Aburrimiento: más allá de la inactividad con Josefa Ros
Episodio 286
¿Podría el aburrimiento ser algo más que un simple estado de inactividad que fomente tu efectividad?
Ese es el tema principal del programa de esta semana, donde aprenderás a desentrañar los misterios del aburrimiento, explorando sus causas y consecuencias con Josefa Ros Velasco.
Josefa es investigadora postdoctoral en la Universidad Complutense de Madrid especializada en Estudios del Aburrimiento desde una perspectiva multidisciplinar. Dirige el proyecto «Pre-bored» para mejorar el bienestar y prevención del aburrimiento en residencias de ancianos en España.
Josefa es reconocida internacionalmente como fundadora y presidenta de la International Society of Boredom Studies.
Además, ha editado volúmenes como «The culture of boredom» y «Boredom is in your mind», colabora en el blog «Envejecer en sociedad», donde publica artículos divulgativos sobre el aburrimiento en las personas mayores, y el año pasado ha publicado su libro «La enfermedad del aburrimiento».
Por su destacada labor académica, ha recibido premios como el Premio Nacional Medios de Comunicación de la Fundación DomusVi, el Premio Alumni-UCM Investigación, el Premio Julián de la Comunidad de Madrid y el Lincoln Book Prize for Excellence in Teaching and Service de la Universidad de Harvard, entre otros reconocimientos.
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Índice de la entrevista
(03:52) La filosofía no aburre
(10:29) ¿Qué es el aburrimiento?
(15:15) Hacer las cosas con sentido
(17:21) El primer aburrimiento
(23:00) Cómo llenamos el tiempo
(27:14) El malentendido
(32:19) ¿El viaje ha merecido la pena?
(37:58) Hacer nada no es aburrirse
(45:52) Ayudar a los demás a no aburrirse
(52:36) Un regalo de Josefa
(53:31) El mejor hábito productivo
(55:06) Herramientas para una vida saludable
(56:27) Cuestionario KENSO
(59:16) Resumen y despedidas
Recursos mencionados
La enfermedad del aburrimiento | Amazon
Hans Blumenberg | Wikipedia
Madame Bovary de Gustave Flaubert | Amazon
Tourniquet de Marilyn Manson | Song.link
Shutter Island de Martin Scorsese | Prime Video
Formación para empresas | KENSO
Cursos online | KENSO
Coaching personal | KENSO
Y la música de KENSO gratis para Podcasts y YouTube | Uppbeat
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Aviso: el transcriptor a veces no nos entiende, pero vosotros seguro que sí.
Disculpa, si lees algún error en la transcripción.Quique: ¿Podría el aburrimiento ser algo más que un simple estado de inactividad y de hecho que te ayuda a fomentar tu efectividad? Ese es el tema principal del programa de esta semana, donde vas a aprender a desentrañar los misterios del aburrimiento, esperando sus causas y consecuencias con Josefa Ros Velasco.
Jeroen: Y Josefa es investigadora postdoctoral en la Unidad Complutense de Madrid, especializada en estudios de aburrimiento desde una perspectiva multidisciplinar. Dirige el proyecto Pre-Bored para mejorar el bienestar y prevención del aburrimiento en residencias de ancianos en España. Josefa también es reconocido internacionalmente como fundador y presidente de la International Society of Boredom Studies, y además ha editado volúmenes como The Culture of Boredom y Boredom is in Your Mind, colabora en el blog Envejecer en Sociedad, donde publica artículos divulgativos sobre el aburrimiento en las personas mayores, y el año pasado ha publicado su libro La enfermedad del aburrimiento. Por su destacada labor académica, ha recibido premios como el Premio Nacional de Medios de Comunicación de la Fundación DomusVi, el Premio Alumni UCM Investigación, el Premio Julián de la Comunidad de Madrid y el Lincoln Book Prize for Excellence in Teaching and Service de la Universidad de Harvard, entre otros reconocimientos. Bienvenidos a nueve episodios de KENSO, el podcast donde descubrirás cómo vivir la efectividad para ser más feliz. Yo soy Jeroen Sangers, aprendiz en mirar cómo pasan las nubes,
Quique: Y yo soy Quique Gonzalo. Aprendiz de no observar las ruedas girar como hacía John Lennon. Bienvenida, Josefa.
Josefa: ¿Qué tal? Un placer estar con vosotros.
Quique: El placer es nuestro. Prométeme una cosa. Habrá aburrimiento, pero no nos aburriremos, ¿verdad?
Josefa: Espero que no haya aburrimiento. Que no nos aburramos, que no haya aburrimiento en absoluto. Que haya mucho conocimiento, que haya interés por la cuestión que tenemos sobre la mesa hoy, pero aburrimiento a ser posible que esté completamente desterrado.
La filosofía no aburre
Quique: ¡Fenomenal! Pues vamos a por ello con esa actitud maravillosa. Y lo primero es preguntarte si te vas a la ventana y abres aquel recuerdo de tu infancia, ¿dónde se encontró tu primer aburrimiento?
Josefa: Hoy sería imposible, me parece a mí, identificar cuándo fue la primera vez que sentí aburrimiento en mi vida. Creo que nadie es capaz de identificar ese momento, porque es cierto que necesitas tener un nivel de madurez, de desarrollo cognitivo, de autoconciencia, para poder experimentar el aburrimiento, especialmente para recordar que lo has experimentado. porque probablemente muchos animales son capaces de aburrirse, mis gatos son muy capaces de aburrirse, pero lo que no pueden es recordar o hacer ese ejercicio metareflexivo acerca de si se han aburrido o no se han aburrido. Yo en la infancia tenía mis momentos de aburrimiento, como todos los niños, y sí que recuerdo esas tardes de verano que yo creo que son, bueno, el problema de todos los niños, sobre todo cuando vives, cuando te crías en un pueblo. Esas tardes de verano eternas que tus padres no te dejan salir a jugar hasta las siete de la tarde, no quieres dormir la siesta… Y tienes muchas cosas, hay muchas opciones para llenar tu tiempo, pero precisamente como no está disponible la opción que tú quieres, que es la de salir a jugar, pues te ahogas en ese aburrimiento infantil. Y reaccionas con esa rabieta, te enfrentas a tus padres, les cuestionas por qué no puedo salir.
Quique: Ah, qué momentos, ¿verdad? Yo creo que todos nos sentimos muy identificados con esa sensación de esos veranos esperando ese momento de jugar. Cuando te decían, tienes que hacer la digestión, no te puedes bañar.
Josefa: En la playa.
Quique: La playa. Yo creo que ya vamos uniendo cosas y mucha gente pensará que una de las carreras más aburridas, desde luego no para mí porque yo la estudié bastante, es filosofía, que es tu carrera. ¿Qué te llevó a estudiar filosofía?
Josefa: Pues es una de ellas. Estudié filosofía y también publicidad y comunicación y os aseguro que me aburrí mucho más en la segunda que en la primera. Porque, de alguna forma, la carrera de Filosofía tenía que estudiarla por vocación. La de Publicidad y Comunicación fue por tener un plan B, y eso siempre hace que uno esté menos motivado, ¿verdad? Que el estímulo que recibes sea bastante inferior. Realmente, bueno, a mí la carrera de Filosofía también me causó graves momentos de aburrimiento, especialmente cuando topaba con aquel típico profesor que tenía un tono de voz completamente monótono, que no salía de esa dinámica de leer los apuntes en clase. Eso me traía bastante de cabeza y me aburría bastante, pero como estudiaba las dos carreras al mismo tiempo, pues cuando me aburría en filosofía, hacía los deberes de publicidad y cuando me aburría en publicidad, hacía los deberes de filosofía. Y a mí lo que me llevó a estudiar esta carrera realmente fue la obsesión por encontrar respuestas a preguntas que llevaban atormentándome desde que era una niña. Os imagináis qué tipo de preguntas son, ¿verdad?
Quique: Adelante, pon nos algunas porque esto es maravilloso.
Josefa: Preguntas acerca del por qué estoy aquí, de dónde vengo, a dónde voy, cuál es el sentido de todo lo que hago, las grandes preguntas de la filosofía. ¿Puedo relativizar mi comportamiento y el de los demás? Todas esas preguntas son las que a mí me atormentaban, especialmente durante la infancia y la adolescencia, y fue lo que me condujo a querer estudiar filosofía. Buscaba respuestas, no las encontré. No las encontré. Pero es cierto que esas dos obras, el nivel de tensión decreció considerablemente a través del estudio de la filosofía.
Quique: Qué bueno, qué bueno. O sea que ahí ya, si yo ahora mismo digo el aburrimiento como presión selectiva en Hans Blumenberg, ¿Qué es el tema de tu tesis doctoral? Ahí ya sí que había un momento consciente de selección sobre el aburrimiento. ¿Qué fue lo que te llevó a decir voy a ser y voy a responder a esas preguntas que me han atormentado pero ahora sobre el aburrimiento? Ahí ya sí que lo identificas, ¿verdad? ¿Qué sucedió?
Josefa: Quizá la pregunta que más estaba relacionada con la cuestión del aburrimiento tenía que ver con la muerte. Esa era una de las preguntas que más me atormentaban. Esa sí me sigue atormentando, me sigue quitando el sueño por las noches. Y yo la relacioné bastante con la cuestión del aburrimiento porque, en algún sentido, sentirse aburrido es una experiencia cercana. a la muerte. Es un sentirte vacío, un sentir que no estás empleando tu tiempo en algo que para ti tenga significado, que tenga sentido. Es una quietud parecida a la muerte. Creo que la muerte tiene que experimentarse como ese momento en el que empiezas a aburrirte y no has encontrado todavía esa fórmula para combatir el aburrimiento. ¿Qué me llevó a estudiarlo? Fue una casualidad. Me encantaría poder inventarme, y debería hacerlo quizá, inventarme una historia atractiva, rocambolesca, contarle al mundo acerca de cómo llegué al aburrimiento, quizá que estaba padeciendo en mis propias carnes un aburrimiento completamente disfuncional, pero no es cierto. Lo cierto es que yo me estaba especializando en el estudio de la filosofía de un pensador alemán que se llama Hans Blumenberg. Concretamente estaba estudiando su noción de tiempo, de cómo el ser humano comprende su tiempo de la vida dentro de un espectro amplísimo, que es el tiempo del mundo, y es consciente, gracias a esto, de que somos una mota de polvo en el universo. Y algunas veces eso también nos causa bastante dolor, el ser conscientes de que estamos aquí por casualidad, que desapareceremos y el mundo seguirá estando después de nosotros. Y pensaba dedicar mi tesis a esta cuestión cuando de repente encontré en uno de los libros de este pensador diez páginas destinadas al estudio del aburrimiento. Al estudio del aburrimiento en la prehistoria, en nuestros ancestros. El aburrimiento como una emoción adaptativa. Y esto fue lo que me introdujo en el estudio del aburrimiento, pero no lo que me hizo perseverar en él.
Quique: Me lo acabas de dejar flotando. ¿Y qué es lo que te hizo perseverar?
Josefa: Pues bien, Blumenberg realmente definía ese aburrimiento en términos… Solamente pensaba en el aburrimiento, en la experiencia del aburrimiento funcional. En ese aburrimiento que cuando entra en escena te hace ser consciente, o al menos a través del dolor te hace sentir que algo está fallando, que se está produciendo un desequilibrio entre tus expectativas y esa situación en la que te encuentras inmerso. Y para él, para este pensador alemán, El simple hecho de que el aburrimiento entra en escena hace que no puedas quedarte estancado en una misma situación. El aburrimiento para él te expulsa de tu zona de confort, te hace mantenerte siempre en una rueda, porque al final siempre acabamos cansándonos de ciertas cosas. que dejan de representar un reto para nosotros, así es como nos mantenemos en movimiento. Gracias a que nos cansamos, que nos aburrimos de ciertas realidades que pasan a ser de sobra conocidas. Y gracias a eso, de alguna forma, estamos siempre teniendo que readaptarnos, que reinventar nuevos deseos. El aburrimiento para Blumenberg impide la quietud. Sin embargo, a mí lo que me llamó más la atención, una vez que empecé a profundizar en esta cuestión, es que el aburrimiento no siempre se ve en términos funcionales, no siempre se experimenta de una forma funcional. En algunas ocasiones no podemos completar ese círculo. Nos aburrimos, somos conscientes de nuestro aburrimiento, de nuestro malestar, pero quizás somos incapaces de imaginar un escenario más deseable. No llegamos a dar con la clave de ese posible cambio que podríamos introducir en el momento presente para hacer que el aburrimiento pase a ser parte del pasado y nos quedamos atrapados en ese malestar. Eso fue realmente lo que a mí me cautivó, el comprender gracias al estudio que hace del aburrimiento las ciencias de la salud mental, la psicología, la psiquiatría, que no todo el mundo puede aprovechar ese aburrimiento en su beneficio. Me interesaba saber por qué.
¿Qué es el aburrimiento?
Jeroen: Para ya establecer un poco las bases para el resto del programa de hoy, ya has hablado de la definición del aburrimiento de Hans Blumenberg, ya has dejado caer algunas características de qué es aburrirte, y seguramente la mayor parte de los grandes filósofos también han intentado describirlo, de qué es exactamente, pero a mí me interesa más que nada cuál es tu definición del aburrimiento, qué es exactamente.
Josefa: Para mí el aburrimiento es una experiencia dolorosa, una experiencia fastidiosa, una molestia, siempre tiene que experimentarse de esa manera, que se produce en el momento en el que, como decía, la realidad en la que nos encontramos inmersos, esa situación presente, una actividad con la que estamos tratando de comprometernos, una relación interpersonal también, por ejemplo. Ese contexto que tenemos frente a nosotros no cumple con nuestras expectativas, es decir, no nos estimula adecuadamente. Cada uno de nosotros tiene una distinta propensión al aburrimiento, cada uno de nosotros tiene una necesidad de estimulación distinta que está determinada tanto por factores genéticos como por supuestos sociales. La sociedad también te intenta educar en qué debería estimularte y qué no debería estimularte. Gran hermano VIP no debería estimularte, pero visitar un museo sí que debería estimularte. De manera que al final, bueno, pues, vamos madurando, reajustando nuestras expectativas, conociéndonos a nosotros mismos y tenemos en distintos momentos de nuestra vida una necesidad de estimulación determinada. El aburrimiento surge cuando el estímulo que estamos recibiendo no está en concordancia, no está en equilibrio con nuestra necesidad de estimulación. Esto no significa siempre que el aburrimiento surja en esas situaciones o en esas circunstancias de hipoestimulación, cuando el estímulo es insuficiente. Si el estímulo es demasiado variado, si es demasiado amplio, si tú no puedes abordar ese estímulo que estás recibiendo, el resultado es el mismo. Al final, es una desconexión, es no poder prestar atención a esa realidad en la que te encuentras y tener que inventar algo distinto para que esa realidad desaparezca. Y he utilizado una palabra que no debería haber utilizado. Cuando digo inventar, no me refiero a introducir en el presente algo completamente original, sino simplemente, bueno, readaptarte. La gran mayoría de las veces, lo que introducimos en el contexto presente para dejar atrás el aburrimiento proviene de respuestas que ya conocemos de antemano. Son estrategias de huida que ya hemos practicado en el pasado y que han resultado beneficiosas.
Jeroen: Por lo tanto, tengo muy claro, hay dos partes aquí, hay por un lado mi entorno y por otro lado mis propias expectativas que hay. Y esto hace que inicie esta reacción de aburrimiento. ¿Y qué pasa exactamente en nuestro cerebro y nuestro cuerpo cuando nos aburrimos?
Josefa: Lo que sucede en nuestro cerebro es que nuestros niveles de excitación cortical descienden. Eso es lo que nos produce realmente el dolor. Al final somos química, somos básicamente química. Esos niveles de excitación cortical descienden Y en situaciones normales, en situaciones de aburrimiento funcional, esto implica que nuestra RAC, nuestro sistema de activación reticular, se ponga a trabajar para buscar esa estrategia de huida. En los casos de aburrimiento disfuncional, una de las hipótesis es que ese sistema de activación autonómica no funciona bien, tiene algún tipo de falla, Y por eso algunas personas son incapaces de dar con esa clave, de dar con esa estrategia que pueda sacarles del estado de aburrimiento y se quedan atrapados durante un periodo indeterminado en ese malestar. Eso es lo que nos sucede. Luego hay muchos estudios que tratan de averiguar si el bostezo realmente es una reacción, es una somatización de ese dolor. No está claro del todo, pero claro, el mito está, ¿verdad? El bostezo es por hambre, por sueño y por aburrimiento. Realmente, a nivel psicológico, lo que te produce el aburrimiento, ya no a nivel neurofisiológico, sino a nivel psicológico, lo que te produce el aburrimiento es un estado de estrés. Y cuanto más tiempo permaneces en esa situación de aburrimiento sin dar con esa estrategia de huida, sin dar con la clave para ponerle fin, pues es más probable que desarrollemos estados de estrés, de ansiedad, de frustración. Si ese aburrimiento permanece en el tiempo por una prolongación demasiado extensa, incluso podemos desarrollar estados depresivos.
Hacer las cosas con sentido
Quique: Me parece increíble cómo chocan dos conceptos, como lo que estabas explicando ahora mismo, es aburrimiento, que te da esa sensación, si lo visualizas, como quedarte parado, y que la respuesta muchas veces al aburrimiento sea la huida, que es el justo, el movimiento. ¿Para ti qué es lo contrario, Josefa, del aburrimiento?
Josefa: Absolutamente lo contrario del aburrimiento es el significado, es el sentido. No el entretenimiento, no la diversión. Realmente podríamos hablar de interés. Interés, lo que para ti es interesante, lo que para ti te reporta algún tipo de valor, te reporta sentido, te reporta significado. Y por esto mismo uno puede estar realizando una tarea que en apariencia no es en absoluto divertida ni entretenida, y no te estás aburriendo si esa tarea para ti tiene significado. Incluso puedes, bueno, pues experimentar un nivel incipiente de aburrimiento y ser muy capaz de tolerarlo, no necesitar huir de él, porque realmente tú tienes un objetivo en el horizonte que quieres conseguir y puedes permanecer en esa tarea incluso si está empezando a resultarte poco estimulante. Si el significado de esa tarea para ti es alto, es muy fácil mantener la atención sobre ella. Porque, al final, el aburrimiento siempre está muy vinculado con la cuestión de la atención. Cuando nos aburrimos, lo que hacemos es dejar de prestar atención. Ese aburrimiento te está diciendo, este contexto, esta situación, esta relación, esta actividad, te demanda más gasto energético para poder aprenderla en toda su esencia, para poder realmente estar comprometido con ella, de lo que tú consideras que vas a recibir a cambio. Eso es lo que hace el aburrimiento, darte la señal de esto te merece la pena, parece que no, te das cuenta de que duele, de que estás experimentando dolor, pues creo que es que estás gastando mucha energía y tú realmente no sientes que vayas a recibir tanto a cambio. Eso es el aburrimiento.
El primer aburrimiento
Quique: Qué interesante porque desde ahí Acabas de mencionar hace un rato algo que me parece muy interesante y es, ¿en qué momento se empieza el ser humano a aburrir y tenemos constancia de ello? Porque yo quiero dos preguntas aquí. ¿Desde cuándo tenemos constancia de que el aburrimiento existe? Y la segunda, ¿a qué edad comenzamos también a aburrirnos?
Josefa: Bien, pues por una parte. Te respondo a lo último. Incluso hay colegas que empiezan a hablar de que los bebés se aburren. Los bebés experimentan aburrimiento en el momento en el que el entorno en el que están no les estimula adecuadamente. Y por eso a veces lloran y por eso demandan la atención de sus progenitores, de los adultos que les rodean, para que creen un entorno más estimulante o que les estimule más adecuadamente en función de sus necesidades en ese momento preciso. lo que no pueden hacer los bebés es ser conscientes de ese aburrimiento. Casi nunca, un pequeño inciso, realmente tampoco los adultos solemos ser conscientes del aburrimiento. Estamos entrenados para ahorrar energía, así funciona nuestro cerebro, ahorrar energía es nuestra máxima. De forma que la gran mayoría de las veces, cuando nos estamos aburriendo, no es que hagamos ese ejercicio metareflexivo de empezar a hablar con nosotros mismos de ese inner speech y plantearnos Parece que estoy empezando a aburrirme. Estoy notando el dolor, lo siento, lo aprecio. ¿Y qué podría hacer? ¿Qué estrategia de huida podría yo diseñar realmente para escapar de este malestar? Eso no sucede casi nunca. Al contrario, es que tu cerebro, de forma completamente automática, En el momento en el que empiezan a descender esos niveles de excitación cortical y empiezas a experimentar un poco de malestar, tira de ese catálogo de opciones para combatir el aburrimiento, de ese catálogo de opciones que han funcionado en el pasado para llenar tu tiempo de manera significativa. O sea, que no somos tan distintos de los bebés. Cuando el ser humano adulto empieza a ser consciente de su aburrimiento y a hacer ese ejercicio metareflexivo es cuando el aburrimiento se da de forma periódica en una misma situación. Cuando todos los días al ir a trabajar sientes que te vas a enfrentar a un entorno que no te estimula adecuadamente, cuando pasas por esa fase de dolor de forma constante, reiterada. Entonces es cuando te planteas, ¿qué está pasando? ¿Debería cambiar de trabajo, quizá? Podría ser. Ahora, respondiendo a la primera pregunta que me hacíais, la constancia acerca de la experiencia del aburrimiento en las narrativas filosóficas, que son las primeras en las que podemos fijarnos, existe desde Platón, al menos desde Platón. Hay mucho debate en torno a esto, porque en la Grecia Antigua no teníamos una palabra para hacer referencia al aburrimiento como tal, pero sí que se habla de situaciones, por ejemplo, en las obras de Homero, se habla de situaciones en las que los guerreros están teniendo que esperar demasiado tiempo, se están empezando a sentir nerviosos, ¿por qué? Porque ese entorno en el que están, esperando para poder atacar, ya no le resulta suficientemente estimulante. Pero son conjeturas. Al no existir una palabra que pueda traducirse como tal, son conjeturas. En Platón encontramos también esa preocupación porque sus discípulos no le encontrasen aburrido, no determinasen que realmente sus enseñanzas les aburrían. Él decía, literalmente, no quiero resultar aburrido a los demás, como le pasa a Sócrates. que, por cierto, del aburrimiento socrático, después hablo también, Kierkegaard, han hablado otros autores, se ve que era legendario el aburrimiento que era capaz de causar este hombre en aquellas víctimas a las que torturaba. Eso es lo que sabemos, sabemos que esa experiencia ha existido mucho antes, mucho antes de que un Platón pusiese por escrito no quiero fatigar, no quiero crear un entorno pobre de estímulo o repetitivo. Todas esas cualidades que podemos asociar perfectamente con la experiencia del aburrimiento. Sin embargo, claro, realmente la experiencia del aburrimiento ya existía antes, ya existía antes. Blumenberg nos va a decir que es una de las experiencias que permiten el desarrollo de la protocultura en nuestros ancestros, en un ancestro que debía estar a caballo entre los últimos Homo ergaster y los primeros Homo antecesor. esos ancestros que empezaban a establecerse en campamentos base por un tiempo más prolongado, esos ancestros que tenían una división del trabajo muy marcada, algunos iban a cazar, otros permanecían en el campamento realizando las mismas tareas una y otra vez, esos ancestros que en algún momento dado pudieron realmente plantearse, me falta algo, necesito crear algo distinto del entorno que tengo ahora mismo frente a mí. Pero claro, esto es antropología filosófica, el aburrimiento no fosiliza y, por tanto, es imposible saber si realmente se puede deducir, se puede intentar hacer una conjetura, incluso hipotetizar si quizá las pinturas rupestres responden en lugar de a esas razones tan… tan trascendentes que hemos tratado de aducir durante toda la vida, pues quizás simplemente respondía a una cuestión de entretenerse con algo que pudiese para ti ser algo más significativo.
Cómo llenamos el tiempo
Quique: Me parece una maravilla, Josefa, lo que estás comentando, porque nos estás dando una visión holística acerca del aburrimiento para entender mucho mejor que es algo que nos lleva acompañando miles de millones de años, desde el momento, como decías tú, incluso antes de nacer. Y ya nos has explicado que la respuesta en principio positiva a ponerle frente, hacerle frente al aburrimiento, es esa respuesta de huida. Y, curiosamente, con lo que me estás comentando, yo lo que veo es que muchas veces la respuesta Quizá la buena no es la respuesta fácil, sino que vamos a la respuesta que nos anestesia. Decías tú antes en el Sálvame de turno, o recuerdo leyendo el signo de los cuatro de Sherlock Holmes, cómo su capacidad, cuando estaba aburrido, se inyectaba heroína para quedarse adormilado. Y decías, ahorrar energía es la máxima de nuestro cerebro. ¿Es por eso que preferimos lo malo conocido que nos anestesia a la respuesta de huida que nos va a sacar del aburrimiento?
Josefa: Completamente, completamente. Nosotros, desde que somos pequeños, vamos construyendo, me gusta mucho utilizar esta metáfora, vamos construyendo nuestro catálogo de opciones con las que llenar nuestro tiempo de manera significativa. De esas opciones, la gran mayoría son opciones predeterminadas, opciones que nos vienen dadas por la industria del entretenimiento masivo. Son esas píldoras, esas pequeñas píldoras para no tener que pensar. Muy pocas opciones de ese catálogo están construidas a partir de ese proceso metareflexivo del que hablábamos con anterioridad. Muy poquitas opciones están construidas, son personalizadas realmente. Nacen de una reflexión profunda que uno mismo realiza acerca de cuáles son tus expectativas, cuáles son tus opciones reales, qué es lo que realmente te llena, qué es lo que para ti de verdad tiene valor. Para ti, solo para ti, Quique, no para Jeroen. solamente para ti, no valen para todos, mientras que Sálvame vale para mucha gente, ir al cine a ver una película vale para infinidad de personas, Netflix vale para todo el mundo, eso parece las redes sociales igual que pocas personas escapan de caer en las redes sociales. Estas píldoras que tú has llamado anestesia, hacen ese efecto de anestesia, están tan a mano, están tan disponibles y requieren de tan poco esfuerzo, que al final acabamos depositando casi toda nuestra confianza en ellas. Pero al cabo del tiempo, uno empieza a sentirse vacío. Necesitamos también esas opciones personalizadas. Yo diría que esas opciones personalizadas son las que realmente te pueden garantizar que vas a ser capaz de huir del aburrimiento a largo plazo. Son las que te funcionan. No tienen por qué funcionarte para siempre, porque, como decía, ese catálogo que construimos va cambiando. Algunas opciones salen, otras nuevas entran. Se produce reajuste de expectativas en función del momento vital en el que te encuentras, del estado de madurez de cada persona. Pero es cierto que aquellas que pasan por un proceso de reflexión tienen la capacidad de durar en el tiempo, de ser eficaces más a largo plazo. Tu cerebro también va a recurrir a ellas, pero si no haces nunca el esfuerzo de sentarte contigo mismo, pensar, conocerte, que es algo doloroso, porque el proceso de conocerse a sí mismo, al final, implica un proceso de reevaluación. Es qué estoy haciendo con mi vida, me gusta cómo soy, estoy consiguiendo las metas que me propuse… Es doloroso, huimos de hacer eso, bastante cansados estamos ya con la cotidianeidad del día a día y todo nuestro tiempo del deber, como para, además, dedicar nuestro tiempo del poder a conocernos a nosotros mismos. Pero si somos capaces de desarrollar algunas estrategias de huida personalizadas, algunas respuestas para ese catálogo, tu cerebro va a recurrir a ellas. Ahora bien, si somos muy acomodaticios y nos queremos conformar solo con esas opciones que extraemos de la industria del entretenimiento masivo, esas opciones predeterminadas para todos, nos fallarán al cabo del tiempo.
El malentendido
Jeroen: apasionante escucharte hablar de este aburrimiento, de un tema que a mí nunca me ha llamado la atención. Y ahora ya hemos aprendido muchas cosas y estoy pensando cómo es que no he pensado nunca sobre aburrimiento. Y yo creo que una parte de esto es que en la sociedad actual tenemos una percepción negativa de aburrimiento. Pero tú has dicho claramente que el aburrimiento es positivo en fondo porque es un señal de nuestra mente que nos ayuda a mejorar a nosotros mismos. ¿Por qué tenemos esta percepción tan negativa del aburrimiento?
Josefa: ¿De dónde sale? Tenemos ambas. Ahí tengo yo que pelearme contigo, porque realmente yo me he dado cuenta de que desde hace una década aproximadamente se está produciendo una romantización del aburrimiento Lo que vemos en todas partes es el aburrimiento te hará ser más creativo, el aburrimiento te ayudará a descansar, el aburrimiento te ayudará a alcanzar pensamientos introspectivos mucho más profundos, te convertirá en filósofo, en dueño de tu vida. Es alucinante, porque realmente todo esto no es tan sencillo. Es más probable que una persona creativa sea capaz de dar respuestas creativas frente a su aburrimiento, pero el común de los mortales, simplemente, cuando tenemos que diseñar una estrategia de huida, Es que no lo hacemos ni conscientemente, como decía, directamente nuestro cerebro se pone a trabajar. Es más, ahora con los algoritmos, es que el cerebro ya no tiene que hacer nada. El algoritmo directamente ya te dice qué película puedes ver después. O sea, ya ni siquiera tu cerebro tiene que, de forma inconsciente, acceder a ese catálogo de opciones y seleccionar una. y simular como que se te ha ocurrido en el momento, sino que directamente el cerebro está ahí en reposo completamente y el algoritmo lo hace todo por ti. Entonces, bueno, aún así se está tratando de revalorizar el aburrimiento. Y esto está causado por una confusión acerca de lo que entendemos por aburrimiento de lo que podemos hablar después, en cualquier caso. Aquellas personas que concibieran aburrimiento como algo negativo, en primer lugar, claro, ¿cómo lo vas a concebir? Si es algo que te produce dolor, si es algo que te produce malestar, ¿crees que realmente su experiencia tiene que experimentarse así? Tiene que ser así, es una emoción negativa. que, como diría Damasio, como muchas otras, es una experiencia negativa que trae consigo otros tantos arreglos, otras cosas positivas. Es igual, a mí me gusta compararlo con el miedo. El miedo se experimenta también como algo indeseable, ¿no? Bueno, hay niveles de masoquismo, pero uno realmente… No es lo mismo querer pasar miedo delante de la televisión, que eso es como una forma de experimentar con la muerte sin tener que echártela a la cara, que pasar miedo en el mundo real, en la calle, que tener miedo a un atracador, que tener miedo a… Bueno, es algo completamente distinto y nadie quiere esto. En ese sentido, Es lógico que se le considere el aburrimiento como algo negativo porque se experimenta de forma dolorosa. Y al margen de esto, la sensación que a uno le da el aburrimiento es la de no estar en posición de controlar tu propia existencia. Es como si, de alguna forma, en el momento en el que te estás aburriendo sintieses que eres incapaz de llenar tu tiempo de la manera que se esperaría, de la manera que necesitarías. Te sientes inútil, te sientes ajeno a tu propia vivencia. Y eso te hace sentirte muy mal, te hace sentirte culpable, incluso. Yo creo que si en algún momento demonizamos en la sociedad contemporánea la experiencia del aburrimiento, es porque nos da la sensación de que en ese tiempo vacío no estamos exprimiendo nuestro tiempo al máximo. Y cada vez somos más conscientes de que el tiempo que tenemos es el de esta vida. Dios ha muerto, murió hace varios siglos, y cada vez tenemos más certeza o tenemos menos esperanza, si queremos plantearlo así, acerca de que haya otra oportunidad después. Es decir, convivimos con la idea de que los años que tenemos son estos y no querríamos llegar al final de nuestra vida, echar la vista atrás y de repente darnos cuenta de… Pues no, no hice todo lo que quería hacer, no exprimí mi tiempo al máximo. Y esto es algo que hacen mucho las personas mayores, echar la vista atrás. Lo sé por experiencia, por mi proyecto y por la cantidad de horas que paso hablando con personas mayores. No querríamos eso, llegar al final y pensar… no aproveché este regalo tan improbable que era mi vida. Así que cuando nos vemos en ese vacío, sentimos ansiedad por llenarlo, por llenarlo con algo que realmente nos reporte significado. Pero como esto es bastante complejo, tendemos a llenarlo con lo primero que pillamos.
¿El viaje ha merecido la pena?
Quique: Decías ahora, Josefa, que tu experiencia al poder trabajar con personas mayores a las que estás ayudando y desde la cual nos aportas una perspectiva importante sobre el aburrimiento, nos dan ideas tremendamente significativas a las que muchas veces no nos transponemos. Es decir, no llegamos a pensar en cómo va a ser al final de nuestros días para mirar hacia atrás. No viajamos hasta allí. ¿Cuál sería la pregunta que tú nos recomendarías hacernos para que viajemos al futuro? Pensemos en ese momento en el que somos mayores, miremos atrás y no tengamos esa sensación.
Josefa: No hay que obsesionarse tampoco con el horizonte, con el futuro, hasta el punto de perdernos el presente, que es algo que yo trato de trabajar constantemente con serias dificultades, tengo que ser sincera. Me cuesta mucho. Realmente, tienes que plantearte algo muy sencillo. ¿Cómo voy a estar satisfecho, orgulloso de lo que he hecho dentro de X tiempo? Tienes que plantearte… Yo suelo visualizarme en esa situación, en la situación en la que estoy, pues quizá ya en una residencia de ancianos, o estoy en mi casa, pero ya necesitando una vida asistida, necesitando atención constantemente. La pregunta que yo me hago realmente es ¿Estoy feliz o no estoy feliz? ¿Estoy contenta? ¿Las personas, las personas mayores, que tienen la sensación de que han dedicado su tiempo a aquello que les resultaba significativo? realmente, aunque se encuentren en una situación de dependencia, son felices, están agradecidas y afrontan lo que hay más allá, es decir, lo que va a suceder de forma inminente, la muerte, de una forma mucho más saludable. Sin embargo, aquellas personas que realmente no están contentas con lo que han hecho, no están contentas con las decisiones que han tomado, sienten que han perdido parte de su tiempo en quehaceres que para ellos no tenían sentido, no tenían realmente valor. Quizá quehaceres que vamos adoptando, que vamos abrazando a lo largo de la vida por contentar a otra persona con la que compartimos esta vida, que nos vienen impuestos por nuestra jornada laboral. Esas personas sí que sienten una tristeza inmensa. Así que es una cuestión de preguntarte ¿Qué tengo que hacer ahora para cuando esté en ese momento futuro pueda echar la vista atrás y sentirme en calma? Sentirme en calma.
Quique: Qué bueno. Una de las cosas que me parece muy interesante y que me gustaría que nos comentaras es acerca de tus estudios con personas mayores. Siempre decimos esa frase manida de, no, es que yo ya soy muy mayor para cambiar. ¿Tú te has encontrado con personas que, incluso siendo muy mayores, han decidido que iban a salir del aburrimiento?
Josefa: Pocas, pocas. Tengo que admitir que a las personas mayores les cuesta bastante salir de lo conocido. Siempre me suelen preguntar quién se aburre más, los niños o las personas mayores o los ancianos. Y son dos grupos que se aburren muchísimo. Los niños porque tienen el catálogo de opciones en blanco. Eso significa que quieren llenarlo de la forma más rápida posible, quieren llenar ese catálogo de opciones, quieren conocerlo todo rápido, a ver, ¿qué más? ¿Qué más hay? Así que, en cuanto prueban una cosa, un par de veces dicen, bueno, pues de esto ya está, ahora quiero ver más, quiero ver más. Una persona mayor tiene un catálogo de opciones para llenar su tiempo de forma significativa muy estrecho. Es una persona que ha pasado mucho tiempo consigo misma, que se conoce muy bien, que sabe lo que le gusta y lo que no, lo que le da sentido y lo que se lo quita. Así que tiene un catálogo bastante definido. En el momento en el que algunas situaciones sobrevenidas, como puede ser perder la movilidad, alejarte de tu entorno cotidiano, de tu entorno familiar, pasar a vivir institucionalizado en una comunidad con otras personas mayores, en una comunidad en la que hay reglas, en la que no vas a ser tan autónomo como eras en casa, muchas de esas opciones del catálogo desaparecen. Si quizá para ti lo que daba sentido a tu vida era pasear por las tardes con tu perro, a lo mejor ya no lo vas a poder hacer. Así que un catálogo muy estrecho, del que además van desapareciendo opciones, es una situación muy complicada y la gran mayoría de las personas con las que hablo no están dispuestas a probar cosas nuevas para comprobar si podrían incluir esa experiencia dentro de su catálogo. Es bastante complicado y creo que, por esto mismo, una de mis reivindicaciones o de las reivindicaciones de mi proyecto es que la figura de un psicólogo sea obligatoria en las residencias. Una figura que no tiene por qué hacer las labores de la terapia ocupacional, no en absoluto, de un psicólogo clínico, porque las personas mayores necesitan ayuda para hacer ese reajuste de expectativas, para estar dispuestos a abrir un poquito ese catálogo, después de haberlo visto estrecharse durante tantos años, ¿cómo vamos a hacer para abrir de nuevo un poco para ese margen? Pues creo que la figura de un psicólogo es esencial en ese aspecto. Reajustar tus expectativas, estas opciones ya no están disponibles, no te agarres más a ellas, no sufras porque no están y, sin embargo, vamos a intentar descubrir algo distinto.
Hacer nada no es aburrirse
Quique: Me parece potentísimo, sobre todo porque lo que nos estás mandando es el mensaje de que ahora es el mejor momento para empezar a trabajar con ese aburrimiento. Porque en el futuro parece que quedan menos opciones y cuando te acercas a lo menor, te acercas a la nada. Y ahí va la siguiente pregunta. Y es, muchas veces hemos confundido o la terminología nos lleva a pensar que no hacer nada es lo mismo que estar aburrido. ¿Cuáles son las diferencias entre estos dos estados?
Josefa: Es una de mis preguntas favoritas, sin duda. Me encanta tener la oportunidad de desambiguar esta idea que tan fuertemente está calando en la sociedad contemporánea y que se debe a un equívoco, pero muy justificado, además. Antes de contestártela, sí, estoy completamente de acuerdo, Kike. Este es el momento en el que tenemos que trabajar para el futuro. La mayoría de las personas mayores que conozco que han empezado a sufrir aburrimiento de forma constante, disfuncional, de una forma inaguantablemente dolorosa, han empezado a experimentarlo a partir de la jubilación. tenían mucho tiempo ocupado con el trabajo y en el momento en el que han empezado a disponer de algo más de tiempo para ellos mismos, no se conocen, no saben qué les gusta. No tienen ni idea de cómo pueden llenar ese catálogo. Así que nos toca ahora, ahora que estamos en este momento de crecimiento, creo que estamos los tres más o menos en la misma quinta, y nuestra audiencia estará también más o menos en esta línea. Este es el momento. Sí, la de los 15. Este es el momento perfecto de hacer, por doloroso que sea, de conocerse a uno mismo. Bien, me comentabas, diferencia entre estar sin hacer nada y aburrimiento. Me he cansado de escuchar últimamente en los medios de comunicación que necesitamos tiempo para aburrirnos, que tenemos que tener más tiempo de aburrimiento, Eso es absurdo. Estamos asimilando que el aburrimiento es descansar. Hablamos, quiero aburrirme, quiero tener tiempo para aburrirme un poco. Pensando en que lo que quieres realmente es tiempo para ti, es tiempo del poder, tiempo para la libre realización voluntariosa de cualquier cosa que a ti te de la gana. Es decir, asimilamos que aburrirse un sábado por la tarde es pasárselo en modo goblin viendo películas, comiendo palomitas, sin hacer algo productivo. Eso no es el aburrimiento. Si tú estás sin hacer nada porque tú lo has elegido, porque es lo que tú necesitas, y es estar sin hacer nada no te produce dolor, sino todo lo contrario. Estás representando todo el estímulo que tú necesitas en ese preciso instante. Eso no es aburrimiento. Si lo estás disfrutando, no hay aburrimiento. Recordemos que el aburrimiento lo que viene es a decirte, ya basta de esto, no quieres más de esto. Es incompatible querer estar aburrido. Es completamente un contrasentido, no puede, no casa. Entonces, claro, es cierto que asimilamos mucho estar sin hacer nada con aburrimiento, pero uno solamente se aburre estando sin hacer nada por obligación. Cuando, por ejemplo, tienes que estar esperando en la cola del supermercado, en la sala de espera del médico, en la estación de tren, y el móvil lo tienes sin batería, no hay nadie con quien hablar, ese entorno empieza a resultarte inadecuadamente estimulante. Pero no te queda otra que estar ahí. Esto ya lo describió muy bien Heidegger. Es ese momento en el que, si haces algo, si diseñas una estrategia de huida… De hecho, tu cerebro no intenta buscar nada, no hace nada. En esos momentos sí es cuando nos da por pensar. ¿Por qué? Porque realmente, si haces algo, pierdes el objetivo que tenías en el horizonte, que es entrar a ver al doctor, pagar la compra o coger el tren. De forma que, en ese momento en el que no puedes hacer nada y no te queda más remedio que fastidiarte ahí, Eso sí es aburrimiento. Eso sí es aburrimiento. Pero no podemos hablar de que nuestra sociedad necesita más tiempo para aburrirse. Porque no tiene ni pies ni cabeza. ¿Y por qué viene este equívoco? Pues esto yo creo que es lo más interesante. Toda la literatura que ha hablado de la cuestión del aburrimiento, hablaba del aburrimiento en el tiempo libre. Todo el siglo XIX está marcado por la cuestión del Ennuyer en Francia, el Langweilig en Alemania, el Noio italiana, nuestro Aburrir en castellano, está marcada por la experiencia del aburrimiento. Los intelectuales se dedican a escribir sobre el aburrimiento, pero sobre el aburrimiento que sienten cuando están sin hacer nada por obligación. cuando están sin hacer nada por obligación. Esto nos ha hecho pensar, es la narrativa que hemos heredado, y nos ha hecho pensar que uno se aburre cuando tienes tiempo libre, cuando estás en el tiempo de ocio. ¿Y qué pasa con todos aquellos obreros de las fábricas que también se aburrían, que no empiezan a dar la voz de alarma sobre esto hasta principios del siglo XX? De hecho, una curiosidad grandísima es que el aburrimiento se convierte en objeto de estudio científico, propiamente dicho, gracias al aburrimiento de los obreros, no del aristócrata que está, no de Dickens en su escritorio mirando las musarañas pensando sobre qué va a escribir su próximo libro, no. Se convierte en tema de estudio por el aburrimiento en las fábricas, pero de ese aburrimiento no podía escribir nadie. No podía escribir el obrero porque no sabía escribir y porque no tenía tiempo para escribir sobre él. Al final, el relato que se nos ha transmitido es el de que el aburrimiento es lo que se experimenta cuando estás en ese momento en el, ¿y ahora qué hago? ¿Qué va? La gran mayoría de las veces nos aburrimos en el tiempo del deber. Nos aburrimos cuando estamos haciendo cosas que no hemos elegido nosotros, que nos vienen impuestas.
Jeroen: Muchas gracias por aclarar este asunto porque yo creo que incluso nosotros en este podcast no nos extrañaría si al pasarlos hemos equivocado y queremos hablar de los beneficios de no hacer nada y hemos utilizado la palabra aburridos.
Quique: No pasará nunca más. No pasará nunca más. Aprendemos y crecemos.
Josefa: No hacer nada, no hacer nada, estar haciendo el vago, estar en modo goblin. si es porque uno lo elige, si así te lo autoprescribes tú para descansar, es maravilloso. Lo que no tiene sentido tampoco, y con esto soy muy crítica, es que extendamos este mantra. Debemos tener tiempo para estar sin hacer nada, debemos pausarnos en esta vida, debemos abandonar los ritmos vertiginosos de la sociedad, del consumo y la producción. ¿Cómo que debemos? Señora, suélteme el brazo. Eso depende del nivel de estímulo que necesita cada uno. Y hay muchas personas que en el estar sin hacer nada, en ese estar contigo mismo, lo que encuentran es la rumiación. Es decir, el volver una y otra vez sobre experiencias amargas, recuerdos dolorosos… No todo el mundo convive bien con el estar sin hacer nada. No todo el mundo puede tumbarse en la toalla en la playa y tomar el sol. Yo no puedo hacerlo. Y no es porque esté consumida ni esté envenenada por esta industria y el sistema capitalista. No, no lo he podido hacer nunca. Nosotros, los seres humanos, a lo largo de nuestra vida transitamos por el estar y por el hacer. Hay momentos que estamos más enfocados en el hacer, momentos que estamos más enfocados en el estar, pero nunca se puede generalizar, no puede suponer que todo el mundo necesita poner más empeño en el estar y dejar de hacer.
Ayudar a los demás a no aburrirse
Jeroen: Genial. Quiero llevarlo un poco a la práctica con dos casos prácticos. No digas. No, seguramente son los casos que siempre ves. Primero, Imaginativo, no es un caso real, pero seguramente ya conoces la situación. Los padres han quedado para pasar una tarde con sus amigos y le lleva a su hijo o hija a la reunión a esto. Y los padres se lo están pasando muy bien con sus amigos, pero la hija se dedica a repetir una y otra vez la misma frase. Me aburro. ¿Qué hay que hacer en esta situación? ¿Qué recomiendas a los padres?
Josefa: Lo que recomiendo a los padres es que sean conscientes de que la niña está inmersa a causa de ellos, que son quienes la han llevado, en un contexto que no le estimula adecuadamente. Eso para empezar. No pueden pretender que en un momento dado… A menos, esto se puede trabajar a lo largo del tiempo. Puedes enseñar a tus hijos a reajustar sus expectativas, ya sea a través del castigo, Si se ponen muy pesados, puedes castigarles y obligarles a aguantar el aburrimiento en silencio. Eso no significa que vayan a dejar de aburrirse, pero al menos no van a molestar ni van a ser maleducados ni nada de nada. Es mucho más fácil para ti como adulto reajustar tus expectativas y comprender que estás con un niño que se encuentra en una fase completamente distinta de la vida Y de esa forma, pues oye, voy a adaptarme yo. Si ya no puedo salir a hacer ciertas cosas que hacía antes de tener hijos, pues no puedo, no puedo. Tengo que reajustar yo mis expectativas. Porque si lo que pretendes es que un niño de cinco años reajuste sus expectativas y comprenda que tiene que pasar tres horas escuchando conversaciones de adultos, eso es imposible. Un niño es un niño. Y otra opción, por supuesto, es darle la tablet o el teléfono móvil. No, por favor, eso puede ser un problema. El hecho de que… le lancemos a nuestros hijos el mensaje de que en este aparato de aquí está todo lo que necesitamos para llenar nuestro tiempo de forma significativa, puede acabar siendo un problema. Yo no voy a criticar jamás a los padres que habitan esta práctica, por supuesto. Lo primero porque no soy madre y no sé hasta qué punto los niños pueden resultar pesados, tortuosos. Así que lo entiendo perfectamente. Pero mi idea, ¿qué haría yo si me pongo en esa situación hipotética? Es reajustar yo mis expectativas. Como adulto que soy y comprender que, por ejemplo, a un niño ya no puedo llevarlo a la discoteca. Pues quizá a mi niño tampoco está en el momento preciso de poder salir a una cena con adultos. porque ese entorno no le va a estimular suficientemente. O quizá puedo prever esa situación y tratar de llenar su pequeño catálogo con algunas opciones, que no sean el teléfono móvil, pues llevar un cuaderno de dibujos, tratar también de introducir al niño en las conversaciones. Eso es algo que algunos amigos que tengo hacen muy bien. Comprenden que si quieren mezclar ambos mundos, tienen que rebajar ellos su nivel. Porque el niño no se puede poner al nivel, no puede comprender ni interesarse por una conversación acerca de tu jefe y lo mal que te trata. No, pero tú sí puedes preguntarle por el colegio. Ahora bien, a lo mejor el que acabas aburriéndote eres tú.
Jeroen: Genial.
Josefa: Pero por suerte tener hijos no es obligatorio, así que si alguien no lo tiene muy muy claro y no está dispuesto a hacer los sacrificios que esto conlleva, pues que haga como yo y se abstenga.
Jeroen: Muy bien, y el segundo caso, situación tal vez menos conocida, pero yo creo que tú sabes mucho de esto porque es el enfoque principal de tus estudios. Una persona que tiene a su padre o su madre en una residencia y cada vez que va a visitarla recibe un comentario, mira, aquí los días son muy largos y te echo de menos, tendrás que visitarme más a menudo.
Josefa: Eso no siempre es posible, desgraciadamente. Me imagino que ese hijo o esa hija que está haciendo la visita ya acude a la residencia todo lo que puede, porque en estos casos observamos un extremo. O personas que no visitan nunca a sus familiares en una residencia o personas que visitan todo lo que pueden. Suele haber pocos grises en este caso. Entonces, claro, a mí me parece que es muy contraproducente que el hijo o que el familiar, en este caso, Trate de persuadir a su padre o a su madre acerca de que tienes que adaptarte, tienes que convivir con las actividades que hay aquí. No, me parece que no es buena idea, no es buena idea que adoptemos una actitud conformista en este aspecto. Me parece que, en ese caso, lo que tiene que hacer es transmitirle su inquietud a la gerencia de la residencia, a la dirección, al terapeuta ocupacional, al animador sociocultural, a todas las personas que trabajan ahí, a ser posible, transmitirle el mensaje de que el entorno en el que mi padre se encuentra no consigue estimularle adecuadamente. ¿Qué está pasando? ¿Qué podemos ¿Cómo podemos darle una vuelta? ¿Quizá hay alguna actividad? Porque las personas mayores el problema que tienen es que ellos no verbalizan, no verbalizan realmente esas necesidades. se sienten agradecidos por el hecho de estar cuidados, de tener un lugar donde dormir, donde están de comer, donde hay médico constantemente. Y a cosas del tipo, me siento solo, me siento aburrido, esta actividad de pintar a mí no me interesa, no lo dicen, no lo cuentan, no quieren ser ofensivos. Así que si a ti como familiar te lo transmite, oye, mira, las actividades que hacemos aquí no me interesan, no me gustan. Y contigo es capaz, tú como hijo, como hija, eres capaz de sacarle a esa persona cómo le gustaría estar pasando su tiempo, recoge ese mensaje y trasládaselo a la residencia de inmediato. Muchas veces las residencias no ponen en práctica otro tipo de actividades porque no saben cuáles son los deseos de los mayores. A veces porque no preguntan y a veces porque cuando preguntan ellos no se lo dicen. Así que compartir ese mensaje, desde luego, siempre y cuando no estemos hablando de una persona que está atravesando un trauma y que ese aburrimiento se debe realmente a algo de otro calado, una depresión, el trauma por la vida institucional. Me refiero a una persona mayor que se queje de lo que se hace aquí, no me gusta, quiero hacer otras cosas, y que sea capaz de diseñar, que tenga sus estrategias de huida.
Un regalo de Josefa
Jeroen: Genial, grandes consejos. Vamos poco a poco cerrando un poco la entrevista. Tengo dos preguntas más para ti, porque como es un salto de tema, primero mencionar que Josefa, tú nos has dicho que puedes regalar un ejemplar de tu libro La enfermedad del aburrimiento. Aquí lo tienes. Me encanta la portada, por cierto. Y vamos a sortearlo en ganador, en sorteo entre los asistentes, por lo tanto publicaremos un pequeño post en KENSO Círculo, para la gente que está aquí, deja tu comentario y explica qué actividad haces tú, para nuestros oyentes, que si quieres participar explica cuál es la actividad que haces tú cuando te sientes aburrido. ¿Cuál es tu mejor actividad en tu catálogo de actividades anti-aburrimiento? Queremos ver esto y de aquí al final del año, seguramente ya, miramos quién ha ganado este libro.
El mejor hábito productivo
Con esto ya dos preguntas más. Primero, ya sabes en KENSO nosotros nos dedicamos a ayudar a las personas y empresas a vivir la efectividad para ser más feliz y por tanto siempre me gustaría saber, en tu caso, que eres una persona muy ocupada, por tanto podemos aprender mucho también de ti. Simplemente una pequeña pregunta, ¿cuál es tu mejor hábito productivo?
Josefa: ¿Mi mejor hábito productivo? Oh, ese no te lo voy a contar. Con hábito productivo te refieres a qué rutina tengo para estar en marcha. Pues es terrible. No es un buen hábito, así que ese no lo voy a contar. Pero, por ejemplo, a la hora de ser productiva, lo que mejor me viene es estar enfocada, trabajando. Yo soy de esas personas, yo soy como Picasso. A mí las musas me visitan cuando estoy trabajando, no en los ratos libres en los que dejo el pensamiento. Tengo un pequeño truco para activar mi productividad, pero no quiero compartirlo porque… generalmente políticamente incorrecto. Pero al margen de eso, mi mente se va activando y va adquiriendo mayores niveles de productividad cuanto más trabajo. Y sobre todo algo que me favorece mucho es trabajar bajo presión. Dejar las cosas para el último día.
Jeroen: No recomendarlo para todo el mundo, pero en algunos casos aparentemente funciona.
Josefa: Que no es procrastinar, no es lo mismo.
Herramientas para una vida saludable
Jeroen: Y la última pregunta que tengo para ti. Te dejo nuestra última invitada de este podcast, Nuria Coll. Y su pregunta para ti es ¿qué herramientas utilizas en tu día a día para vivir una vida más saludable?
Josefa: Yo es que soy una persona muy viciosa. Además, estoy tan enfocada en el trabajo actualmente que hace tiempo que abandoné hábitos saludables como practicar deporte. Es terrible. Incluso la alimentación saludable cada día la tengo más olvidada. Pero bueno, sí que en lo que suelo ser bastante respetuosa es con la higiene del sueño. Acostarme siempre a la misma hora, despertarme siempre más o menos a la misma hora y dormir muchas horas, muchas. Todo lo que puedo. Creo que ese es mi truco.
Quique: Es que, Josefa, yo no sé qué pasa con los filósofos que se llevan una vida viciosa y distendida. Sí, sí.
Josefa: Muy licenciosa. Bueno, esto es mi hábito de vida saludable entre semana. En los fines de semana no puedo contar nada.
Jeroen: Genial. Y para continuar la cadena, ¿qué le preguntarías al próximo invitado o la próxima invitada de este podcast?
Josefa: ¿Puedo preguntarle sobre cualquier cosa? Vale, pues es para cotillear un poco y desengrasar. ¿Qué es lo que más le aburre en esta vida?
Cuestionario KENSO
Jeroen: Vamos a pasar a esta pregunta y con esto ya llegamos al cuestionario, KENSO. Diez preguntas rápidas, las mismas preguntas para todos nuestros invitados. Y la primera pregunta que tengo para ti es, si tuvieras que compartir un solo aprendizaje de todo lo que has vivido hasta ahora, ¿cuál sería?
Josefa: Que las cosas no suceden de manera inmediata. Que hay que practicar la paciencia porque lo bueno se hace esperar.
Jeroen: ¿Cómo se titularía tu biografía?
Josefa: Diario de un adolescente millennial.
Jeroen: Genial. ¿Cuál es el libro que más has regalado? Y obviamente aquí no contamos con tu propio libro.
Josefa: Madame Bovary. Sin duda.
Quique: Licenciosa, licenciosa.
Josefa: Y se aburría mucho.
Quique: Sí, sí, es cierto, es cierto.
Jeroen: ¿A quién te gustaría o te hubiera gustado conocer?
Josefa: ¿Vivo o muerto?
Jeroen: Lo que tú quieras.
Josefa: A Marilyn Manson, la artista.
Jeroen: Este va perfectamente con la siguiente pregunta. ¿Qué canción pones a todo volumen para subir el ánimo?
Josefa: Tourniquet.
Jeroen: De Marilyn Manson. Obviamente. Aquí ya sabías por dónde tiramos. ¿Cuál ha sido la pregunta más interesante que te han hecho?
Josefa: Wow, me resulta muy interesante cuando me preguntan acerca de la muerte. ¿Cómo es ese miedo a la muerte? ¿Por qué tanto miedo a la muerte? ¿Qué creo que hay después de la muerte? Lo más interesante es si me gustaría vivir eternamente. Esa es la pregunta más interesante. ¿Te gustaría? Sí. Tengo buenos argumentos para defender que sí. Quizá en otra entrevista los pueda compartir más.
Jeroen: Sí, lo guardamos para la siguiente entrevista, sí, sí. ¿Qué se te viene a la cabeza cuando piensas en la felicidad?
Josefa: Gatos. Ahora mismo, al menos, porque creo que la felicidad es algo también muy cambiante y en este momento, gatos, gatos.
Jeroen: ¿Qué película volverías a ver cada año?
Josefa: Shutter Island. Con Leonardo DiCaprio. Y cada vez que la veo es una película distinta, me encanta.
Jeroen: Y la última pregunta que tenemos para ti es, si tuvieras que dejar un mensaje en una cápsula para tu yo del futuro, ¿qué te dirías?
Josefa: Vale, el mensaje lo va a encontrar mi yo del futuro. Pues, le diría, no te arrepientas de nada. Has hecho lo que tenías que hacer en cada momento y como te lo pedía el cuerpo.
Resumen y despedidas
Jeroen: Gran mensaje. Muy bien. Y solo nos queda una cosa ahora en el podcast. Mientras tú estás hablando de todos esos temas tan interesantes, ya te puedo adelantar que no nos hemos aburrido. Nosotros hemos estado tomando notas De muchas temas y como siempre, compartimos ahora nuestras notas, nuestro resumen contigo y con todos los oyentes.
Quique: De esas tardes de verano eternas en el pueblo, sin siesta, con muchas opciones para rellenar su tiempo, menos mal, a que más le gustaba, que era jugar. De ahí nace la historia del aburrimiento de José Fa, porque estudió filosofía por vocación, en búsqueda de las respuestas a las grandes preguntas de la vida. Preguntas que la obsesionaban, y aunque no encontró las respuestas, encontró esas zozobras que la llevaron a profundizar en el aburrimiento. Esa experiencia molesta y fastidiosa que se produce en el momento en el que tu realidad no cumple con tus expectativas. Cuando el estímulo no está en concordancia con tu necesidad. ¿Y sabes qué? Que si el estímulo además es demasiado amplio, también se genera esa desconexión. porque hemos aprendido con ella que cuando nos aburrimos dejamos de prestar atención, porque nos demanda más gasto energético de lo que consideramos que vamos a recibir a cambio. Y en nuestro cerebro descienden los niveles de excitación cortical y a nivel psicológico te provoca un estado de estrés, lo que implica que hay una respuesta en nuestra RAC que se ponga a trabajar para buscar una solución en forma de respuesta de huida. Desde que somos pequeños, rellenamos nuestro catálogo de opciones de respuestas de huida. ¿Y sabes una cosa? Muy pocas son personalizadas de una reflexión profunda sobre lo que te llena. Y ahí está la esencia, porque lo contrario del aburrimiento es el significado, aquello que te reporta sentido. Así que tú decides si recurres a esas píldoras de huida creadas por la sociedad y que hacen que nos sintamos vacíos, o diseñas estrategias de huida personalizadas que te garantizan que salgas del aburrimiento a largo plazo. Y hay una gran diferencia entre aburrirnos y no hacer nada. Entre asimilar que el aburrimiento es descansar cuando lo que quieres es tiempo para ti, porque uno se aburre al no hacer nada por obligación y nuestra sociedad no necesita más tiempo para aburrirse. Nos aburrimos en el tiempo del deber y en el tiempo libre vacío parece que no exprimimos al máximo el tiempo que tenemos y sentimos ansiedad por llenarlo. Josefa, gracias por alejarnos del aburrimiento a dejarnos de la muerte y a hacernos sentir más vivos, ya que este es el momento en el que podemos trabajar para el futuro, conociéndonos a nosotros mismos. Y te aseguro que no nos arrepentiremos de nada. Muchísimas gracias.
Josefa: Gracias a vosotros por este regalazo. Me he explicado muy bien y vosotros habéis estado muy atentos. Todos tenemos nuestro mérito. Ha sido un placer enorme.
Quique: Profesora, no nos hemos aburrido. Gracias por ponernos buena nota.
Outro: Muchas gracias por escuchar el podcast de KENSO. Si te ha gustado, te agradeceríamos que te suscribas al podcast, lo compartas en tus redes sociales o dejes tu reseña de 5 estrellas para ayudarnos a llegar a más oyentes. Y si quieres conocer más sobre KENSO y cómo podemos acompañarte a ti, tu equipo o tu organización en el camino hacia la efectividad personal, puedes visitar nuestra web. KENSO.es. Te esperamos la semana que viene en el próximo episodio del podcast de KENSO, donde Kike y Jeroen buscarán más pistas sobre cómo vivir la efectividad para ser más feliz. Y hasta entonces, ahora es un buen momento para poner en práctica un nuevo hábito KENSO.
Quique: ¿Qué harás ahora para que en el futuro sientas la satisfacción de que el viaje ha merecido la pena? Nos escuchamos muy pronto.