Sebastián Álvaro | El método para crear líderes: una vida al filo de lo imposible
Episodio 380
¿Te has preguntado alguna vez qué valores descubres de ti cuando la naturaleza te pone frente a tus límites más profundos?
Ese es el tema principal del programa de esta semana que descubrirás de la mano de Sebastián Álvaro.
Sebas es el legendario creador y director de «Al filo de lo imposible», quien durante 27 años cambió la percepción de la aventura en España. Con más de 200 expediciones y 350 documentales, este madrileño de 74 años ha recorrido los lugares más extremos del planeta para contarnos historias que van mucho más allá de la aventura.
Como él mismo revela, allí arriba no ves nada, te ves a ti mismo.
Así que, ¿te animas a descubrir en la próxima hora cómo aplicar esa sabiduría ganada en las cumbres a los desafíos cotidianos de tu vida?
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Índice de la entrevista
(08:06) La importancia de los valores
(13:28) Narrar historias de aventura
(19:19) La verdadera meta: sobrevivir y volver a casa
(23:04) Gestión emocional tras la montaña
(36:10) Sociedad, felicidad y montañismo como comunidad
(40:46) Selección de equipos y liderazgo auténtico
(47:28) Decisiones difíciles y gestión del riesgo
(1:05:32) Cuestionario KENSO
(1:09:03) Despedidas y resumen
Recursos mencionados
El Capitán Trueno de Víctor Mora | Wikipedia
El Jabato | Wikipedia
Salvar al Soldado Ryan de Steven Spielberg | Film Affinity
Blade Runner de Ridley Scott | Film Affinity
El Padrino de Francis Ford Coppola | Film Affinity
Peces de ciudad de Joaquín Sabina | Song.link
Walter Bonatti | Wikipedia
George Mallory | Wikipedia
Ernest Shackleton | Wikipedia
Robert Falcon Scott | Wikipedia
Howard Somervell | Wikipedia (en inglés)
Robert Browning | Wikipedia
Cita con la cumbre de Juanjo San Sebastián | Amazon
K2. El nudo infinito de Kurt Diemberger | Amazon
El sentimiento de la montaña de Eduardo Martínez de Pisón y Sebastián Álvaro | Amazon
Al filo de lo imposible de Sebastián Álvaro | Film Affinity
Formación para empresas | KENSO
Cursos online | KENSO
Coaching personal | KENSO
Y la música de KENSO gratis para Podcasts y YouTube | Uppbeat
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Aviso: el transcriptor a veces no nos entiende, pero vosotros seguro que sí.
Disculpa, si lees algún error en la transcripción.Quique Gonzalo:
¿Te has preguntado alguna vez qué valores descubres de ti cuando la naturaleza te pone frente a tus límites más profundos? Ese es el tema principal del programa de esta semana que descubrirás de la mano de Sebastián Álvaro. Sebas es el legendario creador y director de Al filo de lo imposible, quien durante 27 años cambió la percepción de la aventura en España. Con más de 200 expediciones y 350 documentales, este madrileño de 74 años ha recorrido los lugares más extremos del planeta para contarnos historias que van mucho más allá de la aventura. Como él mismo revela, allí arriba no ves nada, te ves a ti mismo. Así que, ¿te animas a descubrir en la próxima hora cómo aplicar esa sabiduría ganada en las cumbres a los desafíos cotidianos de tu vida? Bienvenidos a un nuevo episodio de KENSO, el podcast donde descubrirás cómo vivir la efectividad para ser más feliz. Soy Quique Gonzalo, aprendiz en descubrir que los valores verdaderos se forjan cuando todo lo que creíamos saber sobre nosotros se pone a prueba. Sebastián Álvaro, es un auténtico placer tener a un a un referente como tú hoy en el podcast de quien son muchísimas gracias por venir. Gracias a vosotros.
Quique Gonzalo:
Me gustaría rememorar una palabra, un término, que te decía tu madre asturiana, en Tineo, Zascandil, ¿Qué queda de ese Zascandil que ahora tiene 74 años?
Sebastián Álvaro:
Todo. De ese apartado, todo. En lugar hay otros apartados más físicos y también, diría yo, más emocionales que he ido apaciguando con a medida que cumplía años. Pero lo de Zascandil, es decir, no estarse quieto en en un lugar, andar siempre moviéndose y viajando, de eso me queda todo. Yo creo que me muevo, no sé si más que antes, porque es difícil, pero casi igual que antes.
Quique Gonzalo:
¿Y el movimiento y el viajar es vida?
Sebastián Álvaro:
El viajar es conocimiento y las 2 fórmulas de conocimiento que sabemos tienen que ver con el viaje y la lectura. Así que si viajas y lees mucho, tienes más posibilidades de llegar a conocer un montón de cosas que desconoces, y eso te lleva inmediatamente a ser más humilde, a ver la tierra con otros ojos y y ahí incluso a verte a ti de forma diferente.
Quique Gonzalo:
Entiendo que parte del viaje que vamos a hacer hoy contigo es trasladarnos a muchos lugares, pero cuando tenías 5 años, ¿cuáles eran aquellas lecturas que te empezaron a acompañar para esos viajes futuros de tu vida?
Sebastián Álvaro:
El capitán trueno, sobre todo, al principio. Luego ya muchos muchas otras lecturas de novelas históricas y, pero al principio fue el capitán trueno. Es decir, yo diría que a partir de los 6 años, de los 6 a, digamos, los 10 o los 11, yo esperaba con pasión los fines de semana a que saliera el capitán trueno. También el Jabato, pero el personaje del Jabato nunca llegó a a ser una referencia para mí, pero el capitán trueno sí. Y entonces del capitán trueno se tiraban 700000 ejemplares los fines de semana. Y el guionista era Víctor Mora, que era un tío progresista del PSUS que que sufrió persecución y cárcel en la dictadura y que hizo unos personajes de los que yo creo que todavía se pueden sacar experiencias, que es primero el personaje central, que intentaba ser un caballero de la Edad Media, lo que perseguía era la justicia, y la justicia tenía que ver con una concepción, yo diría que Cristiana, pero yendo un poco más allá de los valores estoicos griegos de toda la vida. Así que él peleaba noblemente y valientemente. Y si esto, como era un cursado, tenía que ver con con Saladino, el contrincante de enfrente, pero que era un personaje noble, llegaba a acuerdos con él y se respetaban, ¿no? Mientras que a los malvados traidores que explotaban al pueblo, a los pobres, él era implacable con ellos.
Sebastián Álvaro:
Y para hacer todo eso, los personajes se apoyaban en un trabajo en equipo, él no iba solo, iba con Crispín, que era su escudero y Goliath, que era un forzudo que comía los jamones, los enganchaba como como Obelix en Asterix, ¿no? Y luego tenía el amor idílico platónico, que era una reina de Tulie, que se llamaba Sigrid, que era rubia y que estaba buena para los cánones de la época, ¿no? Así que yo creo que el conjunto de todo eso hizo volar mi imaginación, porque el capitán trueno embarcaba en unos barcos que cruzaban el Mediterráneo o montaba en un globo con su novia y sus 2 compañeros y recorrían buenas partes de las tierras del norte, ¿no? No he hecho otra cosa nada más que intentar seguirlo los pasos del capitán trueno, pero en el siglo 20.
Quique Gonzalo:
Eres un capitán trueno del siglo 20 y, además, lo recordaba con una sonrisa, porque todavía tengo esos tebeos en casa. ¿Y qué pasó entonces? ¿Dónde quedaron Crispín y Goliat ese día que con 5 pesetas echaste a andar teniendo 5 años a la aventura? ¿Hasta dónde te llegó esa aventura, esa primera aventura?
Sebastián Álvaro:
Primero me llegó cerca, porque la Guardia Civil me detuvo inmediatamente me llevó a a mis padres, eso por un lado. Y luego eso no tenía tanto que ver con mis ganas de viajar como de un rebelde, he sido un rebelde sin causa toda la vida. Y y eso me ha llevado a veces a malos sitios y a malas personas. Soy muy vehemente, muy pasional, me dejo llevar mucho por arrebatos en momento concreto, que también tiene que ver con el capitán trueno, no soporto la injusticia. Es decir, yo me puedo ver envuelto en cualquier lío, en cualquier momento. Es decir, veo alguien que está maltratando en la calle a otro o que alguien ha robado o que alguien ha pegado un empujón a una chica o a un señor mayor y los ha dejado en el suelo o los insulta gravemente en el metro y yo tengo lío ese día. Entonces, me meto de por medio y vi un día terminaré cobrando, ya he terminado cobrando, no hace mucho cerca de casa. Me metí en una pelea en el que, vamos, en una bronca entre 2 mujeres con un que llevaban cada una de ellas un perro, me metí a aplacar los ánimos y una de ellas terminó llamando a unos tíos y y llegué a casa que me habían pegado, ¿no? Es decir, debería de de, por lo menos ahora, ser más cuidadoso con esos arrebatos, pero cuando era niño era capaz de, con 6 años, plantar cara mi madre.
Sebastián Álvaro:
Mi madre me dijo, eres, ¿qué vas a hacer tú sin nosotros y tal? Yo le dije, la abuela me ha dado un duro de 5 pesetas de entonces, y mi madre sacó un duro del bolsillo y lo tiró al suelo. Pues ahí lo tienes, a ver qué haces. Cogí el duro y me alargué de casa. No tenía tanto que ver con el con lo que luego van a ser mi sansiar de viajar y conocer, sino tanto como revelarme con lo que yo creía que mi madre se estaba aportando mal conmigo.
Quique Gonzalo:
Para hacer ese viaje, que a veces es exterior, pero muchas veces es interior, en tu caso hay unos valores profundos, lo comentas ahora, con esa vehemencia, con esa rebeldía. Esos valores te siguen acompañando de parte de tus padres, de ese trabajo, de esa lechería en campamento, de venir y trabajar duro hasta la extensión?
Sebastián Álvaro:
Sí, yo creo que eso le pasa a todo el mundo. A cada 1 les acompaña eso, valores me van a acompañar hasta la tumba, ¿sí? Y yo creo que es el mejor legado que me hicieron mis padres. Mis padres me hicieron un legado que es darme una educación que ellos no tenían. Mi madre invirtió mucho tiempo conmigo en que aprendiera a leer y que me apasionara por la lectura, y luego, por último, me enseñaron lo básico de la vida. Yo luego aprendí un montón de cosas, creo, leyendo, viajando, pero yo donde aprendí que tienes que ser honesto, que no te puedes servir de la gente, que no puedes mentir, que no puedes robar, es decir, las cosas básicas y luego que tienes que ser buena gente, que si te piden ayuda la tienes que brindar, que es tu obligación moral, no es una obligación legal ayudar a la gente si ves alguien que se cae. Pero está muy bien ayudar a la gente que lo necesita. Entonces, yo todo esto me lo enseñaron mis padres, mi padre y
Quique Gonzalo:
mi madre. ¿Qué legado te gustaría dejar a ti y a tu
Sebastián Álvaro:
familia? No lo sé. Me conformaría que que la gente que me conoce, que me recuerde durante un cierto tiempo, porque eso tiene que ver con el único sentido de la inmortalidad que que yo creo que se tienen. Hay gente como Lope de Vega o Cervantes que son inmortales, a pesar de que no aparezcan los huesos de Cervantes cerca de aquí, ¿no? Son inmortales porque la gente los recuerde. Entonces, pues estaría muy bien, sobre todo la gente que me ha conocido, o bien a través de de los programas o de los libros, que recuerden un día aquella frase de de salvar al soldado Ryan, ¿no? Cuando se está muriendo el personaje, el teniente que hace Tom Hanks, que cuando ha logrado rescatar a Ryan del infierno en él que está, le dice, recuérdelo, y y dice, y merézcalo, recuerda lo que fuimos, Y eso es una frase que todavía oí me pone la carne de gallina, porque tiene que ver con nuestra capacidad de cambiar la sociedad en un sentido mejor, en influir a la gente que nos rodea en un buen sentido, en el mejor sentido posible, que es hay que ser buena persona, pero al mismo tiempo 1 tiene que tener valores firmes en los que se fundamenta nuestra conducta. Es decir, la ética y esos valores, sobre todo, nos hacen saber elegir el bien. Cuando tienes dudas y alguien te está ofreciendo algo, dinero, interés, la gloria, la fama, la riqueza, y tienes que pensar, opta siempre por los valores y no por la codicia.
Quique Gonzalo:
¿Y en ese viaje tú has llevado los valores hasta los extremos, porque estoy convencido, con lo que nos has contado, que alguna vez, incluso habrá sucedido, que hayas salido en busca a ayudar a un compañero, sabiendo incluso que tu vida podía estar perfectamente en peligro?
Sebastián Álvaro:
Ya, entiendo la pregunta, pero no sé lo que me ve, es que no hay respuesta para eso, para mí, es que eso debe de ser así. Si se te plantea eso, el la vida de mis compañeros siempre estuvieron en mi consideración por encima de la mía, siempre. Y eso no quiere decir hacer el ganso, hacer el tonto o el imprudente. Lo que hay que hacer es ser prudente, hacer las cosas bien, pero sabiendo que cuando te metes en una gran aventura es probable que en un momento determinado tú no la controles. Y en esa forma, en en ese momento, la única opción posible es trabajar en equipo, y el jefe de un equipo lo que tiene que poner en principio, el primero de de de las obligaciones que tiene es la seguridad de tu gente. Y luego el resto, que que está muy bien. Hay que trabajar duro, hay que esforzarse por filmar en nuestro caso y subir a una montaña o tal de tal. Y luego todo eso, el propósito era hacer un buen documental de televisión.
Sebastián Álvaro:
Pero por encima del documental de televisión estaba mi gente, la seguridad, la vida de mi gente y eso tiene que ver con gestionar el riesgo por un lado y luego gestionar las emociones por otro. No te puedes dejar en llevar por emociones calientes en momentos en los que te está jugando la vida de tu gente y la tuya de paz.
Quique Gonzalo:
¿En qué momento de tu vida, Sebas, tuviste la creencia certera de que ibas a ser un aventurero a nivel profesional y llevarnos como nos has llevado a 1000 de lugares por el mundo?
Sebastián Álvaro:
A la vuelta de la primera expedición del caracol. Es decir, yo hasta entonces hacía montaña y era un aventurero de andar por casa como como mucha otra gente, ¿no? Que tiene un mes de vacaciones y se va a escalar el Montblanc o el Cervino, ¿no? Es decir, pero a la vuelta del Karakorum hubo un cambio radical en mi vida. Y lo hubo, digamos, en muy corto tiempo. Yo creo que fue un cambio que se fue cociendo en el tiempo, en toda mi vida, pero sobre todo del año, pongamos, desde la muerte del dictador hasta 1980, en el que España está cambiando frenéticamente, rápidamente, y están ocurriendo un montón de cosas, no solamente un cambio de sistema político, sino económico, que tiene que ver también con la gestión del del ocio. Los españoles hasta entonces no hemos escalado, pero no hemos escalado en el Himalaya y en los Alpes porque la gran mayoría de la gente no tiene dinero para para ir al Himalaya o o hacer un viaje a los Alpes. Y sin embargo, desde el año 76, 77, 78 empieza a haber cambios profundos en la sociedad y por tanto cambios profundos en la aventura y en la montaña. Y un proceso me llevó a hacer un documental, el primero que hice, que tuvo éxito, eso me llevó a a participar en una expedición al Karakorum, en el que si hubiera estado templado hubiera debido decir que no, pues yo tenía un empleo fijo y estable en Televisión Española, mis padres y mi familia y mi mujer estaban contentos porque mi vida estaba asegurada y además mi mujer estaba embarazada. Así que me ofrecieron ir a hacer 2 8000 al al Karakorum, y debía de haber dicho que no.
Sebastián Álvaro:
Me iba a jugar la vida, era un salto al vacío que suponía romper con con mi oficio, con mi trabajo estable en televisión española, y sin embargo dije que sí. Y aquella aquellas experiencia profunda cambió mi forma de vivir el mundo. ¿Qué encontraste más allá
Quique Gonzalo:
de las
Sebastián Álvaro:
cumbres? Encontré una pasión, que era la que llevaba buscando toda la vida, Y que no era tanto escalar montañas, o que también, claro, a quien no le gusta subir a una montaña y tal, como lo de contar historias. Descubrí que el que yo tenía una vocación y una pasión que tenía que ver con la aventura y al mismo tiempo con la capacidad de contar buenas historias, y ahí sigo, básicamente.
Quique Gonzalo:
Esa parte de contar historias, yo creo que nos has tocado siempre con tus documentales, con tus viajes, a la parte más emocional. ¿Qué tienes a la hora de planificar esos viajes, esos documentales, que que nos puedas transmitir aquello que va más allá de las cámaras, más allá de los ojos, más allá del sonido muchas veces, para que nosotros sintamos que estamos tan cerca de lo que tú estás viviendo?
Sebastián Álvaro:
Hay que ir a la emoción, que no hay que olvidarse de la razón nunca ni del conocimiento. Es decir, eso debe de dirigir tus pasos. Pero luego, si no eres capaz de emocionar a la gente, no serás capaz de contar buenas historias. Y yo de eso me di cuenta enseguida. Primero porque soy así, podría rematar diciendo si yo nací en el Mediterráneo. No nací en el Mediterráneo, nací en campamento, pero tengo un alma latina aventurera que me impulsa a, yo creo que que tiene que ver con la curiosidad y la imaginación, que no todo el mundo la tiene tan ávida, o por lo menos como yo la he tenido y la sigo teniendo, ¿no? Entonces, yo creo que los programas de Al Filo emocionaban a la gente. Y y ahora con los libros, sobre todo con mis últimos libros, en el que he tenido posibilidad por fin de sentarme o por la pandemia o por otra serie de cosas, yo yo hago libros que no, en el que cuento, hablo de montañas, por supuesto, pero yo no cuento cómo subir al K 2. Es que eso ya prácticamente ni me interesa a día de hoy, ni el Himalagismo actual, ni las expediciones comerciales, ni los 8000 como coleccionistas con doping, ni con helicóptero, no me interesa nada.
Sebastián Álvaro:
Me interesa la parte que tiene que ver con la incertidumbre y en el que lo que pones es tu capacidades, de tú tienes que saber gestionar el riesgo en todo momento, pero llevándolo al máximo nivel de tu competencia posible. Y luego y luego el juego consiste en volver a casa. Es decir, el que se olvida que que subir a la cumbre es la mitad del trabajo y que la otra mitad es volver con tu mujer o con tus amigos o con tus padres, está olvidando el fundamento del juego. El juego consiste en sobrevivir.
Quique Gonzalo:
Hay para mí una reflexión aquí importante, y es que muchas veces vemos la cumbre como la meta, y tú acabas de decirnos ahora, a la meta descubres esa pasión que te permite llegar allí, pero decías que el final de verdad está en volver a casa con tu familia, con tu gente. ¿Cuál es ese momento? ¿Cómo cómo la cabeza una vez que estás en el pico más alto o llegando al final de una expedición y cesar es el momento de desandar? ¿Cómo cambia ese chip de una meta a otra meta?
Sebastián Álvaro:
Con experiencia.
Quique Gonzalo:
Pues no es fácil, ¿verdad? No tiene que ser muy fácil.
Sebastián Álvaro:
Es un proceso, diría yo, en en el que te das cuenta primero a saber medir y controlar en todo momento tus actos. Ahora vengo de escalar con con 2 amigos, como José Carlos Tamayo y y Javier Alonso Aldama, que empezaron escalando conmigo hace 44 años, que se dice pronto, ¿no? YYY hemos 2 de los días que hemos estado escalando, la previsión del tiempo era muy mala. Y no hemos dudado en ir a hacerlo sabiendo que nosotros nos bajamos de cualquier montaña, aunque sea el Monte Olimpo de solo 2900 metros, si no lo vemos claro. Es decir, tenemos ya tal experiencia en la cabeza que tenemos, sabemos con certidumbre, que en cualquier momento que no lo vemos claro y que no merece la pena, nos damos la vuelta y nos bajamos. Es decir, nos cuesta mucho menos bajarnos de una montaña que cuando empezábamos a escalar al principio. Que decíamos joder, hay que subir ahí como cueste lo que cueste. No, pues no, cueste lo que cueste, no. Si no lo ves claro, si el tiempo está malo, si lo mismo crees que vas a llegar, pero luego tus fuerzas van a andar muy escasas para bajar, pues lo mejor es que te bajes.
Sebastián Álvaro:
Entonces eso se aprende, y se aprende sin dejar de disfrutar de la montaña. Es decir, ya forma parte de ti, del conocimiento de de lo que tú eres capaz de hacer, de tus fortalezas, y al mismo tiempo sabes que en el monte, en cualquier momento, por cualquier cosa, las circunstancias le dan la vuelta a esa historia y se convierten en una ratonera, en un compañero que tienes herido al que no puedes bajar, es decir, se convierte en una cosa muy diferente a lo que tú en ese momento estás viviendo. Y eso, pienso yo, solamente se adquiere con mucha experiencia
Quique Gonzalo:
en montaña. Cuando hablas de la montaña, te escucho hablar de vida. Entonces, ¿la montaña es la vida?
Sebastián Álvaro:
Siempre, siempre. Nosotros no vamos a la montaña buscando la muerte como a veces he leído en la prensa, ¿no? Sobre todo al principio cuando empezábamos en en al filo. Esta gente busca la muerte o se está al filo de la muerte. Nosotros buscamos sentirnos vivos en todo momento. Y no hay ninguna otra práctica deportiva que te haga sentir tan vivos como la práctica del alpinismo, del buen alpinismo diría yo en el del alpinismo clásico. Igual que no hay otro deporte que haya dado la cantidad de cultura que ha dado la montaña. La cantidad de sinfonías, de libros, de documentales, de cine, de de pinturas, de cuadros, de grabados, como ha dado el el alpinismo.
Quique Gonzalo:
¿Qué sucede cuando vuelves a la ciudad? Te encuentras el cemento a tu alrededor, y ya no solo el cemento, sino una sociedad que creo que en cierto modo es tan diferente a a tus compañeros en la montaña, una sociedad mucho más individualista, más cerrada, más pensando en el 1 mismo.
Sebastián Álvaro:
Bueno, en principio, volver a casa es estupendo. Primero porque encuentras a tu mujer pasar 4 meses sin tu mujer, no se llevan bien o al principio al menos no lo llevaba bien, ¿no? Pero luego además llegas a casa, enciendes el interruptor y hay luz, Es decir, no tienes que estar para leer un libro toda la noche con una frontal, y luego te puedes duchar todos los días o por lo menos un día cada 3 o 4, ¿no? Está muy bien. Todo eso de volver a la civilización tiene muchas ventajas. Lo que ocurre es que cuando llevo un mes en Madrid, y sobre todo en los últimos tiempos en el que el debate político sobre todo, y público en general, porque eso permea toda la sociedad, ¿no? Es tan bronco con todo, la gente se pasa el día enfadado y tal, y se nota demasiado, pues tengo varias posibilidades y una de ellas es liarme de bronca yo también, o directamente irme. Y opto por lo segundo. Entonces, cuando tengo dudas, digo, ya hay suficiente tiempo de de cuando me engancho en algún debate, en alguna discusión con mi mujer, mi mujer me dice Sebas, creo que tú y yo ya empezamos a necesitar una expedición, y entonces me voy. Y es estupendo, porque hay, claro, hay expediciones que me llevan todavía mes y medio, pero hay viajes de 15 días al Himalaya, una de las últimas cosas que he estado haciendo en la zona del Nangha Parva, en soledad absoluta el sitio, nada más que con íbamos, ¿verdad? Íbamos 6.5 compañeros, con con tu trineo en silencio arrastrando una carga de 50 kilos que te deja los riñones al al pipí, pero vives una serie de de sensaciones y el volver a a redescubrir cosas sencillas, como y ahora nada más llegar tengo que hacer la comida, me tengo que poner a hacer la comida porque llevamos 8 horas arrastrando el trineo o comes algo para recuperar y te hidrata, o mañana no te vas a poner tenerte en pie, ¿no? Es decir, todo ese tipo de cosas me da una serie de ventajas, yo diría anímicas, que mucha gente desconoce, que saber gestionar también mis emociones.
Quique Gonzalo:
Cuando empiezas en ese momento a visualizar la próxima expedición, ¿cuáles son las primeras cosas que te vienen a la cabeza para darle forma?
Sebastián Álvaro:
Primero, elegir el sitio y luego elegir a la gente. Eso es básico. O sea, son primero saber dónde vas, porque eso es fundamental. Vamos ahora, por ejemplo, a a explorar, medio explorar, diría yo, una zona que ya estuve el año pasado, pero que tiene muchas posibilidades de de subir montañas de 5000 y pico metros, digamos, hasta casi 6000 seguramente encontraremos alguna. Pero pero no sé en qué lío nos vamos a meter, no sé si las montañas van a ser complicadas técnicamente, y entonces lo que voy es con la mente abierta, vamos a ver primero qué montañas elegimos y luego tratamos de escalarlas, y luego y luego ya veremos si hacemos otra aventura en el área de Husse. Y para eso me llevo a 6 compañeros, en total seremos 7, 8, que todavía hay alguien alguno pensándolo, que son de la máxima confianza, que han estado conmigo en otros viajes quitando 1, Luis Lucero, un un amigo muy joven que, pero que que es buen montañero, vamos, en una palabra, y que me me pidió, por favor, hace ya más de un año, a la próxima que vayas al Karaquo, un me apunto, pues quitando eso, conozco a toda la gente, es gente competente a nivel técnico, fuertes físicamente, pero tampoco son atletas, es decir, vamos a ir a hacer una cosa sumamente satisfactoria en el que ni a nivel de interés ni a nivel económico nos jugamos nada. Es una historia para nosotros mismos, que la vamos a disfrutar, hombre, sí nos sale muy bien y traemos 4 montañas de 5000 metros vírgenes nueva, para ir tal, pues estupendo, ¿no? Pero si no logramos subir a ninguna, vendré igual de contento.
Quique Gonzalo:
Cuando hablabas de esos 2 elementos que para ti son fundamentales ahora, el tiempo ya es distinto a cuando tenías 20 años. ¿Ahora qué es lo que buscas que te llame esa pasión? ¿Cómo es esa pasión ahora?
Sebastián Álvaro:
A los 20 años no te enteras de nada, pero yo creo probable que los chicos de hoy en día sean más listos que que en mi tiempo, pero yo a los 20 años tocaba la batería en un grupo de rock y y buscaba novia para cambiarla a la semana siguiente, básicamente. Y al mismo tiempo, al mismo tiempo estaba en la universidad, estaba estudiando para ingeniería electrónica, pero al mismo tiempo ya estaba trabajando en televisión española y el ambiente de televisión española me estaba cambiando sin yo saberlo, mi percepción de de la vida y al mismo tiempo, un año más tarde estaba haciendo la mili. Claro, los chavales de hoy no hacen la mili, pero pero nosotros, entonces, la vida se dividía en antes de la mili y después de la mili. Entonces, antes de la mili lo que quieres es hacerte mayor cuanto antes. ¿Por qué? Porque tienes, vas a entrar en el mundo de los adultos, que piensas que es estupendo y tal, sin saber en el lío en el que te estás metiendo. Y después de la mili la vida pasa a toda velocidad, es decir, tienes trabajo, tienes mujer, tienes un hijo, tienes obligaciones laborales, familiares y de todo tipo, y luego mi trabajo consistía en estar 8, 10 meses fuera de Madrid, haciendo al año 13, 15, 20 documentales llegamos a hacer en un año, lo cual no no me daba tiempo prácticamente para sosegarme. Ahora, ahora que lo veo con perspectiva, tengo tiempo de volver a repensar muchas de las cosas que he hecho. Y ahora, pues ahora, sobre todo, lo que no tengo son obligaciones, como como entonces, mi mi hijo ya tiene una empresa audiovisual, pues igual que la vuestra, que se dedica a cosas parecidas a esto, a hacer podcast, a hacer documentalillo de vez en cuando, y y tiene su vida, y su vida es su mujer, sus hijos y demás.
Sebastián Álvaro:
Y mi mujer lleva una vida absolutamente independiente de la mía, porque es una de las reglas básicas de los matrimonios largos, que es que la gente tenga sus vidas independientemente de la que compartes con con tu compañero o compañera, ¿no? Así que ahora tengo la capacidad, que es realmente un lujo y un placer, de hacer básicamente lo que quiero en cada minuto de mi vida, Y eso es la bomba, el día que lo descubráis, os salir de mi partido.
Quique Gonzalo:
Seguro, y muy pronto, yo creo que hay que buscarlo eso cuanto antes, mejor.
Sebastián Álvaro:
No es sencillo, No, te adelanto, no, todos los amigos que que he conocido, que me dijeron, yo me voy a jubilar entre los 45 y 50 años, ninguno de ellos a día de hoy lo ha logrado. Lo digo para que sepáis lo que viene detrás.
Quique Gonzalo:
¿Y por qué crees que es eso?
Sebastián Álvaro:
¿Por qué crees que lo
Quique Gonzalo:
han logrado?
Sebastián Álvaro:
Bueno, primero porque tenemos una sociedad complicada, mucho más compleja que la mía. Yo estuve trabajando fijo en una empresa 45 años de mi vida, prácticamente. Eso ya no es posible, que es la primera. Mi hijo es autónomo y, por tanto, los autónomos, no sé si tú lo eres o vosotros lo sois, es una pelea día a día, en el que todas la lucha que que yo tuve sindical por lograr unas condiciones laborales para los trabajadores que fueran cada día mejor, eso se ha esfumado. Recuerdo que nosotros sacamos en la tele en el año 76, 77, por ahí, aproximadamente. A lo mejor de fecha me estoy equivocando, pero fue nada más conseguir la democracia. Conseguimos una ordenanza laboral y unas condiciones laborales en Televisión Española que eran 35 horas, 5 días a la semana, de lunes a viernes. Bueno, eso no lo tiene ya nadie, si lo conseguimos hace casi 50 años, ¿no? Hemos hecho una sociedad en muchos sentidos que quizá más productiva, pero no estoy seguro que sea una mejor sociedad para vivir que la que teníamos hace 40 años, lo cual no deja de ser una mirada triste sobre la historia, y yo creo que que el objetivo de de los seres humanos sería ser felices.
Sebastián Álvaro:
Ya sabemos que la felicidad completa no existe. Tenemos instantes, destellos de felicidad. Sí sé que los niños deben de ser felices, y eso va a marcar la vida de los niños. Así que cuando tengáis hijos y y tal, volcaros en que los niños sean felices. Y nosotros, pues deberíamos de hacerlo también, pero la sociedad cada vez, digamos, más codiciosa en el que lo que está basada en ganar el, digamos, o perseguir el mayor interés en el menor corto tiempo está marcando las relaciones laborales de productividad y, en definitiva, de vida de la gente que trabaja. Y luego nos hemos dado cuenta, sobre todo en los últimos años, en los últimos 20, 25 años, el producir más no solamente no no hace que las desigualdades disminuyan, sino que, por el contrario, están aumentando, y eso es, yo creo que la próxima batalla. Pues nadie puede ser feliz viendo a la gente durmiendo en la calle, nadie. Eso tenemos que acabar o deberíamos de como objetivo intentar acabar con ello y que la calidad de vida de la gente sea cada día mejor.
Sebastián Álvaro:
No trabajar más hora, exprimir más a la gente en en los trabajos, en una especie de viaje hacia la irracionalidad, y lo estamos viendo, ¿no? Totalmente. Yo yo sé que que la lucha por la igualdad es fundamental y estamos, se está trabajando, ¿no? Aproximadamente, ¿cuántas mujeres mueren al año? Pues en torno a 55 creo, ¿no? Pero tenemos un montón de problemas, ¿no? ¿Cuántos accidentes laborales hay al año? Que muere gente, pues 750 aproximadamente. ¿Y cuántos accidentes de tráfico hay al año? Pero debemos de estar en 1200, ¿no? O o 1400, ¿no? Lo sé, a lo mejor me estoy equivocando con, pero yo creo que deben de ser de ese orden. ¿Y cuántos suicidios al año? Casi 4000. Es decir, hay algo en conjunto que nos dice que que eso no va bien y que deberíamos de meter más cabeza, precisamente en la calidad, en mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Yo creo que ese debería ser el objetivo de todos los partidos, ¿no?
Quique Gonzalo:
Esto que comentas me parece muy interesante, Sebas, porque en el fondo tú cada vez que subes a la montaña, lideras un equipo, un grupo de personas, y como en esa sociedad sois una sociedad pequeña, a lo mejor de 5, de 10, de 15, de los que sean, ¿qué elementos te hacen elegir los miembros que te van a acompañar en esa pasión de la que hablabas antes, que van a ser parte de tu sociedad? ¿Qué buscas en ellos? Más allá, entiendo que un físico que les pueda permitir, al menos, acceder al nivel que vaya a ser esta cumbre o este viaje.
Sebastián Álvaro:
Pero sí, ni el físico ni el dinero es lo lo importante. Primero, esta tribu no es tan pequeña. Somos, en España somos 8000000 de senderistas, por ejemplo. Si lográramos hacer un partido político de senderistas con 3 medidas políticas urgentes que nos pusiéramos de acuerdo los 8000000, las próximas elecciones las ganábamos nosotros. Lo digo porque nos conviene perder de vista que hay un montón de gente que que este programa político del que he hablado seguramente lo suscribirían, ¿no? Vamos a acabar, no vamos a acabar con la violencia de género ni con los suicidios ni con los accidentes laborales, pero vamos a trabajar en eso de forma eficiente y capaz. Y luego y luego podríamos pensar en hacer una sociedad más democrática, que yo creo que hay márgenes para para hacerlo en profundizar en democracia y y en mejorar la calidad de de vida de los ciudadanos. No pensar tanto en, vamos a ser la potencia número 1 produciendo no sé qué, cuando tenemos 100000000 de turistas y tenemos ahora mismo el turismo, se está convirtiendo en un problema en nuestro país si no somos capaces de, punto suspensivos, ponerles a caminar por España. No a todos, a los 10000000, ¿no? Porque a lo mejor no a todos.
Sebastián Álvaro:
Pero si logramos sacar 20000000 de de las personas de que vienen en verano a sol y playa, y logramos repartirlos por toda España, haciendo una red de senderos homologables, con con un con cabeza, porque ya hay cosas de esas que están hechas, pero pero en el que actuamos como pollos sin cabeza. Es decir, que tengan una historia que contar, que te hagan ver una iglesia románica, que que vayas a comer a casa de la señora, Paca, que dan comida casera y está estupenda, y por tanto abrir las puertas a que muchos pueblos puedan vivir también, beneficiarse de eso a base de algo que sea sostenible, pues estaremos yo creo que haciendo el círculo perfecto, ¿no? Una economía sostenible que tiene cabeza, que tiene fundamento, que cuenta con los ciudadanos de de la gente, porque porque lo que se trata es de que les vaya mejor a ellos y no solamente a 10 personas, El el, digamos, el imperio de los súper ricos que que ahí lo estamos viendo ahora mismo en Estados Unidos, ¿no? Yo creo que tenemos capacidades para para hacerlo. Así que cuando elijo a gente para venirse a un viaje, hay muchos viajes que lo puede hacer cualquier persona, cualquier persona que quiera, y eso significa que tú vas a tener que pagar un coste, que vas a tener que poner de ti algo, lo que puedas físicamente. Pero luego también me he dado cuenta que gente menos capaz físicamente está mucho más dotada de intelectualmente para, por ejemplo, alargar su esfuerzo. Tú los pones a caminar y gente que que es más mayor o que tiene una prótesis de cadera y no sé qué, y luego al final lo hacen, ¿por qué? Porque tienen ganas. Y otros que están más fuertes y tal, pero que no tienen tanta capacidad de esfuerzo, de sufrir, de sacrificarse y caminar 5 horas, pues que les come la aventura y terminan enfadados. ¿Con quién? Con ellos mismos.
Quique Gonzalo:
¿La montaña te de suela
Sebastián Álvaro:
quién eres? Yo creo que sí. Mi experiencia es que sí, y sobre todo determinadas experiencias en montaña. Si experiencias en montaña duras sacan lo mejor y lo peor de la gente, y ya no digamos si estamos hablando de una expedición en la que tienen muchas posibilidades de perder la vida. Ahí sí que ahí se desnuda todo el mundo. Y ahí te das cuenta de, coño, pues este no era tan buena gente, porque es un egoísta, porque tal. Y y también la gente interesada, porque lo peor que llevó en este mundo es la traición y la gente interesada, la gente que va utilizando a la otra gente, y enseguida los ves, ¿no? Este está intentando sacar de este tal para luego promocionarse o para hacer tal o para conseguir llegar a otra persona. Eso me pone enfermo y y creo que afortunadamente a día de hoy me he quitado todo lo que tenía cercano de eso.
Quique Gonzalo:
Me gustaría hablar de 2 conceptos. Sé que 1 es más utilizado y quizá más llamativo, como es el de perder la vida, pero me gustaría empezar por el de ganar la vida. ¿Cuántas personas que te han acompañado han descubierto la vida, han ganado vida en esos viajes?
Sebastián Álvaro:
Yo creo que todos. Deberían de, esta es una pregunta para ellos, pero yo la gente viene encantada de de esos viajes y algunos de ellos los marca de de por vida. No es que esta experiencia es 1 de mis mejores viajes, es que los ha marcado la vida. Ayer estuve firmando libros en El Retiro y no paré de firmar libros en todos los días, en toda la tarde, y varias de las personas que vinieron vinieron a decirme gracias porque gracias a ti descubrí la montaña y la montaña se ha convertido en una de las razones de de vivir. Es decir, que que está muy bien, sí.
Quique Gonzalo:
Y es probable que muchas de las personas que nos estén escuchando piensen que no son aventureros porque no pueden subir a la cima de el Himalaya, Pero es que las aventuras están mucho más cerca de lo que pensamos.
Sebastián Álvaro:
Es que la aventura tiene que ver con la cabeza, no tiene que ver con la forma física. Bien, me creo que lo he dicho antes, ni tampoco el dinero. Porque hay mucha gente que viene también a decirme, a ver si me llevas a una expedición al K 2. Y digo, coño, pero si tú tienes 30 años, eres tú el que deberías de de llevarme a mí al K 2, no no no yo a ti. Digo, pero además ni el K 2 ni el dinero es importante. Saber dónde quieres ir es la primera pregunta, que me lo acabas de preguntar, ¿no? Sino saber dónde quieres ir. No, me gustaría ir al Himalaya a escalar. No, no, espera un momento.
Sebastián Álvaro:
¿Qué experiencia tienes? ¿Qué capacidad física y técnica tienes? Primero, y ¿qué objetivo? Es lo primero que te tienes que plantear, porque la siguiente pregunta es, ¿estoy a la altura de hacer esta cosa que me he planteado y que también viene gente o me escribe, no? Y le digo, yo creo que te hace falta más experiencia. Antes de ir al cabo vete a la Aconcagua, pero vete a hacer 6000 a Los Andes, que además te lo vas a pasar pipa. Es decir, no es un tiempo perdido, es un tiempo ganado que te va a hacer posible, pues ganar experiencia y tal, y además probar a esa gente y te darás cuenta que la gente que la que tenías pensado ir al cadón no vale no para ir al al cadón, sino siquiera para ir al a la Comcagua. Y luego una vez que tengas ya, pues ya tienes experiencia, dices, bueno, ahora voy al yo que sé, 1 1 cualquiera. Vale, creo que ya tengo experiencia, me he andado a 7200 metros y sí, me cuesta, porque a quién no le cuesta moverse a 7000 metros, pero creo que estoy en condiciones. Bien, y voy a ir en otoño o en primavera. Mejor en otoño porque aunque hace más frío no va a haber gente en el monte y no quiero que haya gente en el monte, no quiero que haya gente que me coloque las cuerdas, la quiero colocar yo y quiero ir con mi equipo, aunque la temporada va a ser más corta. Bien, y por último la pregunta, ¿sabes con quién vas a ir? No, pues voy con 2 amigos que además ya me han demostrado que son buenos amigos, que son buena gente, que que nos preocupamos por nuestra vida los unos de los otros.
Sebastián Álvaro:
Vale, ¿y sabes cuánta gente? Bien, ¿y sabes qué periodo de tiempo? Bien. Pues ahora lo único que te queda es, ¿qué cuesta esto? Traca, traca, traca. Bien, esto nos cuesta, en el caso del Choyu, ponle 30000 euros, y vais 5. ¿Tenéis cada 1 de vosotros 6000 euros? Pues si los tenéis o o eres capaz de, en 2 años, de ahorrarlos, pues ya está, ya lo tienes. En esos 2 años ponte a entrenar más, a trabajar, a hacer una uchita, a ir ahorrando y luego os vais. ¿Que no los tienes? Pues mira, prueba a hacer lo que hacemos todos, Haces un proyecto, se lo entregas al alcalde, a Endesa, al de Iberia y al de, yo qué sé, la Diputación de Cartagena, y y mira a ver si alguien os puede ayudar. Lo más probable es que te digan que no. ¿Por qué? Porque tienen muchos proyectos igual y seguramente más interesante que el que les ofreces tú.
Sebastián Álvaro:
Bien, prueba a darles algo a cambio, a llevar unos banderines, a hacer un documental que les ponga que ellos puedan utilizar en las oficinas del banco o de Endesa o de tal, que a lo mejor de esta forma, pues puedes. Y si no, en vez de 2 años, ahorra 4 y no debes nada a nadie, te lo pagas tú. No tienes que dar explicaciones ni Eres tú que te estás pagando tú con tu dinero, tu trabajo, tu esfuerzo, tu aventura. Ya está.
Quique Gonzalo:
Como líder de expedición, se nota que tienes una carga emocional potente al mismo tiempo que la sopesas y la balanceas con una parte racional importante. ¿Cuál es la decisión de la que te has sentido más orgulloso de las 100 de expediciones que llevas?
Sebastián Álvaro:
Pues yo diría que prácticamente todas las veces que decidí que nos bajábamos de los montes, Porque gracias a eso tuvimos 2 accidentes mortales en en 260 expediciones, aproximadamente, más de 2000 personas. Teniendo en cuenta lo que hicimos, yo creo que es un índice de gestión del riesgo muy elevado. Y en los 2 accidentes mortales que tuvimos, en el caso del K2, yo no estaba en el campo base, es decir, no tomé ninguna decisión que fueran de mi responsabilidad, fueron de mis amigos y de mis compañeros, y no digo que fuera culpa suya. Probablemente en el K 2 tenía que suceder algo parecido, pero vamos, yo no estaba. Y en la otra accidente mortal que tuvimos en Guadalupe fue algo que era absolutamente imprevisible. Es decir, en un sitio donde habíamos estado 2 días antes, colocamos una cuerda de rapel y de repente la pared entera se cayó directamente, ¿no? Y se mató un compañero y otra compañera quedó gravemente herida. Así que, digamos que en líneas generales de cómo gestioné las aventuras y los equipos, me puedo sentir, yo creo que suficientemente orgulloso.
Quique Gonzalo:
¿Y alguna vez has tenido que sacar tu vehemencia?
Sebastián Álvaro:
Muchas muchas personas que iban No sé no sé cómo va a acabar esta pregunta, pero la vehemencia la saco siempre. Y entonces me he tenido que pegar dialécticamente muchas veces con compañeros. También ellos los de enfrente son vehementes y tienen carácter. Pero nos ha ido bien, el decir las cosas cara a cara yo creo que no es un problema. El problema dentro de grupos, dentro de expediciones, es la gente que se calla. La gente que ve que la comida está mal o que el el montaje del campo 1 no es el adecuado, no sé qué, y no dice nada. Y a los 15 días de repente estalla por una tontería y entonces sale todo. Así que el hacer que la gente te diga a la cara lo que piensa, y eso supone vehemencia, palabras duras y altas y tal, yo creo que es mejor.
Quique Gonzalo:
Y hay un, yo creo, que algo muy importante, que es la comunicación a todos los niveles. Como decías tú, hay que ser francos, hay que ser directos, porque estás, tu vida está en juego y la de tus compañeros. ¿Cómo se hace cuando sabes que alguien va a fallecer? ¿Y sabes que puedes estar en ese camino? ¿Cómo puedes comunicar o cómo puedes despedirte de alguien? ¿Es parecido a cuando estás despidiéndote de alguien en un hospital que sabes que también va a fallecer? ¿O difiere la experiencia?
Sebastián Álvaro:
Es que he tenido de esas historias solo he tenido una, prácticamente, ¿no? Digo, de equipos directos míos, porque luego he participado en 12 rescates, algunos de los cuales sabía que que eso estaba perdido antes de de empezar. Y entonces, 1 de ellos fue el accidente de Guadalupe, en el que de repente estás hablando con una persona y a los 5 minutos está muerta a tus pies, con lo cual hay ya no hay despedida posible, y además no es el momento de plantearte cómo se lo vas a contar a la familia, ese es un problema que vas a tener mañana o dentro de 2 días. Ahora lo que tienes es una compañera que se está muriendo. Y no quiero despedirme de ella, lo que quiero es que viva. Así que lo que te tienes que volcar es en hacer lo mejor posible dentro de lo que tienes y dentro de lo que eres y dentro de lo que puedes hacer para que continúe con vida. Y en eso me he volcado. Luego sí, luego he tenido historial durísimas de ir a hablar con la mujer de un compañero fallecido o en el K 2 o en el Nancaparpas, de luego 1 de los últimos, o el intento de rescate de Juanjo Garra en el Tabulajiri, que quien me llamó para ponerme en a coordinar el rescate fue la mujer, y lo primero que la tuve que decir, nada más contarme, le dije, sabes que tu marido tiene muy pocas posibilidades de volver vivo a casa. Y me dijo, no me digas eso, Sebas, digo, es que es lo primero que debo de decirte.
Sebastián Álvaro:
Luego, ahora, en cuanto te cuelgue, me pongo a trabajar en la historia, pero tu marido lleva 2 días a 8000 metros durmiendo al raso con una pierna rota, eso es pura estadística.
Quique Gonzalo:
¿A qué te has aferrado tú en los momentos más difíciles?
Sebastián Álvaro:
A la gente que me quiere. No hay otra, es la gente que te quiere la única que te va a dar soporte y consuelo. Que es mi mujer, mi hijo, mis padres, por supuesto, cuando cuando vivían mis hermanos y mis amigos. Y eso en total es un grupo reducido, ¿no? Eso que pueden ser 15, 20 personas, como mucho. Y luego, a medida que va pasando el tiempo, pues se van reduciendo. Entra algún amigo, pero por una cuestión también de generaciones, tengo amigos de 30 años, ¿no? Pero es muy difícil que un chaval de 30 años y 1 de 70, otro chaval de 70, porque yo me vi, sigo viendo así, coordinéis apetencias, intereses y montañas para escalar. Yo sigo escalando con con mis amigos de siempre, ¿con quién? Pues con los que van quedando, ¿no? Los que van quedando primero se quedaron 33 en el camino, ¿no? Pero luego de los que quedan, pues 1 tiene la cadera tocada, casi todos las rodillas, la próstata, en fin, bueno, esta cosa que cuenta Carlos Soria con con mucho humor, ¿no? Cuando le dicen, pero es que están muy bien, la otra vez que sí, estoy muy bien. Bueno, la prótesis de rodilla que que me han puesto nueva, ¿no? Y, bueno, la artrosis, ¿no? De mirar y enseñar las manos artríticas que tiene de escalar, ¿no? Bueno, la próstata.
Sebastián Álvaro:
La próstata es un problema porque antes cuando estaba metido dentro de una tienda, pues meaba una vez por la noche y ya está, ¿no? Y ahora cada 2 por 3, claro, salir de la tienda, bueno, me pongo una lata de melocotón que y tal para poder hacer pier dentro de la tienda. Bueno, pero es que ahora con la prótesis de rodilla no puedo doblar rodilla. No, pero si no fuera por eso estoy bien. Bueno, pues eso es lo que está comenzando a pasar, pues a todos mis amigos que tienen entre 60 y 70 años.
Quique Gonzalo:
¿Cuál es la cumbre, y no física, sino la cumbre vivencial, que te gustaría alcanzar en los próximos años?
Sebastián Álvaro:
Es que no puedo pedir más que lo que tengo. Sí, seguir escalando con mis compañeros, seguir escribiendo, seguir de vez en cuando haciendo un documental que me apetezca mucho, mucho, seguir guardando lo que es el legado de al filo de lo imposible para contarlo a la gente, para demostrarles que una pandilla de locos, como nos llamaban, llegó a hacer un programa en televisión que se ha convertido en un referente 355 documentales y que se repongan de vez en cuando en la tele, que lo pasen AAA 4K, a alta definición y se puedan ver en una pantalla grande. Esas cosas me van a llevar tiempo, pero van a ser el complejo que me voy a seguir dedicando a a eso.
Quique Gonzalo:
Como curiosidad, que yo creo que muchas veces las personas que hemos visto al filo de lo imposible, ¿qué huele? ¿A qué huelen las cumbres? ¿Qué escuchas en las cumbres? ¿Los sentidos cuando estás allá arriba? ¿Qué es lo más parecido que podemos percibir una persona normal?
Sebastián Álvaro:
No, hay que subir allí para saberlo, porque tiene que ver con las emociones, pero sobre todo con las emociones profundas, que es somos capaces, somos el único mono, el único animal sobre la tierra que tiene la capacidad de emocionarse contemplando la belleza, el silencio y la soledad del mundo. Y eso hoy en día, tal y como está el mundo, solo prácticamente lo tenemos en la cumbre de alguna montaña, ni siquiera toda, porque hay muchas de ellas como donde se ve en el Everest o en el Aconcagua o en el Montblanc, que ya no se puede ir a esos lugares. Pero sin embargo, a cambio te acercas a la sierra de Guadarrama, estuve el lunes y subí a la cumbre de Peñalara con con 2 amigos de Pakistán que han venido y les llevé, y subimos a a la cumbre de Peñalara y estábamos solos. Que me preguntaban, ¿y eso? ¿Esa ciudad cuál es Segovia? Eso es, estaban alucinados, ¿no? Y es gente que viene de del lugar mar bello de montañas de del mundo, ¿no? Así que todo eso todo eso lo seguimos teniendo, y lo que hay que hacer, lo que hay que transmitir a las generaciones que vienen detrás es que hay que conservarlo. Eso se tiene que quedar para que mis nietos puedan disfrutar de lo mismo que yo tuve, y eso se va pasando, es una especie de testigo de generación en generación, que es una obligación moral que tenemos. Para nosotros, nosotros ya hemos cumplido. Bueno, nos queda todavía mucho por hacer.
Quique Gonzalo:
Queda que dar rock and roll.
Sebastián Álvaro:
Sí, sí, y seso también. Es decir, la la gente mayor que me, ¿qué te hace suponer que soy capaz de subir montaña y que ya no tengo apetencias de amores? Igual, igual que un chaval de 20 años con más cabeza y menos fuerza física.
Quique Gonzalo:
Me lo has explicado a la perfección, porque es la belleza, es el silencio, es la soledad. Ahora, después de todos estos 74 años, ¿qué significa para ti
Sebastián Álvaro:
la palabra imposible? Bueno, ahora tengo más imposibles por 2 razones, porque tengo menos fuerza física y tengo más experiencia. Pero sí tengo claro que si no intentas lo imposible, no vas a conseguir nada en la vida. Yo de de, por supuesto, sería un pero antes si dijera que he conseguido todo lo que quiero, pero lo que sí que transmito a la gente es que cuando comencé nunca pensé que iba a hacer tantas cosas imposibles como las que he conseguido. Y y de nos han derrotado el pilar oeste, el McCallu 2 veces y no conseguimos, y no pude, en un proyecto que estuve pensando 3 años, sobrevolar el K 2 en globo. Al final no lo conseguí cuando ya creí que lo tenía cerca y en el K 2 me he dejado a un compañero, a a Juanjo le amputaron 7 dedos de las manos, a Juanito 10 dedos de los pies, es decir, el K 2 nos dio duro, pero también me dio un montón de cosas, probablemente no volveré a tener nunca el un atardecer como el que vi a 6500 metros de altitud en un nido de águilas viendo un atardecer en 1983, y son cosas que olvido las llaves de la moto y de lo que hice ayer, pero ese atardecer lo tengo ahí guardado en en ese rincón del cerebro que al que vuelvo de vez en cuando para también recordar aquello que fui.
Quique Gonzalo:
¿Y en aquello que fuiste, en aquellos recuerdos te acompaña Ancho?
Sebastián Álvaro:
Muchas veces. Y Manolo, Manolo muchas veces, ¿no? Un chaval que muere a los 21 años y que me enseñó la base de de lo que fue al filo, que es inténtalo eso eso que te acabo de de contestar, ¿no? Inténtalo aunque parezca imposible. Y si no puedes, te baja, te vuelves a preparar y lo vuelves a intentar. Y murió con 21 años y y un tipo que además estaba ya en su madurez por mala suerte, porque le cayó una luz de hielo y se lo llevó, ¿no? Y eso también al mismo tiempo te hace más humilde, ¿no? Porque hay una parte de nuestras vidas que decide el azar. Yo yo decidí un montón de cosas de mi vida, las montañas a las que quería ir, los desiertos que quería cruzar, los equipos con los que quería ir, hacerlo y al mismo tiempo filmarlo,
Quique Gonzalo:
pero
Sebastián Álvaro:
un montón de cosas importantes de mi vida las decidió el azar. Por ejemplo, no fui a esa escalada en la que murió Manolo y Marisa y en la que yo tenía cada herido atado a una cuerda con ellos. Lo decidió mi mujer, me dijo, estoy a punto de dar a luz, lo mejor es que no fueras a los Alpes. Yo creo que no deberías ir, y la hice caso. Y gracias a eso, hoy estamos charlando aquí 50 años más tarde, ¿no? 40 y tantos años más tarde, 44 años más tarde.
Quique Gonzalo:
Como bien decías al principio, te lo has ganado y te lo has merecido.
Sebastián Álvaro:
Hay una parte que sí, y en otra parte no sé si es el azar, el destino, me ha hecho, me ha dado la la fortuna de de sobrevivir, y luego un montón de gente generosa que me ha acompañado en este viaje, la la que más mi mujer, ¿no? Que una mujer decida generosamente compartir su vida con un tipo como yo, ver de las cosas que todavía no no llego a entender bien, ¿no? Y luego, pues, un montón de amigos, es que no puedo nombrarles a todos, pero José Carlos Tamayo, Jabo Alonso, que que son los que acabo de estar escribiendo, digo, escalando con ellos en Grecia, pero pero Alberto Iñurrategui, Juanjo San Sebastián, Juanito Yarzabal, Ramón Portilla, después una larga extensa de de una lista de amigos que confiaron en mí, que les parecía un tío prudente y razonable a pesar de de que muchos elementos dijeran lo contrario, ¿no?
Quique Gonzalo:
Si tanta gente lo dijo, lo merecerías. Hay alguien que dejó en el último episodio una pregunta para ti, y es Isra Bravo, el escritor. Y la pregunta que que te dejaba era, ¿para quién trabajas que no seas tú mismo y qué es lo que te mueve?
Sebastián Álvaro:
Hay cosas que hago por trabajo, pero trabajo que nunca signifique algo que yo crea que no debo de hacer. Y eso ocurre, por ejemplo, en muchas conferencias que de las que doy a mí me enrollan para un colegio en Coca, por ejemplo, en Segovia, una chica que un día oyó mi una conferencia mía y se hizo maestra por mí y me llama y me dice Sebas estoy haciendo un curso de sobreexploración en el siglo 20 con los británicos, aleveres y tal, en un colegio perdido ahí en Segovia, pero me gustaría que viniera, no tengo dinero para pagarte. Digo, bueno, me invita por lo menos a una cerveza, y y al día siguiente estoy. Pero sin embargo, alguien viene a decirme que dé una conferencia para una empresa que yo creo que no deba de dar, y y hay mucho dinero de por medio y no lo hago.
Quique Gonzalo:
¿Qué te gustaría preguntar al próximo invitado este podcast?
Sebastián Álvaro:
¿Qué es el amor para ti?
Quique Gonzalo:
Va a ser interesante. 10 preguntas rápidas con las que terminamos nuestra entrevista. ¿Cuál es la regla de Sebas Álvaro para vivir mejor?
Sebastián Álvaro:
Dedicar el el el mejor tiempo que tienes a la gente que quieres, y que eso esté por encima del resto de las consideraciones.
Quique Gonzalo:
Si tuvieras que compartir un solo aprendizaje de todo lo que has vivido hasta ahora, ¿cuál sería?
Sebastián Álvaro:
Es una buena pregunta. Haz caso de la experiencia y lee mucho.
Quique Gonzalo:
¿Cómo se titularía tu biografía?
Sebastián Álvaro:
Una vida al filo de lo imposible.
Quique Gonzalo:
¿Cuál es el libro que más has regalado?
Sebastián Álvaro:
He regalado muchos, pero digamos que cita con la cumbre de Juan José Sebastian, Sebastián K2, el nudo infinito y el sentimiento de la montaña.
Quique Gonzalo:
¿A quién te gustaría o te hubiera gustado haber podido conocer?
Sebastián Álvaro:
Iba a decir que a Walter Bonatti, pero es que lo he conocido y he sido amigo suyo. No, me hubiera gustado conocer la época heroica de los románticos británicos. Es decir, me hubiera gustado conocer, si hubiera podido, claro, a George Mallory, a Somerville, al poeta Robert Brooklyn, al capitán Scott, a Wilson y a Shackleton, pongamos, por ejemplo. Qué historias. Sí, ¿verdad?
Quique Gonzalo:
¿Qué canción pones a todo volumen para subir el ánimo?
Sebastián Álvaro:
Joey, un montón de yar de Sabina. Sí, peces de ciudad por muchas razones, porque me recuerdan aquella maldita noche en el fondo de del barranco de Guadalupe y aquella historia salió bien, pero luego soy muy rockero, es decir, hay un montón de canciones de Sabina y de grupos de rock que me las pongo, y cuando estoy así, sobre todo haciendo, por ejemplo, travesías en el desierto que que terminan convirtiéndose en en ritmos muy monótonos, y tienes que caminar 40 kilómetros al día, ahí en un apartado a partir del mediodía me pongo algo con marchita para hacerlo más ameno.
Quique Gonzalo:
¿Cuál es la pregunta más interesante que te han hecho?
Sebastián Álvaro:
Tú. Es que me pasó el día haciendo entrevistas como estas, yo qué sé. No podría contestar a esa pregunta con, quizás, ¿cuál es la aventura que se me ha quedado en el tintero?
Quique Gonzalo:
¿Y qué estén en la cabeza cuando piensas en felicidad?
Sebastián Álvaro:
Estar en mi cama con mi mujer.
Quique Gonzalo:
¿Qué película volverías a ver cada año? Blade Runner o El padrino, pero por este orden. Si tuvieras que dejar un mensaje en una cápsula para tu yo del futuro, ¿qué te dirías?
Sebastián Álvaro:
Para mi yo del futuro. Que no sea tan ingenuo.
Quique Gonzalo:
Sebas, ¿cómo te gustaría terminar esta entrevista? Pues diciendo que que a pesar de todo,
Sebastián Álvaro:
la vida, mi vida, desde luego, mereció la pena, pero yo creo que en general la vida merece la pena
Quique Gonzalo:
a todo el mundo. Muchísimas gracias, Sebas, por hacerlo tan bello. Es un placer. Gracias. A vosotros. Zaskandil, le decía a su madre asturiana, esa palabra que definía a un niño que no se estaba quieto en un lugar y que andaba siempre moviéndose viajando. 74 años después, Sebas Álvaro conserva intacto ese espíritu inquieto que lo ha llevado a recorrer el mundo y convertirse en el referente indiscutible del montañismo español. Lo que hemos aprendido con Sebas es que la verdadera aventura nace en la mente, no en la forma física, y esas primeras lecturas, ese capitán trueno, sembraron las semillas de una filosofía que persigue la justicia con nobleza, rodeándose siempre de trabajo en equipo.
Quique Gonzalo:
Desde aquella expedición que cambió su vida para siempre, aquella en la que descubrió que su pasión no era tanto escalar montañas como contar historias que emocionen profundamente, se va a llegar a lo más profundo de las personas. En todas sus expediciones, Sebastián nos revela ese secreto de la supervivencia, ese juego que consiste en volver a casa. La cumbre nos enseña que es la mitad del trabajo, porque la otra mitad es regresar con la gente que amas. Esta sabiduría se forja con experiencia, aprendiendo que cuando no ves las cosas claras es mejor bajarse, sin importar cuánto esfuerzo hayas invertido. Su rebeldía sin causa lo ha convertido en alguien que no soporta la injusticia, lo ha llevado incluso a meterse en problemas por defender a otras personas, y es precisamente esa vehemencia la que alimenta su búsqueda constante de sentirnos vivos en todo momento, porque no vamos a la montaña buscando la muerte, sino buscando la vida en su máxima intensidad. La naturaleza, para Sebastián, es un revelador implacable, saca lo mejor y lo peor de la gente. En los momentos más duros se aferra a la gente que le quiere, ese círculo reducido de personas que constituye su verdadero tesoro. Gracias Sebas por enseñarnos que la aventura comienza en la cabeza, por demostrarnos que el liderazgo significa poner la seguridad de tu gente por encima de todo, por revelarnos que la vida merece la pena a todo el mundo, por compartir que las experiencias imposibles se conquistan con prudencia y pasión, por mostrarnos que la humildad nace de reconocer lo que el azar decide en nuestras vidas, y por recordarnos que hay que conservar la belleza del mundo para las generaciones futuras.
Quique Gonzalo:
¿Y tú? ¿Te atreves hoy a buscar tu propia montaña que escalar? Y como siempre, terminamos con un nuevo hábito KENSO. Inténtalo aunque parezca imposible por qué la vida se vive al filo de lo extraordinario.
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