Attention span de Gloria Mark
Episodio 315
¿Quieres recuperar tu atención en un mundo digital?
Ese es el tema principal del programa de este mes, donde aprenderás todos los hábitos que nos llevan a concentrarnos mejor a mano del libro «Attention span» de Gloria Mark.
Valoración Jeroen: ★★★★½
Valoración Quique: ★★★★
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La escuela de verano
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Índice de la reseña
(01:30) ¿Qué vas a encontrar en este libro?
(07:14) La disminución de la capacidad de atención en la era digital
(16:31) Los ritmos de la atención
(18:01) 4 tipos de atención
(26:28) Los costes ocultos de la distracción y la multitarea
(35:40) Sobrevivir a la economía de la atención
(41:50) Recuperar tu atención
(50:46) Resumen final
(52:42) Estilo y valoración
(57:54) El siguiente libro
(59:13) ¡Nos escuchamos muy pronto!
Recursos mencionados
Attention Span: Finding Focus for a Fulfilling Life de Gloria Mark | Amazon
Utilizar Tiempo de uso en el iPhone, el iPad o el iPod touch | Apple
Bienestar digital | Android
Frederick Winslow Taylor | Wikipedia
Susana Martínez-Conde | Wikipedia
Descubre tu cronotipo y mejora tu energía y descanso | Episodio 35
Reduce el estrés con el marco de descansos 3M | Episodio 257
Fluir: Una psicología de la felicidad de Mihaly Csikszentmihalyi | Amazon
Ritmo ultradiano | Wikipedia
Por qué dormimos de Matthew Walker | KENSO Círculo
Aprovecha tus ciclos naturales e incrementa tu productividad | Episodio 145
Sin Interrupciones: Consigue más foco y menos distracción | Academia KENSO
Hyperfocus de Chris Bailey | KENSO Círculo
Pensar rápido, pensar despacio de Daniel Kahneman | KENSO Círculo
Designing the Mind de Ryan Bush | Amazon
Formación para empresas | KENSO
Cursos online | KENSO
Coaching personal | KENSO
Y la música de KENSO gratis para Podcasts y YouTube | Uppbeat
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Aviso: el transcriptor a veces no nos entiende, pero vosotros seguro que sí.
Disculpa, si lees algún error en la transcripción.Quique: ¿Quieres recuperar tu atención en este tsunami que es nuestro nuevo mundo digital? Ese va a ser el tema principal del programa de este mes, donde aprenderás todos los hábitos que nos lleven a esa recuperación de la mano del libro Attention Span de Gloria Mark.
Jeroen: Bienvenidos al nuevo episodio de KENSO Círculo, el podcast donde descubrirás los libros para vivir la efectividad para ser más feliz. Yo soy Jeroen Sangers, aprendiz en usar los juegos para desconectar.
Quique: Y yo soy Quique Gonzalo, aprendiz en desconectar, reconectar y volver a conectar. Bueno, Jeroen, te felicito porque este libro, de antemano ya tengo que decir que me ha gustado. Ha sido, me parece, una de esas cosas que merece la pena dedicarle su tiempo de lectura, su inversión económica y, sobre todo, centrarnos para poder atender y concentrarnos en la lectura de un libro que justo nos habla de eso, de recuperar la atención en un mundo digital.
Jeroen: Y primero me gustaría disculparme por los miembros de KENSO Círculo porque este libro había tanta cosa para leer y subrayar y pensar y reflexionar que yo al menos no he sido capaz de terminar el libro en un mes. Por lo tanto, hemos saltado un mes para poder dedicarle toda la atención que necesita este libro sobre la atención.
¿Qué vas a encontrar en este libro?
Quique: Pues vamos a hablar de atención, Jeroen, porque una pregunta. Sí. A todos los que nos estáis escuchando y también a ti. ¿Cuántas veces has cogido el teléfono hoy?
Jeroen: Buena pregunta. Creo que hay un informe en el móvil que da la respuesta, ¿no? Yo habitualmente no suelo mirar este informe porque asusta mucho.
Quique: Me asusta mucho más que… Es interesante, Jeroen, porque eso nos da una imagen muy real y unos datos fiables porque es la propia máquina la que nos está diciendo qué es lo que ha sucedido. Y es que en las dos últimas décadas hemos terminado generando y desarrollando un vínculo increbantable con nuestros dispositivos digitales, que más que dispositivos digitales, parecen amigos. Pasamos horas al día delante de las pantallas, saltando entre distintos sitios web, aplicaciones, publicaciones. Si coges el metro, si vas por la calle, si ves que estás en la cola esperando en la frutería, Jeroen, yo en todos estos casos, me he encontrado con este gesto, esa relación íntima que estamos desarrollando con nuestros dispositivos.
Jeroen: nos tiene un coste, nos tiene un precio que estamos pagando por esto. Que sí, que parece que el móvil y las tecnologías han venido aquí para ayudarnos, pero el precio es que nos cueste cada vez más concentrarnos en nuestro trabajo, en las cosas que estamos haciendo, en las cosas realmente importantes, y nos estresan porque además No solo es que tenemos esta tendencia de coger nuestro móvil muchas veces. Si no lo cogemos, nuestro propio móvil ya nos avisa, nos envía notificaciones. Estoy aquí. Tienes correo, tienes un WhatsApp, tienes un mensaje. Y esto no para nunca más. Y hace, efectivamente, que nuestra capacidad de concentración haya ido cambiando en los años, donde anteriormente podíamos concentrarnos perfectamente. Justo es uno de los datos que salen en este libro. La autora, Gloria Mack, después ya expliquemos quién, ha ido midiendo de cada cuánto tiempo nuestra atención se va de la tarea actual.
Quique: Y daremos respuesta a esa pregunta. Y me gusta mucho lo que decías, Jeroen, porque en el fondo, todas esas notificaciones, sonidos, colores, activaciones de la pantalla, lo que están haciendo es aprovecharse de nuestros deseos más primitivos. ¿Qué es lo que parece al final? Pues que tenemos nuestra atención como algo que está, parece, fuera de nuestro control. Sin embargo, tú ya bien sabes que nos has oído mucho en KENSO, que esos deseos más primitivos pertenecen al mono. y a esa liberación de dopamina. Eso es lo que le gusta tanto y por eso cada vez que suena el sonido del WhatsApp o se enciende la pantalla o te llega un pequeño correo en la parte de abajo con el pop-up de que tienes un mensaje nuevo, algo que por otro lado tú ya sabes porque siempre hay mensajes nuevos, nuestra atención se va hacia allí. Lo que puede parecer una tarea titánica que es el desconectar, al menos si quieres conservar un trabajo o tener una vida social, vamos a conseguir algo con este libro y es echar un poco el freno y ver si necesitamos girar y ir en una dirección distinta. Entonces, ¿qué puedes hacer? Pues yo creo que simplemente escuchando la reseña de este libro de Gloria Mark te vamos a ayudar porque vamos a desglosar su investigación sobre la ciencia del comportamiento para explicar cómo la era digital ha cambiado la naturaleza de nuestra atención. Y también vamos a explorar cómo podemos utilizar ese conocimiento para que recuperes el control. no para hacer más, sino para que puedas vivir mejor. Y Jeroen, ¿quién es Gloria Mark? ¿Quién es esta señora que ha escrito este maravilloso libro?
Jeroen: Pues es una persona que yo llevo siguiendo hace muchos años, porque si buscas un poco la ciencia detrás de la efectividad o nuestros problemas de efectividad, pues tarde o temprana vas a encontrar con Gloria Mark, que es bastante reconocida, un profesor investigado, y su campo es la el uso de la informática por humanos. Por tanto, es experto en informática y en la psicología. Es conocido por su trabajo justo en esta intersección de tecnología con lo humano y, más que nada, el ámbito de productividad, flujos de trabajo y gestión de tiempo. Por tanto, es nuestra experta. Dónde la hace? En este momento es profesora de informática en la Universidad de California, en Irvine, en Estados Unidos. Ha estudiado Psicología Cognitiva en la Universidad de Colombia. ha escrito un montón de artículos científicos y trabajado también para Microsoft y sus investigaciones se centran en entender realmente cómo las personas interactúan con esta tecnología y cómo la tecnología afecta al rendimiento y bienestar de las personas y cómo se pueden diseñar herramientas tecnológicas para ayudarnos a ser más productivos y a tener mejor calidad de vida. Yo creo que es el investigador más KENSO que yo he conocido nunca.
Quique: Pues yo creo que nos viene fenomenal porque en su libro, Attention Span, lo que nos vamos a encontrar son 14 capítulos que nosotros hemos ido desgranando para ofrecerte en cinco ideas clave. Cinco ideas que, después de haber escuchado esta reseña, te permitan pasar a la acción, porque ya sabes que lo repetimos mucho en KENSO. Escuchar este podcast está muy bien, pero lo más importante de todo es que consigas ponerlo en práctica. Al menos un primer gran paso. Una idea clave. La primera. La disminución de la capacidad de atención en la era digital. Yo creo, Jeroen, que aquí no hace falta tirarnos a los datos científicos. Vamos a ser sinceros. No los necesitamos para saber que nuestra atención está disminuyendo. ¿Estás de acuerdo, Jeroen?
La disminución de la capacidad de atención en la era digital
Jeroen: Sí, sí, sí. Yo creo que todos ya sabemos lo que está pasando. Ya sabemos que no podemos vivir en este móvil. Ya has notado que no podemos estar ni 30 segundos en la cola del supermercado, sin que empiece a quemar nuestros bolsillos de este dispositivo. Pues vamos, nos conectamos a Instagram, a Facebook, a TikTok, a lo que sea, simplemente para ocuparnos. Y también cuando estás concentrado en el trabajo también notas esta necesidad de de vez en cuando coger este móvil y consultarlo. Yo creo que ya sabes, ya sabes cómo va.
Quique: Desde luego, porque al final lo que viene siendo, voy a abrir un momentito para echar un vistazo a ver ese mensaje de WhatsApp que me ha llegado, de repente ese momento del WhatsApp, del mensaje, hace que vayas a una foto de Instagram, luego empiezas con los Reels, empiezas a ver esos vídeos de gatitos tan monos que el algoritmo ha definido para ti, y, oh, Dios mío, han pasado cinco horas. Al final, el mundo digital acapara nuestra atención y poco a poco se la está llevando, yo creo, que como ningún otro invento humano anterior, ni siquiera la televisión o el propio Internet, porque ya, en el fondo, agrupa todo ello en un nuevo dispositivo. Como consecuencia, ha cambiado nuestra forma de vivir, nuestra forma de trabajar, nuestra forma de pensar, nuestra forma de relacionarnos con los demás. Gloria Mark ha estudiado la relación que existe de las personas con la tecnología digital, casi desde que esta existe, como bien comentaba Jeroen, y gran parte de esta investigación se llevó a cabo en lo que ella dice laboratorios vivientes, donde los propios investigadores observaban a las personas en sus lugares de trabajo cotidianos. Es decir, no es que les metieran un contexto distinto, sino en su contexto habitual, porque es la mejor forma de poder, entonces, analizar la información. porque te sientes más seguro, no te sientes tan juzgado y te comportas como lo harías habitualmente. Y para ello, en esos laboratorios vivientes, Gloria Mark y su equipo utilizaron cronómetros, clickers, notas, todo ello para registrar cómo es nuestro comportamiento. ¿Y qué es lo que descubrieron, Jeroen?
Jeroen: Sí, sí, como un tailor de la edad moderna, observando las cosas. Hay unos datos que han publicado ya hace unos años. Las personas que cuando estamos trabajando dedicamos solamente tres minutos a una tarea antes de pasar a otra. Solo tres minutos. Nuestra capacidad de concentración es esto. Pero este es cuando no estamos delante del ordenador. Este es el trabajo, cuando estás escribiendo, cuando estás haciendo cosas manuales. Pero si nos ponemos a un ordenador, esta frecuencia cambia un poco. Personas que trabajan con ordenador cambian de atención o cambian de una web o una aplicación a otra una vez cada dos minutos y medio. Wow. Al menos, estos eran los datos que lo había encontrado en el año 2004. Y le han hecho el mismo pruebo durante los años Ya he visto cómo ha ido cambiando y ahora, al menos en los últimos resultados publicados por ella del año 2021, en lugar de dos minutos y medio, ya hemos ido bajando y ahora es un corriente de siete segundos solo.
Quique: Claro, Jeroen, que entiendo entonces que el haber, por así decirlo, cambiado la atención y disminuido a una franja en la que cada vez nos encontramos más con estas interrupciones, también lo que hace es que nuestra capacidad retentiva
Jeroen: disminuya, ¿verdad? Claro, efectivamente, efectivamente, efectivamente. Y por tanto, esa es la parte preocupante, que nos distraemos cada vez más. Y obviamente un cambio de aplicación o de web no necesariamente es negativo, porque alguna vez lo hacemos queriendo. Si yo termino una tarea, pues cierro mi documento de Word y empiezo la otra. Y tal vez… Pero no es este el caso, que hemos sido capaces de escribir más rápido nuestros documentos en Word. En lugar de necesitar dos minutos y medio para escribir el texto, ahora lo hacemos en 47 minutos. No es esto, ¿no? Hay algunos cambios, sí, que son conscientes, pero algunos son simplemente no intencionados. Producen, por ejemplo, porque nos aburrimos, por costumbre, porque ya tengo el costumbre de cada dos minutos mirar lo que hay, Y otros cuando internet hace lo que mejor sabe hacer, es arrastrarnos a una madriguera de enlaces, de notificaciones, este pop-up de correo que sale, que nos llama la atención y no podemos dejarlo.
Quique: A mí, Jeroen, esto siempre me recuerda a los laberintos, que se ve muy clara que hay una entrada, pero ya una vez que entras, se empiezan a bifurcar en diferentes opciones y el salir del laberinto, de esa madriguera que tú hablabas, a la que nos arrastra, es, uf, cuanto menos una tarea, a veces, difícil, bastante difícil. Algo que parecería sencillo, se vuelve difícil. Otro hallazgo preocupante de los que encontramos en el libro es que las personas, cuando son interrumpidas durante una tarea laboral, tardan 25 minutos en volver a su tarea original.
Jeroen: Vaya, 25 minutos.
Quique: 25 minutos, Jeroen, que ya no es solo volver a la tarea, sino el que entres en tu capacidad mental de concentración otra vez en focalizarse en esa tarea. Porque lo que es tú, por así decirlo, tus ideas, tu creatividad, tu pasión, tu propósito, tu prioridad, todo eso lo cuelgas y lo vas poniendo en marcha poco a poco, es como ir calentando y de repente entras en ese estado en el que haces la tarea de la mejor manera posible. Pero una interrupción corta, de manera inmediata, esa cuerda que sostiene todos estos elementos, que se caen de golpe, y, claro, volver a coger esos elementos y volver a ponerlos otra vez en orden, en marcha, Son esos 25 minutos.
Jeroen: También es bastante posible, cuando estás trabajando de forma enfocada y te interrumpen por algo, obviamente te tienes que hacer una interrupción, pero después no vuelves directamente a la tarea que estabas haciendo. Por entremedio te despistes con tal vez dos o tres tareas diferentes. Y vale, pues ahora voy a hacer esto, miro un momento mi correo, ordeno mis papeles, hago diferentes cosas antes de volver. Y por eso llegamos a estos 25 minutos.
Quique: Yo creo, Jeroen, que de verdad, si echáramos una vista a cualquiera de nosotros a la última semana, seríamos capaces de darnos cuenta que efectivamente, cuando hemos recibido una interrupción, tardamos esos 25 minutos en volver. Algunos 20, otros media hora, pero que nos encontramos en ese margen. Porque estas interrupciones, que pueden ser externas, como una llamada telefónica, o un colega que te pide si tienes cinco minutitos, que te quiere contar un tema que a veces no es ni importante, consiguen generar esa desconexión de la conexión a la concentración que nosotros hayamos llevado. Pero también ocurre que no son solo interrupciones externas, sino que muchas veces son interrupciones internas, cuando nos viene a la cabeza una pregunta una duda, una tarea importante, un recuerdo de algo. Esa cosa que luego dices, se me ha olvidado que tenía que apuntar que cuando salga esta tarde tengo que comprar leche en el supermercado. Todos esos ronrones hacen que haya cosas pululando a nuestro alrededor. tanto externas como internas, que están deseosas de llevarse nuestra atención. Para ser claros, el cambio de atención, la multitarea y las interrupciones ya existían mucho antes de Internet. En realidad, nuestros cerebros son bastante buenos para enfrentarse a este tipo de situaciones, pero cada vez que lo hacen, consumen mucha energía mental. En un episodio que lanzaremos próximamente con la neurocientífica, yo creo, más importante a nivel mundial, española, Susana García Conde nos contaba este consumo de energía, porque pensamos que la multitarea no lleva un desgaste y lo lleva mucho más que hacer las tareas en modo monotarea. Y cuanto más ocurre, pues está claro, como todo lo que tenemos en la despensa, cuanto más lo consumo, más rápido agoto esos recursos. Así que no es de extrañar que nos sintamos más estresados, agotados o quemados que nunca. Así que estos descubrimientos básicos sobre nuestra capacidad de atención, yo creo que no deberían sorprendernos demasiado, pero algunos de los resultados que han descubierto los científicos van en contra de las historias que nos encontramos a nosotros mismos. Así que vamos a desmontar algunos de los mitos más comunes sobre la tensión.
Los ritmos de la atención
Jeroen: Yo creo que queda claro que tenemos un problema. Vamos a la segunda idea clave que tiene que ver con los ritmos de tensión. Y por eso yo creo que primero hay que empezar con la base. ¿Qué es exactamente la tensión? Llevamos ya más de 15 minutos hablando sobre la tensión y no hemos definido todavía. No sacamos aquí el diccionario, pero obviamente en este libro Gloria, como bien científico, explica primero qué es. Según los psicólogos, la definición de la tensión es la capacidad de procesar conscientemente ciertas cosas de nuestro entorno mientras excluimos otros. Esta es la tensión. Por lo tanto, procesar cosas de algunos y al mismo tiempo excluir lo que pasa fuera de esta tarea. También es importante, no hay una parte específica del cerebro responsable de ello. Es todo un sistema que tiene lugar en diferentes áreas de nuestro cerebro. No es tanto la concentración de hemisferio izquierdo que hemos sentido muchas veces. Esto no es verdad. Está un poco en todos y hay redes diferentes que coordinan diferentes habilidades que tienen que ver con esta capacidad de enfocar, como mantener la atención, de priorizar qué va primero, utilizar la memoria y trabajo para tener la información relevante para esta tarea más cerca y la autorregulación para evitar estos impulsos externos. podemos distinguir entre cuatro tipos diferentes de atención, depende de lo comprometidos y exigidos que estamos por el objeto de nuestra atención.
4 tipos de atención
Yo creo que aquí hay que imaginarte, ya ponemos en las notas del programa un diagrama de estos de 2x2, que ponemos por un eje de cómo comprometidos estamos con la tarea, podemos estar muy comprometidos o muy poco comprometidos, ¿Y cómo desafiante es la tarea? Si es algo muy desafiante, muy complicado o es algo fácil, ¿no? Ya tenemos los dos ejes y con esto podemos dibujar los cuatro cuadrantes.
Quique: Que yo creo, Jeroen, que esta es una de las ideas claves y esenciales para entender muy bien en qué estado estamos cada uno. Así que hay que ir dibujando vosotros que nos estáis escuchando ahora esos cuatro cuadrantes.
Jeroen: Efectivamente, el primer cuadrante es cuando estamos muy comprometidos y nos sentimos muy desafiados por algo. Mucho y mucho. En los dos ejes, mucho. Estamos en la esquina superior derecha. Es el estado de concentración. Este es cuando realmente estás absorbido por lo que estás haciendo. Cuando estás tan concentrado que pierdes toda la noción del paso del tiempo. Ya no notas mucho lo que pasa en tu entorno. Después, el otro ejército, muy comprometidos, pero no demasiado desafiados, que está al lado, entonces estás en un estado rutinario, entonces haces cosas en tu autopiloto. Lo pasamos mucho, ojeando vídeos en TikTok, jugando Candy Crush, que es lo que Claudia Mac explica en su libro, que es lo que hace ella en este estado.
Quique: O ver vídeos de gatitos, que es lo que hace Steve Wozniak.
Jeroen: Pero todo es una actividad absorbente. Estás comprometido pero no es muy desafiante en absoluto. No hay riesgo aquí, es un juego. Pero sí que estás absorbido, comprometido para esto. Ya tenemos el enfoque, el primer cuadrante. El segundo es el estado rutinario. Vamos al tercero, que es cuando no estás comprometido y tampoco no tienes ningún reto. Entonces ya estamos en la fase de aburrimiento. Son tareas que no te motiven, ¿no? Y cuando no estás comprometido, pero sí que tienes una tarea desafiante, entonces ya estamos en la zona de frustración.
Quique: Yo creo que esto es fundamental, Jeroen, porque muchas veces nos cuesta un poco discernir porque se va nuestra actividad de atención a unos lugares o a otros. Por eso el tener ahora mismo este cuadrante a mí me va a ayudar mucho para saber dónde dirigirnos. También existe el mito que para ser productivos debemos esforzarnos para concentrarnos por encima de todo. Lo interesante es que cada estado atencional tiene un propósito y su valor. De hecho, como decías tú muy bien antes, incluso las actividades digitales que hacemos de manera repetitiva, como pueda ser en el caso de Gloria, jugar al Candy Crush, otras personas abrir Twitter en un momento, pueden ser buenas para nosotros. Muy interesante. ¿Por qué? porque no podemos mantener la atención para siempre. Es decir, si Steve Wozniak, el cofundador de Apple, un tío que puede tener una de las inteligencias mayores en el mundo de la tecnología, dice que todos los días ve 15 minutos de vídeos de gatitos, es por esto. Porque al final, al no poder mantener la atención para siempre hiperconcentrada, necesitamos distendierla. Por eso los distintos tipos de atención fluyen y van cambiando a lo largo del día. Para la mayoría de las personas, la concentración es máxima en torno a las 11 de la mañana y de nuevo a las 3 de la tarde. Y el aburrimiento alcanza su punto máximo poco después de comer. Esto tiene un sentido. Capítulo 35, cronotipos. Cronotipos. Claro, el oso, el oso. 11 de la mañana, 3 de la tarde. O sea, clarísimo. Es que la vida está hecha para vosotros, Jeroen.
Jeroen: Sí, sí, sí, sí.
Quique: Y la razón por la que no podemos mantener la concentración para siempre es que consume una cantidad de recursos cognitivos que, como no son infinitos, es imposible mantenerlo las 24 horas del día. Y para reponerlos necesitamos hacer descansos. Algo de lo que ya hablamos en el episodio… ¿258, Jeroen? Sí. 258, tres descansos, las 3M. Es la importancia de los descansos. Oye, descansos diarios ya lo tienes. Dormir bien, unas buenas vacaciones, actividades en las que te aburras de bajo esfuerzo, porque esas te proporcionan mini descansos diarios que te ayudan a recuperar tu energía. Y la gente tiende a ser más feliz durante las actividades rutinarias que en un estado de concentración, lo que significa que tiene el beneficio adicional de mejorar nuestro estado de ánimo. Por lo tanto, busca actividades de descanso rutinarias que te ayuden a recargar energía. Por ejemplo, hay gente que lo hace haciendo deporte, saliendo a dar un paseo, charlando con una persona de las que te recarga la energía, Yerun, no de las que te drena la energía. Como puedes ver, incluso viendo vídeos de gatitos, puedes recuperar tu energía, pero siempre desde un modo consciente. ¿Cuál es otro mito que nos podemos encontrar, Yerun?
Jeroen: Vamos al Mihaly Csikszentmihalyi.
Quique: Que bien lo pronuncias siempre.
Jeroen: Sí, sí. Sé más o menos pronunciarlo, no me pides que lo escribo. Pero el gran investigador sobre el estado de flujo, de fluir, este estado que he dicho que es tan concentrado, que tienes un nivel de concentración tan profundo que pierdes completamente la noción del tiempo. Y esto pasa mucho, por ejemplo, con artistas, con escritores, pintores o músicos que aumenta están, entran en su mundo y se cierra del mundo exterior. Pero, tal como indica Gloria, en el trabajo de conocimiento que hacemos casi todos, estos tipos de trabajos en que estamos comunicándonos con otras personas, que tenemos que investigar y tenemos que analizar, aplicar nuestra capacidad lógica, pues en estas situaciones, en este tipo de trabajos, no hay muchas oportunidades para entrar en fluir. Por lo tanto, esto está para Un tipo específico de actividad se pone en lugar, pero no para nosotros. Y esto implica que si trabajamos en oficina, si hacemos este trabajo de reconocimiento, que sí que podemos ser felices, comprometidos y productivos. No está diciendo el contrario. Lo único es que hay que aprender a seguir un poco tus propios ritmos naturales de atención, que van y ven. Más tarde ya hablamos un poco más de esto, pero hay diferentes flujos y Gloria en el libro también compartirá algunos consejos y trucos para seguir un poco este ritmo natural que ya tenemos, que conocemos los ritmos ultradianos, que son los ritmos que tienen lugar dentro de un día, que los conocemos del sueño, que en el sueño ya todo el mundo absolutamente ha leído, y si no, vos vas a escuchar el episodio sobre Porqué Dormimos de Matthew Walker, Pero todos sabemos que al dormir tenemos un ritmo de 90 minutos. Y durante el día también hay este tipo de ritmos que vamos cambiando momentos con más energía y más capacidad de concentración en momentos que estamos más cansados y básicamente porque se acaba nuestra energía. Y existen estos ritmos, lo que pasa es que nosotros no somos muy conscientes de estos. Porque llevamos un día un vidrio tan caótico y también porque en general estamos poco conectados con nuestro cuerpo.
Los costes ocultos de la distracción y la multitarea
Quique: Pero existe. Desde luego, Jeroen. Hablamos de ello también en el episodio 145, cuando hablábamos de aprovechar nuestros ciclos naturales para incrementar la productividad. Y esto me parece fundamental porque ya hemos hablado de la disminución de la capacidad de la atención en la era digital como primera idea. Segunda, los ritmos de la atención. Y tercera, los costes ocultos de la distracción y la multitarea. ¿Por qué? Porque en KENSO sabéis que nos gusta mucho Entender por qué hacemos lo que hacemos, porque de lo contrario es muy difícil solucionar un problema. Lo parchearemos. Nos gusta daros la solución una vez sabiendo dónde está el problema y qué es y de qué forma nos afecta. A estas alturas, con lo que hemos estado contando, con lo que hemos vivido, debería estar más que claro que no toda la atención está bajo nuestro control consciente. De hecho, en un estado de concentración, dirigimos nuestra energía hacia un objetivo concreto, como, por ejemplo, escribir un trabajo de fin de curso, preparar una presentación para un cliente. Pero nuestra atención también se ve impulsada por distracciones externas. Alguien que de repente aparece por la calle y me dice, oye, Quique. O cuando suena el ping de una notificación de WhatsApp. Como veis, ahí también se impulsa Y cuando el trabajo se ve interrumpido con frecuencia por este tipo de distracciones, nos sentimos más frustrados, presionados y estresados. Es decir, tú dices, no, a mí a lo mejor no me molesta que suene un ping-pong de vez en cuando, pero imagínate que sonara una vez cada 30 segundos. Imagínate que tus notificaciones del e-mail de la próxima reunión que tienes, de cada nuevo correo que va a ir saltando, del WhatsApp, de Instagram, estuvieran todas activas. Como puedes ver, es algo que no nos gusta. No es de extrañar. Como sabemos y hemos contado, esos 25 minutos que tardamos en volver al trabajo después de una interrupción es una gran carga, sobre todo cuando estamos haciendo una tarea prioritaria. Sin embargo, lo que podría sorprender es que las personas también nos interrumpimos a nosotros mismos casi con la misma frecuencia que son interrumpidas por fuerzas externas. Esto me recuerda mucho a la frase de Churchill, la de no me gusta que interrumpan mientras interrumpo. Sí. ¿Qué es lo que descubrieron aquí los investigadores? Pues que el 45, perdón, 44% de las veces, para ser precisos, las personas cambian su atención sin ningún desencadenante visible. Es decir, es algo que hemos experimentado. Estamos en medio de una tarea importante cuando de repente nos invade la necesidad de consultar Instagram. No sabemos por qué. O WhatsApp. Ojo, que ahí nunca ha habido nada que fuera una bomba, por así decirlo. O necesitas saber, claro, ya me acuerdo ese día que estaba en el avión volviendo a España y fue el día que murió Prince. ¿Qué día era justo cuando murió Prince? O de repente estabas en esta área prioritaria o estás en medio de una videollamada y dices, ahí va, si tengo que coger y cerrar la cita que tengo con el dentista. ¿Qué es lo que está pasando ahí, Jeroen?
Jeroen: Pues hay una cosa curiosa, porque cuanto más nos interrumpen desde fuera, Más empezamos a interrumpirnos nosotros mismos, en las interrupciones internas. Para distinguirlos un poco, a veces hablamos de las externas como distracciones y las interferencias internas como interrupciones. Al final, las interrupciones pueden ser tranquilizadoras, porque dan a nuestra mente un pequeño descanso de trabajo duro y nos ayudan a controlar el estrés. Por tanto, tienen su función las interrupciones, porque ya sabes que nuestra mente está siempre vigilando si hay algún peligro. Y simplemente, de vez en cuando, desviar tu atención te hace relajar. Pero también las interrupciones pueden provocar emociones persistentes. Te agotan los recursos cognitivos y al final llevas en una espiral sin sentido. Porque si cada vez más interrumpes, cada vez más interrumpes, ya no hay manera de salir.
Quique: Vamos desplazando la atención de lugares a lugares. Y aquí hay una cosa muy interesante, Jeroen, es que, al final, la forma en que afrontamos las interrupciones depende de diferentes factores sociales, ambientales, genéticos… Y, ojo, aquí las mujeres son ligeramente mejores que nosotros a la hora de retomar tareas interrumpidas. y también tienden a manejar de manera más fácil esas esferas, o como dices tú en los talleres, esas bolas en la pista de cinco pistas de trabajo simultáneo. Esto significa que puede haber algo de verdad en ese viejo tópico de que las mujeres trabajan mejor en modo multitarea, pero no nos engañemos. El porcentaje de supertareas, personas que pueden realizar varias tareas a la vez sin sacrificar puntos de rendimiento, es muy pequeño. Tan pequeño que es un porcentaje ínfimo de la población. Para la mayoría de nosotros, simplemente el prestar atención a dos cosas a la vez, dos cosas a las que algo nos requiera un poco de concentración, solo es posible si una de ellas es muy automática. Por ejemplo, no tendrás ningún problema si hablas por teléfono mientras caminas. Pero si ambas tareas supusieran para ti un esfuerzo consciente, como que una de ellas, en vez de ser una llamada con un amigo, sea una videollamada a través de Zoom mientras escribes un correo electrónico, en realidad ya no estás prestando atención a las dos cosas al mismo tiempo. En lugar de eso, estás cambiando rapidísimamente tu atención de un lugar a otro, consumiendo una cantidad ingente de tus recursos. Entonces, ya no es multitarea. Multitarea, como ves, es hacer dos cosas al mismo tiempo sencillas y evidentes. En este caso, son dos tareas que estamos desplazando, como decía antes muy bien, Jeroen, la atención de un lugar a otro tan rápido que parece que es multitarea, pero en verdad no lo es y nos está desgastando mucho.
Jeroen: Hace más de pensar en una cosa explicada en el libro de Hyperfocus, de Chris Bailey, que es muy visual. Imagínate que dentro de tu cabeza, atentamente, tienes un espacio. Es tu espacio atencional. Y aquí, como el espacio es limitado, puedes meter diferentes bolas. Una bola de una tarea grande, y tal vez justo al lado cabe una mini-tarea. Pero no hay espacio para dos tareas grandes, entonces tienes que ir cambiando. O tienes dos tareas medianas que acaban aquí. Entonces puedes llenar tu espacio mental con una tarea grande, una tarea mediana o una pequeña, o varias de pequeñas. Estos son los límites. a las distracciones, porque a veces pensamos que si sale aquí notificaciones o hace ruido en mi oficina, pero lo que hago yo es simplemente ignorarlo. Yo me esforzo para ignorarlo. Pero lo que pasa es que Si yo conscientemente estoy esforzándome para no sentir las distracciones, para no sentir el ruido de fondo, también estoy gastando mis recursos en el autocontrol. Aplicando el autocontrol funciona un poco como el músculo. Si lo utilizas con demasiada frecuencia a lo largo del día, te deja de funcionar. Igual que si te olvides, imagínate que todo el día tienes que llevar un peso. Al final te va a doler el brazo y no seas capaz de levantar este peso. Con el autocontrol pasa un poco mismo. Lo hacemos, pero no podemos mantenerlo durante todo el día. Y obviamente también como músculo hay personas que lo tienen mejor que otros. Hay personas que tienen simplemente de naturaleza, de su forma que su personalidad incluye más autocontrol que con otras personas.
Quique: Yo de hecho, Jeroen, estoy trabajando el músculo de mi capacidad de concentración. No se verá, pero lo estoy trabajando tanto como puedo. Quiero decir que no se verá porque no es algo externo y físico, pero efectivamente se nota la capacidad. Y eso me gusta mucho porque significa que podemos mejorar, ¿verdad, Jeroen?
Sobrevivir a la economía de la atención
Jeroen: Sí, se puede mejorar, efectivamente. Hay una cosa muy sorprendente, ¿no? Que hay gente que que tiene esta capacidad de control, pues al final pasa más tiempo en sitios de web de entrenamiento que sus compañeros. Parece que esto distrae más, pero en realidad resulta más fácil volver al trabajo porque tiene este autocontrol. Es curioso que cuanto más autocontrol tienes, Más veces te autointerrumpes para verlo, pero como ya tienes este autocontrol ya sabes que no voy a impedirme. No es lo mismo, en este caso voy a mirar exactamente en qué año se murió Prince, en cuál fue este día. Pero como tiene autocontrol, ya saben, van a buscar esto y después vuelven a su tarea. No se pierden media hora por Wikipedia. Y esta es la gran diferencia. Porque esto lo aplica a estas personas que tienen un gran grado de autocontrol utilizar este tipo de actividades como pausas en su trabajo. Y el resto de nosotros pues no podemos hacerlo. Pasamos a otra idea clave. Número cuatro, sobrevivir a la economía de atención. Yo creo que es el otro lado de la medalla. Hemos hablado del tema de la atención desde el punto de vista personal. Pero ahora también hay otro lado de la medalla, que es la empresa que está al otro lado de las redes sociales, que nos está a veces robando nuestra atención. Y este es otro mito moderno. ¿Qué puedes explicar sobre este mito?
Quique: Sí, claro. Al final sucumbimos a las distracciones, las interrupciones, la multitarea, por lo que comentabas tú un poco antes, Jeroen. Falta de disciplina, lo que decimos muchas veces en KENSO. Se juega como se entrena. Si yo no he estado entrenando mucho tiempo mi capacidad de atención y veo que además es que mi entorno me está llevando a justo lo contrario, es que la desentrene, porque a la sociedad le viene mejor. Porque a Netflix, a Amazon, le viene mejor que tu concentración no esté entrenada, que a las, por así decirlo, aplicaciones de correo electrónico, de mensajería, le viene mejor que te desconcentres en lugar de que te centres. Ahí es muy importante decirnos a nosotros mismos, oye, Nos terminamos diciendo, no nos esforzamos lo suficiente para mantener nuestra atención. Pero lo que sucede es que este punto de vista ignora que nuestro comportamiento está moldeado por la cultura, la tecnología y las actitudes de nuestro tiempo. Hoy en día, Internet está en todas partes. En el metro, en un concierto, en el cine. Es decir, el otro día veía Coldplay lleno todo el mundo y Chris Martin en un momento diciendo por favor disfrutad del concierto guardarlo en vuestro cerebro no en vuestros móviles y la razón por la que se ha hecho esto tan popular es que la estructura de red imita a la perfección la estructura de nuestra mente es decir los hiperenlaces nos permite satisfacer nuestra curiosidad siguiendo conexiones asociativas, igual que hacemos cuando vagamos por la mente por nuestra cuenta. Es decir, cuando estás en la ducha y una idea te lleva a otra y luego a otra y dices, ahí va, ya he encontrado la solución a este problema que tenía en el trabajo.
Jeroen: ¿Cómo es que de repente estoy pensando en Prince?
Quique: Efectivamente. Pues lo mismo, podemos empezar a leer sobre Leonardo da Vinci, pasar sin problema un autóctono sobre la Mona Lisa y acabar aprendiendo sobre la historia de Francia, algo que yo creo que a mí me ha pasado miles de veces. Porque nuestra atención puede empezar dirigida a un objetivo. Oye, quiero buscar algo sobre Leonardo da Vinci. Pero luego se vuelve gradualmente más abierta y oportunista. Es decir, nuestro cerebro sabe que detrás de cada enlace va a encontrar una nueva dosis de dopamina como recompensa, que es más información nueva, novedosa. Así que hacemos clic. Y lo que sucede es que muchas veces no hemos sido conscientes de que hemos hecho clic. Entonces, las empresas descubrieron cómo podían sacar provecho de este efecto hace mucho tiempo. Para ello utilizan algoritmos que recopilan datos sobre nuestras personalidades, actitudes, comportamientos para predecir qué tipo de enlaces harán que hagamos clic. Y como probablemente tú ya sepas por experiencia, se han vuelto monstruosamente unas cracks en ello. Hoy en tu día, tu smartphone puede incluso utilizar los datos de tus sensores para detectar si eres un corredor o no. Como quieren que veas tantos anuncios como sea posible, pues a las empresas de redes sociales también les interesa que sigas desplazándote. Y lo hacen con algoritmos que promueven contenidos que provocan reacciones emocionales como la felicidad, la sorpresa, el miedo, el asco o incluso la ira. Todo eso que se encuentra dentro de nuestro sistema límbico.
Jeroen: Hay una cosa curiosa que pasa con estos contenidos. Que hay una relación bidireccional entre los contenidos que presentan estas empresas y nuestra atención. Porque ya hemos visto antes que nuestra capacidad de atención se ha ido disminuyendo. Y con esto también el contenido ofrecido por las redes sociales y las empresas de tecnología han ido a más breves o viceversa. Por tener contenidos más breves, también disminuye nuestra capacidad de atención porque estamos cada vez más acostumbrados a recibir pequeñas dosis de información en lugar de cosas más grandes. Ya no leemos tantos libros, estamos más pendientes de TikTok. Es un poco la situación del huevo y la gallina. Sabemos perfectamente que TikTok, Instagram, Facebook limitan la longitud de contenido que se puede subir. Hay un límite. Incluso la mayoría de las anuncias online nunca duran más de 10 segundos. Pero no solo es internet. Por ejemplo, las películas de hoy en día también, si miras las cortes que hacen en la grabación, hoy en día es cuestión de segundos. Cada 2, 3, 4 segundos vamos a otro plano. Todo se mueve con mucha velocidad. Y este hace unas décadas. Por ejemplo, en los años 80 los cortes eran la mitad de frecuentes. Por lo tanto, el ritmo que lleva incluso dentro de la película era mucho más lento. Y se ha demostrado que este contenido que cambia tan rápidamente aumenta nuestro ritmo cariaco y nuestra impulsividad. Simplemente mirando esta película, no es lo mismo que miramos una película que cambia de corte cada 2, 3, 4 segundos, que cambiar una película de los antiguos que son más pausadas en sus cambios de cortes, de punto de vista. Y esto también agota nuestros recursos cognitivos. Volvemos al mismo tema, otra vez. Y si a esto añadimos el hecho que en este caso, en la medida en personas americanas, pero yo creo que se puede ampliar perfectamente a la población genérico, que pasamos casi 10 horas al día frente a algún tipo de pantalla. Y yo creo que, en algunos casos, bastante más. Entonces ya tenemos la visión completa, porque estamos recibiendo 10 horas al día estos impulsos que van cada vez más rápido y como son cada vez más rápidos, pues disminuye nuestra capacidad de enfocar. Y por tanto, aquí tenemos un problema. Ahora, Esta es la parte buena del libro. También hay soluciones. ¿Qué podemos hacer para tomar control de nuestra atención? ¿Cómo podemos sobrepasar estos esfuerzos perezosos?
Recuperar tu atención
Quique: Pues, Jeroen, algo tan sencillo y a la vez, por así decirlo, tan complejo como recuperar nuestra atención. Porque si las empresas son tan buenas manipulándolos, que ni siquiera somos conscientes de nuestras elecciones en Internet, nos tenemos que preguntar ¿cuánto control tenemos? Y podríamos entrar en un debate filosófico sobre el libre albedrío, que a mí esto me encanta porque, claro, un estudiante de ciencias políticas, ¿qué te voy a decir? Pero la mayoría de los psicólogos suscriben un punto de vista llamado determinismo blando. Y este punto de vista sostiene que nuestro condicionamiento moldea nuestro comportamiento, pero no lo determina por completo. Por lo tanto, recuperar nuestra atención empieza por desarrollar más agencia, por así decirlo, más enfoque digital. Para ello primero tenemos que desarrollar una metaconciencia de nuestro comportamiento digital. ¿Esto qué significa? ¿Este palabra qué significa?
Jeroen: Yo sé que a ti la palabra meta te gusta mucho, metadatos… Sí, pero metaconciencia de nuestro comportamiento digital suena como un insulto.
Quique: Podría serlo, ¿eh? Pues significa simplemente reconocer nuestros hábitos. Es decir, comprender las fuerzas internas que nos intentan manipular nuestra atención y aprender a qué distracciones nos resistimos mejor o peor. Y entenderlo de una manera muy sencilla. Como decíamos, el cerebro, en su sistema límbico, que es donde se encuentran las emociones, lo que va a hacer es aprovecharse de las emociones. Y en las emociones hay algunas que hemos trabajado muy bien. Desde que somos pequeños, más adelante, entonces nos sentimos seguros. Por ejemplo, a mí si me hacen un desplante y me terminan diciendo, oye, Quique, el podcast que has escrito no me ha gustado nada, oye, pues nada, yo entiendo que hay personas a las que no le puede gustar. Y eso no me va a herir fácilmente. Pero si a lo mejor me dicen en una sesión de coaching, oye, Quique, esto que me has aportado hoy no ha sido de ningún valor, pues ahí encuentro que hay algo subyacente en mí que ya sí que ha conseguido tocarme, tocarme el corazoncito. Entonces, por eso es tan importante entender cuáles son los disparadores que desconcentran o concentran nuestra atención. En algunos nos sentiremos más fuertes y a lo mejor en otros nos cuesta un poquito más. Pero podemos cultivar esta conciencia al adquirir el hábito de hacer las preguntas adecuadas. y es simplemente pasar del sistema límbico al neocortex. Es decir, hacernos una pequeña pregunta que conecte nuestro sistema humano en lugar de nuestro sistema humano. Por ejemplo, antes de entrar en Instagram, ¿qué voy a ganar? Si abro ahora Instagram, ¿qué voy a ganar? De hecho, Jeroen, lo voy a poner para la gente que pueda ver el vídeo en YouTube. Si yo me voy a mi pantalla inicial del móvil, Hay solamente en la pantalla inicial 5 aplicaciones. Podría tener 40, pero solo tengo 5. De hecho, Instagram no está aquí. Ni está, perdón… Esta es la primera. Ahí va, que se va. Esta es la primera. Esta es la segunda. Y solamente en la tercera y dentro de una carpeta es donde podría encontrar Instagram. ¿Para qué me sirve esto? Para poner un pequeño obstáculo, de tal manera que si quiero abrir Instagram, tengo que conectar primero mi sistema consciente. Y entonces ya hay veces que sí voy y termino abriendo Instagram, pero hay veces que digo no, no, es el mono el que quiere abrir Instagram, no yo. Así que eso para comenzar. Pero una vez que estés en Instagram, pregúntate ¿cuánto tiempo llevo aquí? ¿Y qué estoy ganando en este tiempo que acabo de invertir? ¿Por qué? Porque a lo mejor es una recompensa que te vale. Y dices, sí, me está viniendo fenomenal estos 15 minutos como Steve Wozniak para ver gatitos y desconcentrarme o alegrarme con la sonrisa que saco al ver a estos gatitos jugar entre ellos. Fenomenal. Pero también puede ser que digas, uf, acaban de pasar 40 minutos y muchas de las cosas que están viendo, la verdad es que no me hacen ningún bien. De hecho, otra cosa que puedes hacer es visualizar el final de tu día. Es decir, esta tarde cuando llega a casa del trabajo, ¿Cómo me voy a sentir después de haber pasado dos horas perdido en la madriguera de YouTube antes de irme a dormir? Porque cuanto más a menudo recuerdes hacerte estas preguntas, más fácil te va a resultar la próxima vez el poder controlar. Y recuerda que la autoregulación es como un músculo. ¿Qué más podemos hacer, Jeroen?
Jeroen: Pues se ha confirmado que Gloria y Mark también escuchan nuestro podcast. En especial, yo creo que han escuchado episodio 35 sobre cronotipos. Porque obviamente habla de este tema. Y es importante porque tenemos estos ciclos naturales de atención. Tenemos momentos con mucha energía. Para la mayoría de la gente sería más o menos a las 11 y a las 3, otro pico más después de comer. Y tenemos momentos que estamos más bajo de energía, por ejemplo, a mediodía, a luna, o más tarde a la tarde, a partir de las seis. Y esto es importante porque si sabes cuándo tienes tú, en tu caso, tus picos, que puede ser más temprano para las leones o mucho más tarde para los lobos, que entonces puedes estructurar tu día para completar tus tareas más difíciles justo en los momentos que tienes la máxima concentración.
Quique: Esto me parece muy interesante, Jeroen, por dos cosas. Primero, como dices, tu priorizar los momentos de máxima capacidad de concentración en los momentos de máxima capacidad de energía para hacer esas tareas más importantes. Y segundo, también para saber cuándo me puedo relajar, pero entender también que en esos momentos es cuando voy a ser más vulnerable. Que a lo mejor digo, entro cinco minutitos porque yo después de comer me entras y como tal, y digo, venga, cinco minutitos de Instagram y me echo la siesta. Y de repente te das cuenta que si le ibas a echar una siesta de media hora has terminado echándote una siesta de nada porque has estado 35 minutos en Instagram. O sea, que este punto muy interesante. También, Jeroen, podemos aprender a reconocer cuando nuestra atención está baja y en esos momentos programar una serie de pausas deliberadas de actividad rutinaria para incrementar y saltar esos momentos de bajón. Cosas como, por ejemplo, desplazarte por las redes sociales, pero también dar un paseo. Ese mix podría ser potente. Un buen momento, de hecho, para cambiar tu atención es durante una pausa natural en tu flujo de trabajo. Ya sabéis, esos 90 minutos de concentración que podemos tener necesitan después de un pequeño descanso para volver a otro siguiente ciclo de concentración de productividad. Entonces, por ejemplo, justo después de terminar de leer un capítulo o de enviar un correo electrónico, paz, descansos. Porque cuando realices una actividad digital rutinaria, como decía Gloria, jugar al Candy Crush, pon ese gancho que te traiga de vuelta al trabajo. Es decir, programa una actividad de descanso 10 minutos antes de una llamada y así te vas a asegurar que no vas a perderte esa llamada.
Jeroen: Yo creo que al final, Gloria apunta esto también, que crear esta relación sana con la tecnología requiere un cambio, pero un cambio en diferentes niveles. Hay cosas que están dentro de tu zona de control, que son los cambios de nivel individual, Hay cosas que están dentro de tu zona de influencia, por ejemplo, cambios dentro de tu empresa y habrá cambios sociales que tal vez serán más complicados de hacer. Las empresas, por ejemplo, pueden hacer actuaciones como definir horas libres de correo electrónico, el derecho a desconectar que existe, por ejemplo, en Francia, donde el gobierno francés ha decidido que a partir de una hora específica en los fines de semana ya no se puede enviar correos electrónicos, o al menos no se puede entregar, que tantos se quedan aquí. Y también los gobiernos podrán crear programas formativos en los colegios donde enseñamos a los niños cómo tratar bien con nuestros dispositivos que tenemos, cuáles son los peligros, cuáles son las herramientas que tenemos disponibles, porque por mucho que la tecnología nos haya cambiado, también hay que recordar que el mundo digital lo hemos creado nosotros mismos. Y cuando empezamos a comprender cómo es nuestro comportamiento, entonces podemos empezar a aprovechar esta nueva atención en nuestro beneficio. Interesante. Yo creo que son un poco los puntos claves que hemos visto. Creo que podemos hacer un breve resumen final de lo que ha pasado en este libro.
Resumen final
Quique: Desde luego hemos visto que las tecnologías digitales han cambiado la estructura de nuestra atención. Y a medida que se ha ido consolidando nuestra dependencia de las pantallas, nuestra capacidad de atención se ha cortado. Hemos visto que el trabajador medio pasa ahora solo 47 segundos en una pantalla antes de cambiar de atención. Y nuestro hábito de autointerrupción y multitarea está afectando a nuestro rendimiento y, lo que es más importante, a nuestro bienestar. ¿Pero es todo culpa nuestra, Jeroen?
Jeroen: No, para nada, para nada. Internet, las empresas tecnológicas han creado herramientas perfectamente diseñadas para capturar nuestra atención, tomar nuestra mente en captura. Las empresas online se han convertido en expertas en manipular nuestra atención. Hay que pensar al otro lado de la pantalla que tú estás conectado con una aplicación, por otro lado hay incluso miles de especialistas en neurociencia que están diseñando la aplicación para desviarte. Por tanto, si queremos reclamar nuestra agencia o nuestro autocontrol digital y tomar este control de nuestra atención, primero tenemos que comprender cuáles son estas fuerzas que actúan sobre ello. Y solo entonces podremos empezar a fluir con los ritmos naturales de nuestra atención y proteger nuestra atención al mismo tiempo de las distracciones que recibimos todo el día. Yo creo que no es necesario desconectarnos de la red, ni siquiera desinstalar Candy Crush, que tiene sus beneficios también. Lo único que tenemos que hacer es más inteligentes que nuestros dispositivos inteligentes.
Quique: Eso me parece una gran frase. De hecho, creo que la voy a volver a mencionar, Jeroen. Pero una pregunta, ahora que vamos aterrizando. Para ti, desde tu punto de vista, ¿cuál es el estilo, la valoración, y el impacto que tú le das a haber leído este libro.
Estilo y valoración
Jeroen: No sé si he pasado a ti, pero a mí me ha hecho pensar mucho en el libro de Daniel Kahneman, de pensar rápido, pensar despacio, porque está escribiendo, su estilo es un poco similar, muchas descripciones de experimentos que ella ha hecho, presentando los resultados y después poner los resultados en un contexto que es fácil de entender. Por lo tanto, siempre hay un pequeño experimento para explicar cómo he conseguido esta conclusión y después lo hace un pequeño análisis y lo lleva mucho a la práctica. Yo creo que es un libro fácil de leer. No es difícil. Lo que pasa es que, igual que el libro de Daniel Kahneman, yo he encontrado muy denso de información. Hay muchos estudios, muchos datos, muchos hechos. Algunas cosas incluso van un poco contra nuestra intuición de pensando, como es posible que las personas que hemos mencionado, personas con más autocontrol se conecten más al Internet mientras están haciendo una tarea. Por ejemplo, son este tipo de cosas. Sorprendente, mucha información útil. También es capaz de llevarlo y ofrecer consejos muy aplicables en nuestro día a día. Y lo que a mí me gusta mucho es que no es tanto… No pintan a nosotros como humanos como víctimas de las empresas tecnológicas, que si no se enfocan mucho en… Vale, pues hay otro lado a la medalla, que somos nosotros mismos y nuestros propios comportamientos. Y aquí también es parte del problema, que hay soluciones obvias que a veces pensamos que funcionan y que no funcionan. Por ejemplo, ella ha encontrado que obligar a la gente que en lugar de estar todo el día pendiente del correo electrónico, solo lo puede abrir cada dos horas, no funciona. ¿Por qué no? Porque aunque no tienes el correo electrónico, no quiere decir que tu mente no está pensando a ver qué hay en el bandeja de entrada del correo. Entonces no evites estas interrupciones. Por lo tanto, hay un montón de estas reflexiones, también un montón de consejos prácticos que a mí me han encantado este libro. Ya me ha encantado su trabajo como científico, pero ahora que lo puedan leer lo más fácil de entender, más escrito para gente como tú y yo, en lugar de los científicos, Por eso digo que a mí me ha gustado. Yo creo que es un libro recomendado para todo el mundo que trabaja y vive en la época moderna. Y yo les voy a dar un 4,5.
Quique: Interesante, Jeroen. Ahora te voy a hacer una pregunta. ¿Cuántas veces has perdido la concentración mientras grabábamos este episodio?
Jeroen: Hoy no he contado. Muchos, muchos. Porque llevamos una hora grabando y es una tarea que requiere mucha concentración. Y aún así, habla de interrupciones de fuera y algunas de dentro que no os he contado, pero bastantes, bastantes.
Quique: Sí, es interesante porque incluso cuando hablamos de estas cosas, el tener la conciencia de lo que nos está pasando y incluso si estamos entrenados pues a menos sucede. Bueno Jeroen, yo por mi lado voy a empezar por la nota que le doy, le doy un 4. Le doy un 4 porque creo que es un libro que está escrito desde un enfoque que a las personas más azules y verdes les va a gustar, porque es un enfoque en el que, como bien decías tú, ha juntado toda esta parte científica, que como buena divulgadora, como buena persona que tiene este conocimiento técnico importante, cae como… Yo tengo la sensación, Jeroen, que normalmente caen en el problema de alargar, el libro, porque hablamos de cerca de 400 páginas.
Jeroen: Hay una razón porque nos ha costado dos meses para grabarlo.
Quique: Efectivamente. Esto probablemente una persona amarilla y roja pues hubiera podido condensar y te encuentras como que muchas veces, justo si hablamos de atención y concentración, repite los conceptos a lo mejor más de lo que yo hubiera esperado. Entiendo que está bien para sentarlos, al mismo tiempo yo creo que el poder hacer un libro más directo funcione bien. Eso sí, mucho sensación de filosofía a KENSO, de persona para personas y sobre todo de qué depende de nosotros, de entender por qué nos está pasando y que desde ahí podamos trabajar mucho mejor en una solución. Creo que no es un libro para todo el mundo y probablemente con esta reseña que os hemos hecho el 80% lo tengáis más que cubierto. Si queréis profundizar más, desde luego. Entonces, un estilo accesible, eso sí, largo al mismo tiempo, con lo cual, a lo mejor, no estaría dentro de mi cabecera, por así decirlo, de libros de cabecera. Pero, desde luego, ese 4, muy bien merecido, y me ha alegrado mucho porque leerlo También me sigue ayudando, en este caso, a crecer. Así que ese 4 para que se nos quede en un 4,25 de media al final. Mira qué bajo.
El siguiente libro
Jeroen: Y ahora la gran pregunta. Te toca, Quique. ¿Cuál sería el siguiente libro que vamos a leer este mes?
Quique: Tengo muchísimas ganas de este libro, aunque yo voy a hacer trampa, y es un libro que ya he leído. Es un libro que me llegó para ver si una editorial hacía la traducción al castellano. Lamentablemente no se lo llevó a esta editorial, se lo llevó a otra editorial. Se va a publicar dentro de poco en castellano. De momento solo está en inglés, pero ya os puedo anticipar que es un libro que a mí me parece que tiene mucho donde trabajar. Se llama Designing the Mind, Diseñando la Mente, de Ryan Bush. Así que ese es el libro con el que nos vamos a poner. ¿Te suena?
Jeroen: No me suena de nada, no, no. No he sentido nunca ni de Ryan Bush ni de Designing the Mind.
Quique: Pues a ver qué te parece Jeroen, a ver qué te parece porque creo que de aquí tiene también sus peros, ya lo anticipo de antemano. Lo que pasa es que tiene unos puntos de lo más interesante y creo que ahora que se acerca el verano va a ser una lectura sobre la que vamos a poder trabajar.
Jeroen: Pues lo voy a comprar, voy a leerlo. Intento no tomarme estos dos meses esta vez, que podemos dejarlo como el último de esta temporada. Y yo creo que con esto ya tenemos un buen episodio, una hora, sobre la capacidad de concentración. Por lo tanto, para nosotros es un reto, para los oyentes también.
¡Nos escuchamos muy pronto!
Outro: Muchas gracias por escuchar el podcast de KENSO. Si te ha gustado, te agradeceríamos que te suscribas al podcast, lo compartas en tus redes sociales o dejes tu reseña de 5 estrellas para ayudarnos a llegar a más oyentes. Y si quieres conocer más sobre KENSO y cómo podemos acompañarte a ti, tu equipo o tu organización en el camino hacia la efectividad personal, puedes visitar nuestra web, KENSO.es. Te esperamos la semana que viene en el próximo episodio del Podcast de KENSO, donde Quique y Jeroen buscarán más pistas sobre cómo vivir la efectividad para ser más feliz. Y hasta entonces, ahora es un buen momento para poner en práctica un nuevo hábito KENSO.
Quique: Que prestes atención a tu atención. Muchas gracias por ser miembro, patrón de KENSO Círculo, por estar ahí y sabes que a ti te queremos un poco más que a los demás. Muchas gracias por todo.