo mismo. Y luego soy muy caótica, cuidado, por eso necesito el orden, Soy muy caótica, seguramente soy TDAH no diagnosticada. Hago muchas cosas, dirijo un equipo de 8 personas, escribo o lo intento, luego me voy, pues eso, 3 días de promoción. Tengo muchos frentes abiertos, muchos, y tengo que lidiar con todos esos, ¿no? Por eso es necesaria la rutina, por eso es necesario el el orden, ¿no? Y y, bueno, tengo mi orden dentro de ese pequeño caos de vida que que tengo por ser tan multidisciplinaria y querer hacer tantas tantas cosas, ¿no? Algunas las he dejado de hacer. Hasta ahora daba clases en la universidad, además. Lo he hecho durante 7 años, me gustaba mucho hacerlo, daba clases de educación vocal a a futuros logopedas en el grado de logopedia, y eso lo he dejado de hacer porque era de una implicación también de muchas horas y y no, no, al final no puedes con todo y y me gusta lo lo que hago, pues intentar hacerlo bien.

    Quique Gonzalo:

    Porque aquí hay una pregunta que para mí es esencial a lo largo de toda tu carrera. Entiendo que mucha de ella y de su éxito y de que tú estés ahora como estás en esta situación y esta actitud, viene de haber renunciado a cosas, de saber decir no. ¿Qué importancia tiene para ti el renunciar y saber que dejas esto de lado porque tomas otras decisiones en tu vida y sentirte bien contigo misma?

    Nina:

    Sí. Sí, sí, es fundamental decir que no, y es lo que más nos cuesta a todos. Y además, yo creo que cuando eres una persona popular y tienes picos de popularidad y te llegan 50000 propuestas que te hacen sentir la persona más importante del mundo, es muy importante saber que no eres la persona más importante del mundo y saber escoger y saber y no discernir de todo eso que me están proponiendo qué es lo que realmente a mí me hace ilusión, y yo estoy más o menos preparada para hacerlo, ¿no? Porque de repente te llegan, a mí me llegó un proyecto de de escribir un libro en hace 25 años con OT, yo no estaba, y me gustaba mucho escribir ya entonces, yo no estaba preparada para escribir, escribí luego más tarde, escribí años más tarde y luego he escrito 3 libros, este es el tercero, ¿no? En esos momentos es necesario saber decir que no, y para decir que no, realmente tienes que ser muy honesto contigo porque es muy goloso, ¿no? Cuando te llegan tantas ofertas, es goloso. Y corres el peligro de creerte que eres el mejor del mundo y que realmente vienen a ti porque eres el mejor del mundo, no vienen a ti porque ahora estás en un pico de popularidad y de fama, y y ahí hay, pues, todos los buitres que se quieren aprovechar de eso, ¿no? Es así, pero bueno, luego lo lo terminas aprendiendo. No, decir que no, no es fácil, y con la edad cada vez te cuesta menos decir que no. Sí, sí, sí, sí, ya lo creo.

    Quique Gonzalo:

    Y te sientes bien diciendo no, ¿verdad?

    Nina:

    Sí, hombre, claro. Decir no o decir así no, así no, vamos a hacerlo de otra manera.

    Quique Gonzalo:

    Nina, tu actitud al final que define muy bien en este libro es que hay cuidado a todos los niveles, físico, emocional. Lo que estamos viendo contigo, eres una persona que gracias a sus rutinas, a su curiosidad, a a su vitalidad, estás dispuesta a afrontar retos. ¿Cuál ha sido el último reto que de verdad para ti ha supuesto? Una tensión que te ha tenido que llevar hacia el siguiente nivel de algo a lo mejor que tú todavía no habías explorado y has dicho, voy a descubrir qué hay en ese lugar de Nina.

    Nina:

    Los puentes de Madison, el musical que hice aquí en Gran Vía hace 2 años. Sí, sí, fue eso fue Sí, sí, pero yo me me lancé, me lancé. Fue un reto porque, primero, significaba llevar a cabo un entrenamiento con la voz distinto al que yo había hecho y cantar, bueno, lo que un teatro musical se llama legit, que es muy parecido, muy cercano a a la voz lírica. Y entonces tuve que hacer un entrenamiento específico para poder cantar esa partitura, porque si ahora tuvieras aquí 50 personas y les pidieras de imitar a un cantante lírico, te harían ese sonido, eso forma parte de los sonidos de la vida que podemos hacer con la voz. Cualquiera puede hacer esto, ¿no? Ese sonido que nos remite a algo lírico, ¿no? Yo en en en mis cursos de formación a oradores, yo les hago, a les les invito a hacer muchos sonidos, sonidos que en el canto localizamos muy claramente, pero que son sonidos de la vida, ¿no? Pero, claro, una cosa es hacer un sonido de forma arbitraria y otra cosa es ponerle fonemas, y los fonemas de las palabras de los textos que van a dar vida a tu personaje, y eso es muy complejo, muy complicado. Entonces, por un lado, estaba el reto, la complejidad de afrontar una partitura con con ese carácter lírico, porque Francesca, el personaje Francesca es italiana y, entonces, el compositor le dio ese ese carácter lírico. Y, por otro lado, estaba el reto mental de prepararme con 55, 56, 56 años, sí, de prepararme para lo que supone físicamente hacer ese ese musical y hacer 6, 7 funciones diarias. Yo no quería llegar al día del estreno con inseguridad, con nervios, porque vas haciendo años y sientes que tu cuerpo y tu voz no están en las mismas condiciones, y te preparas físicamente, entrenas mucho y eso es lo lo único que a mí, por lo menos, me da seguridad.

    Nina:

    A mí no me la da ir a un psicólogo, a mí no me la da ir a un psiquiatra, no me la da ningún coach. Yo soy el mejor coach que tengo, y el mejor coach que tengo es mi cuerpo entrenado. Eso es lo que me da a mí seguridad, ¿no? Porque entrenas indirectamente muchos aspectos que son necesarios para luego pisar el escenario y pisarlo con fuerza y con seguridad. Entonces, estuve un año preparándome para llegar mentalmente muy tranquila, como yo quería llegar al día del estreno, conectada conmigo misma, respirando, sintiendo que todo estaba bien, que todo estaba en orden, y lo conseguí, y estoy muy orgullosa de de ello, ¿no? Y eso te demuestra que que con trabajo todo todo es posible, ¿no? Que no es necesario ir a buscar ayudas externas y no, hay que entrenar y y ya está, y hay que conectarse con el cuerpo y confiar, confiar, sí, y tirarse al vacío, Porque lo bueno de nuestro trabajo, que es un es un oficio inestable por naturaleza, YYY muchas personas se preguntan, ¿pero cómo puedes vivir con esa inseguridad? ¿No? Pues es es necesario vivir con esa inseguridad y saber que no tienes nada, nada seguro en esta vida, y que hoy firmas un contrato y que en el contrato te pone hasta fin de obra. Nuestros contratos, contratos de artista pone hasta fin de obra, ¿no? Entonces, es es es interesante a nivel personal, a nivel cognitivo, no tener nada seguro en esta vida. Porque y y, además, es interesante, que es algo que también nos da nuestro oficio, ponerte siempre en zona de riesgo. Nuestro oficio siempre nos exige estar en zona de riesgo y lanzarnos al vacío. Y no hay que tener miedo a lanzarte al vacío.

    Nina:

    Siempre vas a estar tú ahí tú mismo para recogerte.

    Quique Gonzalo:

    Es que me encanta lo que acabas de decir, porque muchas veces nos quedamos en esa manida zona de confort que odio esa palabra tanto como lo de salir de la zona de confort, pero me encanta la sensación, la visualización de tirarse al vacío, de confiar en 1 mismo cuando se tira al vacío. Porque ¿cuántas veces estás tirado al vacío y no había agua?

    Nina:

    No, no, pocas, pocas. Mira, hay un ejercicio que siempre les hago a mis alumnos, que es ponerlos en el eje vertical su cuerpo, y yo me pongo atrás y les digo desplázate desde los pies, no desde las desde la espalda, desde los hombros, desplázate en bloque hacia atrás, yo estoy para cogerte, no hay manera, nadie se desplaza hacia atrás, nadie. O sea, físicamente ya existe ese miedo a salir de tu eje y vencer, ¿no? Estar ahí con la gravedad, jugando con la gravedad, sabiendo que alguien va a estar ahí para cogerte. No, no, todo mundo hace así. No, no, no te estás lanzando, no, desde los pies, lánzate desde los pies, ¿no? No, no, no se lanzan, ¿no? Y y nos pasa lo mismo a todos los niveles, nos cuesta lanzarnos, nos incomoda y nos asusta lo desconocido y, sin embargo, en lo desconocido está el aprendizaje. Si no te lanzas a lo desconocido, nunca vas a a salir de de tu de tu nido.

    Quique Gonzalo:

    Hay algo que me gusta mucho de lo que estás contando y que está presente en este libro, Nina, es que tú tomas conciencia de que tienes un don, algo especial, que en tu caso, en su momento era la voz, y haces un contrato con tu propio cuerpo. O sea, haces un acuerdo de cuidaros mutuamente. ¿Cómo ha ido evolucionando vuestro acuerdo a lo largo de los años? ¿Cómo habéis convivido?

    Nina:

    Bueno, la verdad es que tanto la voz como yo, que somos pareja, de hecho, de hace muchos años y llegamos a ese acuerdo que dices, y yo le le prometí que la cuidaría mucho y eso significa también cuidar al cuerpo. Y ella, pues, me prometió momentos expresivos impagables y ella ha cumplido mucho. Ella ha cumplido más que yo, porque, sobre todo, cuando cuando era joven, sí que es cierto que yo a los 25 años yo tengo el recuerdo de empezar a cuidarme muy seriamente cuando hice cabaret, a los 25 años. Me me exigía mucho, y aunque no lo necesitaba porque yo salía y siempre he tenido un instrumento muy muy agradecido, muy agradecido en ese sentido, y yo salía de escenario y arrasaba, porque la energía de los 25, la voz de los 25 es brutal. Pero sí que ya sentí esa necesidad de de cuidarme, de cuidar mucho la alimentación. Entonces, fue cuando empecé a bailar, ya nadaba. Entonces, con los años yo he ido, digamos, incrementando, ¿no? Mi mi parte del compromiso ha sido ha sido mayor, ¿no? Y y sí, investigando nuevas disciplinas. A mí siempre me ha gustado el deporte.

    Nina:

    Yo siempre digo que si si no hubiera sido cantante, quizá hubiera sido deportista, ¿no? Quizá hubiera sido patinadora artística, me gustaba mucho el patinaje, no hice patinaje en su momento. Entonces, yo siempre he hecho deporte, ¿no? Pero sí que es cierto que siempre he ido investigando a ver qué otras disciplinas me podían aportar algo nuevo, porque el cuerpo necesita nuevos estímulos, el cuerpo se duerme. Si siempre tienes los mismos estímulos, los mismos profesores, las mismas voces que te van diciendo, no, necesitas nuevos estímulos, ¿no? Entonces, a lo largo de los años yo he ido buscando esos nuevos estímulos. He estado 20 años practicando pilates, me formé en pilates, no paré hasta entender cómo operaba pilates en el cuerpo, hice clases de pilates, tengo un centro de pilates, y ahora hace 2 años, desde los puentes de Madison, descubrí el yoga y y ahora estoy con yoga.

    Quique Gonzalo:

    He oído un enamorado del pilates, que lo sepas, o sea,

    Nina:

    es que

    Quique Gonzalo:

    me ha cambiado, me ha cambiado la vida en muchos aspectos.

    Nina:

    Lo creo, lo creo. He visto muchas transformaciones de de cuerpos, lo creo.

    Quique Gonzalo:

    ¿Cuándo vamos a salir a patinar sobre hielo?

    Nina:

    Bueno, yo patinaba sobre sobre ruedas, y tengo patines sobre ruedas, pero de de 4, no no de en fila. Sí, sí, el patinaje, pero mi hermana también patinaba, mi hermana mucho mejor que yo. Mi hermana patinaba superbién y y ella siguió con el patinaje. Yo era un poco, no era bueno patinando, tengo que reconocerlo.

    Quique Gonzalo:

    Lo importante no es ser bueno, sino disfrutar de la experiencia y, como decías tú, hacer cosas nuevas. Y es curioso como en esa transición, una vez que tú también sientes el cuidado personal, hay un momento en el que de manera genuina y lo estás demostrando ahora, empiezas a pensar mucho en cómo ayudar a los demás a cuidarse en diferentes aspectos. Lo hemos visto en tu carrera profesional, lo decías ahora en el teatro, lo hemos visto cuando estabas de de directora en OT, que ayudabas a que salieran mejores. ¿Para ti cuál es el objetivo final? Más allá de que, por ejemplo, no te salieran grandes músicos, sino como personas, ¿qué es lo que tú buscabas o qué es lo que tú buscas? Cuando alguien se acerca a tu centro, te dicen, Nina, quiero aprender a cantar, quiero que me ayudes con mi voz, porque tengo un problema. ¿Cuál es tu objetivo final?

    Nina:

    Mi objetivo final es es su objetivo, es lo que ellos persiguen. Yo tengo alma de terapeuta, siempre la he tenido, supongo que por eso terminé estudiando logopedia y porque, además, siempre había, siempre pensaba que yo quería saber cómo hacía lo que hacía con la voz. Yo quería podérmelo explicar a mí misma desde un punto de vista anatómico, fisiológico y acústico, y poderlo explicar a los demás. Entonces, tanto en la parte de cuerpo como en la parte de voz, como en cuerpo y voz, porque cuando trabajo voz, trabajo cuerpo también, Mi objetivo es el objetivo que que persigue la persona. En el caso de de personas, de mujeres de mi edad, o más jóvenes, o a veces más mayores, que me piden o me han pedido a lo largo de estos años necesito hacer algo con mi cuerpo porque no aguanto más este dolor, pues ese es el objetivo, decir adiós al dolor. De hecho, el eslogan de mi centro es hola cuerpo, adiós dolor.

    Quique Gonzalo:

    Qué bueno, un enfoque positivo también

    Nina:

    al cambio. Sí. Entonces, el el el objetivo en personas que siempre vienen, prácticamente siempre, con patología de espalda, o personas o mujeres que están entrando en la menopausia y que empiezan a sentir ese tsunami hormonal que les provoca tantos cambios y tantas alteraciones y tanto dolor y tanto sufrimiento en el cuerpo, pues el objetivo es quitar ese ese dolor, ¿no? Y, en ese caso, el objetivo es conectarte con el dolor. El dolor es el lenguaje del cuerpo,

    Quique Gonzalo:

    es decir,

    Nina:

    hay que hacerle caso.

    Quique Gonzalo:

    Hay que hacerle caso. Tú misma viviste, lo cuentas en el libro, a los 44 años, entras un día y de repente sales de manera transformada, en un cambio que tú no has decidido. ¿Cómo se aborda esa situación de cambio no decidido? ¿Cómo lo haces en tu momento?

    Nina:

    Bueno, cuando te llega una situación así, y en mi caso yo tuve 2 intervenciones quirúrgicas en en un período de 6 meses, yo lo primero que pienso es, bueno, qué bien que esta intervención quirúrgica no es por una enfermedad de la que de la que yo me deba preocupar como un cáncer. Eso es lo primero que yo pienso. Lo segundo que pienso, cuando me dicen, tenemos que abrirte y vamos a tener que que extirpar, y me dice el doctor, dejamos algo o nos o o vaciamos por completo, me dice el doctor. Y yo digo, bueno, pues, conservar lo que se pueda conservar, ¿no? Entonces, yo en ese momento digo, bueno, pues hay que aceptarlo. Y lo único que me preocupa es que me rebasan la pared abdominal y que eso me lleva mucho tiempo a volver a reconstruirla, porque se llevan todo por delante y se llevan sistema nervioso periférico y no y, vamos, durante 2 meses yo no podía hacer ni esto, ¿no? Entonces, ¿cómo se lleva? Pues aceptándolo y tomándolo como una nueva oportunidad para, pues eso, a ver en qué momento podré levantar la pierna y conectar YYY que se vuelvan a crear nuevas vías nerviosas que me permitan volver a hacer abdominales, que para mí es es superimportante porque es lo que me sostiene, lo que me permite cantar y bailar a la vez. Esa era mi única preocupación. Mi preocupación no era entrar como entre de forma abrupta en la menopausia, mi preocupación era cuándo recuperaría mis abdominales para poder incorporarme a la gira de mamá mía. Yo pienso que la primera intervención quirúrgica, que ahí no fue laparotomía, fue laparoscopia, pero fue fue fue duro, Yo estuve 15 días de recuperación y a los 15 días yo me fui a Bilbao y yo estrené.

    Nina:

    Hice la función y terminaba la función, y para recorrer el el el recorrido que va del del teatro Arriaga al hotel, que es nada, yo cogí un taxi porque no me aguantaba de pie, pero yo hacía la fusión y en la segunda intervención, y ahí fue la parotomía y ahí me tuvieron que abrir y y estuve 2 meses antes, no me pude incorporar. Pero, claro, si tú cambias el foco y dices, ¿cómo lo haces? ¿Cómo lo haces? Pues cambia el foco, no pongas el foco en ti, pon el foco en lo que te ilusiona en esta vida, no, en tu objetivo.

    Quique Gonzalo:

    Qué importante es lo que acabas de decir, porque me ha venido a a la imagen rápidamente una anécdota personal de un momento en el que yo me quemé, me quemé los pies, me quemé un pie, de hecho, y al poco tiempo era una locura, estaba jugando a algo, a fútbol, porque es una cosa que me apasiona, son carne viva. Pero es lo que decías, el sacar esa energía, porque detrás hay algo mucho más potente, ¿verdad? Hay algo que que marca la diferencia en las personas.

    Nina:

    Claro, es seguir la pista de lo que nos de lo que nos apasiona, ¿no? Que en todo caso es el fútbol, y a todos nos apasiona algo, y y todos nacemos con una habilidad o un talento en escondido ahí en algún giro de nuestro cerebro, ¿no? ¿No? Y lo único que tenemos que hacer es saber detectar ¿no? Cuál es ese talento, cosa que la la la educación general no no no hace ¿no? Nos corta a todos por el mismo patrón ¿no? Y no no todos somos seres humanos con con con talentos y con, sí, con ilusiones y con con sueños y con ambiciones distintos, ¿no? Entonces, sí que es nuestra obligación, aunque suene un poco así, Naif, cumplir nuestros sueños, ¿no? Ir y, o dicho de otra manera, poner el foco en eso que nos que nos apasiona, ¿no? En eso que nos interesa abrir esas puertas de conocimiento, porque es así que vamos a ser útiles a a nuestra sociedad, ¿no? Ahí es es

    Quique Gonzalo:

    donde marcamos la diferencia. ¿Cuántos talentos han pasado a tu alrededor y cómo has sido capaz de detectarlos a cualquier nivel? Porque seguro que has visto gente que viene a la clínica y dices esta persona tiene un talento para esto, porque se nota que tienes esa mirada de buscar también el talento en las personas y ayudarles a sacarlo, sea el que fuere. ¿Cómo lo detectas?

    Nina:

    Sí, es muy curioso, porque fíjate que muchas de las personas a las que trato, o bien como logopeda rehabilitando la voz, o bien como coach vocal entrenando a personas que tienen miedo a hablar en público, que lo pasan fatal y, sin embargo, su trabajo, pues, les les obliga a hablar en público, o bien trabajando con cantantes, que son las 3 áreas que trabajo. Siempre hay siempre hay un un factor común en todas esas personas, y es que hay hay como una baja autoestima, no les gusta su voz, No sé, hay una una hay Tenemos un concepto de nosotros mismos, y yo me incluyo, Tenemos un concepto de nosotros mismos como poco elevado, ¿no? Y, de repente, claro, yo me lo miro con con ojos externos y de repente esa persona hace algo que yo encuentro maravilloso, y yo, pues pues, seguramente pongo esta cara y se lo digo, ¿no? Y la otra persona dice, ah, sí, esto está bien, digo, es precioso esto que has hecho. Y eso imagino que va empoderando, ¿no? Y va cambiando o va formando el criterio de esa persona. Es necesario tener un criterio sobre nosotros, sobre nuestra voz, sobre nuestra forma de expresarnos, sobre cómo interactuamos con los demás y sobre cuán capaces somos de ofrecer lo que tenemos dentro, ¿no? Pero primero hay que ver lo que tenemos dentro, ¿no? Si no vemos ese potencial, y sí, a veces supongo que algo de espejo para esas personas, ¿no? Sacándolo lo mejor, ¿no? Cuando vienen a, ayer lo lo comentaba, cuando vienen las los cantantes jóvenes, ¿no? A mis cursos de canto, vienen con la esperanza de que, ¿no? De de aprender todo de mí, ¿no? Pero sí, lo vas a aprender de ti, porque lo tienes en ti. Yo lo único que voy a hacer es darte 4 tips para que seas más libre con tu voz, ¿no? Para que sepas lo que haces, como haces con tu voz, pero tú eres tu mejor maestro.

    Quique Gonzalo:

    Qué bonito eso, ¿verdad? Que al final, en lugar de replicar a otros, busquemos en nosotros nuestros propios maestros que nos ayuden a, donde tenemos fortalezas, debilidades o puntos ciegos, saber disfrutarlos y desarrollarlos, porque entiendo, nos has contado muchas cosas de don, de potencia, de energía, de rutinas, pero entiendo que tú también tienes tus lados oscuros y convives con ellos. ¿Verdad, Mina?

    Nina:

    Sí, sí, sí. ¿Y sabes cuándo me doy cuenta? Cuando me dicen, ay, esta persona te admira mucho o o para esta persona fuiste muy importante, y yo me he dicho, ay, ¿yo? O, por ejemplo, diría que Antonio Orozco coincidimos en una grabación y y me me viene con los ojos llorosos y me dice, no sabes lo importante que fuiste en un momento de mi vida, ¿no? Y digo, bueno, qué bonito, ¿no? O o mamá mía, ¿no? Que me pasaron cosas, yo tengo ahí para escribir un libro que algún día debería escribir, porque además ya se me van olvidando las anécdotas, ¿no? De de de personas con con enfermedades, con intervenciones quirúrgicas muy complicadas, personas con problemas personales y que luego me me escribieron o me venían a ver al final de la función. Y y cuando ves cuánto bien puedes hacer haciendo tu trabajo, ¿no? Que tú sales ahí al escenario y y piensas, bueno, pues una función más y que intentas que esa función sea especial, ¿no? Pero claro, cuando llevas 2700, difícil, es difícil. Un día un compañero me dijo, ¿cómo cómo haces para salir al escenario y estar siempre como si fuera el primer día? ¿No? Y y pensé, bueno, pues si me lo pregunta un compañero, señal de que lo estoy consiguiendo, porque yo a veces pienso que no, pero ¿cómo lo hago? Yo pienso en mi padre, en mi padre que ya no está aquí, y en mi padre que siempre me decía, tú tienes que hacer siempre las cosas bien, porque siempre habrá alguien que te esté escuchando, y vale la pena por esa persona hacer las cosas bien, ¿no? Bueno, te vas nutriendo de pequeñas cosas, pero sí que es cierto que yo muchas veces pienso, este libro, ¿quieres decir? ¿Quieres decir que interesará a alguien esto? ¿Quieres decir que esta forma de explicarlo? Sí, yo dudo mucho, dudo de todo y a la vez tengo las cosas muy claras. Soy soy una de esa dualidad,

    Quique Gonzalo:

    ¿no? Un amigo, Gonzalo, vio mamá mía más de 10 veces.

    Nina:

    Guau, no creo.

    Quique Gonzalo:

    Y me contaba Gonzalo que cada vez había sido una experiencia distinta y siempre con el mismo final. Salía mucho más feliz de lo que había entrado.

    Nina:

    Mamá mía es terapéutico para el público, pero también para los que lo hacemos. Y sí, tenía algo maravilloso, tenía una historia muy potente detrás YYY tenía muchos aspectos técnicos muy muy bien cuidados. Y y claro, el teatro, mucha gente te dice, ¿y no te cansas de hacer cada día lo mismo? No. No, a mí me encanta la rutina, me encanta la repetición, por eso me gusta el teatro.

    Quique Gonzalo:

    Y cada vez una experiencia que haces que sea incluso distinta.

    Nina:

    Claro, porque ese es el reto, salir cada día y hacer que, de entrada, tener un gran respeto por ese espectador que ha pagado 60, 70, 80, 90, 100 euros, y darle lo mejor de ti y pensar que hoy es el primer día que voy a decir este texto, y decir el texto desde la necesidad profunda de decir ese texto que tú ya conoces muy bien, pero que el espectador no. Entonces, esa es la grandeza del teatro, esa es la grandeza del teatro, y no hay, de esas disfunciones que vio esa persona, ninguna fue igual, ninguna. De las 2738 funciones que yo hice, ninguna fue igual, todas fueron distintas, todas, porque yo no estaba de la misma forma, porque los espectadores eran otros, porque mis compañeros no estaban de la misma forma. Y el teatro sí, siempre es la misma función, el mismo texto, el mismo decorado, pero no hay ninguna sola función que sea igual.

    Quique Gonzalo:

    Eso es, no sé, magia, comunión, o eso tiene que haber algo, algo ahí que que es único, algo que es único. Y me gustaría trasladarlo también a esta vivencia que que comentaste en el en el libro, porque te quiero proponer un reto. ¿En qué momento podemos hacer que la gente, hombres, mujeres, personas, nos demos cuenta de la importancia que tiene la menopausia en la vida? En lugar de silenciarlo, de apartarlo? ¿Cómo podemos hacer que este reto sea algo más libre, más entendible, más comprensible y que todos sepamos cómo podemos aportar en cada 1 de nuestros roles que vamos a jugar en esta situación?

    Nina:

    Conciencia, por un lado, conocimiento y respeto es lo que nos falta, ¿no? YYY lo centramos en la menopausia, porque este libro habla de la menopausia, pero podríamos extender esa conciencia, conocimiento y respeto a cualquier otro aspecto de la vida, ¿no? Al envejecimiento en general de las personas, al al respeto y al cuidado que se merecen nuestros mayores, al respeto y conocimiento de las personas trans, del colectivo LGTBI, quiero decirte respeto, conciencia y y conocimiento de otras realidades que no son las tuyas, ¿no? En el fondo es muy sencillo.

    Quique Gonzalo:

    Qué bien nos iría como sociedad, simplemente con que tuviéramos un poquito. No hace falta ser los mejores, sino con estos elementos cambiaríamos mucho, ¿verdad, Dina?

    Nina:

    Conciencia, conocimiento y respeto, es fundamental. No no somos una sociedad tan avanzada como nos pensamos. Hay un antropólogo que a mí me encanta escuchar, Eudald Carbonell, que dice algo que para mí resulta revolucionario. Dice, hay mucha gente que se preocupa por la inteligencia artificial. No, no, no os preocupéis si somos lo suficientemente estúpidos como para cargárnoslo todo. No necesitamos la inteligencia artificial, la natural

    Quique Gonzalo:

    Ya va, no, ya es de sobra.

    Nina:

    Me parece, me parece muy inteligente por su parte y que tiene toda la razón. Somos una especie estúpida, muy estúpida, muy engreída, no nos creemos lo lo mejor, no nos creemos la muerte, como dicen los chilenos, ¿no? Y y eso hace que no sepamos acercarnos a otras realidades, querer conocerlas y y respetarlas. En el caso de la menopausia, ¿harían bien los hombres en? Fíjate que escribiendo el libro me di cuenta que hasta hace 2 décadas y media, 3 décadas a lo sumo, no se ha hecho investigación en menopausia. Hice una una estrategia, pequeña estrategia de de búsqueda en PathMe, que es una de las bases de datos de literatura científica, las más importantes, y hice un filtro por título y abstract, y y me salieron muy pocos artículos y de esos artículos esa esa investigación se había hecho en los últimos 20 años, 25 años. Claro, la investigación históricamente la han hecho hombres, ahora en las últimas décadas y quizá ya también en en este siglo, ¿no? Siglo pasado, perdón, ya han empezado muchas mujeres a hacer investigación, pero claro, eso da cuenta de que, pues los hombres no han investigado. ¿Por qué? Pues porque no sufren los daños colaterales, que significa que llegar al final de tu etapa fértil, con lo que eso conlleva, ¿no? Que los ovarios dejen de segregar estrógenos y que esos estrógenos no lleguen a los receptores, Unos receptores que, por cierto, están repartidos por todo el cuerpo y van a estar repartidos hasta que te mueras, con lo cual siempre van a estar ahí esperando unos estrógenos que no llegan y desencadenando esas alteraciones que sufrimos. Entonces, que sufrimos internamente, externamente y a nivel cognitivo y a nivel emocional, con lo cual, para entender mejor a tu compañera, a tu pareja, pues estaría bien que pudieras entender esos procesos biológicos.

    Quique Gonzalo:

    Voy a pedir 2 favores. 1, ahora a los hombres que estáis escuchando, que prestéis especial atención a esta respuesta. Y el segundo favor te lo pido a ti, Nina, y es que nos hagas de ayuda para explicarnos a los hombres y que entendamos, no es solo qué es la menopausia, sino qué conlleva la menopausia para que entendamos la situación que se puede vivir y que seamos conscientes.

    Nina:

    Es como si te cambiasen de cuerpo. Es como si, de repente, de la noche a la mañana, empezaras a a sentir muchas quejas en tu cuerpo, muchas quejas en forma de dolor, en forma de un cambio en tu en tu faz, se llama así en catalán, faz, ¿no? En la faz de en tu cara, que hace que que empieces a tener que despedirte de quien fuiste y dar la bienvenida a una persona nueva, a nivel interno y a nivel externo, y con las incomodidades físicas que que ello conlleva, ¿no? Yo no he sufrido lo la mayoría de síntomas que sufren las mujeres porque no pude pasar por el climaterio, que es esa etapa de crisis, eso significa climaterio, crisis, en la que el cuerpo empieza a alertarte de todos esos cambios y se manifiesta con sudores, con insomnio, con niebla mental, esos 2 últimos síntomas sí que los he padecido. Pero los sofocos, por ejemplo, que es algo muy desagradable porque empiezas a sudar y de repente estás en una cena o estás en una reunión y estás chorreando y estás sudando, y nadie puede entender por qué te sucede eso, y es muy incómodo, ¿no? Entonces, empiezan a pasarte cosas en tu cuerpo muy desagradables y que y que hace que probablemente dejes de hacer cosas que normalmente harías, ¿no? Entonces, para resumirlo, sí, sería como si de repente tuvieras que despedirte de el cuerpo con el que has convivido hasta los 45, 50 años, y empiezas a convivir con un nuevo cuerpo al que tienes que cuidarle, pero de forma tan extrema, tan extrema, y que al final, y yo no soy un ejemplo de nada, no me tengo por ejemplo de nada, pero si he escrito el libro es y si acepté el encargo es porque dije, wow, entonces qué suerte tener un oficio que me ha exigido tanto, porque eso ha hecho que yo cuide mi cuerpo y que llegue a esta etapa con las baterías muy cargadas. Pero da igual, Yo ahora con casi 60 60 años estoy en un momento que mi cuerpo me dice más, más, más, no llegamos, cuídate más. Entonces, una poco la sensación es esa.

    Quique Gonzalo:

    Despedirse, reencontrar 1, ese nuevo cuerpo y convivir con él. ¿Cómo es una despedida no deseada? ¿Cómo se afronta?

    Nina:

    Es duro, es duro, es muy duro. Es muy duro, sobre todo si tu trabajo te exige tener un cuerpo ágil y fuerte, es duro, sí. Pero también es interesante dejarse sorprender por el cuerpo. Hacemos cosas inimaginables, llegamos a retos inimaginables con el cuerpo. Yo con el yoga he alucinado con 60 años lo que puede llegar a hacer mi cuerpo aún, Con lo cual pienso, oye, pues, quizá las propias las las únicas limitaciones que tenemos están en la mente, ¿no? Son las que nos creamos, ¿no?

    Quique Gonzalo:

    Qué bueno, porque al final lo que nos ha traído hasta aquí significa que sea lo que nos condicione el futuro, sino que podemos elegir hacia dónde queremos llegar a partir de ahora.

    Nina:

    Yo con el canto lo veo muy claro. Las limitaciones que se ponen los cantantes jóvenes, las únicas que que existen son las que se ponen ellos en su mente. En cuanto esas limitaciones desaparecen, son capaces de hacer con su voz lo que les da la gana. Entonces, en general, la población estaría bien y sería interesante que nos que confiásemos en el cuerpo y nos dejásemos sorprender por lo que es capaz de hacer y nos entusiasmásemos con con alguna actividad física, la que sea, y nos cuidásemos, ¿no? Si es es el mensaje del libro al final.

    Quique Gonzalo:

    Yo lo recomiendo que, encarecidamente, sobre todo para entender mejor algo que hemos silenciado, que se ha silenciado a muchos niveles, y creo que lo haces de una manera tan cercana con tu familia, con tu experiencia, que, oye, es una alegría poder ver que a partir de ahora podemos empezar a trabajar sobre estos temas, ser conscientes y empezar a disfrutar más de pensar que una cosa es lo que dejamos atrás y otra lo que nos va a llevar hacia los siguientes números. O sea, que gracias por escribirlo para todos.

    Nina:

    Gracias a ti por leerlo y por esta conversación, por esta charla.

    Quique Gonzalo:

    No, no, esto es un placer, pero nos queda alguna cosa y es alguna sorpresa que nos tienes que dar, porque ¿de qué va a tratar el próximo libro? ¿Para qué vamos a ir a ese dibujo técnico? ¿Hacia dónde nos vas a llevar, Nina?

    Nina:

    Quiero dedicarlo a a un colectivo que sufre muchísimo con la voz. Es un colectivo en el que la segunda causa de baja laboral es la pérdida de voz, y es una causa de baja que hasta hace muy pocos años no estaba reconocida como enfermedad laboral, con lo cual no podían coger la baja, que son los maestros, los docentes. Es un colectivo que sufre mucho, muchísimo, que tiene una exigencia vocal impresionante, no os lo podéis imaginar, y y hay mucho sufrimiento en ese aspecto. Entonces, eso es un tema que me interesa mucho. Yo trabajo y trato a muchos docentes, y y, bueno, no sé, tengo tengo muchas ganas de centrarme, porque hay muchas cosas que se pueden hacer. De entrada, lo que lo que puede hacer un docente y que no encuentra en su formación académica, y eso es un pecado mortal, que no haya una una formación en voz seria, seria y útil. Entonces, lo primero que puede hacer un docente es adquirir un conocimiento rudimentario sobre su voz, sobre el funcionamiento de su voz, y adquirir ciertas estrategias y herramientas para poderse manejar mejor en en el aula. Y ese es ese libro que tengo en mente.

    Quique Gonzalo:

    ¿Ya tienes al primero de tus lectores como docente, y que te contaba antes que sufro disfonía y afonía 3, 4 veces al año, o sea que has dado en el clavo, Ya tienes ahí. Pues tengo una pregunta para ti que te ha dejado nuestro último invitado, Luis Merino, él es director de los 40 principales, y nos preguntaba, te preguntaba, si no hubieras sido lo que eres, ¿qué te hubiera gustado ser?

    Nina:

    Bueno, si no hubieras sido cantante, actriz, yo creo que

    Quique Gonzalo:

    Es que

    Nina:

    tú has

    Quique Gonzalo:

    sido tan polifacética que

    Nina:

    No, me hubiera gustado ser deportista. Me hubiera me hubiera gustado ser atleta de de élite, sí.

    Quique Gonzalo:

    Tienes condiciones,

    Nina:

    Bueno, no lo sé. Yo de pequeña todas mis formas

    Quique Gonzalo:

    Las mentales y las de actitud las tienes, Nina.

    Nina:

    Bueno, a ver, es que los los los actores, los cantantes somos somos aletas, somos aletas de la voz, aletas de la comunicación, pero somos aletas a fin y al cabo, y hay una parte mental de nuestro trabajo muy importante. La el trabajar trabajar cognitivamente es fundamental. Entonces, es muy parecido en ese sentido, ¿no? Pero yo todas mis fotos de pequeñita, todas salgo o haciendo el puente o haciendo el pino 000 sea, me encantaba el el deporte, la asignatura de gimnasia, por supuesto, ya te digo, patinaje artístico, todo lo que fuera, ¿no? Y por eso también me ha me ha gustado mucho, no sé, profundizar en en Pilates y entenderlo, ¿no? Ya de una forma como más, pues eso, ¿no? A partir de entrar y conocer los entresijos técnicos. Sí, me me gusta, me encanta nadar, es que me gustan los deportes. Maravilla. Sí, deportista es lo que me hubiera gustado ser.

    Quique Gonzalo:

    Te veo.

    Nina:

    Oye, no lo descarto.

    Quique Gonzalo:

    Por eso te digo que te veo.

    Nina:

    Aún hay años,

    Quique Gonzalo:

    Hombre, que a lo mejor está ahí, Te veo, te veo. Y además, pues sería un gran ejemplo. ¿Y a ti qué te gustaría preguntar a nuestra próxima invitada o invitado?

    Nina:

    Sin saber quién va a ser, ¿no?

    Quique Gonzalo:

    Nosotros lo sabemos, pero tú, ¿no?

    Nina:

    Vale, pues, ¿cuál es aquella pasión que sabe que tiene y que no le dedica horas. Y que le causa cierta frustración, ¿no? Dedicarle horas a eso, que es lo que más le entusiasma en esta vida.

    Quique Gonzalo:

    Esta pregunta va para un referente inglés que creo que le va a llegar muy profundo el tema. Esta pregunta va a ser oro, oro, oro. Sí, sí.

    Nina:

    Qué bien.

    Quique Gonzalo:

    Pues vamos a finalizar con las 10 preguntas de del cuestionario de KENSO Nina, preguntas que hacemos a todos los invitados. ¿Cuál es la regla de Nina para vivir mejor?

    Nina:

    Escucharte.

    Quique Gonzalo:

    Si tuvieras que compartir un solo aprendizaje de todo lo que has vivido hasta el momento, ¿cuál sería?

    Nina:

    La fama. Sí, la dureza de estar arriba y estar abajo.

    Quique Gonzalo:

    ¿Cómo se titularía tu biografía?

    Nina:

    Vozgrafía.

    Quique Gonzalo:

    ¿Cuál es el libro que más has regalado?

    Nina:

    ¿El libro que más has regalado? Yo creo que los libros que más has regalado son libros de voz y de pilates, pero no tengo 1 en concreto.

    Quique Gonzalo:

    ¿A quién te gustaría o te hubiera gustado conocer?

    Nina:

    A Barba Streisand.

    Quique Gonzalo:

    Estamos a tiempo también.

    Nina:

    También, también.

    Quique Gonzalo:

    ¿Qué canción pones a todo volumen para subirte el ánimo?

    Nina:

    Vai passar, una samba de Chico Buarque. ¿Cuál

    Quique Gonzalo:

    ha sido la pregunta más interesante que te han hecho?

    Nina:

    La pregunta más interesante que me han hecho me la has hecho tú hoy. ¿Qué podemos hacer la sociedad para tomar conciencia, respetar otras realidades? Sí, es una pregunta muy interesante.

    Quique Gonzalo:

    ¿Qué se te viene a la cabeza cuando piensas en la felicidad? Deporte. ¿Qué película volverías a ver cada

    Nina:

    año? Terminator.

    Quique Gonzalo:

    ¿1, 2, 3, 4?

    Nina:

    3, 2 y 3. Soy muy fan de Schwarzenegger.

    Quique Gonzalo:

    Volveremos. También

    Nina:

    de su discurso.

    Quique Gonzalo:

    Si tuvieras que dejar un mensaje en una cápsula para tu yo del futuro, ¿qué te dirías?

    Nina:

    No te pongas límites.

    Quique Gonzalo:

    Y por último, ¿cómo te gustaría terminar esta entrevista?

    Nina:

    Escuchando tu voz.

    Quique Gonzalo:

    Ha sido un auténtico placer compartirlo contigo, Nina. Muchísimas gracias por ti, por tu tiempo. En un pequeño pueblo junto al mar, Nina lleva 22 años fotografiando el mismo paisaje cada día, y siempre encontrando algo distinto, porque para ella ese es el mayor espectáculo que existe, nos confiesa, con una sonrisa que esconde la sabiduría de 4 décadas sobre los escenarios. Lo que hemos aprendido con Nina es el arte sagrado del cuidado consciente. Habitamos un cuerpo y tenemos que sentirnos cómodos en él, es nuestra casa. Nos lo revela mientras nos cuenta que el impacto íntimo en el que ella selló con su voz un acuerdo. Ella le prometió cuidarla como un tesoro y, a cambio, su voz le entregaría momentos expresivos impagables. En este matrimonio artístico, Nina descubrió que cuando honramos nuestro templo corporal, él nos devuelve posibilidades infinitas que ignorábamos tener.

    Quique Gonzalo:

    Su trayectoria nos desvela el verdadero secreto de la longevidad, una curiosidad voraz que jamás se sacia, porque si no aprende, se aburre. Y lo confiesa con la intensidad de quien a sus 40 años desafío toda expectativa estudiando logopedia, y ahora rozando los 60, se lanza al dibujo técnico anatómico, y nos enseña así que la relevancia no nace de perseguir aplausos, sino de mantenerse coherente y congruente con lo que el alma nos susurra en silencio. Al hablarnos de la menopausia a los mejores años de tu vida, el título de su libro, Nina ilumina ese viaje transformador donde debemos despedirnos de quien fuimos y dar la bienvenida a una persona nueva. Con la vulnerabilidad de quien ha vivido una menopausia abrupta, nos enseña a escuchar el dolor, que es el lenguaje del cuerpo, y a descubrir que incluso en el aparente declive, el cuerpo guarda sorpresas maravillosas. En el teatro Nina aprendió que para que 1 brille, lo que debe hacer es hacer que brillen los demás, y esta filosofía, en un mundo cada vez más individualizado, se convierte en revolución silenciosa. Su mayor regalo no está en buscar ayudas externas, sino en recordarnos nuestra propia fortaleza. Mi cuerpo entrenado es el mejor coach que tengo, y ante los abismos que la vida nos presenta, nos ofrece su más poderosa metáfora. Nuestro oficio siempre nos exige estar en zona de riesgo y lanzarnos al vacío, y no hay que tener miedo, siempre estarás tú ahí para recogerte.

    Quique Gonzalo:

    Gracias, Nina, por enseñarnos que el cuidado es la forma más elevada de conciencia, por relevarnos que la rutina y el orden son cimientos invisibles de la creatividad más salvaje, por mostrarnos que cada arruga esconde una lección de vida por compartir cómo transformar una despedida no deseada en el más luminoso de los comienzos. ¿Y tú? ¿Te atreves hoy a mirarte al espejo y descubrir al maestro que siempre ha habitado en ti? Y como siempre, terminamos con un nuevo hábito KENSO. Lánzate al vacío, tu cuerpo ya sabe cómo volar. Nos escuchamos pronto.

 

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Jeroen Sangers

Anfitrión del Canasto. Mentor artesano especializado en la Efectividad 2.0 para personas y equipos de trabajo.

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