El arte de fallar con éxito

El fracaso no es lo opuesto al éxito, es parte del éxito.

Episodio 346

¿Ya has abandonado tus propósitos de año nuevo? No te preocupes, no estás solo. Estamos en febrero, ese momento del año en que los gimnasios empiezan a vaciarse, los cursos online acumulan polvo digital y esa rutina matutina que ibas a mantener… bueno, digamos que la alarma del móvil ya no suena tan temprano.

Pero ¿y si te dijera que este aparente fracaso podría ser exactamente lo que necesitas para crear un cambio real y duradero? ¿Y si el problema no fuera que has fallado, sino que estabas intentando tener éxito de la manera equivocada?

En el episodio de hoy, vamos a dar la vuelta a todo lo que creías saber sobre el fracaso. Descubrirás por qué fallar no solo es normal, sino necesario, y cómo puedes convertir cada tropiezo en un trampolín hacia tu próximo éxito.

 

Suscríbete al podcast:

 
 
 

Índice del programa

  • 02:07 El fracaso como parte del viaje

  • 07:56 La ciencia detrás del fracaso

  • 16:22 Sistemas vs. Objetivos

  • 21:12 Claves para crear sistemas efectivos

  • 24:46 El método KENSO para fallar con éxito

  • 26:17 1 | Retrospectiva de tres tiempos

  • 30:26 2 | Diario de aprendizajes

  • 33:29 3 | Círculo de apoyo

  • 36:38 Los retos de KENSO Lab

  • 38:30 Resumen de puntos clave

  • 41:11 La hoja de resumen

  • 42:29 ¡Nos escuchamos muy pronto!

 
El fracaso no es lo opuesto al éxito, es parte del éxito.
 
 
  • Aviso: el transcriptor a veces no nos entiende, pero vosotros seguro que sí.
    Disculpa, si lees algún error en la transcripción.

    Quique (00:07)

    ¿Cómo van tus propósitos de año nuevo? ¿A lo mejor has abandonado alguno de ellos? No te preocupes, no estás sola, no estás solo, estamos en febrero y ese es el momento del año en el que los gimnasios comienzan a vaciarse, los cursos online acumulan polvo digital y esa rutina matutina que ibas a mantener... Digamos que la alarma del móvil ya no suena tan temprano. Pero ¿y si te dijera que este aparente fracaso podría ser exactamente lo que necesitas para crear un cambio real y duradero?

    ¿Y si el problema no fuera que has fallado sino que estabas intentando tener éxito de la manera equivocada? En el episodio de hoy vamos a dar la vuelta a todo lo que creías haber sobre el falle caso. Vas a descubrir por qué fallar no solo es normal, sino necesario y cómo puedes convertir cada torropiezo en un trampolín hacia tu próximo éxito.

    Jeroen (00:57)

    Bienvenidos al nuevo episodio de KENSO, el podcast donde descubrirás cómo vivir con efectividad para ser más feliz. Yo soy Jeroen Sangers, aprendiz en el arte de convertir los datos del fracaso en fórmulas para el éxito.

    Quique (01:10)

    Y yo soy Quique Gonzalo, aprendiz en transformar cada caída en un salto hacia adelante. Así que como decíamos al principio en este episodio, vas a ver tres puntos que para nosotros son esenciales. El primero, por qué el cerebro procesa el fracaso como dolor físico y lo más importante, cómo transformar esa información para que a partir de ahora juegue a tu favor. Segundo, entender que la diferencia crucial está entre comprender qué es un objetivo

    y qué es un sistema y por qué esta distinción puede ser la clave de tu éxito. Y para terminar, vamos a ver tres técnicas prácticas que puedas empezar a utilizar desde hoy mismo para darle la vuelta y convertir tus fracasos en aprendizajes valiosos. Y lo mejor de todo, vas a aprender a ver el fracaso no como algo a lo que tengas que temer, sino como una herramienta poderosa en tu camino hacia la efectividad.

    Jeroen (02:07)

    Sí, pues tanto bien, ¿estáis preparados para cambiar vuestra relación con un fracaso?

    Quique (02:13)

    Yo creo que estamos más que preparados y en una así que yo creo que fracaso es parte del viaje vital de cada uno de nosotros y al final es algo que hemos visto a lo largo de toda la historia. Grandes éxitos sucedieron después de grandes fracasos.

    Jeroen (02:30)

    Yo creo que Quique siempre me ha fascinado como ha evolucionado nuestra percepción de fracaso a lo largo de la historia.

    Quique (02:39)

    o a lo mejor te estás refiriendo a que antes era como una especie del fracaso, una sentencia de muerte social y ahora es casi un requisito en el currículum de cualquier emprendedor de éxito, como dicen en Estados Unidos. Si no has fracasado 100 veces...

    Jeroen (02:53)

    Claro, no cuentas… no formas parte del club de gente de éxito. Y es curioso porque si nos repuntamos a la antigua Grecia, porque siempre volvemos aquí, los grandes filósofos ya hablaban de fracaso como una parte esencial de la aprendizaje. Pero en algún momento yo creo que hemos pedido a esta sabiduría.

    Quique (03:12)

    Y yo creo que mira que está la historia llena de ejemplos, Jeroen de personas que convirtieron sus fracasos hacia trampolines hacia el éxito. Yo recuerdo cuando Walt Disney fue despedido de un periódico por carecer de imaginación. Imaginación, Jeroen. Esto, Walt Disney, claro, me hace pensar en ese libro que nos ha gustado tanto que reseñamos en Kenso que es Antifragil de Nassim Taleb.

    Jeroen (03:28)

    Walt Disney

    Quique (03:39)

    Un libro que grabamos para nuestros patrones de KENSO Círculo. No sé si recuerdas como hablamos de cómo algunas personas y organizaciones no sólo resisten al caos y al fracaso, sino que además se fortalecen gracias a ellos.

    Jeroen (03:53)

    Sí, sí, este del antifragilidad es un idea fascinante, fascinante, nos encanta porque estamos desde que el libro salimos, estoy buscando en todos los sitios de ver cómo puedo utilizar este concepto y cómo puedo fortalecerme en el caos, como ya hemos visto en los últimos episodios, ¿no? Porque no se trata sólo de ser resiliente y aguantar los golpes, sino usar estos golpes para hacernos más fuertes.

    Quique (04:19)

    Ahora que estamos en pleno momento del auge de la gripe invernal, pues nuestro sistema inmunológico, ¿no? Cuando nos ponen la vacuna de la gripe, nos exponemos a ciertos patógenos que nos pueden dar unas décimas de fiebre, un poquito de malestar para fortalecernos y que no pillemos esta gran gripe del momento.

    Jeroen (04:40)

    Sí, y aquí es donde entra en una distinción crucial que me parece importante. La diferencia entre fracasar y ser un fracasado. Ya sabes, como siempre, dijimos que las palabras que utilices son muy importantes.

    Quique (04:53)

    Sí, porque las palabras terminan generando realidades en tu cerebro. Es como decimos siempre, fracasar es un verbo, es una acción temporal. No es lo mismo haber tenido un fracaso que pensar que somos unos fracasados. Mientras que fracasar es un verbo, ser un fracasado es una identidad. Y ahí es donde está el peligro, tanto si te estás hablando a ti como si le estás hablando a otras personas.

    Jeroen (05:21)

    Así es, esto me recuerda a una conversación que tuve hace poco con un participante en uno de los talleres que me decía que siempre había visto sus fracasos como una prueba de que no era suficientemente bueno hasta que empezó a verlo como experimentos.

    Quique (05:35)

    Porque al final, Jeroen es lo que son. sea, nosotros probamos, experimentamos, como los científicos en los laboratorios, y cada experimento puede ser que no funcione. Lo que sí que es importante es saber si nos acerca más a la solución.

    Jeroen (05:52)

    Exactamente, exactamente. Y esto nos lleva a algo fundamental, El fracaso no solo es inevitable en el camino hacia éxito, además es absolutamente necesario, porque si no fracasamos no aprendemos.

    Quique (06:04)

    Algo que nos ha sucedido a todos aquí en la audiencia. Yo lo acabo de vivir hace unos meses y es maravilloso. Pero pensad cuando erais bebés, cuando habéis tenido hijos, sobrinos, nietos... y estaban aprendiendo a caminar esos bebés. ¿Cuántas veces se cayeron? ¿Decenas? ¿Centenares? ¿Quizá miles? Pero a que ninguno de nosotros íbamos y le decíamos, vaya, parece que esto de caminar no es lo tuyo, mejor dedícate a seguir gateando, ¿verdad que no?

    Jeroen (06:34)

    Menos mal porque si no todavía estaré todos gateando, ¿no?

    Quique (06:38)

    A mí lo que me llama la atención de esto es saber en qué momento perdimos esa capacidad de entender el éxito y el fracaso como partes auténticamente ligadas. Porque cuando somos pequeños, este proceso nos parece natural. Caerse y levantarse es parte de un juego. Pero en algún momento, no sé yo exactamente dónde se encuentra en cada una de nuestras historias de Run, empezamos a ver el fracaso como algo...

    negativo, algo terrible que tendríamos que intentar evitar a toda costa.

    Jeroen (07:09)

    Yo creo que el momento está en los colegios, pero cuando empezamos a hacer exámenes que tenemos que salir sí o sí, ahí aquí creo que empezamos a vivir este presión. Pero no es importante este momento. Porque yo creo que el paradojo aquí es que el miedo al fracaso que estamos generando es lo que más nos limita. Es como dice el refrán, el mayor fracaso es no intentarlo.

    Quique (07:31)

    Y también que no te pegas un buen viaje, porque hay que reconocer que fallar duele. Yo no digo que seamos masoquistas y que nos guste el dolor. Hay que entender que quizá no sea algo agradable y eso sí que está bien reconocerlo.

    Jeroen (07:44)

    totalmente de acuerdo y de hecho eso nos lleva a algo que me parece crucial de entender como nuestro cerebro procesa el fracaso y por qué nos afecte tanto emocionalmente si fracasamos

    Quique (07:56)

    Pues venga, vamos a adentrarnos en qué hay detrás de la ciencia del fracaso. Pero Jeroen, creo que sería importante, por esto de conectar y que al otro lado, vosotros que no os escucháis, sepáis que también aquí hay personas humanas. ¿Te importaría compartir esa historia que me comentaste el otro día cuando estábamos en el taller sobre tu experiencia en la universidad, por favor?

    Jeroen (08:12)

    mmm

    Vale, quieres que hable aquí de mis fracasos, Vale, es un... No, es una historia que creo que no he explicado mucho ni en general y seguramente en el podcast no, pero creo que viene muy al caso. Que, simplemente para poner un poco el contexto, porque este ya hace muchos años, en Holanda el sistema educativo es un poco diferente. Tenemos dos tipos de universidades, que son las académicas y las vocacionales.

    Quique (08:21)

    Sí, sí, podría hablar de los míos pero los tuyos son más interesantes.

    Jeroen (08:46)

    Y yo empecé a hacer una vocacional, estudiando para trabajar en un laboratorio. Este era mi sueño entonces. Yo era joven, tenía muchas ilusiones, pero la realidad era otra cosa. Muy rápido me di cuenta de las prácticas se me daban fatal. De hecho, este laboratorio yo creo que no era para mí. Como si tuviera dos manos izquierdas en el laboratorio. Se me caían cosas, me costaba planificarlo. Hice unos experimentos y me calculo mal.

    Por tanto, al final, en lugar de estar trabajando con potes de 100 mil litros, estaba con vasos de cinco litros y cachigando líquido, obviamente, con colorante a todos los lados. Y después de varias intentas prestadas y muchas noches siendo bien, tomé una decisión que me parecía lógica. Pues la decisión tenía que tomar sí o sí, porque tenía que repetir el segundo año de esta universidad y.

    Mi decisión era, vale, pues voy a cambiarme a una universidad académica. Mi relacionamiento era muy simple. Si no se me da bien la parte práctica, quizás encaje mejor en un entorno más teórico. Por tanto, el primer fracaso era esto de apuntarme a una universidad para empezar a trabajar en el laboratorio y descubriendo que este laboratorio no era para mí. Pero en universidad académica cometí el segundo error.

    porque creo que fui incluso más grande que el primero. Cuando yo llegué a esta nueva universidad me ofrecieron convalidar las prácticas del primer semestre por mi experiencia previa. Y yo, emocionado por saltarme esta parte que tanto me gustó que me había costado, pues acepté sin pensarlo dos veces. Y claro, después de medio año, cuando al final tenía que incorporarme las prácticas, pues fue un desastre total, porque como no tenía la práctica básica bien asentado,

    que era una cosa que no me gustaba y además saltaba el primer medio año en la universidad, pues cuando llegué al final del laboratorio, en el segundo semestre, pues me encontré completamente perdido. No sabía ni cómo pedía las químicas, no sabía cómo... como toda la logística del laboratorio, en este laboratorio, no me lo conocía y mis compañeros sí, obviamente, porque han ido introduciendo poco a poco. Que era como intentar construir un edificio sin cimientos.

    Y por tanto fue mi segundo fracaso consecutivo y este dolía incluso más que el primero porque yo pensaba, claro, todos mis compañeros de la universidad pensaba que mira, Jeroen no tiene que hacer las prácticas porque ya sabe mucho. Y cuando al final entraba, pues había un fracaso personal porque tenía que volver a hacer estas prácticas que tanto me costaban, pero además mis amigos pensaban que pensaba que era fantástico en el laboratorio, pues han visto que realmente no era así.

    Y ese fue el punto de inflexión. En lugar de rendirme, por fin hice lo que debería haber hecho desde el principio. Admití que con esta parte del laboratorio yo necesito ayuda. Allí empecé a quedarme después de clase, pedí tutorías extra, me unía a un grupo de estudio y básicamente dejé mi orgullo a un lado y me centré en aprender de verdad desde los fundamentos. Y poco poco, paso a paso...

    fui remontando hasta graduarme con éxito. Obviamente, enfocándome mucho en la parte teórica de la química, continué pensando que este del laboratorio no era para mí.

    Quique (12:16)

    Yo creo que es fascinante y lo primero gracias por compartir esta historia porque yo creo que conecta con lo que nos dice la ciencia sobre el fracaso. Pues imaginamos que estamos caminando descalzos por nuestra casa y de repente pisamos una pieza de un lego. ¿Qué va a hacer nuestro cerebro? Pues de manera inmediata va a registrar ese dolor y va tender a evitar esa zona. Y ¿sabes qué? Que los estudios recientes han descubierto que nuestro cerebro procesa el fracaso exactamente de la misma manera.

    es como si tuviéramos un sistema de navegación interior y cuando experimentamos un fracaso, nuestro GPS mental no solo registra el dolor, sino que empieza a recalcular la ruta evitando pasar por determinados destinos. Esto es un estudio fascinante que se publicó en Frontiers in Psychology, que demostró que cuando fallamos en alcanzar un objetivo, nuestro cerebro no solo dice, ¡ay, ay, me ha dolido! sino que también empieza a bajar el volumen de nuestra motivación

    y empieza a susurrarnos al oído dudas sobre nuestra capacidad. En el fondo es como si todo nuestro sistema de navegación entrara en modo de recalcular la ruta entera por este fracaso. Y aquí viene la parte más interesante. Estos mismos investigadores encontraron que la diferencia entre las personas que se recuperan de manera rápida y las que se quedan atascadas en el mismo sitio

    no están en el fracaso en sí, sino en cómo lo interpretan. Es como si existieran dos tipos de lentes para ver el fracaso. Unos que lo magnifican como una sentencia definitiva y otros que lo enfocan como un dato más en el proceso de aprendizaje. Así que yo ahora te pregunto a ti que estás en el otro lado. ¿Tú cómo enfocas los fracasos?

    Jeroen (14:06)

    Yo estoy pensando en mi caso con la universidad. Podría haberlo visto como una prueba de que yo no sirvo para estudiar, lugar a eso, pues...

    Quique (14:16)

    Una

    información valiosa, ¿no, Jeroen?

    Jeroen (14:19)

    Asi es y esto lleva a algo que hemos observado una y otra vez con nuestros programas de coaching también, el error más común no es fallar sino pararse a hacer un retrospectivo del fracaso. es lo que tenemos que hacer.

    Quique (14:34)

    como si las personas a veces fuéramos con tanta prisa por dejar atrás el fracaso que no nos detenemos a pensar, a aprender del mismo qué es lo que ha sucedido, por qué ha sucedido, qué oportunidades me ofrece este problema. Lo veo como un problema como una oportunidad.

    Jeroen (14:53)

    Y eso es una pena, porque justo ahí es donde está el oro. Los estudios demuestran que las personas que dedican tiempo a analizar sus fracasos tienen muchas más probabilidades de tener éxito en sus próximos intentos.

    Quique (15:06)

    ¿Recuerdas esa frase que a veces decimos, Jeroen? La de que el fracaso es el mejor profesor pero sus clases son caras.

    Jeroen (15:12)

    Sí, sí, pero si solo te quedas para tomar apuntes, ¿no?

    Quique (15:18)

    Bueno,

    esto me hace reflexionar sobre otra cosa que yo considero que es interesante que se descubrió en este estudio y es que el tipo de objetivo que nos planteamos influye mucho en cómo nos afecta el fracaso.

    Jeroen (15:35)

    Aquí te estás refiriendo a la diferencia entre objetivos de rendimiento y objetivos de aprendizaje,

    Quique (15:41)

    Correcto. Porque cuando nos fijamos objetivos de rendimiento, como por ejemplo, tengo que conseguir este ascenso o tengo que ganar esta competición, el fracaso nos golpea mucho más fuerte que cuando nos fijamos objetivos de aprendizaje, como quiero mejorar mis habilidades de liderazgo para conseguir este ascenso o quiero ser mejor corredora para tener más...

    posibilidades de ganar esta competición.

    Jeroen (16:11)

    Eso es muy fascinante porque nos lleva directamente a uno de los conceptos más potentes que hemos descubierto. La diferencia entre enfocarse en objetivos y enfocarse en sistemas.

    Quique (16:22)

    Uno de esos aprendizajes que a mí me abrió la mente de manera distintiva, Jeroen, así que ¿por qué no nos cuentas un poco más esta diferencia entre sistemas y objetivos?

    Jeroen (16:28)

    Uh-huh.

    Sí, vamos por allá porque yo creo que es importante y aquí está la clave de competir al fracaso en un aliado en lugar de un enemigo, ¿no? Porque es curioso cómo a veces las mejores lecciones nos llegan en los momentos más cotidianos, ¿no? El otro día estaba en mi cocina preparando mi infusión de la mañana cuando tuve una revelación sobre este tema de sistemas y los objetivos, ¿no? Verás, durante años yo intenté crear la infusión perfecta, ¿no? Soy...

    Soy de estos de a veces me tomo un tema cotidiano y quiero hacer lo mejor posible. Por tanto, empezar a obsesionar con conseguir este objetivo. La taza perfecta he buscado con el filtro perfecto. Compraba hierbas especiales, nada de las infusiones en el supermercado ni en las tiendas especializadas. Voy a buscar las hierbas, mejores hiervas. Medir la temperatura con el agua al grado exacto.

    porque hay unos de té verde pues tienes que dejarlo enfriar un poquito, etcétera, etcétera. Y siempre había días, aunque tenía todo perfecto, pensaba que tenía todo perfecto, había días que la infusión salía regular y ésta me frustraba, pues enormemente. Hasta que un día cambié mi enfoque. En lugar de buscar la taza perfecta, desarrollé simplemente un sistema, que es mi ritual matutino. Simplemente cojo cada día, cada mañana hago lo mismo, que tengo...

    mis hierbas ya preparados, calentar el agua a la temperatura del cuadro, dejar reposar un poquito. No estoy buscando la perfección, ya no utilizo mi termómetro y en este proceso simplemente lo he convertido en sistema, algo mágico sucedió. Aunque no todas las tazas eran perfectas, yo disfrutaba mucho más del proceso y por tanto también de la infusión. Y curiosamente, yo creo que la calidad de la infusión empezó a salir mejor.

    más a menudo, intentándolo menos.

    Quique (18:33)

    Esto, como decimos muchas veces en KENSO, hacer menos y hacer mejor es una analogía perfecta para explicar la diferencia entre sistemas y objetivos. El objetivo es, ¿cómo es a taza perfecta? Un resultado específico que queremos alcanzar. El sistema, en cambio, son los hábitos y procesos que seguimos día a y que en cierto modo nos hacen mucho más felices porque disfrutamos del camino en lugar solo de pensar en cruzar la meta.

    Jeroen (19:02)

    Sí, y esto conecta directamente con lo que el dibujante Scott Adams, conocido de Dilbert, explica en su libro que yo recomiendo a todo el el libro se llama How to Fail at Almost Everything and Still Win Big. Como fallar a casi todo y, aún así, ganar de forma espectacular. Scott Adams descubrió que los objetivos tienen dos problemas fundamentales. Que primero, que están orientados al futuro.

    y además son demasiado específicos.

    Quique (19:33)

    Me encanta esta explicación de Scott porque él dice que cuando nos centramos solo en objetivos vivimos en un estado constante de pre-fracaso hasta que alcanzamos el objetivo y si no lo alcanzas pues bueno, en el has fracasado del todo por así decirlo.

    Jeroen (19:50)

    Sí, sí,

    efectivamente. Y en cambio, cuando te sientas en un sistema, cada día que sigues este sistema es una victoria. Por ejemplo, imagínate que tu objetivo es perder 10 kilos antes de verano. Si te enfocas solo en este número, cada día que te pasas, que te pesas y no has llegado a tu meta, te sientes como fracasado. Que todavía no he pedido 10 kilos, solo he pedido uno. Me faltan nueve más. Siempre estás en la zona de fracaso todavía.

    Pero si sistema es caminar 30 minutos cada día y comer más verduras, cada día que lo haces es un éxito que lo puedes celebrar, independientemente de lo que te diga la báscula.

    Quique (20:31)

    Y aquí es donde sucede la magia. Los sistemas nos permiten fallar sin sentirnos con ese gran fracaso. Si un día no podemos caminar nuestros 30 minutos, no pasa nada. El sistema sigue ahí para cada uno de nosotros al día siguiente.

    Jeroen (20:48)

    Este me recuerda a Will Smith, que ha hablado mucho sobre cómo construir su carrera. En lugar de fijarse el objetivo de yo quiero ser el actor más famoso del mundo, pues él simplemente creó un sistema basado en trabajar más duro con nadie. Su lema era, estoy dispuesto a morir en una cinta de correr. Y no importaba el papel o el proyecto, sistema era dar 100 % cada día.

    Quique (21:12)

    Yo preferiría no morir ni en una cinta de correr, entiendo lo que quiere transmitir, lo podemos llevar a otros niveles, porque luego, claro, abofetea muy fuerte en los Oscars. Eso sí, esto me lleva a explicar, yo creo, que tres claves fundamentales para crear sistemas efectivos que son importantísimas. La sostenibilidad, la flexibilidad y el disfrute diario. Vamos a ir con la primera, es la sostenibilidad. Un sistema...

    Jeroen (21:23)

    Sí.

    Quique (21:41)

    Tiene que ser algo que tú puedas mantener a largo plazo sin quemarte, sin morirte en esa cinta de correr. Por ejemplo, si nunca has corrido, pues un sistema de correr una hora diaria de verdad no es sostenible. Es mucho mejor comenzar con cinco minutos y aumentar de manera gradual, porque eso, eso sí es sostenible. Al final terminarás corriendo una hora, incluso más.

    Pero lo importante es que tú has comenzado por una zona que dependía de ti, aunque te generó un poquito de estrés. oye, entre no salir ni siquiera andar y salir a andar cinco minutos, ya has incrementado, has ampliado tu zona donde ese estrés controlado te va a hacer ser mejor. La segunda clave es la flexibilidad y es que un gran sistema debe poder adaptarse a diferentes circunstancias de tu vida.

    porque estoy convencido que tú no controlas todas las circunstancias de tu vida y con gran probabilidad, pues lo que va pasar dentro de un mes o seis meses no alcanzas a tener una bola de cristal. Así que, el sistema de preparar la infusión de Jeroen, tiene que ser algo que funcione tanto en casa como cuando viajes, porque los principios básicos son adaptables a cualquier situación. Hemos visto sostenibilidad

    hemos visto flexibilidad y la tercera de las condiciones para el sistema es, yo creo que la más crucial, el disfrute diario. Si el sistema no te proporciona pequeñas satisfacciones en el día a te aseguro que tu cerebro va a hacer todo lo posible para quitárselo del medio. Será tremendamente complejo que lo puedas mantener. Por eso, el ritual de la infusión de Jerome funcionaba.

    no solo porque le da una bebida caliente por las mañanas, sino porque también le aporta un momento de paz que cada día disfrutan. Estos son los tres aspectos. Sostenibilidad, flexibilidad y el disfrute día.

    Jeroen (23:44)

    Sí, completamente de acuerdo. Es como dice la frase que veces lo decimos, ¿no? El viaje es el destino. Cuando tienes un buen sistema, el éxito se convierte en una consecuencia natural del proceso y no una meta inalcanzable.

    Quique (23:58)

    Claro, por eso nosotros ponemos tanto foco en recordar la importancia del propósito. El curso lo tenéis online de descubre tu propósito, es una auténtica maravilla, muchos de vosotros, cientos, casi mil ya, lo han realizado y me parece que es una de las mejores opciones porque nos ayuda a entender lo que acaba de decir Jeroen y es que el viaje es el destino. Y esto nos lleva a algo muy práctico y es cómo podemos crear estos sistemas

    en nuestra vida diaria. decir, ¿cómo podemos transformar nuestros objetivos en sistemas efectivos para convertir en nuestra palabra del año, en lugar de quedarnos con los buenos propósitos que no se han cumplido?

    Jeroen (24:41)

    Pues Quique, ¿qué te parece si exploramos el método KENSO para hacer exactamente eso?

    Quique (24:46)

    Pues venga, vamos a ver cómo fallar con éxito, si es necesario. Porque hay algo fascinante que nosotros hemos descubierto a lo largo de los años y es que cada persona procesamos el fracaso de manera diferente según nuestros perfiles de color. Si tú quieres saber más acerca de los perfiles de color, ya sabes que si te apuntas a KENSO.es barra círculo, uno de los beneficios de ser patrón de KENSO es poder realizar el test de los colores y saber cuál es tu perfil. Y esto es tan interesante porque...

    ejemplo, los perfiles amarillos, son más orientados a las personas y al futuro, tienden a recuperarse más rápido emocionalmente del fracaso, aunque a veces puedan pasar por alto lecciones importantes por querer avanzar demasiado rápido.

    Jeroen (25:30)

    Y mientras por otro lado los perfiles azules, son más analíticos, más detallistas, suelen hacer excelentes retrospectivos del fracaso, pero pueden quedar atrapados en análisis. Luego tenemos los verdes, con su naturaleza tranquila, reflexiva, que son geniales manteniendo la calma ante el fracaso y aunque a veces pueden tardar en tomar acción para hacer cambios.

    Quique (25:53)

    Y no nos olvidamos del perfil rojo, esas personas orientadas a resultados que son excelentes convirtiendo el fracaso en combustible para la acción, aunque pueden llegar a ser demasiado duros consigo mismos.

    Jeroen (26:08)

    Exacto, exacto. Y es por eso que hemos desarrollado tres técnicas que funcionan para cualquier perfil, adaptándolas a tu estilo personal. Empezamos con la primera.

    Quique (26:17)

    Venga, vamos con la primera, que es la retrospectiva de los tres tiempos. Simplemente, imagínate que estás en un cuarto oscuro revelando una fotografía. Cuando estás revelando la fotografía en el cuarto oscuro, ya queda de la época analógica, pero era maravilloso, empezabas primero a ver los contornos, luego los detalles y finalmente ya aparecía esa imagen completa que nos llevábamos a casa esa foto. Pues ahí esos tiempos son los que tenemos que contar. Y son tres tiempos.

    Jeroen (26:33)

    ¿Huh?

    Quique (26:47)

    El primer tiempo es el presente. Es el momento de las emociones. No las reprimas. Si estamos frustrados, enfadados o tristes, nos tenemos que permitir poder sentir. Es como abrir las ventanas de una habitación cerrada. Necesitamos ventilar antes de poder ordenar. El segundo tiempo es el análisis. Y aquí es donde nos hacemos las preguntas más importantes. ¿Qué funcionó a pesar del fracaso?

    ¿Qué información nueva he obtenido? ¿Qué haría diferente la próxima vez? Es indagar para ser detectives de nuestro propio caso y aprender para mejorar. Y el tiempo tres es el tiempo del futuro. Este es el momento de diseñar nuestro sistema. No nos preguntamos qué objetivo queremos alcanzar. No, eso ya lo hemos visto. Lo que vamos a hacer es preguntarnos ¿qué proceso puedo crear

    que me acerque a donde quiero ir. Fijaos qué potente esta pregunta. ¿Qué proceso puedo crear que me acerque a donde quiero ir?

    Jeroen (27:55)

    parece fascinante cómo se podría aplicar esta técnica en de los tres tiempos en otros contextos. Por ejemplo, Quique, ¿cómo lo has usado tú con tu palabra del año, por ejemplo?

    Quique (28:06)

    Justo estaba pensando en eso cuando estábamos preparando el guión y he adaptado la retrospectiva de los tres tiempos para trabajar mi palabra del año. ¿Recordáis confianza y silencio? Vamos a centrarnos en la de confianza. Tiempo uno, el presente. Pues en lugar de procesar el fracaso, lo uso para observar mis niveles de confianza en diferentes situaciones. Por ejemplo, yo noto que mi confianza baja cuando tengo que hablar en público o tengo que dar un taller en un idioma que no es en castella.

    Jeroen (28:11)

    Uh-huh.

    Quique (28:36)

    pero es alta cuando facilito talleres en castellano. Es lógico, ¿verdad? Pero fijaos, yo tengo que airear ese momento porque muchos de nuestros talleres son en otro idioma. Y aunque nos defendemos muy bien, Jeroen ha estado viviendo fuera, yo he estado viviendo en Estados Unidos, al final tu lengua es tu lengua. ¿Verdad, Jeroen? Que aunque hablas muy bien el español, tu holandés está a otra altura.

    Jeroen (28:57)

    Sí.

    Claro, obviamente, Y todavía cuando tengo que hacer cosas complicadas yo pienso en holandés.

    Quique (29:07)

    Ahí

    está. Pues el tiempo dos, el tiempo dos que hablábamos que era el análisis. Aquí lo que hago es intentar encontrar cuantos más patrones mejor. Entonces me he preguntado, ¿qué tienen en común las situaciones donde mi confianza salta? ¿Qué recursos internos utilizo en esos momentos? Y he descubierto que mi confianza aumenta cuando mi preparación es mayor. Pero también...

    cuando me permito ser vulnerable y admitir que no lo sé todo y que estoy dispuesto a que haya fallos. Es decir, que una formación al final me lleve a lugares que yo en mi cabeza, pues a lo mejor o no he preparado tanto o no los he vislumbrado o simplemente me sorprenden. Y esa capacidad de demostrarme que soy vulnerable me hace sentir más seguro. Y el tiempo tres, el tiempo del futuro.

    pues simplemente he empezado a diseñar pequeños experimentos para fortalecer la confianza. Por ejemplo, en vez de decir voy a ser más seguro cuando hablo en inglés, creo situaciones controladas donde puedo practicar como reuniones a uno a uno con colegas que son ingleses. Entonces, voy fomentando que con mis amigos, los que son extranjeros y hablan inglés, hablo en inglés en lugar de en castellano.

    Jeroen (30:26)

    Me encanta esta técnica de los tres tiempos y como ves es muy práctico y aplicable en muchas situaciones. Vamos a la segunda herramienta y la segunda técnica es el, uno que ya hemos hablado bastante en este podcast, el diario de aprendizajes. Y no, no es ese tipo de diario donde escribes querido diario. Es más como un cuaderno de un científico que documenta sus experimentos. Imagina que estás aprendiendo a tocar la guitarra, por ejemplo.

    En tu diario de aprendizajes anotarías tres cosas.

    En el experimento, hoy intenté tocar la canción Wonderwall de Oasis, siguiendo un tutorial de YouTube. Segundo, los resultados. Me trabé en los acordes de transición y perdí el ritmo en el estribillo. Y el tercero son los ajustes. Voy a practicar solo los cambios de acordes durante 5 minutos antes de tocar la canción completa. Es como ser protagonista de tu propia serie de investigación.

    Cada fracaso es un episodio nuevo y tú eres el detéctive que busca pistas sobre resolver el misterio de cómo mejorar. Y lo bonito es que empiezas a ver patrones. Tal vez descubres que practiques mejor por la mañana o aprendes más rápido cuando divides las tareas en partes más pequeñas. Yo sé que esta técnica del diario de aprendizaje es tu temenor es aplicado. Por ejemplo, tu palabra del año, confianza, ¿cómo has hecho?

    Quique (31:57)

    Sí, te diré que Wonderwall esa ya me la sabía en la guitarra. No, no, sí. Por ejemplo, yo lo convertí en un diario de momentos de confianza, donde ido anotando cosas. Pues, por ejemplo, el momento. Oye, pues hoy facilité una sesión difícil con un cliente nuevo y exigente. La sensación, al principio notaba más mariposas en el estómago.

    y cuando comencé a hacer preguntas y a escuchar de manera activa, la confianza creció. El aprendizaje, pues que la confianza no es algo que necesito tener desde el principio. Puedo construirla paso a paso durante la interacción si soy capaz de demostrar vulnerabilidad. Lo interesante de esto es que empezamos a ver patrones. Yo en mi caso noté que mi confianza crece cuando me centro en ayudar a otros.

    en lugar de preocuparme por mi desempeño. Yo siempre lo digo, a mí me importa muy poco la nota que me ponen después de los talleres, aunque sea excelente, que normalmente es así, porque mi objetivo no se encuentra en esa nota. Mi objetivo se encuentra en estar presente en poder ayudar a las personas de la mejor manera posible.

    Jeroen (33:10)

    Perfecto, pues ya hemos visto dos técnicas. Hemos visto la retrospectiva de tres tiempos, hemos visto el diario de aprendizajes y ahora vamos a la tercera técnica que es el círculo de apoyo. Y es especialmente importante porque el fracaso puede ser muy solitario. Estamos aquí en nuestro cuarto llorando.

    Quique (33:29)

    Es muy solitario, a excepción de que te rodees de un equipo de superhéroes, donde cada persona tiene su superpoder y desde ahí crecemos todos juntos.

    Jeroen (33:33)

    sí.

    Y nosotros pensamos que necesitas tres tipos de personas en tu círculo. Primero, una persona que le llamamos el espejo, que es alguien que te dice la verdad con amor, que no te deja engañarte pero tampoco te machaca. Después necesitamos una persona que le llamamos el faro, alguien que ha pasado por algo similar y puede iluminar el camino, que no te dice qué hacer pero te muestra que es posible superarlo porque él o ella ya lo he hecho.

    Y finalmente el animador, que esta persona que cree en ti incluso cuando tu dudas, que no minimiza tu fracaso pero te recuerda tu potencial.

    Quique (34:17)

    Y yo os tengo que compartir que esta técnica, en mi caso, ha sido súper valiosa para trabajar con mi palabra del año. Porque la adapté pensando entre roles específicos para fortalecer mi confianza. El espejo. Tengo una compañera que es coach y que cuando trabajo con ella me ayuda a ver cuáles son mis puntos ciegos. Pero también mis fortalezas. Es decir,

    a ser realista conmigo mismo y me ayuda a distinguir a veces entre mi falsa modestia y una humildad que de verdad sea auténtica. Luego tengo el faro y aquí lo que hice fue conectarme con varios profesionales que no conocía pero que admiraba y que han construido su confianza de una manera genuina, una manera de verdad que cuando hablas con ellos, rascas en su vida personal y profesional, te das cuenta que ahí hay algo genuino en su ADN.

    Y la idea no es copiarlos, sino es entender cuál es su proceso para desde ahí poder saber qué puede funcionar dentro de mi sistema. Y el animador, en mi caso, es mi mujer, mi pareja, porque ella me conoce en mis momentos más vulnerables y, de hecho, aún así confía en mí, Todo eso, todo ese aporte, hace que genere aún más confianza conmigo mismo. Así que, fijaos la importancia que tiene

    el rodearos de ese espejo, de ese faro y de ese animador en vuestro día a día.

    Jeroen (35:52)

    Me gusta este ejemplo práctico, vemos que cada grupo tiene naturalmente sus espejos, sus faros y sus animadores. Y lo más bonito es que estos roles van rotando según el momento en el grupo y la situación de cada persona.

    Quique (36:06)

    Y eso es precisamente lo que hace que estas técnicas sean tan poderosas. Es que sean, pues no rígidas, sino más bien como la arcilla. Moldeables. Moldeables a tu estilo de personalidad, a tu realidad, a tus circunstancias, a la vida.

    Jeroen (36:21)

    Sí, y lo más importante que son prácticas que tú puedes empezar a aplicar hoy mismo. Sin necesidad de grandes cambios o recursos especiales, no hay que comprar nada. ¿Sabes, Quique? Esto del círculo de apoyo me recuerda a algo precioso que está sucediendo en KENSO círculo.

    Quique (36:38)

    Yo creo que estás hablando de KENSO Lab, ¿no? Lo dentro... Vale, vale, vale.

    Jeroen (36:40)

    Sí, sí, sí.

    KENSO Lab es esta iniciativa dentro de KENSO Círculo donde nos unimos en pequeños grupos para durante un mes o dos meses dedicarnos a la creación de un hábito. Y este mes justo, esta semana hemos empezado un nuevo reto y el reto es como dar vida a tu palabra del año, Por tanto, ya verás que si estás

    En KENSO círculo, en Patreon tienes un post con la explicación de este reto, hay un documento de trabajo, hojas de trabajo para planificar el reto, decidir qué hacer, las retrospectivas, porque obviamente vamos a aprender, y lo más importante, el formulario de inscribirte. Ya hemos empezado con el reto, pero no te preocupes, puedes unirte más tarde, ningún problema, que esto paso cada vez por...

    aceptamos perfectamente, son retos un poco más largos, incluso creo que es beneficioso, ¿no? si te apuntes cuando ya han pasado unos días, porque tu grupo tal vez ya ha cogido un poco la velocidad y simplemente es unirte a este grupo y ya directamente podréis empezar, ¿no? la idea que vamos a hacer es durante dos meses cada semana vamos a ver una forma diferente de dar vida

    a tu palabra. podemos, por ejemplo, dedicar una semana a aplicar nuestra palabra para analizar nuestros fracasos. Sería un tema que vamos a tratar. O mirar cómo la palabra es aplicable a nuestra salud, a nuestro bienestar. vamos a ver diferentes perspectivas para analizar y utilizar nuestra palabra del año.

    Por tanto, quieres unirte, pues en KENSO Círculo, KENSO.es/circulo, únete ya a ellos y directamente busca este post que le dejamos en las notas del programa, y únete ya a este reto porque creo que va a ser súper interesante.

    Quique (38:27)

    Sí, porque en el fondo es como ver la teoría convertirse en práctica.

    lo más importante, prácticas, como decíamos al principio, que podamos comenzar a aplicar desde hoy mismo y sin necesidad de grandes cambios o recursos especiales. Ya lo has visto, no hace falta que pongas en marcha las tres de las que hemos hablado hoy, puedes empezar con una de ellas y ver cómo te va llevando. lo importante, ya sabéis, va a llevar las cosas a la acción. Jeroen, ¿qué te parece si ahora que vamos ya terminando nos resumes?

    un poquito cuáles han los puntos clave del episodio de hoy.

    Jeroen (39:01)

    Sí, Pero antes de esto me gustaría compartir una reflexión personal, porque yo creo que durante muchos años esta historia que explicado de mi fracaso en la universidad la he guardado como un secreto vergonzoso. Y de hecho, yo creo que el momento, por ejemplo, que yo cambié de universidad, que era una derrota para mí, yo creo que ni le he comentado con mi familia. Un día llego

    Quique (39:05)

    Nada, adelante.

    Jeroen (39:23)

    a casa y digo mira me voy a apuntar a otro estudio y la misma tarde he cogido mi bicicleta, he ido a la universidad y me he escrito. Sin discusión, ni nada, nada comentado, nada de cómo hacerlo. Y hoy lo comparto como una de mis mayores fuentes de aprendizaje.

    Quique (39:40)

    La verdad es que te lo agradezco, yo creo que en nombre de la audiencia, Jeroen, porque todos tenemos parte en nuestro pasado de cómo convertir esos potenciales fracasos en fuentes de aprendizaje. Lo que importa es cambiar nuestra perspectiva. Lo que antes veíamos como un fracaso, ahora podemos ser capaces de reconocerlos como un escalón necesario en nuestro camino vital.

    Jeroen (40:03)

    Sí, exactamente. Y creo que ese es mensaje más importante que podemos llevarnos hoy. El fracaso no es lo opuesto al éxito, es parte del éxito.

    Quique (40:12)

    Pues me encanta como frase. De hecho, si tuviéramos que resumir los aprendizajes clave del día de hoy, para mí serían estos tres. El primero, que el fracaso es una experiencia universal y necesaria. Como hemos visto en los estudios científicos, nuestro cerebro está diseñado para aprender de él. Son las emociones las que lo condicionan. Segundo, la clave no está en evitar el fracaso, sino en crear sistemas que nos permitan fallar

    de manera productiva, como decía Scott Adams, los sistemas son más poderosos que los objetivos. Y tercero, que cada perfil de personalidad tiene su propia forma de procesar el fracaso, y eso está bien. Lo importante es que encuentres las herramientas que mejor te funcionen.

    Jeroen (40:59)

    Y no olvidemos las tres técnicas prácticas que hemos compartido. Primero hemos visto la retrospectiva de los tres tiempos, hemos visto el diario de aprendizaje y finalmente el círculo de apoyo.

    Quique (41:12)

    Yo creo que, Jeroen, tres grandes técnicas que nos pueden poner manos a la obra. Así que ya sabéis que tan importante como escuchar el podcast es que lo lleveis a la acción. Los miembros de KENSO Círculo, los patrones, aquellos que nos apoyáis, tenéis la hoja para descargar con el resumen de todo este episodio. Y si tú también quieres tener esos beneficios, acceso a ser parte de KENSO Círculo con nuestros episodios especiales y únicos.

    perteneciendo a KENSO lab estando participe en el grupo de whatsapp que hay mucho movimiento de lo más interesante sobre cómo trabajar con determinadas emociones te estamos esperando porque a partir de dos euros al mes puedes aportar y sumar a KENSO para que este podcast siga adelante el único que tienes que hacer KENSO punto es barra círculo y allí te estamos esperando y mandamos una saludo un abrazo muy especial para Monse Bayo, jose

    Biel Ripolles, Zuriñe Iñurrieta, Ricardo Almazán, Francisco Javier Garre Sánchez, Iliana Molina, Jordi Terrades, José Ángel e Iván Valenzuela, nuevos mecenas, apoyando a este gran equipo que somos todos juntos en queso círculo. Así que, Jeroen, ¿sabes que hay algo que me gustaría compartir antes de terminar? Y es que a veces darnos cuenta que cuando fallamos...

    Jeroen (42:30)

    Uh-huh.

    Quique (42:38)

    podemos sentir que hemos perdido el tiempo, pero la realidad es que solo perdemos el tiempo cuando no aprendemos de nuestros fracasos.

    Jeroen (42:45)

    Es como esta frase que dice o ganas o aprendes. No hay otras opciones.

    Quique (42:51)

    Pues para terminar vamos con el hábito KENSO de hoy y que era uno pero lo he cambiado por otro que acabas de decir que me parece más potente Jeroen. Tenía puesto no temas al fracaso, teme a la comodidad que te impide intentarlo pero creo que es aún más potente que el fracaso no es lo puesto al éxito, es parte del éxito.

    Jeroen (43:09)

    precioso, Quique. Perfecto. Me gusta mucho esta frase, como es mío. No sobre esto. Y con esto pues ya terminamos el otro episodio de KENSO.

    Quique (43:13)

    jajaja

    Y recuerda que puedes encontrar todos los recursos que hemos mencionado hoy en nuestra web, en las notas y si quieres seguir profundizando en tu desarrollo personal, te esperamos en KENSO Círculo.

    Jeroen (43:30)

    Hasta el próximo episodio. Chao.

    Quique (43:31)

    Nos escuchamos pronto.

 

Únete a KENSO Círculo

El club para personas centradas en mejorar su efectividad y vivir más felices.

Un club a tu alcance porque a partir de 1,5€ al mes tendrás acceso prioritario a los episodios del podcast sin publicidad, podrás descargar el superguión para cada episodio, recibirás cada mes un episodio especial donde haremos una reseña sobre un libro de efectividad, puedes participar en KENSO Lab para juntos crear hábitos efectivos, recibirás el newsletter semanal, podrás participar en el grupo de WhatsApp, disfrutarás de descuentos en los servicios de KENSO y de nuestra eterna gratitud por ayudarnos a mejorar.

Otros episodios en el podcast:

Jeroen Sangers

Anfitrión del Canasto. Mentor artesano especializado en la Efectividad 2.0 para personas y equipos de trabajo.

https://jeroensangers.com
Siguiente
Siguiente

El método sándwich: la nueva forma de generar ideas brillantes