¡Termina! de Jon Acuff

Episodio 319

¿Empiezas muchas cosas nuevas y, por una u otra razón, siempre lo dejas a la mitad?

Ese es el tema principal del programa de este mes, donde descubrirás la clave para lograr tus objetivos de la mano del libro ¡Termina! de Jon Acuff.

Valoración Jeroen: ★★½
Valoración Quique: ★★,4

 

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Índice de la reseña

  • (00:53) ¿Qué vas a encontrar en este libro?

  • (05:51) El perfeccionismo mata

  • (11:50) El día después de ser perfecto

  • (15:51) Reduce tu objetivo a la mitad

  • (22:31) Si quieres terminar algo, ¡hazlo divertido!

  • (26:15) Sal de tus escondites e ignora los obstáculos nobles

  • (31:55) Elige donde fallar

  • (36:44) Infórmate y celebra tu progreso imperfecto

  • (39:14) Resumen de los puntos clave

  • (41:37) Estilo y valoración

  • (44:35) El siguiente libro

 
Busca tu excelencia en lugar de la perfección.
 
 
  • Aviso: el transcriptor a veces no nos entiende, pero vosotros seguro que sí.
    Disculpa, si lees algún error en la transcripción.

    Quique: ¿Empiezas muchas cosas nuevas y por una u otra razón siempre lo dejas a la mitad? Pues ese es el tema principal del programa de este mes, donde descubrirás la clave para lograr tus objetivos de la mano del libro ¡Termina!, de John Acuff.

    Jeroen: Bienvenidos a nueve episodios de KENSO Círculo, el podcast donde descubrirás los libros para vivir la efectividad para ser más feliz. Yo soy Jeroen Sangers, aprendiz en comenzar menos para terminar más.

    Quique: Y yo soy Quique Gonzalo, aprendiz en a ver si vamos terminando lo que comenzamos. Ya son 27 libros, Jeroen, con este.

    Jeroen: ¿Nos queda mucho para terminar? Sí, sí, sí. Libros infinitos hoy. Libros infinitos, ¿verdad? No vamos a acabar los libros que queremos leer.

    ¿Qué vas a encontrar en este libro?

    Quique: Bueno, bueno, bueno. Pues hoy vamos con este libro de John Acuff donde vamos a adentrarnos un poco en el perfeccionismo como bloqueo para alcanzar los objetivos y cómo ese perfeccionismo nos termina transmitiendo un mensaje negativo. El cómo vivir esa mentira de que algo, a no ser que sea perfecto, no merece la pena terminarlo si no va a quedar perfecto, fetén, chapó. Entonces eso muchas veces hace que nos quedemos a medias o a veces ni siquiera lleguemos a comenzar porque la expectativa es tan alta que decimos ¿y para qué? Si no lo voy a conseguir. pues que sepas que el fijarse en metas ambiciosas va a estar presente hoy. Hoy vamos a ver cómo vamos a poder enfrentarnos a ello reduciendo objetivos a la mitad, dividiéndolos en partes, haciéndolos alcanzables, duplicando el plazo para conseguirlos, en elegir dónde fracasar y dónde no, y haciendo que disfrutemos con los objetivos que nos marquemos. Veremos en este libro de John Acuff que, bueno, Como decimos, yankienso, ¿verdad, Jeroen? Estilo americano.

    Jeroen: Sí, sí, sí, se nota, se nota. Y no tiene nada de sorpresa si conoce un poco al autor. Primero quiero saber, ¿para quién es este libro? ¿Para quién sería? Para estas personas, yo creo que todos que comenzamos cosas y no terminamos, que somos perfeccionistas. Yo creo que si tú a veces ni has empezado o no has podido terminar algo porque lo querías todo a la perfección, pues este libro es para ti.

    Quique: Si hablamos de colores, Jeroen, mi impresión es que este libro va a funcionar muy bien Y si no sabes de qué hablamos cuando hablamos de colores, pues, joder, es que tú que eres súper fan Patreon de KENSO, capítulo 240 de los episodios, ¿no? Pero creo que va a funcionar bien. En el caso de los azules, para entender muchas veces ese perfeccionismo, ese dejarlo todo al 100% perfecto, que nos puede limitar en el día a día a hacer las cosas o a desgastarnos en mayor parte, para los amarillos, en esto de soñar demasiado alto y luego cuando te pones a ello decir, uf, el camino no era como yo esperaba. En el caso de los verdes, para entender también la importancia que tiene el que las cosas se pueden malear, en el sentido de que no hace falta que lleguemos a todo a la primera, que podemos hacerlo todo más sencillo. Y en el caso de los rojos, tengo dudas de que este libro te gustara. Porque creo que es otro de esos libros que se puede resumir fácilmente, yo diría, no sé tú Jeroen, pero a lo mejor en 20 páginas. Sí, sí, sí. Pero por eso te va a venir muy bien el podcast, porque en una hora o menos, vamos a diseccionarlo para que le saques el máximo jugo.

    Jeroen: Así es, así es. El autor, John Acuff. Estaba mirando en la contraportada, básicamente expliquen que John es escritor. Así es como se presenta, ¿no? Escritor de varios libros interesantes, entre otros ellos, este libro de aquí, ha publicado unos cuantos más. Pero después he rascado un poco y he visto un poco su historial y cuando vi de dónde venía, me ha quedado todo un poco más claro. Jon Acuff, básicamente, durante muchos años ha trabajado como copywriter. Y esto se nota en el estilo. Y no copywriter cualquiera, pero ha trabajado, por ejemplo, para Staples, que es la cadena más grande de papelería en Estados Unidos. También para Bolsa. unos años y unas cuantas grandes empresas más. Por lo tanto, aquí viene un poco su estilo yo creo. Y efectivamente desde ya unos 10 años yo creo que se ha lanzado para escribir libros, primero bajo Dave Ramsey y directamente Muy rápido tenía un bestseller, un libro que se llama Start, o Inicio en castellano. Y empezó también su ronda como conferenciante. Y esto es lo que hace hoy en día, es conferenciante y, efectivamente, escritor. Pero ya tiene un historial, como todos tenemos, y viene de copywriting.

    Quique: Jeroen, ¿cuántas veces, respecto a la historia que me estás contando, pienso si los españoles fuéramos más lanzados? Vamos, teníamos speakers a nivel internacional. Hay veces que con tan poca chicha le dan tanto bombo que es impresionante.

    Jeroen: Hay algunos en España que también nos lo están haciendo.

    Quique: Sí, yo creo que nos tenemos que atrever más a compartir lo que tengamos, sea mucho, sea poco, pero creérnoslo. Yo creo que la diferencia está en que quien se lo cree, ahí marca la diferencia del todo. Muy bien. Venga, pues vamos a por ello y vamos a diseccionar el libro en diferentes bloques que el propio autor comparte.

    El perfeccionismo mata

    El primero tiene que ver con el tema del perfeccionismo, que como punto de partida es interesante. Es interesante entender que al final cuando nosotros comenzamos un proyecto, una nueva etapa, una nueva fase, algo que queremos convertir en un hábito, parece que es difícil, pero es que más difícil que comenzarlo es terminarlo. Así que tú piensa en todos esos proyectos que tienes a medio camino, otras cosas que se quedan ahí pendientes. Como muy bien dice Jeroen, esos propósitos de año nuevo que las investigaciones nos demuestran que el 92% se terminan quedando en buenas intenciones. ¿Qué es lo que pasa? ¿Qué es lo que ha habido ahí? Pues eso. Ha habido un tema, normalmente nos dice John Acuff, de que el perfeccionismo mata. Y él nos cuenta en su historia, que esto es donde ya metemos aquí por así decirlo, el bombo. Él decía, no, yo es que creía que no me había esforzado lo suficiente para terminar lo que había empezado, pensaba que era perezoso, que me faltaba empuje o valentía, incluso monté un vídeo llamado 30 días of hassle para retar a la gente y ayudarles a conseguir sus objetivos. Bueno, Y de repente dice, y se iluminó mi vida, porque el investigador de la Universidad de Memphis, Mike Beasley, me pidió utilizar el curso para analizar la fijación de objetivos. Y este buen hombre, el señor Mike Beasley, encuestó a más de 850 de los participantes del curso y descubrió que los que terminaron el curso tenían un 27% más de probabilidades de alcanzar sus objetivos en comparación con sus intentos anteriores. También descubrió que cuanto menos aspiraba la gente a lo perfecto, más productiva se volvía. Aquí nos ha vendido por un lado lo maravilloso que es su curso, porque la gente que lo termina consigue alcanzar más, y por otro lado, que me parece que es la parte interesante, ese perfeccionismo que muchas veces, por así decirlo, mata el impulso e impide que completemos nuestros objetivos.

    Jeroen: Sí, sí, no, fantástico, fantástico, nada más que añadir. Pero sí que yo creo que pinta muy bien el problema de perfeccionismo que tenemos, que aquí para mí es la clave. Este libro va de perfeccionismo, de cómo evitarlo, cuáles son las técnicas, por qué lo hacemos. Bueno, no entre tanto en el por qué, pero sí que aporta muchas herramientas en qué podemos hacer. Bueno, primero vamos a pintar un poco más este problema que tenemos. Hablándonos del día después de ser perfecto.

    Quique: Una cosa Jeroen, antes que nada, ¿tú cómo te enfrentas al perfeccionismo?

    Jeroen: Uy, hago lo que puedo yo creo.

    Quique: Esta no te la esperabas.

    Jeroen: No, no, hago lo que puedo, hago lo que puedo. Yo creo que, como todos, nadie es perfeccionista en todos los aspectos de su vida. Yo tengo que admitir que en muchos aspectos no soy nada perfeccionista. Dices nada perfecto.

    Quique: Nada perfeccionista. Que perfeccionista y perfecto es distinto.

    Jeroen: No, sí, sí, sí. No tiene nada que ver, ¿no? Perfecto en casi nada, ¿no? Pero la necesidad de hacer las cosas de forma perfecta en muchas cosas no tengo. Yo creo que tiene que ver con mi poca paciencia. Yo empiezo muchas cosas y después, cuando están al punto óptimo, básicamente ya pienso, puf, ahora queda solo afilar el Pareto, ¿no? Sí. Con 20% de esfuerzo ya tengo 80% de resultados y entonces para el último 20% de resultados necesito el 80% de mi esfuerzo. Y a este punto es cuando me canso y lo dejo y ya está bastante bien. En muchos casos. Después hay otros que sí que son muy perfeccionistas y no creo que tenga una solución exacta. Simplemente es que soy como soy, ¿no? Y lo acepto tal cual y mientras no me complique demasiado la vida pues lo dejo aquí. Hay cosas que seguramente dedico demasiado trabajo, demasiadas horas para que se todo lo correcto y no es necesario. Para mí el precio no es tan grande porque son unas pocas cosas y el único precio que es que yo pago dedicando demasiados recursos a algo. Por lo tanto no me afecta tan negativamente mi vida para ir buscando soluciones.

    Quique: Yo creo que una de las cosas a mí, por ejemplo, que me pasa con el tema del perfeccionismo es que suelo tener, por ejemplo, una imagen idealizada de lo que me gustaría alcanzar y, claro, la imagen idealizada de uno, de lo que es perfecto para uno, no tiene por qué ser la imagen de algo perfecto para otro. Entonces, yo creo que ahí la empatía, el saber con quién estás en el proyecto, si es a nivel individual, a nivel de equipo, si es personal o es profesional, juega mucho en el entender cómo te enfrentas a esta situación o a esta forma de pensar. Yo desde hace tiempo cambié la palabra perfeccionismo por excelencia. ¿Por qué? Porque al final alcanzar el perfeccionismo es algo casi imposible. Es decir, perfecto sería, imagínate, haber sacado todo dieces en la universidad, en el colegio, en cualquier lugar. Claro, yo creo que mejor hablar de excelencia, que es dar lo mejor que puedas de la mejor manera posible en aquello en lo que te centres. Entonces, ahí hay un punto en el que la excelencia te rebaja ese nivel y te ayuda, te impulsa a que des lo mejor de ti mismo en lugar de intentar aspirar a una cosa que ya sabes casi de antemano que no lo vas a conseguir. Y empezar algo con la frustración de que no lo vas a conseguir, Yo creo que ya rasca, rasca. Así que decías antes, Jeroen, el día después de ser perfecto.

    El día después de ser perfecto

    Jeroen: Pues, efectivamente. Ya has mencionado dos de las claves de este capítulo. Primero, para mí, abrazar la imperfección. No intentar ser perfecto. Y después, para mí, la otra clave que he sacado de este capítulo directamente es la excelencia. No es lo mismo que perfecto. Y, pues, esto. John Acuff explicaba después de leer el libro de Timothy Ferris que No el famoso, pero el otro, el cuerpo perfecto en 4 horas. Bueno, uno de los otros, el segundo.

    Quique: Sí, sí, el cuerpo perfecto en 4 horas, ¿no?

    Jeroen: Pues John decidió probar una nueva dieta y esta vez sí iba en serio lo de hacer ejercicio. Y pues esto, siguieron las recomendaciones de Tim Ferris que recomienda comer huevos, espinacas, alubias, negras, salsa de calmino. Y pues esto, la cojo al supermercado porque vienen ahí las lluvias negras por palés, compro el granel porque pensaba desayunar a lluvias negras durante 12 días seguidos y al día 13 abandono porque ya estaba ocupado. No quería seguir o simplemente solver el tema. Esto es lo que pasa. Pero una vez que rompió la rutina diaria, se encontró a sí mismo sin interés de empezar de nuevo. Ya he acabado. Como somos historia, no era perfecto, lo dejo por completo. No he podido hacerlo. Y esa es una reacción que es sorprendentemente común. El primer día que fallamos es directamente cuando dejamos nuestro hábito.

    Quique: Porque ya nos ha dado la excusa Ah, ya no tengo nervios. He comenzado, he tenido esa buena intención, ¿verdad, Jeroen? Pero lo dejamos ahí como ya de lado. Ya está. Hasta que hemos llegado.

    Jeroen: Sí. Y este es un poco el sentimiento que muchas veces escuchas cuando la gente habla de esto, ¿no? El lenguaje que utilices ya dice todo, ¿no? Me quedo atrás y no puedo retomar el camino. La vida se interpuso y mis planes se descarrilleran. Pues son básicamente excusas que camuflajan el perfeccionismo. Por lo tanto, hay que hay que saber que esto nos pasa a todos. Tú no eres perfecto y yo no soy perfecto. Y por eso si te haces la toalla, porque no podéis hacerlo perfecto, no puedes seguir esta dieta a la perfección. Y está puesto. Todo el mundo quiere. Quieres sacar sobre las lentes o mejor dicho, todo el mundo quiere que quiera estar por encima de la media. Y este es imposible por la media. Por definición, la mitad está por por abajo.

    Quique: Tú sabes, Jeroen, cuando trabajo en las sesiones de coaching, una de las cosas más habituales que yo entiendo que también a ti te sucede es cuando empiezan a decir, es que quiero poner en práctica este nuevo hábito, quiero aprender a tocar un instrumento, quiero aprender un idioma, entonces yo siempre les digo, ¿sabes cuál es el mejor momento para empezar a tocar el piano? Ahora. ¿Y sabes cuál va a ser el segundo momento más importante? que lo toques mañana y ¿sabes cuál va a ser el tercero más importante? Que lo toques al día siguiente. Entonces, eso que nos puede hacer hasta gracia es entender que cualquier objetivo que nos marquemos, cualquier hábito que queramos poner en práctica, cualquier objetivo que sea un proyecto a medio o largo plazo necesita de esa capacidad nuestra de continuar, de ser sostenibles. Sostenibles en el buen sentido, es decir, que no sea un grandísimo esfuerzo, porque ya hemos hablado que la fuerza de voluntad es limitada. Entonces, tienes que encontrar otros lugares, otras motivaciones intrínsecas de las que poder aprovecharte y retroalimentarte. Claro, si después de 257 días seguidos llega el día 258, que es el más importante para el hábito del piano, y no has disfrutado todavía el piano, entonces, amigo, amiga, y si tenemos un problema, si tenemos un problema. Así que ya hemos hablado por un lado que el perfeccionismo mata, por el otro que hay que entender cómo vamos a ser el día después de ser perfecto y para ello Jon Acuff empieza a compartir con nosotros una serie de ideas que nos pueden llegar a funcionar en el día a día.

    Reduce tu objetivo a la mitad

    La primera de ellas es que reduzcamos nuestros objetivos a la mitad. Es decir, si tú quieres alcanzar tu objetivo en lugar de proponerte el 100% hazle un corte a la mitad y proponte completarlo al 50%. Es decir, tan sencillo como reducirlo a la mitad. Oye, que quiero… Yo vuelvo, es que parece que yo sigo con lo mismo, pero yo que ahora otra vez estoy con el tema de adelgazar, que he vuelto a subir unos cuantos kilos, digo, yo quiero bajar 3 kilos. Bueno, pues a lo mejor mi objetivo, en lugar de bajar esos 3 kilos, va a ser, Quique, vamos a pasar de 74 a 71. ¿Vale? Pues… Esos tres kilos, en vez de irme al 71, me voy a ir a 1,5. Quique, vamos a bajar a 72,5. ¿Y esto por qué lo cuenta? Él dice que en su reto de los 30 días de prisa, 30 Days of Hustle, los participantes aumentaron su rendimiento más de un 63% en comparación con intentos anteriores de terminar sus objetivos al marcárselos a la mitad. Y de hecho el 90% de ellos creía que la estrategia de reducirlo a un objetivo razonable les animaba a seguir. Imagínate que eres un escritor. Que te lo crees. O sea, no significa que tengas un libro publicado, sino que te gusta escribir. Oye, pues si dices yo cada día voy a escribir 3000 palabras. Redúcelo. Redúcelo a 1500. De esa manera puedes probar esta estrategia y ver cómo te vas sintiendo. Esto es algo Jeroen, a mí me gustaría compartir contigo, comentar contigo, porque yo no estoy del todo de acuerdo. No del todo. Porque creo que si yo he tenido que reducir algo a la mitad, es que esa parte del autoconocimiento no la he tenido clara. No he tenido claro que un camino se recorre con metas diarias, con metas, por así decirlo, volantes, que no es comenzar y finalizar. Es decir, si yo hoy que estoy en Madrid quiero hacerme el Camino de Santiago andando, sería absurdo pensar en hacerlo del tirón sin descansar, sin saber por dónde voy a pasar, sin marcarme esos lugares intermedios. Entonces yo creo que aquí Yonaku juega un poco con esa parte del copywriting que a mí no me parece sincera o positiva. Sí.

    Jeroen: Vale, hay un tema aquí que siempre cuando estás leyendo un libro lees lo que está escrito, pero también a veces hemos aprendido del libro de How to Read a Book, cómo leer un libro, de Mortimer Adler y Charles Van Dooren, que es uno de los libros peor valorados de nuestro podcast, pero yo continuaba pensando en lo que había ahí. Y una de las cosas que dices es que también hay que fijarte en lo que no está escrito. ¿Cuáles son las cosas que no explican? Y este libro por ejemplo está muy enfocado en fijar objetivos y conseguirlos, mientras que sabemos que cada vez más con la vida imprevisible que tenemos, lo mejor es Tratar los objetivos simplemente como una dirección en la que quieres dirigir y después hay que montar sistemas y hábitos que te dirigen en esta dirección, que es lo que realmente funciona. Y el tamaño del objetivo no es tanto algo que sí o sí hay que conseguir, simplemente indica la dirección. En este libro no habla nada, está muy fijado en objetivos y conseguir tu resultado exactamente que quieres hacer. En este caso, por ejemplo, de bajar el objetivo por la mitad. Pues, efectivamente, es una manera de sobrepasar lo que llamamos la falacia de planificación, que siempre somos demasiados optimistas, incluso cuando tenemos posibles imprevistos en cuenta. La famosa ley de Hofstadter. El proyecto siempre necesita más tiempo que planificado, incluso teniendo en cuenta la ley de Hofstadter. Y éste, simplemente cortarlo por la mitad evita esto, ya no tienes este optimismo, ya tienes algo que es más razonable. Pero, por otro lado, si realmente queremos utilizar este objetivo como un brújula, como una dirección que nos motiva, tal vez para ti, por ejemplo, perder un kilo y medio no te motive tanto. Porque lo que realmente quieres son estos 3 kilos. Porque con un kilo y medio, estos pantalones que tanto te gustan, no te entrarán todavía. Y no tendrás lo que realmente buscas. Es que yo quiero esto. Y para mí el gran valor de planificar un objetivo es que te motiva. Que pones algo que realmente te motiva. Y el riesgo de dividirlo por la mitad sí que tiene este beneficio de ser más realista y además aumentas un poco la motivación. Yo dudo en este caso que en todos los casos aumente la motivación. La motivación por conseguirlo mejora. Pero después la motivación de, mire, este es un lugar donde quiero llegar. Simplemente porque no quiero perder un kilo medio, yo quiero perder los tres. Lo que me motiva realmente, lo que es un imán para mis acciones son estos tres.

    Si quieres terminar algo, ¡hazlo divertido!

    Quique: Sí. Yo voy a ir, voy a ser un poco malvado, Jeroen. Voy a ser un poco malvado y voy a ir anticipando ya algunas de las cosas que tengo como impresión. No por ser malvado, sino porque creo que es importante hablarlo. Este libro sale después de hábitos atómicos, ¿cierto, verdad? Desde el año 2017, 2018. Sí, por allá. Yo lo que he encontrado en este libro es mucho copia-pega cambiando las palabras, cambiando los términos. No sé si a ti te ha pasado eso, Jeroen, pero yo me he encontrado mucho… Voy a cambiar determinados términos o voy a enfocar la realidad desde un lugar de vista distinto Pero voy a aprovechar con esas capacidades que tengo de copywriting para hablar de determinadas cosas como esta. Que esto, pues cuando reseñamos hábitos atómicos para vosotros, ya estaba. De hecho, el siguiente punto es el que dice que si quieres terminar algo, hazlo divertido. ¿A ti eso te suena, Jeroen?

    Jeroen: Copia-pega, así es. Hablamos del paso del deseo del modelo de hábitos atómicos, el ciclo del hábito, que tiene cuatro componentes, que es el disparador, algo que es obvio, después genera el deseo, haces la acción y tienes la recompensa. Y para mejorar un hábito, puedes hacerlo más obvio, más divertido, más fácil. o más satisfactorio. Y, efectivamente, hazlo divertido es uno de estos para crear estos hábitos. Y el consejo es muy bueno. Tengo que decirlo. En este podcast también hemos hablado de este tema. Por ejemplo, hacer reportes. Hay personas que dicen, a mí hacer reportes no me gusta. Sé que es bueno y lo hago porque es bueno para mí, pero no disfruto de esto. Pues entonces, el consejo es busca alguna actividad física que sí que te gusta. ¿Por qué? Porque te va a ser mucho más fácil. Imagínate que, por ejemplo, el gimnasio no te gusta, por diferentes razones, pero tal vez te guste bailar. Entonces apúntate a clases de baile o a un grupo de baile y dedícate a bailar. También es actividad física y si disfrutes, en lugar de obligarte a ti mismo a ir 2, 3, 4 veces por semana al gimnasio, Tienes una actividad que te gusta y entonces no hay que obligarte. De hecho, tienes ganas de hacerlo cada día si puedes. Y si tienes un rato libre, vas a buscar este espacio, utilizar este espacio para bailar, para moverte.

    Quique: Completamente de acuerdo.

    Jeroen: Esta es la fuerza de hacerlo divertido. Y esto va un poco en contra de una creencia limitante que tenemos muchos que los objetivos no pueden ser divertidos. Para conseguir, esto nos lo han explicado toda la vida, para conseguir un objetivo hay que sufrir, hay que trabajar mucho, pero no.

    Quique: Probablemente porque una de las cosas que más gracia me hace Jeroen es que eso viene enfocado de la época en la que las personas daban menos importancia al propósito. Cuando una persona tiene un propósito claro es mucho más fácil conseguir que pueda ponerse en marcha. Es cierto que ponerse en marcha cuesta, pero como explicaba muy bien Víctor Frankl en El hombre en busca de sentido, lo peor de todo es no tener un propósito. Porque eso es lo que hace que cualquier cosa que realices en tu vida suponga un esfuerzo. Y yo entiendo que hace años vivíamos una sociedad en la que, oye, pues a lo mejor venías de una guerra, de una serie de carencias a nivel alimenticio, educacional, vital. que hacía que cualquier cosa se consiguiera a base de esfuerzo. A día de hoy hay que intentar comprender el pasado sin vivir en él y empezar a poner la perspectiva desde el presente hacia donde queremos dirigirnos. Tenemos más oportunidades que nunca para realizar casi cualquier cosa que te propongas. Entonces, entendamos que las cosas que nos encaminan hacia nuestro propósito cada vez son más divertidas. Vamos, nada que ver con lo que era antes. ¿Cuánta gente hay emprendedores ahora en comparación con hace 40 años, Jeroen? Gente que sigue su pasión en su proyecto. No puedo dar una cifra, pero estoy convencido que ha sido miles por ciento. Sí, clarísimo. Porque hemos decidido enfocarnos y apostar y arriesgar por lo que de verdad nos atrae en la vida. Y lo mismo a nivel personal, y lo mismo a nivel familiar. Entonces, ya entendemos que esa parte de hacerlo divertido va a venir un poco más incorporada cuando tengamos propósito.

    Sal de tus escondites e ignora los obstáculos nobles

    Y después de esto nos habla Jonah Cooke de Salir de escondites e ignorar los obstáculos nobles. Claro, ¿qué es lo que nos dice? A ver si os suena esto. Que muchas veces, para evitar aquello que queremos hacer, lo que hacemos es recurrir a esos lugares fáciles donde vamos a tener una distracción. Ya sea, pues eso, ver una serie en Netflix, echar un ojo a Instagram, ver lo que ha pasado en ese globito rojo que ha llegado en WhatsApp, en lugar de hacer otras cosas que puedan ser más importantes. Yo creo que Eso es algo que, de manera inherente, está incorporado en nuestra sociedad. De hecho, si habéis escuchado la entrevista con José Carlos Ruiz, el filósofo, a costa de su libro Incompletos, que hicimos en KENSO, podéis sacar mucha información de por qué está sucediendo eso. Capítulo 243. ¿Cuál es la clave? Pues entender que cada vez más hay un ejército, literalmente un ejército de personas, de ingenieros, de gente que está detrás de todas esas aplicaciones, que es como lo de Caperucita, Roja y el Lobo, que detrás de esa imagen adorable se esconde algo un poco más terrible. Porque si fuéramos nosotros de manera consciente quienes controlamos nuestra capacidad de poder decidir qué hacemos en cada momento, pero es que se están aprovechando de esas pequeñas dosis de dopamina que nos generan hábitos normalmente poco productivos para acudir a esos lugares. Y ese ejército que hay detrás de ingeniero, de psicólogos, de gente preparada para que tú pulses en un lugar determinado para utilizar un color que saben que va a ser más atrayente, está ahí. Mi recomendación es que te vayas un momento, si tienes Android, ajustes salud digital o si tienes un iPhone, ajustes tiempo de uso y compruebes cuánto tiempo has pasado en el móvil la última semana. Valóralo. Si es posible, sin echarte a llorar, ¿eh?

    Jeroen: También hay el dato de cuántas veces al día lo coges en tu móvil para consultar algo. Y es increíble cuántas veces al día simplemente lo levantas y mires algo.

    Quique: Claro, claro. Entonces, ahí están esos escondites donde si seguimos alimentándolos pues ese pequeño dragón se va a terminar convirtiendo en un gran dragón en la vida. Es decir, cada vez que yo estoy en una cena con alguien y está el móvil encima de la mesa, aunque no lo vea, estoy alimentando a ese dragón, el que la otra persona va a pensar que no estoy 100% presente. Y yo mismo, si estoy viendo una serie, una película, y de repente me pongo a abrir otra vez el móvil, lo que estoy haciendo es quitarle un voto a favor de mi concentración para dárselo ese voto a favor de mi desconcentración. Entonces, importante que lo tengas en cuenta. Y luego nos habla también de los obstáculos nobles, que es esa parte que, bueno, esto puede ser más interesante al nivel del lenguaje, que es cuando decimos, oye, yo no voy a hacer esto hasta que pase lo otro. Es decir, no voy a montar mi empresa hasta que no haya consultado antes a un abogado especializado en derechos de autor.

    Jeroen: Y primero necesita establecer el SL, necesita un plan de negocios, necesita una página web que es súper chulo y etcétera, etcétera, antes de empezar a aprender.

    Quique: Efectivamente. Y esos ataques, Jeroen, ¿a dónde nos llevan?

    Jeroen: Para mí es procrastinación. Puede ser duro. Es la definición clásica de procrastinar. La prueba de castigación, para los pocos que no lo conocen todavía, es el momento en que sabes perfectamente qué es lo que deberías estar haciendo, pero no obstante, te dediques a otra tarea. Y esta otra tarea, aquí hablamos de terminología, también hay la preproperación, que es justo lo contrario. Es esta tarea que no aporta nada aunque sí dediques tiempo. Haces la preproperación a la tarea pequeña para estar procrastinando a la otra, que son dos mecanismos que van juntos.

    Quique: Lo interesante que yo esto es un tema que quiero abordar dentro de poco en el podcast de lunes la importancia de las palabras que nos decimos porque en el momento que decimos no haré esto hasta que estoy poniendo como una justificación honrosa. Claro, hombre, ¿cómo voy a hacer esto si necesito antes esto otro? Oye, eso pasa en muy pocos casos. Normalmente sí que podemos dar pasos en la vida para ir aprendiendo. Vamos a poner el ejemplo del piano. Claro, es que si no tengo un teclado en condiciones de 500 euros, ¿cómo voy a comenzar? Oye, es que puedes comenzar muy fácilmente. Que ahora hay teclados por 50 euritos que hacen unas cosas y unas virguerías y ya lo pruebas y ya te pones a tocar y miras si te gusta, ves si vas a poder mantener el hábito y cuando de repente a ese teclado de 50 euros se te haya quedado corto por el tacto, por el peso de las teclas, por el sonido que saca, oye, pues entonces te vas a lo siguiente. Que pasa lo mismo muchas veces, ¿verdad, Jeroen, con las aplicaciones de listas de tareas?

    Jeroen: Sí, necesito lo perfecto. En cambio, cada tres meses va lo último que sale, lo último de la moda o aplicación de notas, lo que sea, ¿no? Y al final es una distracción y además te hace perder mucho tiempo por migrar a todo tu sistema a otra aplicación, que tienes que aprender cómo funciona, etcétera, y rehacer todo lo que has hecho en la otra aplicación. Pierdes mucho tiempo.

    Elige donde fallar

    Quique: Siguiente punto que nos dice nuestro amigo John es elegir dónde fallar. Entonces, él acude a una de las máximas de la productividad, más bien de la gestión del tiempo, donde dice que el mismo tiempo es uno de los recursos más valiosos. Dice que, para al final alcanzar los objetivos, debemos de invertir ese recurso en tus esfuerzos. Eso significa priorizar dónde y cómo inviertes tu tiempo. Hasta ahí, perfecto. Es decir, hasta ahí, nada que decir. ¿Por qué? Porque lo interesante para mí es lo que viene ahora. Y es justo lo que acabamos de hablar. Que si yo dedico mi tiempo a todos los objetivos que quiero conseguir, fíjate, ya utilizo la palabra querer, no voy a alcanzar casi ninguno. Al final es entender que no podemos tenerlo todo. Y no importa mucho que lo intentemos o lo mucho que comencemos, ¿por qué? porque al final nuestra capacidad de energía, de concentración, de inversión, de tiempo es limitada. Si yo la divido en diferentes proyectos, la diluyo. Y siempre me voy a perder algo. Entonces, para mí la clave aquí está en elegir qué sí hago y qué no hago. John acude a Rhonda Rhimes, la que era guionista creadora de series como Anatomía de Grey o Scandal, y decía algo que era el dié no a la vergüenza, ¿no? Porque a Ronda le parecía muy bien al final dejar pasar ciertas cosas. No sé si la habéis visto, una mujer de color, una mujer con sus curvas maravillosas, y ella decía que nos avergonzaba de no tener tiempo suficiente para hacer ejercicio porque aceptaba que estaba priorizando ese tiempo en escribir. Y entonces eso a mí me parece maravilloso. Y es que entendamos que si reducimos para concentrar nuestro esfuerzo en una cosa concreta, disfrutaremos mucho más, avanzaremos y podremos convertirlo de verdad en algo que marque la diferencia. ¿Esta parte cómo la ves, Jeroen?

    Jeroen: Genial. Esto tiene mucho que ver con la reseña que hicimos del libro de 4.000 semanas de Oliver Bergman, que habla un poco de la finitud. Habla más del nivel de la vida, pero es lo mismo. Al final, somos seres limitados. No podemos hacerlo todo, Y demasiadas veces, incluso que tal vez concepualmente entendemos que no podemos hacerlo todo, intentamos aún así hacer lo máximo posible. ¿Y qué pasa cuando intentamos apretar lo máximo que podemos en nuestra vida? Pues llegamos al nivel mediocre en todo, ¿no? Y es mucho mejor, como dice la lección, yo elijo de forma consciente de no hacer una cosa. Hay otra palabra en este libro que me ha encantado mucho, la incompetencia estratégica. Decido que este de la salud, al menos temporalmente, lo voy a poner en segundo plazo. Podemos discutir sobre si este entra en tus valores o no, pero ya tenía muy claro, voy a dedicarme a estas series y por eso voy a apagar un poco mi dieta, etcétera, durante un tiempo para después recuperarlo. Yo, por ejemplo, no lo haría. Pero la idea es que cada uno. Para mí la salud va primero, o la familia va primero. Y esta es la idea, que tú tienes claro qué va primero, pero también aceptes que hay cosas que no vas a hacer tan perfecto. Y está bien. Es difícil porque yo soy el primero que me cuesta dejar cosas. No, yo quiero tenerlo todo. Pero si yo quiero ser excelente en una cosa, tengo que aceptar que será estratégicamente incompetente en otras.

    Quique: Aquí es donde Jeroen, para mí, Vuelvo a comentar algo que no me gusta del libro y es la comparación del máximo éxito versus la máxima renuncia, que es lo que acabas de explicar. Efectivamente, tú cuentas ese ejemplo y enseguida ves el máximo éxito con la máxima renuncia. Pero es que no tiene que ser así. porque la vida muchas veces no es un tema de blancos y negros. De hecho, esto que él nos presenta es algo contradictorio con lo que él nos dice antes, que él habla que en el perfeccionismo no tiene sentido del gris, porque las cosas son o blancas o negras. O lo haces perfecto o no lo haces. Pero él, sin embargo, nos presenta ejemplos en los que justamente aparece ese perfeccionismo. Es, he alcanzado este nivel de éxito tan brutal porque dejo de lado muchas cosas a nivel también brutal. Entonces, yo creo que, como bien decías tú, hay una falta de equilibrio en el mensaje.

    Jeroen: Sí, sí, sí.

    Infórmate y celebra tu progreso imperfect

    Quique: Y luego un tema con el que ya vamos cerrando el libro, que es el que tiene que ver con la información, el análisis y celebrar lo imperfecto, ¿no, Jeroen?

    Jeroen: Hay que medirlo todo, hay que medirlo todo. Es la única manera, ¿no? Claro, sí que hay algo importante aquí. La frase que tengo restada de esta parte es, el fracaso es fuerte y el progreso es silencioso. Nos recordamos mucho, si no conseguimos algo, pues es un drama. Queremos montar un negocio. El momento en que tú falles, tu negocio se quebra, pues es un choque muy grande. que es un día o otro que dices, ya no puedo pagar las nóminas y tengo que cerrar mi empresa. Pero construir una empresa paso a paso, es como poner cada día un piedrecita y no se nota tanto, no hay tantos grandes. Alguna vez tienes una pequeña celebración, pero no tan bestia como el fracaso que de una empresa que se quiebra. Pero construir una empresa es poner piedrecita por piedrecita, ¿no? Empieza con el primer producto que vendes. Después la vas a vender, la vas a mejorar un poquito, la vas a poner en la página web. Y después de un tiempo, un producto más. Y así, poco a poco, vas ampliando tu empresa. Y así creces. Pero es muy silencioso. No se nota de día a día la diferencia. Pero el fracaso sí. Claro. Y por eso A veces no nos damos cuenta de cómo hemos mejorado. No damos cuenta, por ejemplo, cuánto mejor es nuestra vida ahora mismo que hace 20 años.

    Quique: Qué razón, Jeroen. Qué razón.

    Jeroen: Y este es el valor de los datos, que los datos te ayuden en este caso para tomar decisiones correctas. Porque a veces también tenemos, y hemos hablado mucho en este programa, hay muchos sesgos y nos recordamos del pasado todo perfecto, nos recordamos lo mejor del pasado, pero nos olvidamos, por ejemplo, de cómo hemos sufrido, por ejemplo.

    Quique: Completamente de acuerdo. Es importante poder basarnos, entender en cada objetivo que tengamos cómo podemos medirlo porque es la mejor manera de poder comprobar el avance. Si antes os decía el tiempo de uso semanal que le dedicamos al teléfono, pues ya tienes un punto de partida. La semana que viene es el momento de volver a retomarlo, abrirlo y a ver qué te dice, a ver hacia dónde has avanzado, a ver en qué aplicaciones le has dedicado más o menos tiempo y si estás siguiendo tu camino por el lugar que tú quieres seguir, que yo creo que al final eso es lo que marca la diferencia.

    Resumen de los puntos clave

    Jeroen: Vamos resumiendo un poco lo que hemos visto, ¿no? Todo tuyo. Terminar. Título bien elegido. No esperaba otra cosa. ¿Qué hemos visto? Que la perfección este mata. El perfeccionismo mata. Empezar es muy difícil, pero es más fácil que terminar. Tenemos esta tendencia de empezar muchas cosas o querer incluso. Empezamos muchas cosas pero no terminamos tanto. Este es el problema. Y este tiene sus consecuencias. Primero para pensar en qué pasaría después de ser perfecto. Una vez que has conseguido, ¿qué viene después? Más cosas perfectas para hacer. Y John nos ha aportado algunas soluciones. Primero, reducir tu objetivo a la mitad. Hazlo más pequeño. Así evites el sesgo a la planificación, que siempre pensamos que hacemos las cosas más rápidas y mejor que realmente lo hacemos, y además incrementamos la motivación. Después, otro consejo más, hazlo divertido, de James Clear. Intenta buscar actividades que te lleven hacia tu objetivo, que son divertidos, que disfrutes hacerlas. Si tiras de la motivación intrínseca, será todo mucho más fácil. Vigila no procrastinar, pues él habla de sus escondites. Estas tareas o actividades que no aportan nada y que te distraen básicamente y te sacan tiempo que no puedes dedicar a tu objetivo. Y ignora los obstáculos nobles. Los obstáculos nobles hemos visto que son estas cosas que tú piensas que tienes que hacer antes de empezar con tu objetivo. Voy a hacer esto, pero primero necesito hacer esto, esto, esto. Elige también dónde fallar. Muchas veces un objetivo necesita recursos, tiene un precio. Entonces implica que si tú vas a dedicar más recursos a conseguir un objetivo, pues le tienes que sacar a un lado. Es decir, que habrá otras áreas de tu vida que tal vez no serán tan perfectas como te gustaría tener. Y finalmente, infórmate y celebra tu progreso imperfecto. Utiliza datos para informarte realmente cómo has progresado. Y así tienes una manera más fiable para saber si realmente has avanzado o no. Porque a veces nuestra memoria nos traiciona un poco.

    Estilo y valoración

    Quique: Pues yo creo, Jeroen, que ha sido maravilloso este resumen que nos has hecho. Y pasamos con el estilo y la valoración. ¿Comienzo yo? ¿Te parece, Jeroen? Como quieras, sí. ¿O comienzas tú y luego ya empalmo con el libro que prefieres?

    Jeroen: Vale, empiezo yo. Venga. Estilo, ya has mencionado, es un libro fácil de leer. Muy fácil de leer, sabiendo que es un copywriter, no me sorprende mucho. Hemos tenido el libro de Mark Manson que era muy de bro. Este llega a este nivel sin insultar a la gente. Es muy conversacional, hay muchos ejemplos de la vida propia de John Acuff. no demasiadas referencias de otras personas. Tiene mucho de su propia experiencia y obviamente de su supercurso que todo el mundo tiene que comprobar. Esto es una carta de ventas en disfrace porque realmente lo que quiere es que continúes comprando más cosas de él y esto se nota un poco. También hemos comentado antes que no hay nada realmente novedoso en este libro, que es un libro que podría haber sido simplemente 20 o 10 páginas y explicar un poco todo, sin tantos blogs, tantas explicaciones, entre tantas historias sobre su vida. Para mí, el gran pego de este libro es que no aporta ningún punto de vista, ningún dato realmente novedoso. Es un buen resumen de algunas cosas, pero podría haber profundizado mucho más en algunos temas y no lo hizo. Si tengo que valorarlo, yo pondría un 2,5.

    Quique: Pues, Jeroen, estoy contigo. No me voy a repetir. Le he puesto al principio un 2,5, luego le he puesto 2,75. Digo, por alguna cosita. Contigo completamente. Creo que aquí el envoltorio engaña al contenido. Esto es como la comida rápida, que parece que es accesible, deliciosa, que la engullimos rápido, pero al final ni te deja un buen sabor, ni ha marcado la diferencia en tu vida. Y lo que ha encontrado… Perdón, lo que cuenta en este libro, JonAcuff, Y es algo que… De hecho le voy a poner un 2,4. Fíjate, estoy pensando. 2,4. 2,4. Sí, 2,4. Sí, sí, sí. Fíjate, había subido, pero ahora he bajado. ¿Sabes por qué lo he bajado? Porque le doy ese punto de estar cerca porque creo que cualquier persona que escribe un libro ya se lo merece. Oye, pues el agradecimiento, entre comillas, por haber hecho ese esfuerzo y esa buena intención. Lo que a mí me gusta, Jeroen, es cuando encuentro personas que el 100% de lo que escriben es un refrito de otros y no lo mencionan. Porque todavía, si haces un refrito y lo mencionas, pues oye, venga, aceptamos barco. Esto, así, no sé. Esa yo creo que no es el estilo de KENSO. No jugamos en esta liga. Muy bien. Siguiente libro, Jeroen. Siguiente libro que he elegido.

    El siguiente libro

    Jeroen: Mucha curiosidad.

    Quique: ¿Qué vamos a hacer? Pues vamos a pasar a un acierto que yo creo que va a ser seguro sí o sí. que va a ser pensar rápido, pensar despacio, del premio Nobel de Economía, psicólogo y premio Nobel de Economía, que esto es fascinante, Daniel Kahneman, un libro al que hacemos muchas referencias, tanto en nuestros talleres como en capítulos, recuerdo el capítulo 221, donde hablábamos de los 10 sesgos que más te impactan. Pues vamos a por ese libro, vamos a trabajarlo en profundidad para que aquí tengáis de dónde rascar y de dónde sacar la mejor información para vuestro día a día. ¿Qué te parece, Jeroen?

    Jeroen: Pues tengo que decir que ya lo he leído y me alegro mucho porque sé que es un libro bastante gordo y bastante denso de información y la primera vez, para ganar todavía una pista, la primera vez que lo leí me costó un año. Claro. Que no estaba continuamente leyendo, pero para digerirlo todo, todo lo que hay aquí, pues me he tarado desde empezar a leer a terminarlo un año. Por esto, ganas de devolver a releerlo y remasticarlo un poco. Yo creo que es un libro de cabecera, mencionado por muchas personas. Hay un concepto básico que yo creo que todos conocemos, pensar rápido, pensar despacio. Y todos los experimentos y conclusiones que sacan Daniel Kahneman y su compañero, que no he escrito el libro, pero casi todas las investigaciones ha hecho junto con un compañero de trabajo. Y es interesante que lo expliquen.

    Quique: Pues mira, creo que en esta explicación que acabas de dar, que no estaba preparada para comentar, creo que está parte de la esencia de KENSO. Es llegar a algunos libros que a lo mejor por la densidad no te metes con ellos, pero que nosotros podamos hacer un poco ese trabajo y daros la píldora que os funcione de un gran libro. Y luego ya, si queréis dar el paso siguiente, que es tenerlo, comprarlo, y como Jeroen, un año. Oye, que no es ninguna vergüenza, yo me pasé tres años hasta que terminé la primera vez que leí El Señor de los Anillos. Creo que también es importante. Así que gracias por esa aclaración, Jeroen, de lo que nos vamos a encontrar en Pensar rápido, pensar despacio, de Daniel Kahneman. Y como siempre, gracias por estar ahí, gracias por vuestro apoyo. A vosotros, que lo sepáis, serán los que más queremos.

    Outro: Muchas gracias por escuchar el podcast de KENSO. Si te ha gustado, te agradeceríamos que te suscribas al podcast, lo compartas en tus redes sociales o dejes tu reseña de 5 estrellas para ayudarnos a llegar a más oyentes. Y si quieres conocer más sobre KENSO y cómo podemos acompañarte a ti, tu equipo o tu organización en el camino hacia la efectividad personal, puedes visitar nuestra web, KENSO.es. Te esperamos la semana que viene en el próximo episodio del Podcast de KENSO, donde Quique y Jeroen buscarán más pistas sobre cómo vivir la efectividad para ser más feliz. Y hasta entonces, ahora es un buen momento para poner en práctica un nuevo hábito KENSO.

    Quique: ¡Busca tu excelencia en lugar de buscar la perfección! ¡Nos escuchamos pronto!

 

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Otras reseñas en el podcast:

Jeroen Sangers

Anfitrión del Canasto. Mentor artesano especializado en la Efectividad 2.0 para personas y equipos de trabajo.

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