El arte de convertir batallas en versos con Nach
Episodio 350
¿Alguna vez te has preguntado cómo alguien transforma el dolor en poesía, o cómo las cicatrices de la vida pueden convertirse en versos que inspiran a miles? ¿Cuántas veces has sentido que tus luchas internas podrían ser el combustible para algo más grande?
En el episodio de hoy descubriremos cómo las palabras pueden ser el puente hacia nuestro desarrollo personal, y cómo la autenticidad se convierte en el camino hacia nuestra mejor versión. Exploraremos cómo convertir nuestras batallas internas en victorias que inspiren a otros de la mano de Ignacio José Fornés Olmo, mejor conocido como Nach.
Nach es un rapero, compositor, escritor y poeta que ha dejado una marca importante en el hip-hop español durante más de 30 años. Ha sacado más de 10 discos y creó su propio sello discográfico, Magna Records.
Estudió Sociología en la Universidad de Alicante y su música, llena de reflexiones personales y comentarios sociales afilados, ha conectado con gente tanto en España como en Latinoamérica.
Además de sus discos, Nach ha publicado dos libros de poesía y ha trabajado con muchos artistas de habla hispana. La revista Rolling Stone lo ha nombrado el tercer mejor rapero en la historia del rap en español.
Nach se ve a sí mismo como un «artesano de la palabra», buscando no solo entretener, sino también inspirar y compartir su visión del mundo. Con una mente curiosa y una gran pasión por la música, Nach sigue explorando nuevas formas de expresión, siempre con la esperanza de que su mejor canción aún está por llegar.
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Índice de la entrevista
00:00 Intro
08:40 El inicio de la pasión por el rap
14:20 Primeros pasos en el rap
16:54 Caminar y tirar para adelante
20:14 El significado de la música
26:53 La persona detrás del personaje
32:14 El manejo de las expectativas
36:23 Convivir con el estrés
41:02 Simbiosis entre calma y pasión
45:45 El proceso creativo
47:22 La vulnerabilidad a nuestro favor
53:45 El círculo cercano
1:02:04 El proceso mental detrás de subirse a un escenario
1:05:30 Qué sucede después de bajarse del escenario
1:11:58 La regla de Nach, barbacoa en el Congreso
1:17:00 Resumen y despedida
Recursos mencionados
Hambriento de Nach | Amazon
Silencios vivos de Nach | Amazon
Mentir de Sam Harris | Amazon
Una breve historia de casi todo de Bill Bryson | Amazon
Somewhere Only We Know de Keane | Song.link
Cinema Paradiso de Giuseppe Tornatore | Film Affinity
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Aviso: el transcriptor a veces no nos entiende, pero vosotros seguro que sí.
Disculpa, si lees algún error en la transcripción.Quique: ¿Alguna vez te has preguntado cómo alguien transforma el dolor en poesía? ¿O cómo las cicatrices de la vida pueden convertirse en versos que inspiran a miles de personas? ¿Cuántas veces has sentido que tus luchas internas podrían ser el combustible para algo más grande? En el episodio de hoy vas a descubrir cómo las palabras pueden ser el puente hacia nuestro desarrollo personal y cómo la autenticidad se convierte en el camino hacia nuestra mejor versión. Vas a explorar cómo convertir tus batallas internas en victorias que inspiren a otros de la mano de Ignacio José Fornés Solmo, más conocido como Natch. Nach es un rapero, compositor, escritor y poeta que ha dejado una marca importante en el hip hop español durante más de 30 años. Estudia sociología y su música, llena de reflexiones personales y comentarios sociales afilados, ha conectado con gente tanto en España como en Latinoamérica. Y además de sus discos, Nach ha publicado dos libros de poesía y ha trabajado con grandes artistas de habla hispana. De hecho, la revista Rolling Stone lo ha nombrado el tercer mejor rapero en la historia del rap en español. Nuts se ve a sí mismo como un artesano de la palabra, que busca no solo entretener sino también inspirar y compartir su visión del mundo. Con una mente curiosa y una gran pasión por la música, sigue explorando nuevas formas de expresión siempre con la esperanza de que su mejor canción aún está por llegar. Bienvenidos a un nuevo episodio de KENSO, el podcast donde descubrirás cómo vivir la efectividad para ser más feliz. Soy Quique Gonzalo, aprendiz en el arte de convertir las palabras en catalizadores del cambio personal.
Nach: Bienvenido, Nacho, amigo. Muchas gracias. Bueno, es un placer, tío, estar aquí. Ya sabes que os escucho mucho y que absorbo mucho de lo que vosotros contáis en vuestro podcast. Y que de repente me hayas llamado para estar aquí me parece surrealista, tío. O sea, que estoy encantado.Quique: A mí me hacía especial ilusión porque un sábado por la noche tengo que contar esta pequeña anécdota. De repente veo una mención en Instagram y veo que es alguien a quien yo he seguido durante muchos años, y es Nach. Recomendando el podcast de KENSO, desperté a mi mujer. Mi mujer, la primera reacción no fue buena. ¿Por qué la habías despertado? Sí, porque eran las 12 y media de la noche, Nacho. La segunda, cuando le dije es Nach, entonces se conectó y estuvo despierta hasta la una y media de la mañana viéndolo y reviéndolo.
Nach: Qué guay.
Quique: Y sobre todo gracias porque esta nueva etapa de KENSO tenía mucho que ver con personas como tú. Personas a las que tenéis algo muy profundo que yo creo que muchos nos comprometemos y nos vinculamos con ello, así que va a ser un auténtico placer estar contigo.
Nach: Pues yo encantado. A ver, yo vengo aquí a hablar, a compartir, a hablar de mis experiencias, de mis gestiones, de lo que he gestionado bien, de lo que he gestionado mal y de cómo intento vivir, ¿sabes? Entonces, tan simple y sencillo como eso.
Quique: Tan simple, sencillo y tan complejo al mismo tiempo, que muchas veces nos cuesta. Nach, para comenzar, a mí me gustaría preguntarte, ¿qué te gustaría dejar en esta conversación para la audiencia, para la gente que te está escuchando?
Nach: que la gente entendiera lo que supone ser un artista, lo que supone ser una persona que tiene muchas dimensiones y muchos altibajos, mucha curiosidad también, muchos momentos de intentar mejorar como persona y a veces no conseguirlo tanto como le gustaría, que vieran un poco a la parte mi parte humana y mi parte también mental como intento convivir y dialogar con mi mente, ¿no? Que creo que a veces ha sido lo más complicado en mi vida de hacer, ¿no? Porque me he dedicado a algo para lo que nunca tuve guía, porque me he dedicado a algo para lo que no tuve mentor, para lo que nadie me enseñó nada y tuve que aprenderlo sobre la marcha, sobre todo en un mundo como es la música o el arte donde no hay una estructura fija y el arte no es automático. Entonces, dentro de esa manera tan loca de funcionar, tienes que gestionar un orden, unos términos medios y una manera de poder sacarte el mayor provecho sin pasarte, pero sin quedarte corto. Entonces, me gustaría que la gente entendiera un poco cuáles son los procesos que yo he vivido a lo largo de mi vida, el momento en el que estoy y un poquito también quién soy como persona, porque creo que este tipo de podcast se aprecia a ello.
Quique: Total, yo creo que como decías tú, toda esa parte de poder descubrir qué hay detrás del personaje, a esa persona, nos ayuda muchísimo porque en el fondo todos tenemos nuestra persona, nuestro personaje y saber convivir entre ambos a veces no es sencillo. ¿Y qué te gustaría llevarte?
Nach: Yo ya me llevo el regalo de estar aquí y de formar parte de KENSO. Me voy a llevar sobre todo hablando de estas cosas, que me gusta mucho hacerlo, también me ayuda a mí mismo a volver a reconectar con esa manera en la que intento ordenarme y vivir mejor. Seguro que voy a salir con esa sensación de que no solo a los demás alguna cosita que diga les pueda servir o les pueda, no sé si inspirar, pero a lo mejor les llame la atención. Y yo irme también sabiendo que, charlando contigo, he reordenado un poquito más mi interior, que se ordena y se desordena, se ordena. Y siempre voy viviendo en esa… ¿sabes? Entre esos dos mundos. En esa dualidad.
Quique: Me gustaría viajar a ese momento en el que un chaval está en Alicante, en un instituto, que es lo que de repente le empieza a llamar la atención, que lleva adentro, que dice, aquí hay algo distinto, aquí hay algo, no sé lo que es, pero hay algo que puede hacerme especial.
Nach: Sí, más que… Pensar que fue algo que me pudiera hacer a mí especial. Yo vi algo especial en otra cosa que tenía autenticidad, que tenía verdad, que era muy fácil de hacer. Yo me daba cuenta que yo soy una persona que cuando me complicas mucho la ecuación, me pierdo. Supongo que tiene que ver con mi déficit de atención, etc. Por eso me gustaba el baloncesto, era una pelota y una canasta. El esquí no podía con él, porque ponte las botas, ponte el mon, era como cuánta historia. No, no, sencillo. Y veía que con el rap te ponías a rapear palabras que rimaban y creabas el mismo efecto en la gente que lo escuchaba que cuando veías un mate de baloncesto, o uno se ponía a hacer un beatbox con la boca, o alguien se ponía a bailar en el suelo, o a pintar algo increíble en una pared. Me llamó mucho la atención que con algo relativamente fácil, sencillo, sin mucha ornamentación y sin mucha historia alrededor, se pudiera crear algo. Y al mismo tiempo algo que tenía mucha verdad y que no intentaba disimular nada. Simplemente era como, esto es lo que pienso, esto es lo que te escupo y esto es lo que hay. También, cuando eres un chaval, ves que eso, además de haber verdad, mola. Yo venía al baloncesto, me encantaba la NBA, empezaba a ver los primeros iconos del rap que había en la gira de los ochenta, principios de los noventa, y era como, esto mola y yo también quiero molar. Entonces, se juntó todo eso para decir, aquí hay algo que creo que es a lo que yo me puedo porque al mismo tiempo yo tenía un background por mi madre de haberle dado mucho amor a la palabra, porque mi madre me enseñó cosas de poesía, de refranes… A mí era algo que me gustaba mucho, entonces cuando lo vi de una manera tan moderna y tan brutal y tan en la cara, fue como… Esto yo lo quiero hacer. Y ahí me puse manos a la obra de la manera más… chunga y de la manera más cutre, pero eran los inicios. De hecho, ahora lo pienso que haber vivido aquella época en la que no tenías información, pero sí tenías mucho deseo. Fue muy bonito porque vas creando tu propio mundo sin copiar a nadie y sin pensar en nada más que con esto haces, con esto haces y con esto haces y tu imaginación es la que hace el resto. Y fue muy chulo.
Quique: Me parece increíble cómo comentabas ese amor a la palabra transmitido y recibido, y cómo desde ahí tú ahora lo transformas para miles y millones de personas. ¿Cómo has ido desde ese momento en que tu madre te empieza a hablar de las palabras, de la poesía, cómo tú lo vas recibiendo y cómo a día de hoy has conseguido que todo eso se transforme? Y el orgullo de tu madre, cuéntanos también.
Nach: Sí, bueno, mi madre orgullosa también, recuerdo, tío. Recuerdo que las primeras maquetas no eran muy poéticas tampoco. Recuerdo un día que entré a mi casa y mi padre estaba escuchando una maqueta mía que las rimas eran, claro, de la época. Soy el MC del penetierso con un semen bien espeso, ¿sabes? Y mi padre escuchando eso, yo entrando por la puerta y mi padre escuchando eso y mirándome con la mano abierta, ¿sabes? Y diciendo, madre mía. ¡Madre mía, qué me va a caer! Pero mis padres hicieron algo muy bueno, que es dejarme hacer. Sobre todo cuando yo era pequeño, mi madre me dejó jugar. Me dejó pintar el suelo del patio con tiza que se borraba para poder crear mis propios… A mí no me gustaban los juguetes que me llegaban en caja. Yo cogía folios y creaba mi propio caminito con mis propias pruebas. Mi madre me dejaba hacer y mi padre también. Entonces, a partir de ahí, ellos vieron que había algo que no entendían. Porque, claro, mis padres son dos generaciones. Yo soy el pequeño de ocho hermanos. Mi madre me tuvo con 46, 47 años. Entonces, cuando yo ya era un chico joven, mis padres ya eran más que mis padres como mis abuelos en cuanto a edad. Entonces, esa diferencia generacional también hacía que entendieran aún menos de lo que yo estaba. intentando hablar, etc. Mis hermanos sí que entendían mucho, porque hablando de cultura musical ellos escuchaban mucha música, yo de pequeño escuché desde Supertrama, Alan Parsons Project, Michael Jackson, Lionel Richie, todo lo que te puedas imaginar de música, y eso también afectó a que todo se juntara para tener una mentalidad abierta a la hora de crear música. Pero, ¿cómo ese proceso fue? Es difícil de definir, tío, porque al final yo creo que lo que había era deseo, y cuando deseas algo, vas a ello. Yo me juntaba con gente y yo lo que quería era sacar música y ver cómo sonaba yo, rapear y ver cómo sonaba yo. Y mi mayor deseo era grabarme en un estudio y escucharme. Lo que pasara después tampoco me interesaba mucho. Que lo escuchara otra gente o cómo reaccionaran… Este soy yo, escuchándome a mí mismo dentro de esto que me mola tanto, que es el rap. Eso es lo que yo… Y lo que creo que me gusta más hoy en día, que es meterme en un estudio de una idea que yo tengo en una canción, transformarla en algo tangible, luego escucharlo y ver qué ha salido de ahí. Obviamente que la gente la sienta también, me hace mucha ilusión, pero fue un proceso bastante… sin planes. Ten en cuenta que nadie se dedicaba a esto, nadie vivía de esto. Nos juntábamos en un parque o en un río y allí rapeábamos, no había intención de nada. De hecho, me alegro mucho de ver a gente como SFDK o Violadores del Verso, etc., que son coetáneos, y muchos más que al final han trascendido también. Y ese no haber planes también hacía que todo fuera mucho más libre y no hubiera tanta estrategia de nada, simplemente vivir el momento.
Quique: Y Nach, ¿en qué momento consideras que encontraste tu voz?
Nach: Fíjate, la encontré bastante pronto, porque si escucho un disco que es el Abrevedad de los Días, yo tenía veintipocos años, o incluso, sí, el Abrevedad de los Días, que reunía algunos temas de maquetas, a mí había una parte del rap que me gustaba mucho. Cuando era como muy hardcore y tal, me entretenía, pero de repente habían otros rappers que contaban una sensación más allá, con la que a mí se me encogía aquí dentro algo y era como que me emocionaba, ¿no? Entonces, yo siempre quería tirar por ahí. Y ahí, Creo que una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida, ya no solo en mi carrera, sino en mi vida, es decir, ahí voy, me lanzo de cabeza a este tipo de emoción que me ha llegado tan profunda. me agarro a ella y no la voy a soltar. Y ahí empecé a hacer temas como Vas a Noches Reales o Cambiando el Mundo, que yo era muy jovencito, pero a mí eran los temas que más deseaba escribir y grabar. Y yo creo que eso también generó en que los oyentes o la gente que me escuchó viera un espacio diferente de alguien que Estaba más enfocado en transmitir una emoción que en hacer algo más hardcore, que también, pero mi esencia me llevaba a eso y no la frené por el que dirán. Y yo creo que eso fue algo muy inteligente que hice, sin ser consciente de ello, y que me llevó a ser el artista que luego fui. porque a pesar de… Uno tiene miedo de decir hoy estoy haciendo algo como más blandito o algo como más sentimental o más emocional que dirán la peña del barrio, ¿sabes? Me da igual, voy a hacerlo, ¿no? Entonces yo creo que eso también… Fue un momento muy sabio dentro de mi vida siendo un chaval y que me llevó luego a darme cuenta que ese era el artista que yo era y la persona que yo era desde mi primer disco. Eso me ha traído hoy en día aquí al Nach que yo soy.
Quique: De hecho te comentaba antes de la entrevista que escuchando tu último single Tenía esa sensación de que la valentía de la que hablabas se transmite. Es decir, que demuestras vulnerabilidad porque al final quieres estar primero tú bien y luego, si la audiencia está bien con esas emociones, estamos todos bien.
Nach: Exacto. De hecho, esa vulnerabilidad creo que es muy necesaria y yo cuando escucho a otros artistas, ya no escucho… Cualquier artista o incluso cualquier persona con la que me cruzo prefiere una persona rota, desencajada, una persona que no termina de poner las cosas en su sitio, que se abre, que se rompe, que te llora, a la típica persona que te está diciendo lo que hace bien, ¿sabes? y siempre me ha atraído y he admirado mucho más a ese tipo de personas. Entonces, al final eso es lo que me llama y eso es lo que yo creo que como artista tengo una responsabilidad, de decir, oye, me siento así. Y también son cosas que me digo yo a mí mismo. Creo que el último single, Corazón, es una cosa que yo me digo a mí mismo. No estoy ni en el principio de la fila ni estoy en el final, estoy en el medio y de la misma manera que hay mucha gente delante, hay mucha gente detrás, pero no me voy a… dejar llevar por ese materialismo, por esa ambición, por ese intentar subir y subir y subir, que al final vas con la lengua afuera y no disfrutas de la vida. Al final corazón es una manera de que sé que hay mucha presión ahí fuera, sé que hay mucha gente o muchas situaciones que me quitan la energía o que me tiran para abajo, pero al final lo que yo guardo aquí creo que es lo que importa. Yo creo que es un mensaje que a mucha gente le puede servir porque vivimos siempre muy pendientes de cómo mejorar a nivel material, a nivel de cómo los demás nos ven, de cómo aparentamos, y en el fondo eso no importa tanto. Lo que importa es realmente que uno está aquí y que uno tiene la capacidad de poder hacer un montón de cosas y que las circunstancias pueden ser mejores o peores, pero de tirar para adelante. Yo creo que la vida es un regalo, es como si te regaran un coche. Y hay gente que quiere que ese coche le vaya perfecto siempre y que le vaya súper rápido, incluso hay gente que machaca ese coche y derrapa y tal, y luego quiere que no se rompa. Yo creo que hay que ser conscientes de que si te han regalado un coche que es la vida, con ese coche, puedes tener un coche mejor o peor, pero siempre vas a poder avanzar. Entonces, hay gente que es como que siempre se está quejando, es como, tío, Imagínate que tu padre te regala un coche, no te quejes, no seas el típico niño mimado. Tira para adelante con lo que tengas y disfruta de ese trayecto porque en el fondo estamos aquí y es… es lo mejor que podemos hacer a la hora de vivir, caminar y tirar para adelante. Creo que corazón y creo que la música que hago intenta ser cosas que yo me digo a mí mismo porque me las necesito decir y que luego, si les sirven al resto, cojo nudo. Es un orgullo también y me apetece siempre hacer algo que tenga una utilidad más allá de entretener. Entretener está muy bien, y a mí me encanta la música, las pelis, los libros que me entretienen, pero los que me dan un matiz extra que me lleva a otro lugar y me remueven desde abajo, me explota la cabeza con eso, y yo intento hacer eso con la música. No siempre se consigue, porque ya te digo que esto no es automático. Muchas veces de lo que tienes aquí a lo que transmites aquí, que se va a tu voz y que luego se va a una canción, es un proceso como que… Va por muchos lugares y a veces sale y a veces no sale. Pero la intención es siempre dejar algo que valga la pena para mí y luego para el resto.
Quique: Nachi, ¿cómo reconoces tú cuando salen las palabras de tu boca? que esa reacción que tú querías transmitir, que llevas dentro, se convierte en una fuerza y eres capaz de visualizarlo en los demás, ya sea en la audiencia, ya sea en alguien que está leyendo un libro tuyo de poesía. ¿Cuál es esa capacidad que te ayuda a reconocer que lo has conseguido?
Nach: Cosas que me dice la gente por la calle, Fíjate, me cuesta mucho, en las redes sociales me cuesta mucho sentir cuando alguien me escribe un mensaje y no veo a la persona y solo veo un nombre y una foto muy pequeñita y un escrito. Lo intento tomar como algo que me llene, pero realmente a mí donde me sirve, si me encuentro alguien en la calle, me coge y me dice, tío, esto, tal cual, lo que sea. Yo ahí es donde realmente conecto a nivel humano. Y son muchas las reacciones que ves en la gente, sobre todo a nivel humano, de gente que me he encontrado con situaciones muy límites geográficamente, muy lejos, pero que en el fondo, como seres humanos, pasamos por lo mismo. Gente que vive en situaciones bastante jodidas a nivel vital y que a través de mi música han podido decir, no, esto no es un camino con este camino voy a acabar muerto, o voy a acabar en la cárcel, o voy a acabar desquiciado mentalmente, y que a través de mi música hayan podido elegir otro camino. Eso no tiene precio, tío, ¿sabes? Intento no ponerme esa responsabilidad, intento no ponerme… ¿sabes? Estar muy pendiente, porque si no, al final, no sé si eso podría rayarme demasiado, pero… pero han habido reacciones de… no sé si esto tiene sentido decirlo, pero gente que ha decidido no suicidarse después de escuchar una canción mía, ¿Cómo te tomas eso a nivel humano? Y al final es agradecimiento, porque yo he usado la música para limpiarme a mí mismo, para organizar mis pensamientos y mis emociones, para ponerlas en su sitio y saber un poco más quién soy y si eso ha ayudado a otros a que sepan un poco quiénes son. pues tío, no hay nada mejor. Yo me considero un privilegiado y, al mismo tiempo, si he ayudado a otra gente, es lo mejor que me puede pasar en la vida.
Quique: En ese proceso de la música, quizás, como tú muy bien explicabas antes, vemos ese mundo hipereditado. Y cuando pensamos en Nach, pensamos en un tío que disfruta, que da conciertos, que tiene lo que quiere, que ha alcanzado todo y más allá. Cuando Nach está a un lado y de repente aparece bajo del escenario, ¿quién eres cuando bajas del escenario?
Nach: No, me intento ser el mismo. Nunca he pretendido crear un personaje. Yo creo que eso ha tenido su doble filo también. Siempre he intentado ser el mismo. Aunque, claro, siempre que te pones un poco en la palestra, sabes que te están vigilando mucho más y que te están mirando mucho más. Y nunca he llevado bien eso. Yo he sido siempre una persona que no me ha gustado llamar la atención. Tú, si estás en un bar, a mí me vas a ver en el último lugar de la barra Lo más lejos de la música, he intentado tener una conversación lo más tranquila posible. No me gusta estar en el foco. No me gusta sacar pecho y decir, mira lo que hago y mira lo que soy. No soy así. Supongo que por mi madre también, que me educó en una humildad quizá demasiada. Nunca hables alto. Nunca demuestres que eres más que nadie. De hecho, cuando voy a un concierto hago la fila como todo el mundo, porque a mí no me nace decir, oye, que soy tal. me temé por ahí. Eso también ha hecho que con la fama me haya llevado un poquito… me haya costado, porque ahora ya no tanto, cosa que también agradezco, pero cuando tuve ese pico de fama, el hecho de que la gente te mirara más de la cuenta, a mí me incomodaba, Es amor, en el fondo, la gente me paraba con mucho amor, pero al mismo tiempo yo tenía que programar, organizar, si quería ir a un concierto tenía que organizar, incluso para tomarme una cerveza tenía que organizar un poco la cuestión, porque si no se podía convertir en algo demasiado, demasiada gente parándome y tal, que nunca me ha importado, pero es algo como que me gusta más pasar inadvertido en todos sitios. Y envidio mucho a la gente que le encanta la fama, que le encanta estar en un sitio y ser el foco de atención, que ahí de repente brillan. Yo cuando de repente todos me miran, yo cojo así, ¿sabes? Es como, por favor, que no miradme, dejadme en paz, me voy al baño. Entonces, también es una cuestión de timidez y de educación y de cómo me han tratado. Entonces, claro, en un mundo como el rap, Y más hoy en día en la música urbana, que está como muy editada y que está como muy al servicio del algoritmo, que está como muy al servicio de muchas cosas, que se escapan más de lo que es transmitir una emoción, aunque se transmiten, y entiendo perfectamente lo que hace mucha peña joven, ¿sabes? Y admiro como reúnen en un momento algo para decir, puf, ¿sabes? Este chute de emoción en este momento, aunque sea, ¿sabes? Ayudados por la tecnología, por lo digital, etcétera, pero ahí está y esa emoción vale mucho. Yo también, en ese sentido, mi parte de Nacho muchas veces ha sufrido porque yo quería desarrollar algo, comunicar algo con más tranquilidad por esa personalidad mía. De repente, los tiempos se han acelerado, la gente tiene que hacer cosas de manera mucho más inmediata, si quieres sobrevivir en el mundo de la música o en este mundo digital, si no estás en redes sociales, no existes, ¿sabes? Y para mí era todo como un… ¿Qué está pasando? ¿Dónde me ubico yo en todo esto? ¿Sabes? Tomo mi personalidad más tranqui con toda esta vorágine de impactos continuos y cómo puedo moverme en este mundo de hoy. Porque también quiero moverme en este mundo de hoy. Y quiero aprender de él porque hay muchas cosas buenas. Pero al principio me costó muchísimo. Y yo creo que ese Nacho lo que hace es… Sigo quedando con los colegas de siempre. Sigo viviendo en Alicante, que es mi ciudad de siempre. He viajado por medio mundo. Estoy superagradecido porque eso me ha dado una apertura y unas experiencias brutales, pero al final… Hay gente que me ve por la calle, que me lo encuentro, que son amigos de alguien que conozco, y me dice, tío, eres súper tranqui, no eres un gilipollas. Y es como, ¿por qué hay que ser un gilipollas cuando te dedicas a esto? ¿Con quién te encuentras por ahí? Y en el fondo intento que la parte de Nach, que tiene que ver con la música, no afecte a cómo el Nacho vive, se desarrolla, en el fondo, al final. Si lo piensas, esto es bastante sencillo, porque yo he intentado, dentro de una mente bastante aturullada, ir a lo sencillo. Y lo sencillo es tirar tus canciones, súbete a un escenario, disfrútalo con la gente, en redes sociales crea, porque es un segundo escenario, tú tienes el escenario físico, las redes sociales es un escenario dos, que también puedes ser muy creativo ahí. Haz esto, haz esto, haz esto, haz esto, y luego vuelve a tu vida y tranqui, ¿sabes? Y eso me sirve, porque antes era como… Oye, ¿este ha dicho esto? ¿Esto cuál? Y yo también tengo una… Si miras mi cabeza como una fortaleza medieval, había veces que era un poco como… ¡Viene el ejército de la crítica! Te están criticando por ahí. Tú ponías a todo tu ejército en marcha, mirabas por la mura y era como… Tío, si son tres paletos, tío. Vale, todo el mundo a su sitio. Luego era como la incertidumbre del futuro, todo el ejército preparado a salir. Mirabas y era como no hay nadie, ¿sabes? Entonces, había momentos en los que yo no era capaz de calmarme en ese aspecto, ¿no? Por muchas cosas que me estaban pasando con la fama, con mi música, mucha gente hablando bien, mucha gente hablando mal, mucha gente que quería cosas de mí, mucha gente que me veía como algo especial y yo nunca me sentí especial, ¿sabes? Como algo que era como… Yo también intentaba dar un tipo de amor que creo que no era el adecuado, que todo el mundo estuviera a gusto conmigo, que todo el mundo viera que yo era capaz de estar a la altura de lo de Nach. De hecho, ahora hablando de esto, al principio te he respondido que Nach y Nacho son lo mismo, pero según te voy respondiendo, no tanto, ¿sabes? Y yo intentaba estar a la altura y pensaba que era como si quedábamos a cenar con gente que a lo mejor no conocía tanto, Yo tenía que demostrar ser suficientemente locuaz y suficientemente… de contar algo que valiera la pena y que la gente dijera, hostia, Nach, tío, qué máquina. Ahora me la pena, obviamente, pero en aquel momento era como muchas cosas.
Quique: Me ha gustado mucho la metáfora que has utilizado de, estoy en una fortaleza, Y a veces simplemente salir a mirar de verdad qué es lo que hay. ¿Cuántas veces, Nach, de lo que tú esperabas a la realidad no ha tenido nada que ver y cómo lo has podido enfrentar? Porque yo creo que es algo que a todos nos pasa un poco, ese miedo al que dirán y en especial en los lugares en los que podemos sentirnos más vulnerables. ¿Tú cómo lo has manejado? A veces mal.
Nach: A veces mal, porque no tenía la tranquilidad de mirar ahí fuera. Yo en mi fortaleza era como… Seguro que hay alguien ahí, seguro que hay una amenaza. Pero no me tomaba el tiempo de… hacer lo que tenía que hacer para salir ahí fuera, mirar y ver lo que había en la realidad. Yo pasé una época muy chunga, con ansiedad y tal, que todo tenía que ver con esa parte de querer que te quieran y al mismo tiempo pensar que tienes que estar a la altura siempre y no fallar. Subirme a un escenario supuso un esfuerzo titánico. Pero no el estar en el escenario en sí, porque luego yo tiraba y ya no había pensamiento, simplemente había concentración y fluidez. Pero las horas antes, incluso los días antes, yo empezaba a… Cuando se acercaba la visualización del concierto era como… ya te activabas cinco días antes, poniéndote en el escenario a nivel mental, es decir, voy a tener que estar ya ahí, entonces tu cuerpo ya se activaba, ¿no? Y era agotador porque no sabía gestionarlo muy bien y al mismo tiempo recuerdo algunos episodios de ansiedad a la mañana de tenernos que ir a algún concierto, yo no haber dormido, levantarme con una crisis de ansiedad brutal simplemente porque mis visualizaciones habían estado totalmente exageradas y fuera de lugar. Pero te digo una cosa, no he… O sea, si algo me siento orgulloso, y esto es un consejo, que yo no me gusta nada dar consejos, pero creo que la gente que haya pasado por ansiedad y por cuestiones así que no ha sabido muy bien cómo controlar, el hecho de no tirar para atrás, de decir, Pido ayuda con gente que tenga al lado, hablo de esto, comento. Oye, chicos, estoy fatal. Pero al final lo hice. Y eso hizo que también esa ansiedad se fuera eliminando poquito a poco y se fuera controlando. Creo que la ansiedad es como un corderito que se pone un disfraz de lobo y hace… Pero si miras detrás dices… Entonces, tuve que gestionar eso también bastante. Y bueno, han habido bastantes episodios en los cuales he sufrido porque soy una persona Muy sensible. También creo que he tenido cuestiones mentales a nivel de sobrecogerme con muchos pensamientos existenciales, con muchas cuestiones que uno piensa que se van más allá del aquí y del ahora. Y el error que más he cometido ha sido no estar en el momento presente, tío. Y eso es algo que ahora intento luchar. Más que luchar, porque la lucha es un roce, intento trabajar para estar en el momento presente. La meditación me cuesta mucho hacerla, pero hago yoga. Y el yoga me sirve para estar en contacto con mi cuerpo, respirar. Siempre ahora, antes de un concierto, o antes de venir aquí, o antes de ir a cualquier reunión familiar que no me apetece nada ir, o me pego una buena sesión de cardio o de yoga y mi cuerpo está… esa química del cuerpo, que creo que va muy unida a la cabeza, la intento controlar. Uno va aprendiendo. Yo aún sé que sé muy poquito de todo, pero intentas con la edad saber llevar esas cosas para no caer en mierdas, tío, que luego no tienen, como tú dices, sentido real. Porque muchas de esas cosas que yo pensaba… Luego, cuando acababa ese concierto, volvía y era como, Nacho, eres tonto, tío. Te has pasado tres días pensando en este bolo y luego has salido, la gente flipando, tú con una energía brutal, Pim, pam, hecho, te vas al escenario, te tomas una cerveza con alguien, te echas unas risas, te vas al hotel, felicidad, porque has pasado tres días sufriendo por esto. Pero al mes volvía. Y luego volvía. También eso tiene que ver con que yo no me cuidaba mucho. Quiero decir, comía lo que me pusieran, fumaba… No es como ahora. Ahora hay mucha información, ¿no? Que el que quiere y la cota le puede servir. Tanta información a veces te confunde. Pero hace 20 años no había tanta información y yo tuve que aprender a cómo nutrirme mejor, a cómo dejar de fumar, a cómo saber cómo descansar y a cómo no sentirme culpable si había tres días que yo no quería ver a nadie, ni a mis amigos, ni a nadie. y a decir que no, y a decir, oye, que Nacho muchas veces es un chorra, tío, que puedes preguntar una cosa y te responde la mayor gilipollez, y muchas veces no está a la altura de lo que tú piensas que es Nacho. Vale, sí, ok.
Quique: Hay una cosa que me parece muy valiente de lo que has dicho y es atreverte a seguir saliendo al escenario, porque esa ansiedad a lo mejor otras personas la viven cuando tienen que mantener una conversación difícil con un familiar, cuando tienes esa presentación importante o en un momento determinado de tu vida muy puntual. Pero tú has decidido de manera consciente subir al escenario y la semana que viene volverás a subir y al día siguiente. Ese cambio de mentalidad hace que te enfrentes al estrés y tú lo eliges. ¿Cómo ha cambiado esa perspectiva en tu día a día?
Nach: Ha cambiado mucho, tío. Me he convertido en una persona mucho más calmada, mucho más ordenada. De hecho, hace no mucho en un podcast vuestro hablabais de una palabra para el año, ¿no? Mi palabra para el 2025 es orden. Y orden en muchos aspectos. Me he obcecado con ordenar mucho mi casa. O sea, ya había momentos que en mi casa era como… Llegabas un día y era como, tío, la ropa encima de la silla de tal, los platos en… Y este año era como, no, ese orden y esa relación con mi casa la voy a tener mucho más cuidada. Mi ropa siempre colgada cuando la saco, cuando venga de viaje la malétalo. Y… Me encanta esa sensación. Entonces, en lo referente a lo que tú me preguntabas de… O sea, ahora ya voy mucho más y dedico mucho más tiempo a hacer ese tipo de cosas que sé que pueden funcionarme como el compromiso de… Pequeños compromisos, ¿no? De decir esto. Que también lo he aprendido en vuestro podcast y en otros sitios, porque al mismo tiempo eso me alimenta, que es como, oye, 5 minutos haciendo esto. Dedícale 5 minutos y hazlo y déjalo hecho y no lo procrastines. Todo ese tipo de cosas ya las voy ejecutando y me hacen mucho más feliz y me hacen sentir conmigo mismo mucho más conectado. Antes no lo hacía. Era como el estereotipo de que soy un artista. Y eso es basura, es una puta farsa. De hecho, también otra cosa que he aprendido, y perdona porque se me van viniendo cosas a la cabeza, pero he aprendido mucho de artistas y de artistas jóvenes que los que llegan en el tiempo, y los de mi generación también, en general, los que llegan son los que han tenido… se la han currado, se la han currado. Y aquí no hay artista que valga, aquí lo que vale es en el día a día estar pico y pala, pico y pala, pico y pala. Luego cuando veías a alguno que era como… soy el puto amo, decías, no vas a durar nada. Y así ha sido. Entonces, yo creo que hoy en día soy una persona más de… estar en el proceso de que hay cosas que no me gusta nada hacer porque mi manager lo dice, a Nacho lo que le motiva va a muerte y se tira de cabeza, lo que no le motiva no lo consigue hacer. Entonces dentro de este trabajo y dentro de la vida hay muchas cosas que no te motivan absolutamente nada, el papeleo, los contratos, los impuestos, el esto y tal. Entonces he tenido que convivir, dialogar y llevarme mucho mejor con esa parte que no me motiva y meterle mucha más energía, porque la que me motiva ya sé que me voy a lanzar. Y eso me ha dado un punto más de poder. ya no tener control, sino de convivir con lo que hay a mi alrededor de una manera mejor. Al final lo que yo quiero en la vida es estar calmado y con esa calma todo lo demás viene y aprecias mejor la alegría, aprecias mejor el amor que te llega, lo sabes ver mejor y ahí mismo tiempo el estrés y las mierdas las sabes un poco más poner en la mano y tenerlas ahí y verlas mejor.
Quique: Hay un punto que me parece interesantísimo en lo que estabas comentando y es en las cosas en las que Natch lo borda, tiene su propósito muy claro, mete toda su pasión y en las que no estás generando esa organización que te ayuda a mantener estructura y calma. Calma y pasión es, para mí, dos referentes de las personas que han llegado a una madurez en cualquier estadio de su vida, que pueden tener 15 años o 70 años, pero cuando consigues esos dos elementos que confluyan entre sí, suceden cosas magníficas, porque entiendo que tú no estás diciendo, pues a partir de ahora me pongo un horario todos los días, soy superestructurado, voy a hacer esto, estos hábitos, me voy a levantar… sino que consigues que eso potencie todavía más las capacidades que a ti te hacen excepcional. En un día normal, o en un día que vas a ir a grabar al estudio, o en un día que te enfrentas a la hoja en blanco. ¿Cómo al final, ahora pues, ya que lo has convivido entre ambas, cómo puedes contarnos cómo es esa simbiosis de la calma y la pasión? ¿Qué te está aportando a ti Nach?
Nach: Es una pasada, tío. Es una pasada porque antes estaba tan enfocado y que el resultado final fuera el mejor posible, que no disfrutaba el proceso, que estaba siempre como… No, esto… Siempre pensando lo que estaba mal y no lo que estaba bien. Siempre pensando que no era suficiente. Siempre pensando que… Sabes, que había que llegar como fuera y con mucha tensión, ¿sabes? Ahora voy al estudio y me lo paso increíble. Al estudio siempre me lo he pasado bien, pero en esos momentos en los que estás, ¿sabes? Diciendo, ¿cómo puedo hacer esto? Ten en cuenta que ahora con este disco hay muchos colaboradores de Latinoamérica, por ejemplo. La gestión ha sido muy compleja por la distancia y por… Y muchas veces era como… ¿Cómo hago esto? Ya es desde otra perspectiva, ¿no? Calma, ¿quién me puede ayudar en esto? Sobre todo lo de ayudar es súper importante. ¿Quién me puede ayudar en esto, tío? Porque muchas veces pensamos que… No, no, yo… Yo no. Hay un equipo y hay gente que, si tú te bloqueas, te pueden desbloquear, etc. Y, sobre todo, hay otra cosa que me pasaba antes y es que yo siempre he sido una persona que no ha encajado mucho en los estereotipos generales. Yo no me he casado, no he tenido hijos, no he querido tener… Al final no he tenido una pareja estable. La sociedad te está diciendo que tienes que ser así, casarte y tal, y era como… a mí esto no me va a llenar. Por otro lado, el tipo de música que yo escuchaba era como que siempre está un poco fuera de… pero no porque yo quisiera. Y eso me generó tensión también. Creo que esa es la tensión de adolescente que se me mantuvo ahí y que también hizo que, a la hora de intentar llevarla a mi pasión, esa tensión que estaba ya acumulada y no calmada, repercutiera en todo lo demás. Por algo que la sociedad me decía que yo debería ser de una determinada forma y yo no era. al no tener ese… No sé, al no tener esa calma o ese punto, repercutió en todo lo demás y ahora he hecho mi trabajo. Me queda mucho por hacer, pero creo que estoy haciendo ese trabajo. Y no me gusta hablar como diciendo, he conseguido establecer la relación entre calma y pasión de una manera perfecta. Me queda muchísimo. Porque también hay veces que noto que es como… O hay veces que es como, no me apetece hacer esto, me la pela, no me va a ver nadie. Lo que pasa también con la música, es como que nadie te ve. Tú si un día no quieres escribirte una letra porque te apetece ver Netflix, nadie te dice nada. Si hoy yo te hubiera dicho a ti, oye, quedamos la semana que viene porque hoy no puedo, que lo que sea, yo me hubiera quedado tumbado a la bartola sin hacer nada y no hubiera habido ningún problema. Esto es lo que sucede también con la música, que como nadie te estructura desde arriba nada, que a mí no me ha gustado nunca que nadie me estructure nada ni me diga lo que tengo que hacer, pero como nadie te estructura nada, tú puedes en un momento dado se te puede ir todo a la mierda sin que te vayas dando cuenta. Y gracias a que tengo un mánager que es mi colega y que es mi socio que muchas veces me dice esto aquí, esto aquí, esto aquí. Nuestro querido Fran. Fran. Pero me dice también que a ti no te gusta que nadie te controle, por eso… Vas así por la vida y digo, pues era eso, pero así soy feliz.
Quique: Es muy interesante esto que comentas, porque al final son los dos sistemas que nos ayudan a estar equilibrados, porque entiendo que a ti nadie te ha enseñado un proceso creativo para escribir una letra, encontrar una melodía. Ahora mismo, cuando de repente Nach termina una gira y empieza proyecto, y eso significa una hoja gigante en blanco, ¿Cómo enfocas en momentos?
Nach: No lo sé, tío. Bueno, empiezo… A ver, yo tengo mis técnicas. Y mis técnicas… Vamos a aprender contigo. Bueno, no sé si eso… Pero mis técnicas para hacer canciones tienen que ver mucho ahora con mi teléfono móvil y mi portátil, que yo sé que no es lo más romántico, pero en mi teléfono, cuando de repente haces… Idea. Escucho mucha música, escucho muchos podcasts o muchos libros. Entonces, cuando alguien dice algo, de repente escribo como una idea. A partir de esa idea, ya miro si la puedo desarrollar en una canción o no. Y si la puedo desarrollar, empiezo a escribir frases sin rimar ni nada que tienen que ver con esa canción. Y al final tengo ahí un cacao en el móvil de mil cosas que, poco a poco, Luego me subo al estudio en casa, que tengo un pequeño estudio, miro esa letra, me pongo una instrumental que a lo mejor me ha mandado mi productor, incluso en internet, y empiezo ahí como… Vale, esto, con esta letra puede encajar este tipo de ambiente musical o este rollo que tiene esta instrumental. Y empiezo ya a buscarle un poquito, empiezo a grabarme, a veces me lo grabo incluso en pachules, como… Para ver un poco cómo fluye y luego… Transformo esa letra y empieza a salir una canción, y al final me reún, junto canciones, tengo esta canción aquí, esta canción aquí… De hecho, del nuevo proyecto, después de este disco que va a salir, ya tengo como seis o siete. Y a partir de ahí se va generando. También me he acostumbrado, y esta es otra de las cosas que he aprendido, a escribir mucho. A ver, nuevo disco. ¿Qué nombre le darías? ¿Qué quieres conseguir? ¿Cómo lo planteas? ¿Qué tipo de colaboradores te gustaría? ¿Cómo quieres darle una vuelta de tuerca a lo que habías hecho antes? ¿En qué tipo de músicas te quieres meter? ¿Qué tipo de mensaje general quieres dar y luego más concreto? Todo eso me lo voy escribiendo porque yo había momentos antes que estaba con 17 canciones a la vez. Sí, sí, escribiéndolas y grabándolas, entonces no terminaba ninguna. ¿Te acuerdas en ese podcast también vuestro que decíais, termina? Era algo que era como, no, tío, no puedes ir así, porque luego era… Pero claro, yo escribía una canción y se me acababa un poco la chispa y no la había terminado y ya no podía seguir. Al día siguiente me venía la chispa de otra canción y me ponía con otra. Y de repente tenía un cacao. Ahora intento… Termina. Intento seguir la cocina. Termina, tío. Termina. Y las termino, ¿no? Luego se las paso a mi productor y hay feedback, etcétera. Y me gusta el proceso de precreación en mi casa, me gusta. Luego me gusta el feedback también de mi gente porque tengo la suerte de tener gente que me dice la verdad, ¿no? Y eso es súper importante, tío, porque los artistas también… es un error tener a esa gente, que tenemos todo tipo de amigos, pero la gente que te dice, está de puta madre, está de puta madre, como siempre. No, eso no es útil. Mis productores, mi manager, me dicen, está bien, pero te está repitiendo, el flow es muy noventero, cambia esto, qué tal, el estribillo no me mola, ¿sabes? Y al principio dices, Pero luego lo valoras, tío, porque… De hecho, leí hace no mucho un libro de un filósofo que me gusta, que es Sam Harris, que tenía un libro que hablaba sobre la verdad y la importancia de la gente que te diga la verdad. Y fue como… Claro, tío, es que al final los que acudo no es la gente a la que me dice, tío, está de puta madre, sino a la gente que me ha dicho, esta no me ha molado. Entonces, cuando te dicen que te mola, sabes que es verdad y que ya vale la pena. Entonces, bueno, son esos procesos que sigo para intentar hacer música de la mejor manera porque, claro, llevo 30 años, también he repetido muchas cosas. También me pongo a hacer una canción y digo, si ya has hablado de esto, macho, ¿lo hablarías dándole otra vuelta? O incluso cuando has terminado de hacer la canción, la has grabado y no te habías acordado que habías hecho algo muy parecido antes, dices, mierda, que esto ya lo había hecho. O también en los tempos del Boom Bap, del 90 BPM. Está muy bien, pero lo he hecho tantas veces que quiero buscar otras cosas. Entonces, un proceso muy divertido, tío.
Quique: Nach, ¿cómo has conseguido abrirte a la honestidad brutal y radical de otras personas? Porque todos sabemos que cuando hacemos algo, que nos lo critiquen, De primeras, la sociedad nos ha enseñado que eso como que nos duele y sin embargo tú has dado ese salto que te permite hacer que todavía aquello que estés creando sea aún mejor. ¿Cómo has podido trabajar eso con lo que decías antes de tu vulnerabilidad, tu mentalidad, para que de verdad te ayude a hacer todavía las cosas aún mejores?
Nach: No lo sé, tío. Hay muchas veces que me sigue jodiendo muchísimo que me diga que no desmola. No se quita, ¿no? Claro, claro. O sea, no se va del todo, pero al final haces la canción y la mandas por WhatsApp. Que sea lo que Dios quiera. Los que valen son ellos, tío, que me lo dicen. Esos sí que valen, ¿sabes? Que me dicen, tío, esto está de puta madre, pero esto no… Aquí no siento nada. O esto lo repites tal, ¿por qué no quitas esta parte? Me sirve mucho, al final me sirve mucho. Tengo que ser consciente de ello. Pero en el momento, ya me está diciendo que no le gusta. Me retiro. No sirvo para nada. La verdad es que es difícil también. Entiendo que nuestro cerebro está programado para sobrevivir y para que la tribu nos acepte. nos pensamos mucho en lo que los demás piensan, ¿no? Entonces, es difícil quitarse esa parte. Pero, tío, está la parte irracional o la parte que sabes que está ahí y luego la parte más racional, aunque yo no soy muy racional, pero esa parte racional dices, sabes que esto es bueno para ti, ¿sabes? Entonces, mándaselo.
Quique: Oye, Nach, a esas personas que tú has elegido y se las mandas así, como decías antes de, no quiero ni mirar lo que les estoy enviando, Si te fijas y piensas en ellas, ¿qué comparten? ¿Qué cualidades mantienen en común?
Nach: Comparten amor por mí. Un amor por mí que es un amor de verdad. Porque si no les importara y solo les importara cómo esa relación conmigo siempre va a estar en el lado bonito, no harían eso, ¿no? Comparten el hecho de que aunque a veces discutamos o no estamos de acuerdo, aunque a veces nos mandemos a la mierda, podemos contar uno con el otro de verdad. Entonces, es gente bastante hábil emocionalmente. y gente que, a pesar de que te dice las cosas, no te confronta de una manera como súper… sino que es como, tío, es total y hablas. Yo con mi mánager no he tenido una discusión en 30 años de gritarnos ni de nada. Nos hemos dicho cosas a la cara, nos hemos dicho lo que pensaba cada uno de algo, nos conocemos a la perfección, nos aceptamos, pero nunca nos hemos gritado. Cuando nos hemos tenido que decir, tío, Tal cual. Hemos estado, a lo mejor, una semana dejándolo pasar y luego hemos vuelto a hablar tranquilamente. Hemos tenido una conversación con una cerveza a decir, tío, es que esto no, esto no, esto no, esto no. Pero al final, esa gente es la que quiero, ¿no? O sea, también tengo amigos impulsivos y soy como… A mí eso me empequeñece, ¿sabes? La gente que de repente te explota y no la ves venir, a mí me asusta mucho porque no sé gestionar eso y no sé cómo responder a eso. Pero afortunadamente tengo, tanto mi familia como colegas, gente muy tranquila. Y la gente con la que No hay química, o me sale con esos impulsos, o de repente me sale con algo que yo no me espero. Tío, soy como soy, me distancio. Digo, oye, esto es que tal y al final todo es una cuestión de cómo átomos que se juntan o se repelen o se juntan. Yo al final acabo juntándome con la gente que me da buena… energía que veo que, ¿sabes? Son transparentes sin… ¿sabes? Sin venderte nada y que tampoco… Son personalidades, ¿no? Las personas más impulsivas o las personas más… más agresivas me empequeñecen, tío.
Quique: Es curioso porque durante la entrevista hemos hablado varias veces del amor. y el amor en diferentes facetas. Claramente, cuando hablas de una persona como Frank, que es tu manager, que os conocéis desde hace más de 30 años, que os conocéis desde el instituto, ¿Cómo se genera una relación sólida desde el amor? Ya sea una pareja, ya sea un familiar o, en tu caso, alguien que es un amigo que termina siendo colaborador, cercanismo a nivel profesional. ¿Cómo generas tú esas relaciones desde lo más profundo del amor?
Nach: Ese… Yo creo que lo más inteligente que he hecho ha sido juntarme de gente inteligente como él, y él me ha enseñado mucho ese amor, ¿sabes? Me ha enseñado a no estar encima cuando no hay que estar encima, hay que dejar que la otra persona primero tenga un proceso, si le ha pasado algo para curarse, y luego ya empezar a estar ahí. No sé, es… No se me hace difícil hablar de eso, pero yo creo que lo que he dicho antes, el habernos dicho siempre la verdad, yo creo que a través de la sinceridad nace esa confianza que al final, tío, hemos viajado por todo el mundo juntos, hemos… nos hemos pasado putas juntos, hemos gestionado algo desde la nada juntos, hemos estado en lugares donde había… donde nos contrataba alguien para un concierto y luego era un narco y tenías que estar en una habitación con alguien que decías, bueno, igual me paga o me saca una pipa, ¿sabes? Situaciones extremas también de decir, hermano, ¿qué hacemos aquí? Momentos de mucha euforia. Hemos compartido un montón de cosas como hermanos, ¿no? Es mi hermano de otra madre. Joder, eso te acerca de una forma muy increíble. También hay veces que nos conocemos demasiado, ¿no? Porque es como, si este reacciona así con otro, ya sé lo que está pensando. Y sí, sí, se lo voy a decir, pero como ya sé cómo reacciona cuando se lo digo, me voy a esperar al momento adecuado para decírselo. Y a veces nos miramos y es como, qué asco nos damos, tío. porque nos conocemos tanto, ¿sabes? Pero él ha hecho algo conmigo que yo agradezco mucho y es valorarme cuando yo no me valoraba, ¿sabes? Y el luchar por mí, cosas que yo no sabía luchar. Yo soy malísimo para negociar. Tú me dices, oye, que tenemos un boleto. Ah, vale. Pues vamos. Y mi madre era como, espérate, ¿qué tipo de concierto es? ¿Qué medios tenéis? ¿Cuánto podéis aquí pagar? ¿Qué podéis hacer? ¿Qué no podéis hacer? Eso nunca ha servido. Era un tándem, y es un tándem tan bueno, que yo creo que ese amor se va ejecutando cada día. Yo tengo la tranquilidad de que, a ver, puede que cuando yo tenga 90 años, mis hermanos mayores ya no estén, mis padres obviamente ya no estén, pero sabré que estará el Fran ahí. Y eso es muy difícil de tener, porque más hoy en día que fluctuamos tanto, cambiamos tanto. Y sobre todo que él y yo hemos cambiado. Cuando teníamos 19 años no es lo mismo ahora que tenemos 40 y pico, 50. Claro, uno va cambiando. Y yo he visto sus cambios y él los míos, pero al mismo tiempo no los hemos juzgado, esos cambios, sino al mismo tiempo que los hemos entendido. ¿Sabes? Y esa es la base de todo. Yo siempre hablo muy bien de él porque además sé lo difícil que es su labor, porque él tiene que negociar Tratar con muchas cosas que son complejas y al mismo tiempo nunca ha perdido la educación y todo el mundo lo considera como alguien muy buena persona y eso es muy difícil. Muy difícil en este mundo.
Quique: Al final, cuando nos decías antes que esos momentos de tensión, antes de subir a los conciertos, este fin de semana has estado con Marwan, Y yo siempre he tenido una duda existencial. Es decir, a mí cuando me tocaba dar en el conservatorio que hacían la gala de Navidad y sabía que iba a tocar, yo pasaba una semana fatal. Una semana entera y me sentía muy identificado contigo. Pero creo que hay una cosa peor todavía que es subirte al concierto de alguien a estar solo en una canción y bajarte.
Nach: Es lo peor. Es lo peor. Lo odio. Lo odio, pero lo hago también hablando del amor, porque el amor, en este caso, le tengo a Maruano. Hay otra gente que me lo pide y es como, mira, no. No porque me supone un esfuerzo, una energía, un tal, para luego, ¿sabes?, subir ahí y no darme ni cuenta de lo que está pasando. Es difícil, tío. Al final… Yo creo que ya me voy acostumbrando a pensar menos y a sentir más, y a decir, igual me equivoco, tampoco se va a acabar el concierto, y van a decir, el concierto brutal, pero este se ha equivocado. Porque al final es lo que piensas, ¿no? Porque tú sales ahí y no te da tiempo a calentar, ni te da tiempo a sentir la energía del público, ni te da tiempo a nada. Sales ahí y es como… Cuando ya te has dado un poco de cuenta de lo que sucede, Hasta luego. Entonces… Es difícil. Con Maruán en este concierto lo disfruté mucho. Porque, claro, en cuanto salí al escenario lo vi, y como somos tan colegas y somos como dos niños pequeños, le vi la cara que me miró y lo miré y fue como… Buah, tío, encantado de compartir esto contigo. Pero hay otras veces que lo he sufrido bastante y esa tensión antes es como… De hecho, otra que… También lo disfruté mucho con el adiós Carrion, en Valencia la actuó y era como solo a una canción. A él lo conozco menos, entonces salir de repente, que había 15.000 personas, y salir ahí a hacer solo una canción, pues los momentos previos o el rato previo era como… ¿Sabes? No puedes dejar de mover la pierna, estás ahí, quieres que se acabe ya para relajarte, ¿no? Luego, en el momento que lo haces, es guay. ¿Sabes? Pero no me gusta. Prefiero hacer un concierto mío, en el que tengo el proceso de empiezo, voy cogiendo la energía de la gente, voy dándole la mía, voy entrando en calor, pin, pin, pin, pin, y ya estoy conectado. Oye, explíquenos eso, Nach, porque a mí me parece interesantísimo.
Quique: ¿Cómo tú te expones a miles de personas? ¿Cuál es el proceso mental que hay detrás para salir al escenario con todo ese estrés, con todos esos pensamientos de a lo mejor esto no sale o la gente esta vez me va a decir que no he estado a la altura o no me van a aplaudir? Y luego, como nos has dicho antes, nunca pasa eso. Casi nunca pasa. Casi nunca pasa. ¿Cuál es ese proceso que tú has aprendido que nosotros podamos aplicar en nuestro día a día? con esas ideas que te han funcionado.
Nach: De hecho, me apunto muchas en el teléfono. Cuando estoy en un momento más ansioso es como… Cosas que pueden pasar. Y yo lo escribo. ¿Te puedes equivocar en cuatro frases? Vale, las retomas y tal. ¿Se puede ir la música en un momento dado? Te sabes un par de chistes buenos. Lo intentas un poco desdramatizar, ¿no? ¿La gente a lo mejor no está tan animada como te gustaría? Pues poco a poco irás encontrando la manera de animarles y si no, no se acaba el puto mundo. Estás en un festival y a lo mejor piensas que la gente viene a ver a otros y no a ti tanto, pues oye, a lo mejor esos cien, ochocientos o mil personas que a lo mejor sí van a verte a ti, lo van a disfrutar mucho. Intenta dárselo a ellos y luego a los demás que a lo mejor en esa energía entren y lo… ¿sabes? Intento relativizar toda esa cuestión para luego decir, vale, tengo que subirme a un escenario… Hay momentos en los que estás bien y en los que estás mal, porque la vida es así. Hay momentos en los que estás más triste, más deprimido o con menos energía. Yo a veces en las giras paso por esos procesos en los cuales no he dormido bien. Yo necesito dormir bien, tío. No has dormido bien, has tenido un viaje superlargo, estás reventado. Y de repente piensas… En cinco horas te tienes que subir a un concierto donde hay 10.000 personas. Y la primera reacción del cuerpo es amenaza, es como… Sabes que no, porque no estás a tope físicamente, ¿sabes? Es complicado medir eso. Y sobre todo porque tienes que tener un término medio entre lo que es estar al 100% en todo momento o estar súper tranquilo. Si estás súper tranquilo, no tienes la atención adecuada. A los deportistas les pasa y a cualquier persona que trabaja en cualquier tal. Tienes que estar pensando lo suficiente, pero sintiendo lo suficiente. Ponte en ese término medio. Tienes que estar… Suficientemente abierto a recibir los inputs que te dé el público y a hacerles caso, y al mismo tiempo concentrado en tu letra. Son cosas que al final dices, bueno, no tengo más remedio, voy a asumir ahí que sea lo que Dios quiera. Y luego te das cuenta que no es para tanto. Lo que hacemos es simplemente entretener a la gente. El público sabe que eres un ser humano. El que piense que eres una máquina y no puedas equivocarte es gilipollas. Entonces, si tú subes y te equivocas o estás un poco menos, falto de energía o lo que sea, yo siempre voy a poner el esfuerzo. Voy a poner el esfuerzo en dar todo lo que tengo al público, tenga más o menos. Me jode mucho cuando ves a algunos artistas que es como… Que ese truco tuya te lo sabes, ¿verdad? Y dices, tío, esto es una falta de respeto a ese público que ha pagado por verte. Eso es algo que nunca me voy a permitir hacerlo. Y otra de las cuestiones de esa ansiedad es porque sé que el público ha pagado una entrada y que tengo que darles el máximo. ¿Sabes? Y esa responsabilidad con la peña que viene a verme, para mí es total. Veo a otros que es como… También había veces que… Recuerdo un día que, en esos momentos en los que yo estaba más ansioso, llevo a un camerino que actuaba Casey en Alicante, y justo 10 minutos antes de salir, Casey estaba así leyendo su libro. ¿Y ese Nacho qué dice? Y yo pensando, ¿vas a salir diez minutos al escenario, bro? ¿No estás nervioso, no? O sea, no se lo pregunté, pero era como, ¿qué cabrón? Yo que a veces me pongo histérico. Y este estaba ahí como, ¿nos toca? Venga. Espera, que me leo las últimas líneas, ¿vale? Como quien se tiene que ir a… Que te llaman para cenar en la cocina a tu mujer, ¿sabes? Y era como, ¿qué cabrón? Y de esas cosas también intentas aprender. Yo tengo dos ídolos deportivos en ese sentido, que son Rafa Nadal, porque siempre que fallaba él… Todos lo sabemos, ¿no? Pero siempre que fallaba… rebobinaba al 100% y volvía con la misma energía a lo siguiente. Y era como, Nacho, puedes aprender de esto, que cuando a veces la cagues o tal, o en un concierto algo te salga mal, vuelvas a cero y con toda la energía. Y otro es Nikola Jokic, que es un jugador de la NBA, del Bernabéu, serbio. que si tú lo ves en el campo está así como si se la sudara todo, hace así, te hace el pase, y es como, ese quiero ser yo en el escenario, tío. Fluyendo, como que te da igual, pero no te da igual con esa, ¿sabes? Flotando de esa manera, digo. Entonces, me puse dos fotitos de ellos, y a veces los miro como diciendo, esto te sirve, ¿no? Sí, me sirve. Pues, genial. Entonces, como que me ayuda, es toda esa parte que yo a veces soy como muy… intenso y eso me ayuda a estar más tranquilo porque creo que nunca me acostumbraré a tener que subir a un escenario y no estar nervioso antes, ¿sabes? Pero al mismo tiempo, creo que está guay que así sea.
Quique: Sí, es precioso que hayas podido canalizar toda esa energía para dar lo mejor de ti y sentir que esa tensión es natural. Igual que Keisha puede tener la máxima tranquilidad que luego tiene esa transformación, pero tú llevando tu camino de manera natural. Y ahora, poco a poco que vamos ya terminando la entrevista, sí que me gustaría… Incluso una imagen visual que me está viniendo ahora a la cabeza es Nach, después de haber recibido el aplauso, enfervorecido de la gente… Bajando esas escaleras ya del escenario, ¿cómo se gestiona ese momento también?
Nach: Es difícil, tío, porque luego te vas a tu casa, te tomas en el sofá y dices, bueno, ¿ahora qué hago? ¿Sabes? Porque has tenido un chute de adrenalina tan bestia. Por eso entiendo a la peña que, ¿sabes? Por eso he visto mucha peña que se mete coca, que luego en su día a día necesita caña porque, claro, tiene esos picos de adrenalina que luego es como que hay mucha diferencia, hay mucho altibajo, no a nivel interno. ¿Y qué hago? Pues no lo sé. Hago deporte. El deporte me ha ayudado muchísimo, tío. Me ha ayudado muchísimo a… a poner mi cuerpo, teniendo en cuenta que antes llegué a pesar 102 kilos, que yo estaba como, si habéis alguna foto os hago un panzón, no pasa nada a nivel físico o a nivel de estética, ¿sabes? Viva la gente que le gusta la buena mesa y que le encanta, ¿sabes? Y gente super… o sea, no tengo… es perfecto, pero a mí… ¿sabes? Yo que vengo de una constitución delgada me estaba afectando, entonces… Es como, en el día a día, pues dices, ¿cómo tengo esos pequeños inputs de, sabes, saciar mi curiosidad o mi tal viajar? Tengo la posibilidad de tener tiempo y dinero. Un poco de dinero y tiempo. A veces luego se me comprime todo y es como estrés máximo, pero mientras tengas ese poquito de tiempo y de dinero, yo para viajar no necesito… Yo con un AirBnB en un sitio pequeñito y luego poder tener mi mochila y un Ryanair, yo soy feliz. me voy, tengo la suerte de vivir cerca de la playa, me voy a la playa, quedo con amigos, vivo en Alicante que hace un tiempo cojonudo, terracitas, tengo un grupo de amigos con el cual tenemos una stand medio gastronómica de cada domingo, tenemos que ir a un restaurante raro, diferente, o que alguien proponga para juntarnos y vernos. Hay un montón de cosas en el fondo que voy haciendo. Lo que no me gusta es la noche, no me gusta el copeo, no me gusta ese… Yo soy una persona más de día, me gusta cogerme mi librito, irme a la cafetería. Ahora estoy escribiendo un libro también, que no sé si saldrá, pero lo estoy escribiendo y me voy por la mañana a mi cafetería, escribo el libro. me pongo a escribir, al final yo creo que es una cuestión de curiosidad y de seguir sabiendo que, dándote cuenta que te queda todo por ver y por hacer, e intentar en cada día un poquito Lo que también me jode mucho es quedarme en el sofá viendo Netflix así. Llega un momento que las piernas empiezan a mover, que ya es como… ¿Qué hago? Entonces, hay que… ¿Sabes? Hay que… Intento buscar esas pequeñas cosas que me mantengan. Por eso hago deporte, porque luego me tomo al sofá y es como… No me mueve de aquí nadie, ¿sabes? Y cosas muy tranquilas. Tampoco soy una persona que necesite grandes cosas y eso me alegro de ser así, tío. Porque en cualquier… Yo antes dormía en parques cuando era un chaval y hacíamos rap. De la misma manera que ahora me das un… Oye, ¿te quedas en este sofá? Yo me quedo en tu sofá y duermo y tiro mías. No he necesitado irme al superhotel, lo necesito. También me gusta, obviamente, pero en ese sentido yo me adapto con cualquier cosa, tío.
Quique: Nach, tú sabes que nosotros hablamos mucho de la efectividad para vivir mejor y hay una nueva sección que inauguramos contigo que es la regla de, el invitado en este caso, la regla de Nach. ¿Cuál es la regla de Nach para vivir mejor?
Nach: Mi regla es… O sea, yo tengo una regla que es… Yo me conozco a mí mismo mejor que nadie. Yo tengo… Yo sé lo que otra gente pueda esperar de mí o lo que la sociedad quiere de mí, pero mi regla es… Haz lo que tú tengas que hacer para estar mejor dentro de ti mismo, sin hacer daño absolutamente a nadie ni a nada, pero no te dejes manipular por lo que los demás están pendientes de lo que quieren ellos que hagan. Es decir, escribe tú el guión de tu peli, Nacho. Que es tu guión y es tu peli, y solo hay una peli. No escribas el guión de lo que a otra gente le gustaría que fuera tu peli. Esa es mi regla general y a partir de ahí he sentido una… decir, pues voy. Y he ganado mucho con esa regla, ¿sabes? Y estoy muy orgulloso de haber seguido esa regla.
Quique: Pues amigo, tengo una pregunta para ti. ¡Qué miedo me das!
Nach: Si son cosas rápidas se me da fatal.
Quique: Te la dejó nuestro último invitado, Javier Recuenco, en el episodio 332. Y la pregunta es esta. Él no sabía que eras tú, pero fíjate. ¿Qué te impidiera el Congreso con un lanzallamas y hacer una barbacoa gigante?
Nach: Pues, ¿qué me impide? Joder, tío, qué pregunta más, hija de puta. A ver, yo creo que ir con un lanzallamas y hacer una barbacoa gigante no es la manera porque estaría siendo lo mismo que muchas veces. No quiero ser, que es este radicalismo como muy gritón y que en el fondo no lleva a nada. ¿Sabes lo que pasa? Que luego la gente que somos más moderados es como que dentro de esa moderación nadie nos hace ni puto caso y nosotros nos lavamos las manos y decimos, oye, estamos haciendo lo correcto. Y tampoco sucede nada en la sociedad de hoy donde el que grita más es el que más se le oye a nivel político y a todos los niveles. Pero sí que más que se lanza llamas, sería una cuestión de ir al Congreso y decir, chicos, entiendo este juego político del que más destaca o más llama la atención, va a ser el que… Pero dejad ya de intentar decir que algo es verdad, eso no es verdad, simplemente es algo que el grupo va a aceptar o que tus votantes van a aceptar como bueno, pero no es la verdad, ni va a resolver el problema. Y es tan difícil que eso suceda, ¿sabes? Que decir, este es el problema, hay que resolverlo, pero eso no es lo importante. Lo importante es que nuestro grupo o nuestros potenciales votantes nos sigan, ¿sabes? Los sigamos teniendo de la mano incluso pillar más. Entonces, al final, dentro de ese juego político dices, partiendo de esa base, la cosa está muy complicada. Pero dentro de mi personalidad, yo no soy capaz de coger un lanzallamas y hacer una barbacoa porque soy incapaz.
Quique: El amor te lo impide. El amor te lo impide, si es que estaba claro.
Nach: Pero hay veces que también es así, tío. Luego lo que sale en redes sociales y los políticos que más… La gente te dice, pues a mí me mola este político. ¿Por qué? Pues por cómo habla, pero qué ha dicho. Pues ha dicho esto y esto. ¿Y tú cómo sabes que eso que ha dicho es verdad? Pero está saliendo ahí y mete caña, mete caña. Y dices, claro, volvemos a lo que sucede, ¿no? En redes sociales es el que más llama la atención de manera más brusca, es como más en el que te fijas. Y eso no quiere decir que ahí haya una solución o haya una verdad. Lo que hay es un… Eso es el comunismo. Y ojo que quien lo está diciendo es un sociólogo. Bueno, sociólogo… No he trabajado mucho de sociólogo creo que en la vida. Todos somos un poco sociólogos al final. Y esta sociedad es muy complicada, pero también vivimos en un momento fascinante. Y quiero saborear este momento tan extraño donde la inteligencia artificial se pone, donde la tecnología está cogiendo mucho camino, donde estamos intentando aprender, donde tenemos muchas… Muchas herramientas para hacer muchas cosas. Me parece un momento fascinante y quiero disfrutarlo.
Quique: Brutal, Nach. ¿Qué le preguntarías al próximo invitado o invitada a este podcast sin saber quién es?
Nach: Se me da fatal, esto es una cerrona, se me da fatal preguntarle algo así porque no quiero salir tampoco… tampoco… Quiero salirme de lo obvio, pero… Vamos a ir con lo de la música, se me acaba de ocurrir, si tuvieras que… Me da igual a lo que te dediques, pero si tuvieras que… ¿Cantar una canción? ¿Cómo se titularía? ¿Y de qué hablaría esa canción? Solo puedes cantar una canción. No es un disco, no vas a hacer mucha más. Solo es una canción. ¿Cómo se llamaría y de qué hablaría esa canción? ¡Guau! Garantísima pregunta. Lo siento por el que venga.
Quique: A ver, a mí ha sido jodidísima también.
Quique: Muy bien, pues sabes que para terminar tenemos 10 preguntas que hacemos a todos los entrevistados. Así que vamos a por ellas, Nach. Espera, espera, venga. Si tuvieras que compartir un solo aprendizaje de todo lo que has vivido hasta ahora en tu vida, ¿cuál sería? ¿Un solo aprendizaje?
Nach: No lo sé, ¿pero a qué te refieres con el aprendizaje? O sea, quiero decir, ¿una técnica, una regla, un…? ¿Sabes? ¿Una experiencia, un momento…? Una experiencia, un momento. Vale, vale, vale. Hombre, el aprendizaje con el que me quedo más grande fue el aprendizaje que me dio mi hermana, que nació con parálisis cerebral. Siendo yo un niño muy pequeño y sin saber realmente qué era eso, aprendí a ver en la discapacidad o en que tenía alguna discapacidad algo que no… ¿sabes? Que era mucho más allá de eso y me generó un amor y una empatía que creo que en mi día a día me ha servido mucho.
Quique: ¿Cómo se titularía tu biografía?
Nach: La complicada historia de un hombre sencillo, yo qué sé. Eso sí, creo que lo han dicho ya por ahí, pero es lo que me ha venido a la cabeza. ¿Cuál es el libro que más veces has regalado? Buena pregunta. He regalado mucho uno que me gustó mucho en su momento, que es una breve historia de casi todo de Bill Bryson. ¿A quién te gustaría o te hubiera gustado conocer? Mucha gente, Charles Chaplin… ¿Puedo decir varios? Shakespeare, Charles Chaplin… No sé, tiene que haber un montón por ahí que ahora no me acuerdo, es que se me dan fatal estas preguntas. Y también a todos los… Por supuesto, a Seneca y todos los… ¿Sabes? Y todos los de esta época que pensaban muy bien. Sócrates, me hubiera encantado conocer a toda esa peña.
Quique: ¿Qué canción pones a todo volumen para subir el ánimo?
Nach: Hay una que es… Un grupo que se llama Keane, que es un grupo de pop. No me acuerdo cómo se llama esa canción.
Quique: Algo así como Only Place We Know.
Nach: Sí, Only Place We Know de Keane. A veces, cuando la tengo en Spotify, suena y es como…
Quique: ¿Qué cabrón? ¿Cómo cantas? Te has permitido cantarla y todo.
Nach: Pero ¿ha visto el patchule que usaba? ¿Cuál ha sido la pregunta más interesante que te han hecho? La pregunta más interesante que me han hecho… Joder, tengo que repasar en el… ¿sabes? En los archivos. Luego editáis esto, porque igual puedo pasar media hora pensando. No lo sé, no te puedo responder ahora mismo, es que no caigo en ninguna, Quique, lo siento.
Quique: ¿Qué se te viene a la cabeza cuando piensas en la felicidad?
Nach: En la felicidad pienso estar rodeado de gente a la que quiero que todo el mundo está bien, que todo el mundo sonríe, que nos abrazamos y que estamos en un momento tranquilo y hay sonrisas y hay complicidad, no sé, no hay más. ¿Y qué película volverías a ver cada año? ¡Wow! Cinema Paradiso, tío. Es mi película favorita. Hay gente que no la entiende y es una película que no la vería cada año, pero sí que me guardo los momentos muy especiales para verla porque me lleva a muchos lugares a la vez. Me parece una obra maestra. Maravillosa.
Quique: Mi última pregunta, si pudieras dejar un mensaje para tu yo del futuro. Algo que escribas hoy y que recibas dentro de unos años. ¡Qué bonito! ¿Qué le dirías?
Nach: Que espero que ese yo del futuro esté tranquilo porque el que hay un poquito antes está haciendo lo que tiene que hacer y está siguiendo sus propias reglas, su propio instinto y su propio corazón, ¿sabes? Y que si alguna vez se equivoca este del 2025, estoy seguro que el del 2080
Quique: Si llega. Llegaremos. Llegaremos, Nach.
Nach: Tecnología, por favor. Lo entienda, ¿no? Esos errores y esas equivocaciones o esos momentos en los que se miro más a corto plazo que a largo, pero que he intentado hacer las cosas lo mejor posible y no joder a nadie, sobre todo.
Quique: Nach, querido amigo, aquí tengo un pequeño regalo para ti. Gracias. Con una… Ahí va.
Nach: Lo leo en alto. Quédatela para ti. Esto para mí, ¿no? Muy guay. Y este libro también me va a servir mucho, tío. Porque… me sirven. Estas cosas me sirven mucho, tío. Y gracias por hacer este trabajo que haces con KENSO. No lo digo por peloteo, pero del momento que os descubrí… Mis trayectos en coche, mis viajes, me enfocan. No me disperso, que dispersarse no está mal, pero a veces te dispersas inútilmente, y en cosas negativas, y en cosas que generan dolor, porque prefiero centrarme en lo útil y en lo que me lleva a un sitio bonito, y vosotros lo hacéis, o sea que muchas gracias.
Quique: Pues que sepas que tú estabas en los cimientos de esto incluso antes de conocernos y para nosotros siempre ha sido una satisfacción el poder, aprendiendo contigo, poder aprender las miles de personas que hoy van a estar escuchando este episodio de KENSO. Y como siempre decimos, hay un hábito que vamos a sacar hoy y es que el amor de las palabras te lleva a ser más fuerte en tu vulnerabilidad. Muchísimas gracias Nach, amigo. Ha sido un auténtico placer poder compartir contigo este rato. Y para los patrones de KENSO van a tener un libro dedicado. ¿Sí? Un placer, por supuesto. Así que los que quieran, KENSO.es barra círculo. Y amigo, ¿nos volveremos a ver? Cuando tú quieras, tío.
Nach: Ha sido un placer. Igualmente.
Quique: Hoy me gustaría cerrar esta conversación recordándote algo, Nach. Y es que en este mundo donde todo va tan rápido, donde parece que la profundidad está en peligro de extinción, tú has construido un camino diferente. El de buscar la verdad en cada verso, el de hacer preguntas difíciles, el de no conformarte con respuestas fáciles. Tu camino nos recuerda que la creatividad es mucho más que talento. Es levantarse cada mañana a trabajar aunque la inspiración no haya llegado todavía. Es atreverte a mostrar tus dudas cuando sería más cómodo fingir certezas. Es mantener el equilibrio entre el artista que llena estadios y la persona que necesita momentos de silencio y soledad por amor a la palabra. Hay algo especialmente valioso en cómo has aprendido a gestionar esa dualidad. Ser una voz que resuena en miles de personas y al mismo tiempo mantener la capacidad de escuchar tu propia voz interior. Y cómo has convertido tu arte no solo en un medio de expresión, sino en una forma de búsqueda personal, de crecimiento, de encuentro con tu verdad. Cada vez que te enfrentas a un folio en blanco estás demostrando que se puede ser fiel a uno mismo sin dejar de evolucionar y que la autenticidad no es una pose sino una práctica diaria, donde la coherencia es el mejor compás para navegar en tiempos confusos. Gracias por recordarnos que detrás de cada artista hay una persona que duda, que se esfuerce, que mira por encima de su castillo y que algunos días tiene que recordarse a sí misma por qué empezó este camino. Gracias por enseñarnos que el verdadero arte no está solo en lo que creamos, sino en cómo elegimos vivir cada día. Gracias, porque la pasión, cuando se combina con un propósito, puede iluminar no solo nuestra propia vida, sino también la de quienes nos rodean. Gracias, Nach.
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